viernes, 9 de enero de 2015

Sueño de hielo y dioses

Soñé que estaba flotando en el aire. A mi alrededor veía hielo, solo hielo. Entendí que estaba dentro de una torre hecha con hielo brillante de un intenso azul claro. Era el momento del amanecer y los primeros rayos de Sol estaban incidiendo en los muros de la torre, sin embrago, no mostraban señales de estar derritiéndose.
La luminosidad era preciosa. En algunos rincones se podían contemplar pequeños arco iris que sembraban la estancia de multitud de colores.
Había un balcón con unas vistas estupendas del reino y, de ahí venía una chica nekogirl con un largo vestido de color añil. En cuanto giró su corta melena azul, vi que era mi amiga Blue.
Estaba preciosa. Llevaba una
tiara de plata con un enorme zafiro incrustado así como pulseras plateadas y de distintos tonos azules. Se paró en seco en el centro de la habitación de hielo ya que vio a alguien abrir la puerta. Una mujer de mediana edad con un vestido azul pastel entró con suma rapidez. Su pelo ondulado era azulado como el cielo y sus ojos morados como los de Blue. Llevaba muchas más piedras preciosas que mi amiga, pero no tenía nada en la cabeza, cosa que me chocó. En sus manos llevaba una caja alargada del tamaño de mi brazo.
- Debes esconderla - dijo aquella mujer. - Por el honor de nuestra familia no pueden hacerse con ella...
- ¡Mamá-san! ¿Dónde está Papá-san?
- ¡Es ahora no importa! - espetó la mujer con lágrimas en los ojos - ¡Debes quedarte con esto y huir lo antes posible!
- ¡No puedo dejarte aquí sola, Mamá-san!
- No tengo más fuerzas... No puedo correr más. Empleé toda mi magia para protegerte a ti, a la torre y a la daga ¡Cógela!
Blue la hizo caso y abrió la caja. En ella se encontraba una daga cuya funda era negra con un dragón azul dibujado. Me recordaba a algo...
- Korimizu - dijo Blue, - la daga del domador del Dragón del Hielo, el pequeño Dragón Azul.
- Ahora es tu daga, hija mía. Debes cuidarla así como podrás defenderte con ella. Ahora corre a pedir ayuda a alguien. Es ahora o nunca, Blue-chan... Caetoneko...
La mujer gimió de dolor.
- ¡Mamá-san! - gritó Blue.
La madre de Blue cogió una capa de seda azul y de la puso a su hija.
- Con esto espero que nadie te reconozca. No podemos fiarnos de cualquiera.
- Sí, Mamá-san.
Blue se echó la saga a la cintura con una correa, se la ajustó, besó a su madre en la frente y corrió al balcón. Había unos 20 metros de caída si lo que pretendía era saltar.
De repente un hombre musculoso vestido de hoplita griego abrió la puerta de la estancia y entró diciendo:
- ¡Vaya! ¡Aquí están mis prisioneras de guerra!
No había tiempo para pensar en un plan. En cuanto aquel guerrero griego levantó su espada de bronce, Blue saltó y cayó...  Lo único que se podía escuchar eran los gritos del griego diciendo:
- ¡Mierda! ... ¡Padre Zeus! Invoca los vientos! ¡Que no escape la hija de los reyes!
Fue entonces cuando me desperté con un grito y Nura me abrazó.
- ¡Eh, eh, eh! ¡Akame-chan, tranquila! Solo fue una pesadilla.
Le miré aún con expresión de horror pero me volvió a abrazar y conseguí dejar de respirar nerviosamente. Cerré los ojos y me acurruqué... se estaba muy a gusto así... Luego él preguntó:
- ¿Te encuentras mejor...?
- Sí -///- ... - respondí - .///. ¡¡¡AAAAAAAAAAAHHHH!!! ¡¡¡YOUKAI!!!
Me revolqué y le lancé una ráfaga de luz Yang antidemonio y este salió disparado hacia la pared.
- ¡AAHH! Auuu...
Se reincorporó y se acercó a mí indignado.
- ¡¿Pero porqué has hecho eso?!
- ESTABAS MUY CERCA MÍO >//O//< !!!
- ¿Y QUÉ? Ò///o///Ó
- ¡¿Cómo que "¿y qué"?! ¡Tu aura demoníaca es una bomba de relojería! ¡Desequilibra mi espíritu y...!
- DEJA TU EQULIBRIO ¡Buda no está aquí!
- ¿OSAS BLASFEMAR, DEMONIO CABEZÓN?
- ¡¡Cebo...!!
Alguien llamó a la puerta e interrumpió la conversación.
- ¿Akame-chan? ¿Con quién estás hablando? - preguntó la voz de Akane.
- ¿Eh? ¡Con nadie! - respondí tapando la boca a Nura pues no quería callarse.
- Me pareció haber escuchado la voz de Nura-san - comentó mi amiga. - Bueno, ¡ten cuidado con tu poder de Fénix! Desde aquí tu aura parece la de un demonio ¡y de los grandes!
- Ejejeje claro~de los grandes y ca-be-zo-nes~~
- ÒwÓ !!!
- Bueno... iba a decirte que cuando puedas bajases a desayunar con nosotros. Hablaremos de lo que hay en esa máquina tuya ¿la investigaste anoche?
- Oh, sí... toda la noche (?)
- ¡Estupendo! ¡Nos vemos abajo, pues! n.n
Akane pareció irse y decidí perdonarle la vida a Nura.
Bajamos las escaleras en las cuales nos encontramos con Rei. Nos comentó que había dormido mejor que nunca mientras caminábamos por la parte de abajo de la posada, el bar. Sentados en una mesa al lado de una pizarra estaban todos los demás compañeros. Saludamos y nos sentamos cada uno en nuestra silla. Sobre la mesa había un vaso de leche para cada uno y en el centro había un plato lleno de croissants y otro con una torre de tostadas con un bol de mermelada de frambuesa a un lado.
Di un sorbo a mi vaso de leche y Abbadon sonrió:
- Creo que al final pudiste ojear el portátil que te di ayer~
- Sí.
- Bien. Sal a la pizarra e ilústranos -D-
Abbadon se llevó su taza de café a la boca y me levanté con el portátil en la mano. Con la otra metí un croissant en la boca. Apoyé el ordenador en la mesita cerca de la pizarra y lo encendí. Ejecuté el programa de la lista de los dioses del Olimpo y antes de empezar a comentarlos decidí decirles lo que soñé. Les hablé de la torre de hielo, de Blue vestida como una autñentica princesa de cuento, de la mujer que parecía ser su madre, la supuesta daga del Dragón Azul y del hombre griego que apareció, así cómo Blue se tiró desde el balcón para escapar. Rei se alarmó.
- ¡Esa torre existe! ¡Es la habitación de mi Blue-chan! No puede ser...
- Entonces - intervino Nura, - Blue-chan está en peligro...
- ¡Por supuesto que está en peligro! - soltó Dante - ¡Es la Nekita del Hielo, la Princesa de Caetoneko!
- No tenía ni idea... - reconocí.
- ¡Claro que no! - dijo Rei. - ¡No está bien ir diciéndolo por ahí en cualquier dimensión! ¡Fíjate en lo que ocurrió en el Purgatorio, Cerberus la secuestró porque él o alguien que trabajaba para él nos escuchó a mí y a Blue-chan cuando estuvimos comentándolo e nuestra habitación en el Love's Hotel.
- Ahora tiene sentido - comentó Dante. Dirigió una mirada a Kikyo, Akane y Tsubaki en busca de su aprobación pero estas quedaron mudas pues no sabían de qué hablábamos.
- Etto... Aún me sigue pareciendo increíble que Akame-chan fuera al Purgatorio - dijo Kikyo - ... En realidad me sigue pareciendo increíble todo esto.
- Sí... Este mundo... Este concepto del universo... es espeluznante - comentó Akane.
- No está mal, chicas - añadió Tsubaki. - Así cambiamos de aires de verdad.
Tsubaki se puso pintura roja en los labios. Me pregunté de dónde había sacado ese maquillaje.
- Bueno... entonces, ¿quién era ese que entró en la Torre de Hielo? ¿Era un dios olímpico? - preguntó Dante.
- Seguramente, Dante-kun~ - afirmó Abbadon - Veamos lo que nos dice Akame-chan~ n.n
Busqué en la lista del ordenador una foto la cual saliese aquel hombre del sueño, o al menos uno parecido. Encontré en el archivo "Ares" un tipo musculoso vestido de hoplita griego con melena castaña y ojos de color rojo sangre llenos de ira. Portaba una espada de bronce. Definitivamente era él.
- Ares - informé, - dios de la guerra. Hijo de Zeus y Hera. Dios patrón del Imperio romano bajo el nombre de Marte y representante del género masculino. Se lió con Afrodita. Se mete en todo tipo de peleas. Sus mejores amigos siempre fueron los espartanos.
- Temible - opinó Akane. - No pienso luchar contra ese.
- ¡Woooaaaa! Entonces ese para mí - dijo Dante con ímpetu. - Esa novia suya sale en montones de poemas de amor del Purgatorio cuando es época de San Valentín.
- ¿Afrodita? ¿Quién es esa zorra? - preguntó Rei.
Abrí el programa de "Buscador en Olimpia" y escribí "Afrodita". Me salió la ficha de una diosa con el pelo largo y rubio. Era delgada, su piel era blanca como la nieve y tenía los ojos de muchos colores a la vez. La muy geisha estaba muy buena, y era guapísima.
- Afrodita - dije, - diosa del amor y de la belleza. Es la diosa del Olimpo más antigua. Nació a partir de la espuma del mar al mezclarse con la sangre del titán Cronos después de ser cortado en cachitos por Zeus. Fue casada con Hefesto pero mantiene una relación amorosa con Ares. Representa el género femenino. Le gusta jugar con las palomas, hacer cotilleos con sus amigas diosas y ninfas y es aficcionada a los cupcakes. Hace papiroflexia con su esposo todos los domingos.
- ¡Hermoso! - exclamó Tsubaki - Esa es para mí~ ¡Nadie puede superarme en belleza!
Decidí morirme del asco en silencio e ignorar ese comentario lo antes posible.
- ¿No hay alguno de fuego para mí para que pueda vengar a mi gatita? - me preguntó Rei invocando fuego negro de su puño derecho.
Busqué fuego y salieron dos dioses.
- Hestia es una hermana de Zeus y es diosa del hogar y del fuego. También está Hefesto que es el esposo de Afrodita, hijo de Zeus y es el dios del fuego y de las máquinas... "Todo un nerd" pone aquí.
- Dos conceptos del fuego muy diferentes.... me gusta~ ¡Esos dos para mí! - dijo Rei.
- Adjudicado - sentencié.
- ¿Y hay alguno que sea bueno con el arco? - preguntó Kikyo.
- Los gemelos hijos de Zeus: Apolo y Artemisa. El primero es el dios del sol, el día, la belleza y las artes mientras que Artemisa es la diosa de la caza, la luna, la noche y la virginidad. Ambos son dos maestros del arco.
- No sé qué quiere decir eso de "tatata de Zeus" pero ¡me los cargaré de un solo tiro a esos dos hermanitos!
Busqué "Zeus" pues me estaba preocupando de que sea tan importante. Apareció la foto de un hombre de cabello rubio y ojos azules como el cielo. Tenía un rayo en la mano.
- Zeus, dios de los cielos, padre de dioses, jefe del Olimpo, portador del Rayo Maestro. Venció a su padre Cronos. Está casado con su hermana Hera pero es altamente infiel. Mujeriego. Cerdo. Impulsivo. Se pelea fácilmente con el resto de dioses.
- Vaya... No parece un rey muy bueno que digamos... - comentó Nura.
- Ese tiene que pasar por el filo de mi espada - dijo Abbadon (aunque nunca le viese con una espada en su poder). - Le conozco en persona y es un tío especialito. Hera está harta de él pero le quiere~~
- Sí - afirmé - porque, según veo aquí, Hera es la diosa de la familia y la fertilidad
- Esa para mí - dijo Nura levantando la mano. - El Clan Nura está muy basado en los principios de la familia y todo eso~
- Ten cuidado Nura-kun. Hera no es tan floja como lo aparenta... es muy peligrosa - advirtió Abbadon.
- Quedan Deméter y Hermes - informé.
- Y Atenea ¿no? - pregunto Abbadon - Esa chiquilla también la conozco y es muy repipi.
- Ah, bueno, sí. Pero Atenea la quiero para mí~ - reconocí.
- De acuerdo. Pues dame a Deméter y a Hermes - dijo Akane.
- ¿Seguro que podrás con dos, Akane-chan? - preguntó Kikyo.
- Sé que soy la más débil del grupo... ¡pero quiero hacerlo! Claro que... dependiendo de como sean...
- No están mal - informé. - Deméter es hermana de Zeus y es la diosa de la agricultura, las plantas y los cultivos; mientras que Hermes es hijo de Zeus y es el mensajero de los dioses además de dios del comercio, los ladrones, los viajeros, la comunicación, la medicina... Tiene unas zapatillas que le hace volar con facilidad.
- Bien~ Habrá que pararle los pies - dijo Akane con entusiasmo.
- Ya está, pues - dijo Abbadon. En cuanto terminemos el desayuno nos iremos de esta posada, más bien de este valle, y pondremos rumbo a la Fortaleza del Invierno.


jueves, 1 de enero de 2015

El Pez del Valle del Rhin

No pasó mucho tiempo hasta que por fin avistamos la aldea a la que nos dirigíamos. Efectivamente era un pueblo situado en un valle, el valle del río que pasaba en medio de este pueblo.
- El Rhin es el río más importante de Caetoneko - informó Rei. - Llega hasta la Fortaleza del Invierno que está en Winterfell, el centro de todo este mundo.
- Desde luego se han pensado mucho los nombres - comentó Nura. Se volvió a mí y propuso - ¿Qué tal Nura Jr?
- ¡NI HABLAR! ¡No pienso ponerle tu nombre! - espeté indignada.
- ¿Alguna otra sugerencia, Cebolla-chan?
- Grrr... Mmmm... eee... ¿Buda...?
- ¡NI LO SUEÑES!
Rei se acercó a nosotros.
- ¿Qué tal Kumato? En el Infierno hay muchos tomates de ese tipo~ y están mucho mejores que los de la Tierra -D-
- ¿Y cómo son los kumatos?
- Tienen un tono más oscuro que el de vuestra mascotita - aclaró, - pero es igual de redondito y kawaii que él.
- Ku... ma... to... - repitió Nura - Te dejo a ti elegir.
- D-De acuerdo. Suena bien~
Miré al gatomate que seguía durmiendo tan tranquilo entre mis brazos. Era muy mono, muy muy mono... ¿OS HE DICHO YA QUE ERA MUY MONO?
- Llegamos - anunció Kikyo.
Era increíble. Habíamos llegado en el momento del crepúsculo y todas las luces de las casas estaban ya encendidas. Todos los edificios estaban cubiertos por una gruesa capa de nieve al igual que el suelo. Los edificios eran completamente diferentes a los que había visto tanto en la Tierra como en el Purgatorio... eran pequeños y de pared gruesa. Dentro de ellos se podía ver a través de la ventanas a muchas familias felices formadas por personas iguales que Blue, con orejas de gato, pero de colores distintos: amarillo, rojo, rosa, verde...
El calor que irradiaba el ambiente de las casas contrastaba enormemente con el exterior que, a pesar de no ofrecer frío físico, el paisaje nevado hacía que nuestras mentes se sintiesen frías psicológicamente. Una sensación extraña, vaya.
También en los tejados de las casas, las fachadas de las tiendas y arriba de cada calle, estaban colgadas varias guirnaldas con bombillas de muchos colores que parpadeaban sin parar.
Llegamos a la plaza central del pueblo en donde había gran cantidad de gente contemplando un abeto enorme decorado con más luces de colores.
Seguimos andando atravesando aquella plaza mientras muchos nekoboys y nekogirls nos miraban como forasteros que éramos. Una pandilla de nekoboys hicieron silbiditos a Kikyo y casi ella les volatilizaba las orejas con su arco pero Akane la paró. Esta último decidió preguntar a dos señoras que estaban al lado sobre la posada de El Pez y nos dieron la dirección exacta.
Caminamos todo recto dejando atrás la plaza. Giramos a la derecha y a la tercera calle volvimos a girar hacia el mismo sentido. Subimos la Calle de la Laguna y vimos un pequeño edificio de madera en cuyo friso de la fachada rezaba "El Pez" con el símbolo de un pez echando burbujas por la boca. Kikyo abrió la puerta de la posada y entramos.
El ambiente era caótico. Había montones de neko-humanos tomando todo tipo de licores tanto en solitario como en compañía. Los más ancianos estaban jugando a las cartas u a otros juegos de mesa para pasar el rato mientras que los más jóvenes jugaban a juegos de azar para apostarse un par de monedas. Montones de nekogirls iban vestidas de sirvientas (las maids) para servir a cada una de las mesas de toda la posada. Me pareció una vestimenta un tanto ridícula, pero los clientes parecían babear por aquellas camareras.
Al fondo de la estancia estaba el bar donde un nekoboy bonachón, que parecía ser el jefe, estaba limpiando una copa mientras dos nekogirls servían cervezas y varios tipos de tapas a los clientes que estaban en la barra.
A la derecha del bar, estaban Abbadon y Dante sentados en una mesa con unas capas de color pardo cubriéndolos la cabeza y el cuerpo Si no hubiera sido porque estaban saludándonos, no les hubiera reconocido.
Nos acercamos y Abbadon saludó:
- Konbawa, sacerdotisas y... acompañantes.
- ¡Rei-kun! ¡Te encontré al fin por aquí! - dijo Dante levantándose de su silla dispuesto a abrazar a su amigo, pero se frenó - ¿EH? ¿Nura-kun? ¡¿Qué haces aquí?!
- Yo también me alegro de verte~~ - agradeció Nura.
- Ha venido a darme apoyo para que tengamos un viaje de nakamas. De demonio a demonio~ - intervino Rei sonrientemente pasando el brazo por encima de los hombros de Nura.
- Ya, ya~ o puede ser por otra razón e_e - pensó en alto Dante.
Nura apartó la vista y arqueé una ceja.
- Bueno, chicos, ¿a qué hemos venido aquí, pues?
- ¡Oh, sí! Por supuesto que os comentaremos... - dijo Abbadon - Cogeos unas sillas y sentaos por aquí cerca. Demonios, quedaos aquí, serviréis de gran ayuda en esta misión.
- Nunca he oído algo así de la boca un arcángel - comentó Rei ya con una silla y sentándose al lado de él.
Abbadon sonrió.
- Soy un poco... especial.
Cuando por fin conseguimos unas sillas y nos pusimos alrededor de la mesa, Abbadon comenzó a hablar.
- Puede que no lo parezca aquí, pero han invadido Caetoneko.
- ¿Invadido? - pregunté.
- Sí. Apenas se refleja en las aldeas periféricas como esta, pero la Fortaleza del Invierno ha sido arrasada por unos personajes... muy poderosos. Antes de la primavera, Caetoneko no volverá a ser la misma por su culpa, y de lo seguro antes de febrero ya habrán invadido todos los pequeños pueblos y valles de este mundo.
- ¿Y por qué iban a hacer una cosa así?
- Los sujetos de esta conquista no son nada más ni nada menos que dioses. Dioses que generó la dimensión terrícola de la que procedéis, sacerdotisas, concretamente el mundo de occidente muchos siglos atrás.
- ¿La Tierra puede hacer eso? ¿Crear dioses? - preguntó Akane.
- ¡Por supuesto que sí! ¡Como todas las dimensiones de toda la existencia! Y todas las creaciones puras, mágicas, celestiales, divinas y espirituales que habéis creado vosotros y todos los demás mundos vienen a parar al Cielo, el lugar de donde vengo.
- Eso quiere decir, que usted ha sido creado por una dimensión - dedujo Akane.
- Tutéame. Sí, estás en lo cierto. De hecho fui creado por esta dimensión, Caetoneko. Por eso es mi deber advertiros de lo que ha ocurrido y lo que está por ocurrir.
Abbadon cogió una mochila de color blanco (que no pegaba en nada con su estilo) y de ella sacó una máquina extraña.
- Eso es un portátil - informó Dante - Es muy fácil de usar.
- Y no es nada más ni nada menos que el portátil de Arquímedes. Lo construyó cuando estuvo aquella semana con Dante en el Purgatorio. Se lo pasó en grande.
- Sí, le gustaban las fresas con nata como a mí - dijo Dante con cierta nostalgia -. Y este ordenador os servirá en vuestra misión. Contiene información sobre todos los dioses a los que os enfrentaréis.
- Pero Arquímedes... - intervine mientras acariciaba a Kumato que se estaba despertando - es un fabuloso ingeniero nacido en la Antigua Grecia ¡eso es del mundo occidental!
- Cierto. Porque los dioses a los que os enfrentaréis - Abbadon hizo una pausa y continuó con miedo - son los dioses del Olimpo.
- ¿QUÉÉ? - preguntó Tsubaki dejando a un lado su espejo de bolsillo.
- Eso es mitología griega ¡No sabemos luchar contra eso! - espetó Kikyo.
- Soy las chicas más fuertes que ha habido en siglos. Podéis luchar contra eso - dijo Dante con una sonrisa - ¿Oye, dónde están las patatas bravas que pedimos?
- Me gustaría que una de vosotras aprenda a usar el ordenador esta misma noche para mañana por la mañana ir pensando en qué podemos hacer contra ellos además de hablar de estrategias y demás... Akame-chan, bonita, encárgate tú.
- ¿PERO POR QUÉ YO? X_____X
- De las cuatro eres la única que ha estado en el Purgatorio y has estado en contacto con una tecnología más avanzada a diferencia de ellas, aunque haya sido poco tiempo. Además se lo pediría a Kikyo-chan pero da miedo T_T
- ¿EH? - gruñó Kikyo.
Abbadon me acercó el trasto ese de metal y lo tuve que coger.
- Puff, pesa -comenté. Si no pesaba más, Kumato se abalanzó encima del portátil.
- Tendrás que ir familiarizándote con el sistema para mañana por la mañana.
- ¡Pero eso significaría que tengo que quedarme toda la noche despierta!
- Tampoco es que en este sitio vayas a dormir muy bien con el jaleo que hay montado - comentó Dante.
- ¡Espera! - intervino Kikyo - ¿Vamos a tener que dormir en este antro?
- No había sitios más baratos, lo siento - se disculpó Abbadon - ¡Pero no es problema, sacerdotisas! Nos prometieron que no iban a entrar en vuestras habitaciones y mucho menos intentar tocaros.
- ¿Acostumbran a hacer eso? e_e - preguntó Tsubaki.
Abbadon miró al bar para ver si venían sus patatas bravas. Había ignorado la pregunta.
- ¡JÁ! ¡Estoy dispuesto a machacarles la cabeza a esos seres divinos! - gritó Rei con actitud desafiante.
- Ay... en dónde me he metido yo con estos locos... - suspiró Nura.
El nekoboy bonachón de antes se acercó a nuestra mesa y nos sirvió las famosas patatas que pidieron el árcángel y el cazademonios. Aquel señor se nos quedó mirando a mí y a mis compañeras. Sus orejas de color granate se estaban moviendo de forma nerviosa.
- ¿Son vuestras amigas de las que nos hablasteis?
- Sí - dijo Abbadon mientras se comía una patata con sonrisa feliz.
- Sois muy monas, ¿no os gustaría trabajar aquí de camareras durante un tiempo?
- Gracias por su propuesta, e_e - agradeció Kikyo con cara de echar humo por las orejas - pero no gracias, es muy "amable".
El jefe de la posada se acercó a mi y toqueteó mi coleta.
- Veeenga~ os gustará.
- NO LA TOQUES - saltó Nura. Este se lanzó sobre él y le pegó una bofetada.
- ¡Nura-kun! - le chillé.
Miré a los demás...
-( . □ . ) ! ...
-( . □ . ) ...
-( . □ . ) ...
-( . □ . ) ...
-( e . ê. ) ...
-( e e )'' ...
... y volví la cabeza hacia él - .///D///. NURA X///X
- ¡AUU! ¡TÚ! - maldijo indignado el señor gato.
- Etto... Gomen~~ - se disculpó Nura - ¡Pero así no se habla a las mujeres! e_e
- VUELVE A DECIR...
Abbadon apareció detrás suya y con las alas extendidas comentó:
- Vaaaamos, Arthur, no te enfades, amigo mío~ ^D^ ¡Mi amigo demonio es un poco impulsivo pero es un buen tipo!
- Grrrr - gruñó.
- ¡ABBADON-KUN! ¡LAS ALAS! - gritó asustado Dante.
Miramos atrás y toda la clientela de la posada así como las maids estaban mirando atónitos.
- !!!! TODOS ¡AFUERA! ¡HOY ES NOCHEVIEJA! ¡LA POSADA HOY ESTÁ CERRADA! - gritó Arthur con un cucharón de sopa en la mano.
Mientras agitaba su arma culinaria histérico, todos los neko-humanos salieron lo más rápido que pudieron de la posada. En cuanto salió el último, Arthur echó el cerrojo y soltó un suspiro.
- Lo siento, amigo - dijo Abbadon volando por toda la posada con cara triste. Parecía que iba a echar a llorar con esa cara divina de angelito.
- ¿Pero por qué has hecho eso? - preguntó Tsubaki sorprendida como todos nosotros.
- Corren tiempos difíciles - justificó Arthur. - El dios Abbadon ha venido a salvarnos... y es nuestra última esperanza... Desde que pusieron esas estúpidas monedas los precios se han disparado y ya nadie viene a la posada - (Cuando comentó eso no me lo creí, antes estaba repleta de gente... tal vez normalmente estuviese más abarrotada) - A este paso moriré de pobreza y hambre...
- Al parecer van muy rápido - comentó Abbadon - Ya han impuesto el denario y el dracma de oro en los valles... ¿pero por qué nadie puede vernos?
- La Legión no ha llegado a los pueblos, pero contratan a gente moribunda... a bandidos o cazarrecompensas para capturaros... Este lugar ya no es seguro para vosotros, ni quiera para mis maids y para mí.
- ¿Y ahora dónde pasamos la noche? T_T - preguntó Rei.
Arthur se nos quedó mirando y después corrió a la barra del bar y preguntó a una maid de pelo marrón y vestido rosa que estaba a la izquierda.
- Ella es mi hija... la jefa de las maids, ella os llevará a otra posada en la que estaréis seguros.
- ¿YO? tsk!
- No sabía que tenías hija ._. - comentó Dante.
- La recogí de la calle cuando tenía 6 años ¡Aurora, no seas mala!
- Ooooj... está bien -.-'' pero seguidme sin entreteneros en el camino.
Dicho esto cogió una capa roja y se la puso. Cuando iba a abrir la puerta trasera que aún estaba abierta Arthur añadió:
- Vosotros, debéis poneros algo para que no os descubran. Y, Aurora, dile a Christopher que les de una habitación para cada uno... excepto para ese del pelo blanco e_e
- ¡EHHH! - se quejó Nura
- Sí, Papá - dijo y abrió la puerta.
Abrimos las mochilas y encontramos en cada una una capa de color pardo como la de Abbadon y Dante. Nos las pusimos, Kumato se agarró a mi hombro y salimos corriendo tras la maid.
Anduvimos por las callejuelas del Valle del Rhin ya en plena nocturnidad. Procuramos tapar a Rei y a Nura que no llevaban capa para que tampoco les reconociesen a ellos. Así estuvimos casi un cuarto de hora hasta llegar a una posada con un aspecto muy triste. En la fachada ponía "Posada del Marinero de Aguas Dulces" con un dibujo de un pequeño barco con un joven saludando un tanto cutre. Entramos y estaba prácticamente vacío. Comparada con la Posada de El Pez, aquella Posada daba realmente pena. Los dos camareros que había eran dos hombres bonachones que parecían familiares de Arthur. El que estaba en el bar era un señor mayor empezando su época de vejez.
- Oh, eres tú, Aurora...
- Hola, Christopher. Vengo de parte de mi padre. Quiere que les des a estos señores una habitación para cada uno menos a ese - señaló a Nura y este gruñó pero no dijo nada.
- De acuerdo... Sitio hay de sobra, claro está. Dile que aquí estarán a buen recaudo ¿Solo esta noche?
- Solo esta noche. Gracias. - Aurora se volvió hacia nosotros. - Buenas noches, forasteros.
Se fue.
- Bien... - dijo Christopher apartando un pelo rojo casi marrón  de su cara - Recoged aquí las llaves y subid esas escaleras para instalaros en las habitaciones. Os anuncio que va a ser una noche larga.
Hicimos lo que dijo. Recogimos las llaves de siete habitaciones y subimos las escaleras. Al llegar al pasillo de habitaciones nos deseamos las buenas noches y entramos cada uno en nuestra habitación. Antes de echar la llave, Abbadon, cuya habitación estaba al lado de la mía, dijo:
- Acuérdate de probar el portátil, Akame-chan. Oyasumi~ n_n
- O-oyasuminassai... e_ê
Entré y cerré la puerta. La habitación era individual de verdad: pequeña y de estilo austero. Kumato corrió a la parte de abajo de la cama y se hizo una bolita.
Dejé la mochila al lado de la mesita de noche y saqué el portátil de Arquímedes. Lo abrí y vi una pantalla con un teclado.
Decidí sentarme en la cama y darle al botón más grande. El ordenador se encendió. Cuando pareció cargarse vi que había dos programas: uno de búsqueda y otro de una lista con multitud de nombres. Abrí el de la lista y el primer nombre sobre el que pinché fue el de "Atenea". Vi una foto de una diosa de pelo marrón con un casco de hoplita ateniense con unos ojos grises potentes. Iba vestida con una túnica blanca e iba armada con una lanza griega y un escud
o con un relieve de una mujer con cabello de serpientes. Miré que a la izquierda ponía toda la información sobre la diosa. Era la patrona de la ciudad de Atenas, la diosa de la sabiduría y de la estrategia de combate. Bastante peligrosa. Nació de la cabeza de su padre, Zeus. Su mascota es una lechuza. Le gusta la arquitectura y jugar con las blancas en el ajedrez.
- ¿Qué clase de información es esta? - me pregunté. De todas formas me alabé al saber utilizar aquella máquina. Me sentí francamente útil a pesar de aquella maldita Profecía de por medio que hizo que matase a Hiroito.
"¿Y Blue?" pensé ¿Qué es de ella? ¿No debía de estar en alguna parte de ese mundo? Si estaba allí su novio, ella debió habernos encontrado. Algo debió haberla pasado, tal y como pensaba Rei. Tal vez aquellos dioses del Olimpo tuviesen algo que ver. Tal vez Blue jugó con Atenea al ajedrez y ganó con blancas y la diosa la transformó en la mujer de cabello de serpientes. Recé para que no estuviese en lo cierto.
De pronto alguien llamó a la puerta. Me alarmé y apagué el portátil de Arquímedes. Lo dejé a un lado y pregunté:
- ¿Quién es?
- ¡Abre! Soy yo - dijo una voz.
Me levanté a abrir la puerta y cuando lo hice vi que era Nura.
- No tengo habitación - recordó.
- Eso te pasa por bruto e_e
- Si lo llego a saber no te defiendo e_e
- e_e ... -.-... Qué quieres.
- Quiero quedarme a dormir en tu habitación. El Señor del Pandemonio no puede dormir en el suelo de una posada sucia a punto de la quiebra.
- Y yo soy una sacerdotisa y no puedo dormir un con demonio e_e ¿Por qué no se lo pides a Rei-kun?
- ¡Pero si teníamos una casa en el Purgatorio! Ch~ Bah~... Es que.. - Nura bajó la cabeza - Ya se ha quedado dormido.
- e_e ... Anda pasa.
- ARIGATO, AKAME-CHAN 8D
Pasó y se tumbó en la cama.
- En esa cama no cabemos e_e Sal de ahí. Al suelo.
- ¡Ni lo sueñes!
- e3ê ....
Levanté el brazo y eché un par de rayos Yin alrededor de mí. Me miró y se alarmó.
- ¡¡¡AAHHH!!! Vale, vale~~
En un par de minutos las luces estaban ya apagadas y Nura estaba tumbado en el suelo a los pies de mi cama en la cual estaba yo tumbada observando todos los ficheros del programa "Personajes Mitológicos de Grecia y Roma". Vi que la señora fea del escudo de Atenea se llamaba Medusa y en su origen era una doncella bellísima que al liarse con Poseidón, el dios del mar, Atenea la convirtió en ese monstruo que petrificaba a la gente en piedra cuando la miraban. Perseo, un héroe de la mitología, decapitó a Medusa siguiendo las órdenes de la diosa Atenea.
- Al parecer te está gustando eso del ordenador - comentó Nura.
- ¡Oh! Pensé que estabas dormido... Sí, la verdad es que es bastante curioso.
- Ah, bah.
- Oye, Nura-kun.
- ¿Mmh?
- Gracias.
- ?!?!
- Por defenderme de ese cerdo y tal...
- Oh... ah. No fue nada.
- Gracias - repetí.
- ...
- Si ahí abajo estás incómodo puedes venir aquí. PERO SOLO POR ESTA VEZ.
- ¿P-Puedo?
- Chi~
Nura se levantó y se tumbó conmigo. Decidí dejar el ordenador y posé mi cabeza sobre la almohada.
- Espero que mañana tengamos más suerte y no tengamos que salir corriendo de una posada de "cerdos" - deseó Nura.
- Eso espero. O al menos que no pase algo peor.
- ... Oye, Akame-chan.
- ¿Sí...?
- Feliz Año Nuevo.
- Igualmente, Nura-kun. Oyasumi.
En ese instante noté que me dio un beso en la frente. Escuché un ronroneo de Kumato y casi al rato me dormí.