jueves, 11 de febrero de 2016

Némesis

- ¿Qué pinta ella en todo esto, Señora?
- Más de lo que crees, querido Conde. Vamos a necesitar a la Ira para arrasarlo todo... ella es perfecta para ello, está en su naturaleza.
- Yo no me fiaría de ella... Es la más impredecible de los pecados, lideró la revolución en el Infierno... por no decir que en el fondo le tiene cariño a esos amigos que tiene.
- ¿Amigos? JAJAJA No me hagas reír~ Los Pecados no tienen amigos. Ella no siente nada... solo ira, y más teniendo en cuenta su más reciente fracaso.

Nombre: Némesis
Apellidos: Sudou
Raza: Pecado
Dimensión: Infierno
Poderes/armas: Revolver, Ira.
Crush: Cerberus

Los lobos están sedientos de sangre. Los muertos están hechos de pieles y huesos. Los pájaros vuelan en el cielo carmesí. El sonido que hacen perfora los oídos. Aún no me podía creer que aquel vacío lugar donde estaba era la parte superior del Infierno.
La guerra había acabado... y había fallado en el último momento. Ya estaba en el palacio de Hades cuando apareció ella... un nuevo demonio infernal. Ella y muchos demonios nos arrasaron y se declaró ganadora, así como nueva Juez del Inframundo.
Qué tonta fui... Una vez más había fracasado. Pensaba que las cosas podrían cambiar en este putrefacto mundo, pensaba que los pecadores podríamos expiar nuestros pecados, pensaba... que de alguna forma podría hacer que cambiasen las cosas, al igual que hicieron esos aventureros que conocí... Nurarihyon y Akame Scarlet.
Una vez más fui una ilusa, una vez más fracasé... Mi naturaleza nunca cambiará. Soy la Guardiana del Pecado de la Ira, y así será eternamente.
"Ksó..."
- Némesis-chan - me llamó una voz.
Me giré. Era mi viejo nakama, el demonio infernal del cerbero, Cerberus. Siempre hizo que algo dentro de mí se moviese... ¿Qué era?
- Cerberus-kun - le dije relajando mi cara.
- No me mires con esa sonrisa triste.
- No pretendía sonreír... Yo no sé hacer eso.
- ... Al menos puedes quitarte ese antifaz conmigo.
- Ungh...
Le hice caso. Guardé mi antifaz en el bolsillo y seguí mirando al frente, esta vez con la cara descubierta.
- Némesis-chan... me han dicho que vengas al castillo. Al parecer tienen que hablarte de un asunto.
- ¿Me van a arrojar por fin al vacío?
- ¡No! No... Por hoy no.
Le miré asegurándome de que no me estaba mintiendo. Aj~ la costumbre... Él no podía mentirme así. Si me castigasen, él haría algo, supongo...
- ¿Qué quieren entonces?
- No lo sé... Pero la nueva Juez parece hacerle muy feliz.
- Vaya~ Asique tú ya no la llamas por su nombre tampoco...
- Es lo que tiene el puesto de Juez. Renunciar a la identidad.
- Para mí seguirá siendo la demonio zorra que se interpuso en nuestro camino.
- ¿N-Nuestro camino...?
- El de la revolución.
- ¡AH! ¡A-Ah, sí...!
Le miré.
- ¿Por qué lo dices así?
- P-Por nada...
Él bajó la cabeza y sus mejillas se colorearon de rojo. Pero qué narices... Permanecí callada notando como esa cosa extraña de mi interior revoloteaba. Cerberus me miró escondiendo un poco la cabeza en su bufanda.
- Oye, Némesis-chan...
- ¿Sí...?
- Yo... Yo...
- ¡¿Se puede saber porqué tardáis tanto?! - dijo una voz.
Lucifer se estaba acercando.
- Ungh...
- ¡Demonio inútil! ¡Te mandé con ella para que vinierais enseguida, no para flirtear!  ¡INÚTIL!
- Lo siento, Lucifer.
- SEÑOR Lucifer - corrigió.
- Guardián de la Soberbia - re-corregí.
Me miró arqueando la ceja.
- ¡Claro~! ¡EL PECADO ORIGINAL! ¡EL GRAN MAESTRO DE LA MALDAD!
A Lucifer le encanta estar por encima de los demás, algo típico en alguien de su círculo de pecado supongo.
Entonces fui con él y con Cerberus a la mansión de Hades.
- ¿Para qué me queréis aquí? - pregunté.
- En seguida lo sabrás, pequeña revolucionaria~
Pasamos al interior y vi a Hades junto con Perséfone (esta con todo su cuerpo encadenado), Anubis, los cinco guardianes de los pecados restantes, y a ella... Hagoromo Gitsune.
- ¡Oh~! Aquí está ella~ - dijo ella sonriente. Ya se había puesto la capa de Juez.
- Ungh...
- Todos los guardianes podéis iros, excepto Ira, Soberbia y... Lujuria.
- ¡Oh~! Será un placer asistir a esta cita con estas grandes damiselas - dijo Sateriajis.
- Ni te me acerques a mí, Venomania - dije.
Todos pasaron al lado mirándome, unos como antiguos aliados... y otros como viejos enemigos. Mi padre, el guardián de Avaricia, Gallerian Marlon, me miró con odio. Tenía el cuerpo cosido. Al parecer, cuando Nura y Akame estuvieron en su círculo, le dieron caña.
Una vez se fueron, Hagoromo Gitsune levantó los brazos con una sonrisa.
- ¡Nééééémesiiiis-chaaan~! ¡Queeeriiida~! ¡Cuánto tieeeempo~!
- Hola Hagoromo Gitsune.
- A, a, a~... - se puso la capucha de su capa. - Ahora soy la nueva Juez~
- ... Sí.
- Pobrecita... Siento mucho que fracasases de nuevo... ¡pero está en tu naturaleza! Los Pecados nunca cambiarán... En tu caso, la Ira te carcome.
- ...
- ¿Vas a contarnos eso tan importante que tenías que decirnos o has pedido que viniésemos solo para mofarte? - intervino Cerberus.
- Déjala, Cerberus-kun. No tiene importancia - dije.
- Vaya~ Qué raro que digas eso siendo una vengativa asesina~ - comentó Hagoromo Gitsune. - Reconozco que a veces pensé en que podrías ser algo diferente a los otros guardianes... pero JAJAJA ¡Imposible! ¡Una asesina convertida en dictadora! ¡Querías ser la...! ¿Cómo era...? ¡Ah! ¡"Maestra del Jardín Infernal"! JAJAJA
Fruncí el entrecejo más de lo que ya lo tenía.
- No te pases con ella~ En realidad Némesis Sudou es un encanto♥ - dijo Sateriajis.
Hagoromo Gitsune le miró arqueando la ceja.
- Ya...
- ¿Vais a hablarle ya? - dijo Hades cansado.
- Claro~ - dijo Hagoromo Gitsune. - Verás, guardiana. Vas a disfrutar de esos días que querías.
- ¿A qué te refieres? - pregunté.
- Nos han mandado una carta. No sabemos quién es, pero asegura llevarnos a unos juegos en la Tierra de los mortales, concretamente en Japón. Lucifer y yo iremos como participantes número 1 representando al Infierno.
- Y mientras están fuera, puedes encargarte de las cosas aquí en el Inframundo - añadió Lucifer.
- ¿Honto...? - dije.
- ¡Por supuesto! ¿Cómo íbamos a mentirte con algo así? - dijo Hagormo Gitsune.
- ¿Pero cómo pensais ir?
- Nos llevarán.
- ¿Quiénes?
- No lo sabemos te he dicho Jijiji~ pero tengo el presentimiento de que será divertido, y por supuesto no será una trampa.
- ...
- Salir fuera al mundo de los mortales va en contra del orden natural... No debe ser muy bueno - dijo Cerberus.
- ¿Y lo dices tú, que te escapaste... cuántas veces? - dijo Hagoromo Gitsune.
- ... e_e
- Bien. Vigilaré esto mientras estáis fuera - dije sin más.
- Jijijij~ Y tranquila~ si lías otra revolución la desmantelaré en un segundo ;P - dijo Hagoromo Gitsune con tono burlón. - Espero ver en la Tierra a Nurarihyon...
- Y a Akamecita también♥ - añadió Sateriajis.
- ¿Y tú qué pintas en todo esto? - pregunté al guardián de la Lujuria.
- Iré de invitado♥ Las damas me adorarán -//U//-
- Tú siempre tan a lo tuyo...
- ¡Bueno! ¡Eso es todo! Podéis retiraros - dijo Anubis.
Todos asentimos y nos dirigimos a la salida. Una vez fuera Sateriajis se acercó a mí.
- Vaya~ Querida Némesis-sama♥ ¿No te importa que le tuteé no? Estás tan bella sin el antifaz... ¡nunca te había visto así!
- Ah.
Me tocó el pelo.
- Ese toque misterioso que tienes... Es amor♥
- ¿Qué quieres de mí aparte de llevarme a tu alcoba, Venomania?
- ¡Nada! Jojojo~ Qué cosas tienes, líder~ Solo quería animarte al igual que hice en la revolución. Recuerda que fui tu aliado♥
- Sí... Muy útil además... - Nótese la ironía.
- Si hubiéramos disfrutado de verdad... habrías ganado sin duda.
- Sigue soñando, Venomania.
- Jajajaja... Tal vez si...
Se pegó a mí y me rodeó la cintura.
- Suéltame, Venomania.
- Sé que me echarás de menos mientras esté en los juegos... Podemos disfrutar antes de que llegue el día...
Entonces me comenzó a tocar un pecho. 
- ¡¡QUÉ PRETENDES!!
Me intenté apartar y este me apretó contra él mientras manoseaba más.
- GRRRRRRR
Hice más fuerza y conseguí liberarme. Saqué rápidamente mi revolver y le apunté.
- NO TE ME ACERQUES, MALDITO GUSANO.
- ¡P-Pero vamos, yo...!
- TÚ NUNCA SERÁS ÉL. NUNCA. Y MENOS SIENDO TAN HIJO DE PUTA.
- Némesis...
Quería apretar el gatillo... quería apretar el PUTO GATILLO. 
- ¡Némesis-chaaan!
Miré a un lado. Era Cerberus. Entonces Sateriajis salió corriendo asustado. Bajé la pistola.
- Cerberus-kun...
- Qué te ha hecho ese desgraciado...
- Nada. Estoy bien...
- ...
- ... No puedo controlarme... Cuando me enfadan no logro contenerme.
- Esta vez te he visto bien. No le has disparado.
- No es suficiente. No llegas a aparecer y...
Guardé la pistola mientras daba la espalda a mi nakama.
- ... He visto que el Jardín Infernal está vacío ¿Te apetece verlo? Ya que podemos estar juntos aquí...
- Dices que es el sitio menos espantoso del Infierno... Quiero verlo.
Cerberus sonrió y me cogió de la mano ¿Por qué hizo eso y esa cosa volvió a moverse dentro de mí? Entonces él se disculpó y me soltó. Fuimos al sitio que dijo. Realmente era el peor jardín que pudiera existir, pero el sitio más "bonito" del Infranmudo. El poco césped que tenía no estaba cortado y era grisáceo, los árboles era oscuros casi sin árboles, las piedras eran oscuras y puntiagudas... el mejor sitio sin duda. Nos sentamos en el césped y contemplamos el paisaje.
- ¿Qué te parece lo de dirigir temporalmente el Inframundo? - preguntó él.
- Ni me va ni me viene. Qué remedio.
- Entiendo...
- Sigue pareciéndome raro... ¿quién coño quiere a esos dos por ahí fuera?
- No tengo ni idea... Se me ha hecho raro hasta a mí. Y más cuando recuerdo esos días en los que estuve en la Tierra de Nura y Akame... 
- ¿Cómo es ese mundo?
- En apariencia como cualquier Japón de cualquier otra dimensión. Pero tiene algo especial... esas criaturas mágicas son espectaculares.
- ¿Hierba verde, cielo azul, sol...?
- Sí...
- ...
- Lo siento... Sé que los echas de menos.
- Es igual. Tampoco se está tan mal aquí.
Cerberus me miró raro. Ni siquiera yo misma me creía eso. Le sonreí.
- Ahora sí que sonríes. Y bien además.
- De qué hablas.
- Has sonreído. Casi parecías una chica normal.
- No soy una chica normal.
- Lo sé pero... e-entre nosotros podemos ser una chica y un chico normales...
- ! N-No sé a qué te refieres.
- ¿Has tartamudeado?
- No.
- ...
- ... 
Me puse en pie y él hizo lo mismo preocupado.
- ¿Qué te ocurre? ¿Dije algo malo?
- No, Cerberus-kun.
- ¿S-Segura? ¿Por qué te levantas, entonces?
- No sé.
- ...
- Lo siento... Últimamente no sé qué me pasa. Hay algo dentro de mí que no sé... No sé si es la Ira o...
- O puede ser que estés dejando de ser un pecado.
- Eso no puede ser posible.
- ¿Cómo que no? ¡Rilliane-san dejó de serlo y desapareció de este horrible mundo para llegar a la paz!
- ... No sabemos a dónde fue la Hija del Mal. No sabemos si alcanzó la paz o algo mucho peor que esto...
- Ambos sabemos que tenemos esa sensación... de que está en un lugar mejor, gracias a su mensaje de arrepentimiento.
- ... Entonces, ¿eso es lo que quieres? ¿que desaparezca?
- ¡NO! ¡Nunca querría algo así! ¡Quiero que estés... con... con... conmigo...
- ¿Contigo?
- ...
Cerberus se acercó a mí y me acarició la cara con sus manos... Otra vez esa sensación.
- Némesis-chan... yo...
- ...
- Quiero que estés conmigo.
- ........ Estoy contigo ahora.
- ¡No me refiero de esa forma, baka!
- ...
- ...
- ...
- Yo...
- ... ...
- ... t-te quiero...
Mi tripa explotó, como si ahora hubiera pájaros infernales dentro de él. Sin embargo, traté de ignorarlos y decir pasivamente:
- No vayas por ahí, Cerberus...
- ¿Q-Qué?
- Sabes que no puedo corresponderte.
- P-Pero...
- No... No. Yo... - me separé de él y me llevé las manos al pecho encogiéndome. - No puedo sentir nada... Soy un pecado...
- Eso son estupideces, Némesis-chan. Además, tú eres diferente. Me lo has demostrado, se lo has demostrado a todo el mundo montones de veces.
- Te equivocas. Todos me ven como un fracaso. Un fracaso más de este mundo... Soy como los demás... Una fracasada.
- ¡No, no!
- Además...
- ...
- ... No puedo olvidarme de él...
- ... ¿Te refieres a... aquel novio que tuviste cuando estabas viva?
- Aquel que maté, sí...
- ... Las cosas cambian.
- Yo no cambio. El Infierno nunca cambiará. Es una condena para siempre. SIEMPRE.
- Sí... y yo seguiré queriéndote siempre.
- !!!!
Le miré con ojos como platos... Mis mejillas comenzaban a calentarse como si volvieran a tener vida, como si yo entera estuviese reviviendo. De pronto unas cosas comenzaron a asomar de mis ojos... Hacía tiempo que se me había olvidado lo que era lagrimear.
- ...
- ...
Aquel mágico silencio fue interrumpido. Algo nuevo vino al Inframundo, algo que sentía extraño. Miramos al frente y vimos a una figura oscura moverse. 
- Qué es eso - dije sacando la pistola.
- Némesis-chan... eso es...
Siguió acercándose y vi mejor lo que era. Era un oscuro samurái fantasmagórico que se paró justo delante de mí. Sacó una carta de su bolsillo y me la entregó.
- Participante femenina del Infierno número 2. Némesis Sudou.
- O_O
- JAJAJAJAJAJAJAJA - se escuchó desde lejos. Era Hagoromo Gitsune, que por alguna razón estaba detrás de un árbol - JAJAAAJAJAJAJ LA SEGUNDA CANDIDATA JAJAAJAJJAJA ¡ERES TÚ, NÉMESIS SUDOU! ¡VENDRÁS CON NOSOTROS AL MUNDO DE LOS MORTALES! JAJAAJAJAJJAA
...
...
...
...
...
...
Entonces me daba igual todo. De repente sentí el ansia de volver a ver la luz del sol, el cielo azul, la hierba verde... Quería volver a sentir lo que era estar viva... otra vez. 



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