El pequeño pueblo donde vivía Kikyo estaba de luto. Notábamos la tristeza de los aldeanos como si fuese dolor físico. Nura adoptó su forma humana por si algún humano se asustaba. No era el mejor momento para hacer ver que el Señor del Pandemonio no era un demonio malo (es decir, no era buen momento para que una mentira así colase).
- Sacerdotisa Akame-sama... es un placer... - dijo una mujer.
- Hola ¿Sabe dónde puedo encontrar la casa de Kaede?
- Al fondo del pueblo, al lado del pozo.
- Muchas gracias.
- Buen día... Chico a ti no te conozco... ¿Por qué llevas el kanji de terror en tu capa?
- ¿Eh? Oh, soy amigo de Akame-chan. Me llamo... Rihan. Mi capa es para asustar youkais (?)
- Vaya, nunca la había visto...
- Bueno, tenemos prisa - dije, - vamos Rihan-kun.
Anduvimos hacia la casa del fondo.
- ¿Rihan?
- Fue el primer nombre que se me ocurrió -U-
Llegamos y vimos a Kaede, que salió de su casa.
- Akame-chan... ¿y N-Nurarihyon?
- Shhhhh~
- Rihan.
Me fijé en que la pequeña llevaba una venda en el ojo. Al parecer sufrió un accidente mientras estábamos fuera...
- ¿Cómo esás?
Kaede aguantó las lágrimas. A pesar de su corta edad, ahora era la sacerdotisa del pueblo. Debía demostrar tener una actitud fuerte.
- ¿Habéis venido a visitar la tumba de mi hermana?
- Sí.
- Acompañadme.
Caminamos hacia una pequeña tumba. Había montones de flores blancas a su alrededor.
- Enterramos sus cenizas en este lugar.
- ¿Y la Esfera de los Cuatro Espíritus? ¿La quemásteis junto con su cuerpo? - preguntó Nura.
- Sí, tal y como ella me pidió - contesó con una mirada de enfado hacia Nura. Supongo que, después de lo ocurrido con su hermana, pensaba más que nunca que los youkais eran mentirosos y aprovechados.
Me agaché y recé. En absoluto me esparaba que le ocurriese eso a mi amiga. Kikyo era tan fuerte y poderosa...
- No... ay...
- Akame-chan...
Nura me abrazó y lloré. Tras un rato, coloqué un amuleto del Yin Yang al lado de su tumba.
- ¿Nos puedes llevar a donde Kikyo selló a ese hanyo?
Kaede asintió y fuimos hacia el bosque. Kikyo selló a Inuyasha en el Árbol Sagrado de las Eras. Contemplé el rostro calmado del hanyo, que dormía con una flecha clavada en su pecho.
- La leyenda de este árbol cuenta que transciende en el tiempo, por lo tanto, su cuerpo seguirá instacto durante años sin que podamos quitarle el sello.
- Solo la persona que le selló puede quitarle el sello - recordó Kaede.
- Y esa persona era Kikyo - añadió Nura.
Miré con rabia a Inuyasha. Por su culpa mi amiga había muerto. La había traicionado. Ese mediodemonio era horrible, le odiaba.
- Cálmate, Akame-chan - recomendó Nura cuando vio que mi puño echaba llamas.
- Me calmo. Me calmo...
Pasamos días en el pueblo de Kaede ayudándola y protegiendo a aquel pueblo de los demonios que aprovecharon la situación, pero poco a poco se fueron acobardando. Ni siquiera para los youkais aquel sitio era bueno. Era un lugar entre maldito y divino... algo que hizo que fuese un pueblo bien protegido, asique, tras visitar varios días la tumba de Kikyo y el Árbol Sagrado, tomé una decisión.
- Qué curiosa katana tiene usted, Rihan-sama. Es sagrada... ¿Es usted un especie de omnyouji?
- ................. Algo así, claro, sí.
- Nur... digo... Rihan-kun, tenemos que hablar.
Nos alejamos de la gente y hablamos en privado.
- Creo que vamos a tener que irnos, ¿no? - dijo Nura.
- Sí, es hora de volver a nuestras casas. Etto... quería comentarte una cosa.
- ¿Sí? Oh... Bueno, también quería comentarte algo...
Por su tono de voz parecía que le daba vergüenza, pero quise decirle mis planes antes.
- Me voy de viaje.
- ¿Sí? ¿A dónde? ¿Es una misión de cebolla?
- ¬3¬ ... u3u... No...
- Bien, avisaré al Clan que estaré fuera unos días.
- No, no. Tú te quedarás en Japón con tu Clan. Este viaje lo hago sola.
- ¿Japón? ¿A dónde tienes pensado ir?
- Me voy una temporada a China, al pueblo donde vivía el Abuelo Fu, el anciano que me cuidó de niña. Necesito aclarar ciertas cosas... quiero tener mi conciencia tranquila, quiero investigar sobre mis padres, los domadores de dragones y lo que pasó con el dragón corrompido que encontramos en el Caos.
- ¿A China tú sola otra vez? ¡¿Estás loca?! ¿Te acuerdas de lo que pasó la última vez, no?
- China ya no es lo que era con el nuevo emperador. Y Mulán-chan me prometió que no pasaría nada si volvía.
- ¿... Me estás diciendo... que esta es otra despedida?
- ... Sí.
- Estoy harto de esto. Estoy.. Quiero... quiero estar contigo. Pero tú siempre te vas, siempre tienes algo que investigar, y en el caso contrario siempre nos pasa algo que hace que nos perdamos en una dimensión por ahí. Quiero asentarme de una vez.
- Nura-kun, tú también tienes deberes con tu Clan.
- Soy un demonio, yo hago lo que quiero cuando quiero con mi Clan. Pero tú eres... tú... tienes deberes de ayudar a la gente y esas cosas, y además miras el pasado una y otra vez. No sé qué pasó con tu madre y ese dragón pero está solucionado.
- ¡Necesito encontrar los motivos! ¡Apenas les conocí, Nura-kun! ¡Mis padres murieron cuando tenía apenas 3 años!
- Tienes que vivir el presente. Pensé que tú y yo...
- Somos diferentes, Nurarihyon.
- ... Ya veo.
- ...
- ...
- ... Sabes que te quiero... pero... necesito hacer esto.
- Ya, sí... - Nura fue recuperando su verdadera forma de youkai, - eres libre de hacer lo que quieras. Yo... solo tengo miedo de volverte a perder.
- No me perderás.
Nos abrazamos.
- ¿Volverás pronto?
- No te lo puedo prometer.
- ...
Nos separamos.
- Adiós, Nura-kun.
Nura me cogió y me besó. Le correspondñi y nos besamos apasionadamente. Adoraba a ese chico... pero tenía deberes. Si quería tener una vida feliz apartir de ahí, tenía que regresar a mis orígenes y quitar aquel peso que sentía encima y me ahogaba durante años.
Invoqué a los dragones del Yin Yang... y volé... sin dejar de mirar atrás hacia donde estaba Nura. Volveré pronto.
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