domingo, 5 de octubre de 2014

Los señores de la noche

Fue tan repentino el final que no caí en la cuenta de que estaba tirada en el suelo hasta que Nura me ofreció su mano. Me levanté gracias a su ayuda y le pregunté:
- ¿Estás bien?
- Sí. Supongo que tú también.
Asentí con una sonrisa.
- ¡OSIIIIIIITUUU~!
- ¡GATIIIIIITA!
Rei y Blue se abrazaron increíblemente fuerte.
- Supongo que al final todo ha salido bien - comenté mientras Nura y yo nos acercábamos a ellos.
- Ha sido geniaaal n3n
- Bestial *^* - añadió Rei mientras Blue le daba besos en la mejilla.
- Ese poder tuyo, Rei, era... increíble - comentó Nura.
- ¿Eh? ¡Ah! Bah~ Eso no es ni el 2% de lo que soy capaz de hacer.
Nura y yo pusimos los ojos como platos. Realmente, Rei era un demonio impresionante a la vez de tenebroso. Si eso que vimos no era casi nada de su poder, no quería ni imaginarme lo que pasaría si usase al menos la mitad de sus energías.
Decidimos investigar el edificio más a fondo por si había más gente con la posible intención de acabar con nosotros. No hallamos nada, sólo una muñeca de trapo tirada en un desván a dos pisos por debajo del suelo. No sé porqué exactamente, pero decidí llevármela, tal vez de recuerdo.
Salimos del edificio y a través de las vallas de alambre, contemplamos que estaba anocheciendo.
- ¿Vamos a casa, Cebollatisama?
- ¡B-Baka! E_E
Rei y Blue se alejaron rápidamente.
- ¡Lueeeeego nos vemuusss n3n! ¡Tenemus que hacer unas cusas!
Cuando les perdimos de vista, Nura y yo nos quedamos solos en el crepúsculo.
- No respondiste -3-
- ¡Que sí, Cabeza alargada-senpai!
- ¿S- Senpai...? X___X''
Invoqué mis dragones y me subí al blanco. Acto seguido, Nura se subió al negro y volamos otra vez en dirección a nuestra casa. Llegamos y extrañamente no vimos los donuts de Hilbert como siempre. Nura sacó la llave y abrió la puerta. En cuanto pasamos a dentro Rei y Blue aparecieron felices gritando:
- ¡KONBAWAAAAAAAA! 8D
- ¿B-Buenas noches? X^x'' - dije incrédula.
- Os hemos traído un par de cosas 8D - informó Rei.
Este trajo un par de cajas de cartón con comida recién hecha que olía a delicia de los dioses. En la caja ponía "Domino's Pizza". En seguida sacó cuatro sacos de dormir.
- Noooooooche de pijamas n3n)/ - gritó Blue.
- ¿Q-Qué? X_X
- Pasaremos la noche los cuatro 8D ¡será divertidísimuuuuu!
- H-Hace frío... -comentó Nura.
- Blue-chan, tranquila que le vas a helar con tu emoción n_n'' - dijo Rei.
Luego sin pensar di la mano a Nura.
- Yo te doy calor -_-
- Etto... o///o
- o.o
- o3o ... e//3//é
Me di cuenta de lo que hice y me tembló todo el cuerpo.
- ¡Me estás quemando! Dx - dijo quejándose Nura.
Me aparté.
- G-GOMENE X//////////////////X''
Se hizo un pequeño silencio y Rei rompió el conflicto entre hielo y fuego. Sacó el regalo que me dio antes de ir a la piscina.
- Es hora de abrirlo, Akame-chan n_n''
- H-Hai.
Lo cogí y todos fuimos al salón. Quité la cinta que rodeaba el paquete, así como arranqué el envoltorio. Vi una caja de color gris y la abrí. Dentro había algo de tela roja que saqué. En mis manos tenía una especie de vestido corto de color rojo escarlata con lunares y encaje negros.
- ¡Tu primer pijama del Purgatorio! 8D
- Yo tengo uno parecidu pero con shorts cortos, y el mío es azul con lunares blancos n3n
Por educación tuve que decir "gracias" pero, dentro de mí, mi voz chillaba "¡NO PUEDO PONERME ESTO! DDDDDDx" Lo guardé rápidamente en la caja y la dejé a un lado. Reí como una niña tonta sin saber qué más decir.
- ¿Cuánto tiempo estará Dante-kun por allí en el Infierno? - preguntó Nura.
- Mmmm pues... no lo sé. Pero estoy seguro que en cuanto pueda, vendrá - respondió Rei.
- ¿Y entrará sin permiso como vosotros? e_é - intervine.
Rei y Blue rieron de forma traviesa, cogieron las pizzas y nos ofrecieron.
Fue una buena noche de risas y hablamos un poco de nuestros mundos.
Rei explicó que hace mucho tiempo que no pisaba su tierra natal, el Infierno, pues a él lo que le gustaba era viajar de dimensión en dimensión y conocer lo que otros demonios no eran capaces de apreciar.
Por otro lado, Blue nos habló de su curioso mundo, Caetoneko, en el cual era todo un paisaje nevado con pequeñas aldeas y fortalezas más fortificadas que cualquiera de las que hay en el mundo occidental de nuestra Tierra, además de que todos los seres de ese mundo eran nekoboys y nekogirls con orejas y cola de gato.
Nura habló de su residencia en la región de Ukiyoe y de los muchos sirvientes que tenía. Al parecer, como rey de los youkais, debía encargarse de que estos no hacían tantas barbaridades. En un principio me pareció un poco raro, pues a los youkais precisamente se les conocía por hacer la vida imposible a los humanos ¿Cómo es que Nura defendía tanto a humanos como a youkais?
La última en hablar fui yo. Remarqué algunas cosas que dijo Nura sobre nuestro mundo como la lucha entre el bien y el mal, las islas japonesas concretamente Honshu que era donde vivíamos y añadí mi vida en el Templo del Gato Negro así como mi corto tiempo que pasé en mi tierra natal: China.
Todos se quedaron sorprendidos, aunque la verdad, todas y cada una de las historias que fueron contadas aquella noche fueron igual de importantes a mi parecer.
Terminadas la cena y la charla, fuimos a nuestras habitaciones; Nura y Rei por un lado y, Blue y yo por otro. Cogí la caja donde estaba metido el pijama y me dirigí a la habitación con Blue. Nura se acercó a mí y me agarró del brazo.
- Eh. Yo no sabía nada sobre ti hasta hoy.
- ¿Ungh? Hombre, ya sabías que era una sacerdotisa... además, yo no sabía sobre tu vida tampoco.
- Sacerdotisa... - soltó una risa de malicia - ¿Una sacerdotisa viviría en el Purgatorio con Nurarihyon?
- ¿Un youkai que defiende humanos? e_é
Hubo un rato de silencio. Blue estaba mirándonos como si estuviera esperando a que cualquiera de nosotros dos sacáramos nuestras katanas y empezáramos un combate. Tal vez eso predijo que podríamos haber hecho gracias a la información que esta tenía pero ninguno de los dos nos movimos y Nura añadió:
- Nunca supe porqué estabas en el Barco... Nunca pensé que tenías ese pasado pisándote los talones y que estabas siendo perseguida. Debió ser una infancia muy dura.
- ... Tú y tus padres también parecíais estar huyendo.
- Nos perseguían, sí. Mi padre tenía que visitar a unos youkais de China pero unos sacerdotes nos descubrieron y nos buscaron. Por eso no me gustan los seres que usan magia celestial.
- Ni a mí los demonios.
Por alguna razón que aún no comprendo, los dos esbozamos una sonrisa.
- Oyasumi~ dijo.
- Oyasumi -U-
Se fue a la habitación de al lado con Rei y yo me metí con Blue en la nuestra. Nos pusimos nuestros respectivos pijamas y me sentí ridícula. Cualquiera que me viera con eso me daría un ataque de nervios.
- ¡Qué guapa, Akame-chan! n3n - comentó Blue con su pijama azul cielo y blanco.
- N-No creo que sea fácil acostumbrarme a esto...
- ¡Oh, vamos! Tu mundo es muy aburrido... ¿Tantas normas tenéis allí?
- Mmmm... bueno, unas cuantas... tal vez más que en el Infierno o en tu mundo... y más cuando eres una sacerdotisa.
- Bueno n3n pero al menos estás probando la libertad... ¡estás en esta aventura con nosotrus!
- ¿Libertad?
Libertad. Yo siempre estudié que eso era el objetivo que debía llegar como sacerdotisa... alcanzar el Nirvana y encontrarme con Buda. Era el objetivo más básico de una sacerdotisa como yo... pero ¿Dónde estaba Buda en el Purgatorio? ¿O en el Infierno? ¿O en Caetoneko? ¿Y si la verdadera libertad era lo que estaba experimentando ahora... con mi nueva sangre de fénix?
Ciertamente mi  mundo estaba regido por muchísimas normas. El guerrero siempre tenía que ser fiel a su país, el gobernante cuidar de todos los habitantes de su territorio, la mujer debía hacerse cargo de los hijos, las princesas ser casadas con príncipes o nobles de alto rango y seguir la dinastía... Las sacerdotisas debíamos proteger a los humanos de los demonios, consagrar nuestra vida a Buda y vivir humildemente en un sitio de luz rodeado de la oscuridad caótica del mundo como una vela según me explicó mi Maestro... Pero, en realidad ¿era yo libre?
- ¿Alguna vez has tenido noviu? n3n
Miré a Blue con cara de espanto ¿Yo? ¿Novio? Las sacerdotisas no podían hacer eso... No podían mantener ninguna relación amorosa con nadie... Fue cuando pensé en Hiroito y me dio un vuelco en el corazón. Él, un demonio lobo, estaba con Akane, una sacerdotisa del mismo Templo en el nos entrenamos, por no decir que era mi compañera de habitación... mi mejor amiga.
- Las sacerdotisas no podemos...
- Ow...
Decidimos apagar la luz de las velas y nos fuimos a dormir. El ambiente estaba cargado, como era de costumbre durmiendo con mis tres amigos; sin embargo, mi sueño duró más bien poco. Algo se estaba acercando a nosotros que no parecía muy bueno.
Me levanté de la cama (el saco de dormir, más bien) en medio de la noche quejándome de mi pijama. Al no poder conciliar más el sueño por aquella sensación extraña, decidí ponerme mi ropa normal así como mi bufanda. Cogí a Guesshoku  y me giré a donde estaba la cama de Blue. Espera... ¿Dónde estaba Blue? Su cama estaba vacía y las sábanas desordenadas. Se había levantado ¿Podría haber notado esa sensación maligna? Abrí la puerta de la habitación y observé el pasillo. No había nadie.
Caminé a paso lento con mucha precaución observando la oscuridad. Mis ojos llameantes me hacían ver un poco mejor, cosa que me di cuenta bastante tarde y lo agradecí. Como Nura decía, estaba empezando a parecer un demonio.
Puse los ojos como platos al ver que una presencia fría se acercaba corriendo hacia mí. En un momento, Blue me abrazó asustada..
- Han venido... Han venido ellos.
- !?
Otra figura apareció en medio de la oscuridad. Un tipo gordo vestido de vaquero...
- ¡¿Hilbert-san?!
- Jejejeje. Por fin ha llegado el momento de obtener mi recompensa, Akame-chan~ O debería llamarte... La Sacerdotisa de Fuego.
- Ksó... ¿QUÉ PRETENDES CON TODO ESTO?
- No tengo tiempo para hablar. Sólo quiero que estos señores te acompañen a una bonita dimensión... el Infierno.
Aparecieron más figuras al rededor de Hilbert... Eran demonios con forma humana con la piel más pálida que había visto en mi vida. Unos me miraban con ojos amarillos, otros naranjas, otros blancos y otros rojos sangre... Abrían la boca y podía apreciar que sus colmillos eran más largos de lo normal.
- Blue-chan ¿esos son...?
- Vampiros.
Nunca me había topado con ellos, pero sabía que existían. El vampiro era una de las razas de demonios más peligrosas que existían, al menos en la Tierra, y estaban absolutamente por todo el mundo viviendo entre los humanos ocultando su verdadera identidad. También se les conocía como "señores de la noche" ya que es por la noche cuando actúan y tienen sus poderes "youkai" y se alimentan de lo único que les mantiene con vida, que es inmortal... la sangre.
Volví a fijarme en Hilbert y sus ojos empezaron a mirarme con un tono naranja casi rojo... sus colmillos crecieron y su piel se volvió pálida.
- Eres uno de ellos...
- No sólo podré beber tu sangre y ganarme la recompensa por encontrarte... sino que toda nuestra raza gozará del privilegio de sembrar el caos en todas las dimensiones.
Blue estaba asustada. Ella era una chica valiente y divertida que estaba temblando al ver a aquellos seres. Realmente lo estaba pasando fatal y me horrorizaba ver a mi amiga así. Tenía grandes poderes del hielo y reconocimiento de personas pero en ese momento lo único que podía hacer era dejar que el pánico la invadiese. No podía seguir viéndola así.
- Blue-chan. Ve a por Rei-kun. Yo me encargo de esto.
Aparté a Blue con cariño y saqué a Guesshoku. La hoja de la katana desprendía una tenue luz escarlata que hizo que algunos vampiros retrocediesen un paso o dos, pero todos me miraron con una mayor expresión de furia.
- Akame-chan... Es peligroso. No puedes contra tantos.
Blue lanzó una ventisca helada hacia los vampiros pero no les afectó en absoluto.
- JAJAJA Niña... el frío no nos afecta. Nosotros somos los señores de la oscuridad que vivimos en el frío.
Fue en ese momento cuando entendí el porqué Blue se sentía así, pero a pesar de ello quería protegerme.
Decidí gritar.
- ¡REEEEEEEEI! ¡NUUUURA! ¡NOS ATACAN!
No escuché respuesta alguna y los vampiros se escandalizaron. Perfecto, uno se lanzó a por mí y así le siguió otro y otro y otro. La lucha había empezado. El primero lo esquivé y le lancé un corte por atrás. Al segundo lo bloqueé con la katana pero se quedó colgando de ella mordisqueando la hoja. Le daba igual desangrarse la boca, él seguía haciendo eso con furia mirándome con sus ojos amarillos. Invoqué un rayo Yin por mis manos que electrocutó mi katana, así como la boca del vampiro que hizo que este se soltase y cayese dolorido. Iba a lanzarle otro rayo, pero otro vampiro de ojos rojos venía desde arriba.
- ¡ESCUDO DEL YANG!
Una burbuja protectora de luz blanca me rodeó, mandando a muchos vampiros a estamparse contra las paredes del pasillo.
Blue seguía gritando detrás mío llamando a Rei y a Nura, pero el número de vampiros no hacía más que aumentar. En cuanto el escudo se disipó, me tuve que defender lanzando estocadas a los pechos de los vampiros, ya que solo clavándoles algo en el pecho podían morir. Eso o...
- Fuego.
Llamas de fuego de Fénix invadieron mis manos. Lancé unas cuantas y ya muchos vampiros retrocedieron. A los que conseguí darles, estaban ardiendo con caras de espanto hasta que se convertían en simples cenizas.
Para mi gusto, estaba aguantando bastante bien, pero no sabía cuánto iba a durar... fue entonces cuando la oscuridad ganó presión... y Rei, el demonio sombra, se lanzó a la batalla lanzando fuego oscuro. Ese fuego... hizo que casi la mitad de los vampiros que estaban allí, se convirtiesen en cenizas.
- ¡REI-KUN!
- Ya estamos aquí, chicas - dijo una voz detrás de mí.
Me giré y vi a Nura con Nenekirimaru desenvainada. Estaba mirando a los vampiros con una expresión relajada. Se acercó hasta mi posición y se adelantó.
- Os envía Drácula, ¿verdad? - preguntó.
- Jajajaja, me sorprende que sepas de nuestro, señor - dijo Hilbert.
- No sé cómo no me pude dar cuenta de tu verdadera identidad... pero tu cabeza va rodar esta noche.
- JAJAJAJAJA ¿unos niñatos como vosotros vencerme a mí? Por favor...
- Soy Nurarihyon. El Señor del Pandemonio. Y simples "niñatos" no somos, como comprenderás y comprobarás ahora.
Varios vampiros se sobresaltaron y murmuraron cosas como "¿Es él en serio?", ¿"Ese pequeño es Nurarihyon?" u "¡Oh, no! ¡Es el Señor del Pandemonio!
- No os recomiendo causar otra guerra con los youkais de Japón. A no ser que queráis otra masacre como hace un par de siglos.
- ... No somos los mimos debiluchos, Nurarihyon-sama. Drácula-san se ha hecho mucho más fuerte al igual que nosotros, su pueblo.
- Permitidme que lo dude, minna-san.
En ese momento, la oscuridad que era capaz de oberservar con mis ojos de fuego, se apagó. Ya no lograba ver nada... solo a Nura, los ojos sorprendidos de Rei y Blue, y los de los vampiros algo asustados. Extrañamente, unos pocos pétalos de flor de cerezo volaron junto a una ventisca perfumada. El pelo de Nura volaba armónicamente con aquel viento, y por un momento vi la cabeza alargada que tenía en La Tierra. Daba...
- Miedo - sentenció.
Desapareció y vi cortes, cortes y cortes así como oí gritos, gritos y más gritos. La oscuridad paradójimanete se iluminó y volví a ver. Los vampiros estaban en el suelo jadeando pero no estaban muertos... eran sólo simples cortes en el pecho que no traspasaron sus corazones.
- Si no queréis morir, id a vuestro jefe. Decidle que no se vuelva a acercar mi sacerdotisa.
No sé porqué pero mis mejillas ardieron.
- ¡Estás loco, Nurarihyon! ¡Esto traerá consecuencias a tu Clan! ¡Como youkai hace tiempo que debías haberla matado para conseguir su sangre!
- ... Iros.
Los vampiros murmuraban con odio y Hilbert dijo:
- Retirada. Pero volveremos...
Todos los vampiros se fueron jadeando de dolor.
Hubo un rato de silencio en el que me di cuenta de que estaba cansada de la lucha. Me caí de rodillas. Nura se giró hacia mí y me levantó.
- Arigato... - dije.
- Nenekirimaru es la espada que mata youkais con tan solo un corte ¿no debería haberles matado el Miedo? - comentó Rei.
- Los vampiros son youkais un tanto especiales - aclaró Blue - Son los "rebeldes" de los demonios. Esa espada no logra vencerlos pero al menos les hace un daño considerablemente grande.
- Tenía que haberlos hecho arder en el Infierno - añadió Rei lanzando un puñetazo al suelo - ¿Como pueden perseguir de esa manera a mi nakama Akame-chan...?
- Al parecer la sangre del Gran Fénix Legendario está bastante demandada por todas las dimensiones... - comenté - Gomene...
- Te protegeremos, Akame-chan n3n ¡somos un equipu!
Esbocé una sonrisa y miré a mis nakamas con alegría. Nunca pensé que las distintas dimensiones de la existencia se cruzarían a lo largo de mi vida, pero realmente lo valoro más que a mi propia vida porque son claramente la mayor parte de mi existencia y, gracias a ello, soy como soy ahora, he conocido a grandes nakamas, y no cambiaría mi existencia por nada del mundo.











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