lunes, 3 de abril de 2017

El final de Kikyo

El pequeño pueblo donde vivía Kikyo estaba de luto. Notábamos la tristeza de los aldeanos como si fuese dolor físico. Nura adoptó su forma humana por si algún humano se asustaba. No era el mejor momento para hacer ver que el Señor del Pandemonio no era un demonio malo (es decir, no era buen momento para que una mentira así colase).
- Sacerdotisa Akame-sama... es un placer... - dijo una mujer.
- Hola ¿Sabe dónde puedo encontrar la casa de Kaede?
- Al fondo del pueblo, al lado del pozo.
- Muchas gracias.
- Buen día... Chico a ti no te conozco... ¿Por qué llevas el kanji de terror en tu capa?
- ¿Eh? Oh, soy amigo de Akame-chan. Me llamo... Rihan. Mi capa es para asustar youkais (?)
- Vaya, nunca la había visto...
- Bueno, tenemos prisa - dije, - vamos Rihan-kun.
Anduvimos hacia la casa del fondo.
- ¿Rihan?
- Fue el primer nombre que se me ocurrió -U-
Llegamos y vimos a Kaede, que salió de su casa.
- Akame-chan... ¿y N-Nurarihyon?
- Shhhhh~
- Rihan.
Me fijé en que la pequeña llevaba una venda en el ojo. Al parecer sufrió un accidente mientras estábamos fuera...
- ¿Cómo esás?
Kaede aguantó las lágrimas. A pesar de su corta edad, ahora era la sacerdotisa del pueblo. Debía demostrar tener una actitud fuerte.
- ¿Habéis venido a visitar la tumba de mi hermana?
- Sí.
- Acompañadme.
Caminamos hacia una pequeña tumba. Había montones de flores blancas a su alrededor.
- Enterramos sus cenizas en este lugar.
- ¿Y la Esfera de los Cuatro Espíritus? ¿La quemásteis junto con su cuerpo? - preguntó Nura.
- Sí, tal y como ella me pidió - contesó con una mirada de enfado hacia Nura. Supongo que, después de lo ocurrido con su hermana, pensaba más que nunca que los youkais eran mentirosos y aprovechados.
Me agaché y recé. En absoluto me esparaba que le ocurriese eso a mi amiga. Kikyo era tan fuerte y poderosa...
- No... ay...
- Akame-chan...
Nura me abrazó y lloré. Tras un rato, coloqué un amuleto del Yin Yang al lado de su tumba.
- ¿Nos puedes llevar a donde Kikyo selló a ese hanyo?
Kaede asintió y fuimos hacia el bosque. Kikyo selló a Inuyasha en el Árbol Sagrado de las Eras. Contemplé el rostro calmado del hanyo, que dormía con una flecha clavada en su pecho.
- La leyenda de este árbol cuenta que transciende en el tiempo, por lo tanto, su cuerpo seguirá instacto durante años sin que podamos quitarle el sello.
- Solo la persona que le selló puede quitarle el sello - recordó Kaede.
- Y esa persona era Kikyo - añadió Nura.
Miré con rabia a Inuyasha. Por su culpa mi amiga había muerto. La había traicionado. Ese mediodemonio era horrible, le odiaba.
- Cálmate, Akame-chan - recomendó Nura cuando vio que mi puño echaba llamas.
- Me calmo. Me calmo...

Pasamos días en el pueblo de Kaede ayudándola y protegiendo a aquel pueblo de los demonios que aprovecharon la situación, pero poco a poco se fueron acobardando. Ni siquiera para los youkais aquel sitio era bueno. Era un lugar entre maldito y divino... algo que hizo que fuese un pueblo bien protegido, asique, tras visitar varios días la tumba de Kikyo y el Árbol Sagrado, tomé una decisión.
- Qué curiosa katana tiene usted, Rihan-sama. Es sagrada... ¿Es usted un especie de omnyouji?
- ................. Algo así, claro, sí.
- Nur... digo... Rihan-kun, tenemos que hablar.
Nos alejamos de la gente y hablamos en privado.
- Creo que vamos a tener que irnos, ¿no? - dijo Nura.
- Sí, es hora de volver a nuestras casas. Etto... quería comentarte una cosa.
- ¿Sí? Oh... Bueno, también quería comentarte algo...
Por su tono de voz parecía que le daba vergüenza, pero quise decirle mis planes antes.
- Me voy de viaje.
- ¿Sí? ¿A dónde? ¿Es una misión de cebolla?
- ¬3¬ ... u3u... No...
- Bien, avisaré al Clan que estaré fuera unos días.
- No, no. Tú te quedarás en Japón con tu Clan. Este viaje lo hago sola.
- ¿Japón? ¿A dónde tienes pensado ir?
- Me voy una temporada a China, al pueblo donde vivía el Abuelo Fu, el anciano que me cuidó de niña. Necesito aclarar ciertas cosas... quiero tener mi conciencia tranquila, quiero investigar sobre mis padres, los domadores de dragones y lo que pasó con el dragón corrompido que encontramos en el Caos.
- ¿A China tú sola otra vez? ¡¿Estás loca?! ¿Te acuerdas de lo que pasó la última vez, no?
- China ya no es lo que era con el nuevo emperador. Y Mulán-chan me prometió que no pasaría nada si volvía.
- ¿... Me estás diciendo... que esta es otra despedida?
- ... Sí.
- Estoy harto de esto. Estoy.. Quiero... quiero estar contigo. Pero tú siempre te vas, siempre tienes algo que investigar, y en el caso contrario siempre nos pasa algo que hace que nos perdamos en una dimensión por ahí. Quiero asentarme de una vez.
- Nura-kun, tú también tienes deberes con tu Clan.
- Soy un demonio, yo hago lo que quiero cuando quiero con mi Clan. Pero tú eres... tú... tienes deberes de ayudar a la gente y esas cosas, y además miras el pasado una y otra vez. No sé qué pasó con tu madre y ese dragón pero está solucionado.
- ¡Necesito encontrar los motivos! ¡Apenas les conocí, Nura-kun! ¡Mis padres murieron cuando tenía apenas 3 años!
- Tienes que vivir el presente. Pensé que tú y yo...
- Somos diferentes, Nurarihyon.
- ... Ya veo.
- ...
- ...
- ... Sabes que te quiero... pero... necesito hacer esto.
- Ya, sí... - Nura fue recuperando su verdadera forma de youkai, - eres libre de hacer lo que quieras. Yo... solo tengo miedo de volverte a perder.
- No me perderás.
Nos abrazamos.
- ¿Volverás pronto?
- No te lo puedo prometer.
- ...
Nos separamos.
- Adiós, Nura-kun.
Nura me cogió y me besó. Le correspondñi y nos besamos apasionadamente. Adoraba a ese chico... pero tenía deberes. Si quería tener una vida feliz apartir de ahí, tenía que regresar a mis orígenes y quitar aquel peso que sentía encima y me ahogaba durante años.
Invoqué a los dragones del Yin Yang... y volé... sin dejar de mirar atrás hacia donde estaba Nura. Volveré pronto.

lunes, 21 de noviembre de 2016

La Profecía se cumple

- Tiene varias heridas graves en el costado y una pequeña fractura en la costilla.
La luz de la vela me cegó en cuanto abrí los ojos. Sí, tal era la oscuridad del Caos que hasta una simple vela me quemaba los ojos.
- ¿Dónde...?
Había dos figuras que se dieron la vuelta y se acercaron a mí. Era un aldeano y dos sacerdotisas que me resultaban familiares. Una de ellas se agachó y pude fijarme en su cara. Era...
- ¡AKANE-CHAN! - salté de la cama y la miré perpleja.
- Hola, Akame-chan ^^


La abracé.
- ESTÁS VIVA, ESTÁ VIVA ¡POR BUDA, ESTÁS VIVA!
Ella también me abrazó.
- Por poco - puntualizó ella - Si no llega a ser por el Maestro y Rui-san ahora mismo estaría muerta.
- Nos teníamos lo peor desde el principio, señoritas. El Maestro Kuro tenía razón.
Miré arriba y era Rui, la sacerdotisa cocinera del Templo del Gato Negro. Nos sonreímos.
- Acabasteis en un agujero hace meses - dijo Akane.
La miré.
- Y gracias a ti y a... tú... Les salió mal la jugada.
- Sí, bueno... Hiroito-kun os ha salvado la vida.
Me intenté levantar y casi me daba algo.
- Tienes medio cuerpo roto - dijo Rui, - asique ni se te ocurra levantarte.
- ¿Dónde estamos? ¿Dónde están los demás? ¿A qué día estamos?
- Estamos en Osaka, y no te preocupes, tus amigos están aquí también. Pronto acabará el mes de la escarcha (shimotsuki, noviembre). Habéis estado unos 4 meses allí abajo.
- ¡¿Tanto?! ¡Pero si no ha sido tanto tiempo!
- El curso del tiempo varía según algunas dimensiones, y más en el Caos donde nunca hay una regla del tiempo - escuché desde la puerta. Era el Maestro Kuro.
- Maestro - dije.
Se acercó y se agachó.
- ¿Cómo estás, pequeña?
- Bueno...
- Viva.
- Sí n_n
- No vamos a mentirte, Akame-chan. Han regresado todos menos cinco. La chica de la Nada está con sus otros compañeros, el Señor del Pandemonio aún se está recuperando (decidí pactar una tregua con ese maldito individuo -3-), el demonio sombra y la gata están por ahí juntos, sin embargo, faltan el ángel, el cazademonios, dos guardaespaldas de la gata y la compañera del demonio sombra.
- ... Murieron allí abajo...
- ...
- Akane-chan te seguirá curando. Mañana seguiremos hablando, que hay mucho que contar... algunas noticias no te gustarán. - Akane le miró tristemente, pero Kuro continuó - Le diré a los demás que estás bien.
El Maestro se fue y vi a Rui que también estaba cabizbaja. Algo grave había pasado en nuestra ausencia.
- Rui-san, ¿qué ha pasado? ¿Akane-chan?
- Es mejor que te lo cuente el Maestro, Akame-chan - dijo Rui.
- En resumidas cuentas... - añadió Akane, - la Profecía se ha cumplido.
- .......... ¿Qué?

Ni Akane ni Rui quisieron hablar del tema. Pasé el resto del día sola en la cabaña. Nadie vino a verme. Al acabar el crepúsculo de la noche y un delicioso bibimbap coreano (un cuenco de arroz con verduras, carne y huevo) hecho por Rui y Akane, decidí levantarme. Tenía medio cuerpo vendado, pero logré ponerme el yukata que había en una esquina y salí. Pregunté por la cabaña del Maestro y fui en su busca. Al encontrarla, entré.
- Eres algo impulsiva, Akame-chan - dijo el Maestro.
- Supongo que eso es malo para una sacerdotisa.
El Maestro dejó el té que estaba bebiendo y me miró.
- Los Scarlet son así por naturaleza. No es ni bueno ni malo. Bien es cierto que para ser una miko es una complicación. Por eso al principio te costó entrenarte... sin embargo, has llegado a ser de mis mejores alumnas.
- Es un honor para mí, Maestro Kuro.... ... ... ¿Podría contarme ahora qué es lo que ha ocurrido?
Me observó con tristeza. Sí que debía ser grave... ¿podía ser cierto que la Profecía se cumpliese? En ese caso...
- Kikyo-chan ha muerto.
- !!!!! ........... ¿c-cómo...?
- Murió hace un mes. El mediodemonio que la acompañaba la traicionó e intento robarle la Shikon No Tama.
- ¿Inuyasha... la mató? ¡¿Y la perla?!
- Ella logró que no escapase sellándolo en el Árbol de las Eras. Pero era demasiado tarde... hemos quemado su cuerpo junto con la Esfera, tal y como ella le pidió a Kaede-chan antes de morir.
- .... .... Kikyio-chan... es imposible... ...
Era la sacerdotisa más fuerte que conocía... estaba segura de que ella no moriría de esa manera. Realmente ni siquiera me lo planteé.
- En los youkais no se puede confiar. Ni siquiera en los hanyos - añadió mi Maestro.
- Maldito Inuyasha.... MALDITO - lloré.
- Un trágico romance, me temo. Al parecer ella se enamoró de él. Por eso acabó así.
- ...
- ¿Sabes lo que eso significa, no?
- ... ... Akane-chan tenía razón... la Profecía se ha cumplido... Tsubaki cayó en la oscuridad, Kikyo-chan murió por amor...
- Y en este punto viene otro problema... Tras lo ocurrido, volví a hablar con los sabios... y hubo una pequeña equivocación a la vez que enorme.
- ¿A qué se refiere?
- Escucharon el nombre que más se parece al tuyo, Akame-chan, además de que realmente no eres "de las mejores sacerdotisas del Templo" porque no eres completamente una sacerdotisa.
- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¡¿q-qué insinúa?!
- A la que se referían los sabios no era a ti, Akame-chan; era a Akane-chan. Ella será quien viva una vida de éxito.
Después de tantos años comiéndome la cabeza por la Profecía... después de todo lo que había pasado... ahora resulta que esa bichosa Profecía no tenía nada que ver conmigo... y además confirmaba que yo no era una sacerdotisa.
- ¿E-Está seguro, Maestro? - Fue lo único a lo que me atreví a decir.
- Sí, Akame-chan. Tu destino está libre de ataduras. Tú eres quien elije cómo forjar tu futuro.

Después de aquella conversación con el Maestro, no volví a hablar con él.

Pasaron los días y por fin pude ver a mis nakamas. Akane, Rui y el Maestro se fueron de vuelta al Templo. Podía notar el aire de alegría y felicidad que le rodeaba a Akane. Ella iba a ser feliz, estaba destinada a serlo. Me despedí de ellos y de los chicos de la Luna. Alejandra estaba entera, cosa que me alegró de corazón. Nos quedamos solos, me volví a mis nakamas; Blue, Rei y Nura.
- ¿Damos un paseo? - propuse.
- ¡Shiiii ^^! - dijo Blue.
Ella parecía estar bastante contenta a pesar de la gran pérdida que supusieron las muertes de William y Esmeralda. También habíamos perdido a Abbadon, a Dante y a Némesis; pero nadie quiso hablar del tema.
Sin embargo, tras un breve paseo, el árbol que estaba delante nuestro comenzó a despedir llamas.
- ¡Lus árbules nu pueden quemarse solus!
- Buen apunte, Blue-chan, pero esto no me gusta nada - dijo Rei invocando fuego oscuro en su puño.
Del árbol salió una figura. Llevaba un largo abrigo de cuero negro y rojo, tenía el pelo plateado y largo y los ojos del color de la sangre. Atrás llevaba una espada que conocíamos... Rebellion.
- Hola, chicos jeje ^^
- ¿....Dante-kun? - dijimos.
- No exactamente, pero sí. Ahora soy Dantis. He renacido.
Blue y yo nos abalanzamos sobre él y le abrazamos.
- DANTETETETETE
- ¿Renacido...? - dijo Nura.
- No sabía que podías hacer eso, tío - añadió Rei.
- Vino un chaval de pelo rojo diciendo que era un shinigami y me llevó a una enorme rueda roja que la llamó la Rueda de la Reencarnación... mientras sentí que iba a renacer... escuché la voz de mis padres... me dijeron que sucediese el trono del Reino de la Noche en el Infierno, para llevarles a los vampiros a un camino que no sea la guerra contra humanos.
- ¿Pero tu padre no era Drácula?! - dijo Nura, con tono indignado a mi parecer - ¡Él era nuestro enemigo! ¡Los vampiros eran nuestros enemigos! ¡¿Y qué has estado haciendo todo este tiempo?! ¡Estabas muerto!
- Eso le pasa por ser un youkai y no creer en la religión <.< - comenté.
- Jejeje, pequeño youkaisito~ - tras decir eso Dante, Nura casi explotaba, - La rueda no podía ir más rápido. Ahora todas nuestras enemistades con los vampiros se han acabado. Ahora soy uno de ellos ¿sabéis? De hecho ahora controlo mucho mejor la sed de sangre.
- Me alegro mucho, tío ^^ seremos vecinos - dijo Rei.
- Espero que sigamos yendo de visita al Purgatorio ^^
- ¡Yu me apunto!
También yo quería apuntarme. Le acaricié el hombro a Nura y este se relajó. Noté que dejó de sentirse culpable por lo ocurrido en el Caos, de hecho sentía que de alguna manera había logrado liberar a Dante de su frustrada vida anterior.
Dantis, el nuevo Dante, se fue. Pasaron varios días hasta que Rei y Blue también decidieron marcharse.
- Supongo que tendremus que celebrar un funeral en Caetoneku... os avisaremus cuando sea para que vengáis.
- No le hemos podido decir a Dante-kun lo de Abbadon-san... - dije.
- Seguro que ya lo sabe - dijo Rei - Pero no debes preocuparte por eso, la vida de los dioses es más rara que cualquiera. Seguro que en cuanto los nekos de Caetoneko le recen volverá a la vida.. Y más si hay un shinigami por ahí ayudándonos a renacer.
- Nos volveremos a ver pronto entonces - dijo Nura.
Nos abrazamos.
- Eso ni lo dudéis - dijo Rei - Hasta pronto, nakamas.
- Hasta pronto.
Rei y Blue se fueron por un portal y Nura y yo nos quedamos solos. Nos abrazamos.
-Akame-chan... me alegro de que todo haya salido un poco mejor de lo que esperábamos... aunque eso no quite todo lo que pasó, al menos...
- Nura-kun, tengo algo que decirte.
Él por alguna razón pensó algo raro y se puso rojo.
- Y-Yo también tengo algo que decirte... yo... osea... empieza, dime.
- Es sobre la Profecía... También necesito viajar al pueblo de Kikyo-chan y Kaede-chan. Verás Kikyo-chan ha...
Le conté todo lo que me dijo el Maestro Kuro. La verdad de la Profecía, la muerte de Kikyo y demás.
- Qué me dices... Ese hijo de Inu no Taisho... al ser un hanyo lo hace más ruin pero... no contaba con que pudiese hacer algo así... maldito... Y... ¿entonces no tienes ninguna Profecía en medio? ¡Vaya sabios inútiles tenéis los humanos!
- ¬¬
- Quiero acompañarte.
Avisamos a Osaka de que nos íbamos y Nura habló con el youkai cuervo de su Clan para decir que pronto iba a regresar al Clan. Invoqué a los dragones del Yin Yang para viajar rápidamente al noreste. Nos subimos y volamos al amanecer.


lunes, 7 de noviembre de 2016

Nosotros contra el Dragón del Cielo

- Un dragún... - dijo Blue atónita.
- Es el primero que veo en toda mi existencia - añadió Rei.
Fruncí el ceño y exclamé:
- ¡Has dicho el nombre de mi madre!
El dragón me observó con sus ojos lechosos, que reflejaban su ira como nadie.
- Akame Scarlet Targaryen... sí... eres la descendiente de Yuuki Targaryen... Aquella mujer que me mató...
- Estoy segura de que hiciste cosas horribles como para que mi madre hiciese algo así.
- Yo era su dragón.
- ¿...?
- Mucho antes de la extinción de los dragones... mucho antes de la emigración de los elfos al continente asiático... Yo era la Dragona Blanca del Cielo. Yo y el Gran Dragón Amarillo de la Luz éramos los dragones de los elfos más importantes de la Tierra. Yuuki y yo éramos casi como hermanas... pero entonces el Gran Dragón, ante el odio de los occidentales hacia nosotros y ante el peligro que yacía en Asia con el Fénix, decidió trasladar a la mayor parte del pueblo de los elfos y así los dragones acabar con el Fénix. Yo me negué, yo quería estar en paz con los europeos y velar por la salud y no dar pie a la guerra... El Gran Dragón y yo tuvimos peleas... nadie estaba a mi favor, todos deseaban la sed de sangre... incluida Yuuki. Yuuki me abandonó, y cuando un domador deja de creer en su dragón, este muere. La supliqué que no se fuera... pero se fue, me abandonó... y morí.
- Moriste por cabezota - comentó Rei. 
- Cállate, Minamoto - mandó Nura.
A mi juicio aquella historia tenía errores. Mi madre siempre fue una persona muy pacífica. De sobra hubiera confiado en su propio dragón como para evitar la guerra contra el Fénix ¿Por qué razón iría a la guerra y abandonarle?
- Tendría que ser por algún motivo.
- ¡Siguió a su hermano y al Gran Dragón y me olvidó! ¡Ni siquiera te habló de mí!
- ¡¡¡Murió cuando tenía 3 años!!! ¡¡¡No me pudo contar muchas cosas!!!
- ¡¡¡No fui nada para ella!!! ¡¡Me utilizó como a una simple mascotita! ¡Caí recluida al Caos con este manchado cuerpo! Mi alma se ha oscurecido como el cielo de la noche, y solo hay una manera para revivirme... VENGANZA, VENGANZA CONTRA LOS DESCENDIENTES DE LOS TARGARYEN Y CONSEGUIR EL PODER DEL FÉNIX PARA REVIVIRME.
"No podría vencerla nunca..."
- JAMÁS.
Para mi sorpresa, Nura se puso justo delante de mí encarando al dragón. A él se le unieron Rei con Amateratsu rodeándole, Blue con su hielo y Abbadon con la Excalibur.
Echaba de menos a tanta gente... Criis, que seguía tirada inconsciente en el suelo y con suerte no estaría muerta; Kikyo, Alejandra... Akane, Dante... Echaba de menos a demasiada gente. Pero estaba junto a mis nakamas, esa era la batalla final. Tenía que conseguir salir de allí junto a ellos y no dejar que ninguno de ellos más muriese.
Me concentré en mis capacidades. Miré mi vida pasar mientras el color escarlata me transformaba en alguien más fuerte. No sabía exactamente lo que había pasado con aquella dragona y mi madre, pero de lo que estaba segura es que mi madre era de corazón noble y todo tendría su explicación... o eso creo, al menos lo descubriría más tarde. 
Mi traje cambió al rojo. Desenvainé a Gesshoku y nos lanzamos al combate.

Cada uno lanzamos nuestros ataques. Blue atacó con una gran nevada, Rei lanzó una bola de fuego negro más grande que él, Nura pegó tajos a velocidad youkai con Nenekirimaru y Abbadon voló pegando espadazos a la piel del dragón. Yo lancé, rayos, fuego y luz escarlata mientras atacaba con mi katana. Todo eso apenas le hacía daño. La dragona hizo acumular energía blanca en su boca y la descargó contra nosotros y toda la habitación donde estábamos. Casi le daba a Criis, uff....
Iba a ser complicado. Poco a poco nuestras energías se debilitaban y la dragona cada vez iba descargando energía con mayor agilidad. Ahora entendía porqué era mejor que los dragones estuvieran domados... Acabar con ellos era imposible.
...
...
...
"Mentira." Solo hay un único ser que consiguió acabar con los dragones, quien fue la causa de su extinción. 
"Y ese soy yo". Apenas lograba distinguir la voz de mi mente con la voz externa que yacía en mi cuerpo. El Gran Fénix Legendario, efectivamente, era el único que fue capaz de matar a los dragones. Y él... estaba dentro de mí. No le derroté ni él me derrotó a mí aquel día... simplemente nos hicimos inevitablemente uno. Era un extraño destino que odiaba con todas mis fuerzas, pero poco a poco aprendí a lidiar con ello hasta hacerlo mío. En ese momento empecé a amarle, es decir... a amarme y sentirme segura, por fin.
- Este será nuestro ataque final - declaré.
Todos me miraron. Notaba en sus caras que no entendían bien porqué iba a ser ese el último ataque, pero asintieron conformes. Todos dimos todo de nosotros. El Miedo de Nura, el Hielo de Blue, el Amateratsu de Rei, la Luz de Abbadon y mi Scarlet. Todos unidos en un ataque al unísono combatimos el Caos y la corrupción del alma del dragón.
"Pero, eh... soy una sacerdotisa. No debería simplemente dejarle morir... tengo que purificarle". 
Estaba agotada y había consumido demasiada energía, pero lancé lo último que me quedaba de mí en forma de poder sacerdotal, aquel que había estado aprendiendo durante tantos años.
"Espero que Kikyo quede contenta". 
La luz invadió todo. Y después de eso escuché la voz de la dragona.
- Tienes mucho de qué hablar con tu madre, jovencita. 
- Pero está muerta... - dije.
- Las almas de los fallecidos nunca mueren. Siempre bajan del Cielo para encontrarse con quienes les buscan. Búscala y purifícate tú... de esa forma yo descansaré en paz y todo esto acabará. Lo necesitaremos todos para que esto acabe. Lo necesitas tú para vivir la vida que quieres.
- ...
La luz se disipó y nos encontramos en la misma habitación de siempre, pero se caía a cachos.
- El Caos se derrumba - dijo Abbadon. - Habrá que salir de aquí cuanto antes.
- Es imposible irnos de aquí - dijo Rei. - Nadie escapa del Caos.
- Yo puedo hacer que volváis - dijo Abbadon sacando un recipiente de plata.
- ¿Qué vas a...? NO LO HARÁS.
- ¿Qué? ¿Qué es eso? - pregunté - ¿Qué es eso de "volváis"?
- Solo existe esta forma de salir.... transformándome en la muerte.
- NOOO - chilló Rei.
Abbadon destapó el recipiente y una parte de él fue absorbido hacia dentro de él. Ahora estaba viejo, esquelético... la armadura desapareció y solo quedó una toga negra.
- La Parca... - dijo Blue.
Abbadon señaló hacia un lado de la habitación y vimos cómo se abría un portal. No dijo nada.
- Abbadon-san.... - dije.
Nura recogió a Criis.
- Nos está diciendo que vayamos por ese portal. Es la única manera de salir de aquí.
- ¿Cómo lo...?
- Me lo dice a través del Miedo...
Abbadon, o mejor dicho, la Parca, me lanzó su espada.
- Dice que te la quedes. Es de tu familia.
La recogí.
- ... Tú eres el dios de Caetoneko... tú eres un Arcángel del Cielo.
-... Dice que todos los ángeles tienen una versión oscura y corrupta.
- Irnus ya... por favur.... ....
- ... No quiero dejar a otro nakama... y todos los que cayeron....
Nura me cogió. Todos nos fuimos al portal... dejando atrás a otro amigo... y por fin logramos ver la luz de un nuevo día.



domingo, 23 de octubre de 2016

Llegamos al fondo del Caos

Pasamos varias salas sin mayor problema que varias cascadas de rocas intentando caer sobre nosotros. Al fin llegamos a una más grande, aunque estaba semidestruida. En su interior se desató una luz que debió de verse por todos los rincones del Caos. Cuando esa luz se disipó, encontramos a Abbadon, que había clavado su espada en el corazón de Drácula. En un rincón yacía el cuerpo inerte de la antigua Juez del Infierno.
- ¿Es posible que venciese a esos dus? - preguntó Blue.
Abbadon la oyó y alzó su espada hacia nosotros.
- Chicos... ¿es cierto lo que he oído, no?
- ¿Qué? Sí - dijo Blue.
- No hablo de lo de ahora - su voz cada vez sonaba más oscura, de hecho me fijé en su cara y parecía que había envejecido varios años desde la última vez que lo vi - Ha muerto ¿verdad?
Decidimos no contestar. Ya sabíamos a quién se estaba refiriendo.
- ¡DANTE-KUN! ¡¿HA MUERTO, VERDAD?!
Era desgarrador. No sé si era por la naturaleza del Caos o por aquellas batallas que estábamos teniendo, pero estábamos rotos. No parecía haber luz en ningún sitio, ni siquiera en el arcángel, solo oscuridad, miseria y muerte. Era espantoso. Notaba como los lazos de nuestro grupo se deshilachaban en la nada, algo ante lo que yo no podía hacer nada.
- Tienes que venir con nosotros, Abbadon - dijo Rei. - Debemos matar a quien sea que nos ha convocado.
- No sé de quién estamos hablando, pero su alma es más oscura que la del mismo Lucifer. Va a ser imposible enfrentarnos a algo así.
- Como si fuera la primera vez que hacemos cosas imposibles.
Miré a Rei. Tal vez intentaba animar a que esos lazos no se perdiesen. Estaba haciéndolo por nosotros.
- De acuerdo - intervine. Con un enorme esfuerzo motivado por mis ganas de estar con mis nakamas de nuevo, me envolví en llamas y Akame Phoenix continuó diciendo - Lucharemos.
Nura sonrió  y con su actitud segura de sí mismo tan característica de él, añadió:
- ¡Sí, vamos!
Abbadon siguió mirándonos seriamente. No estaba muy de humor para eso... de hecho parecía no estar de humor ni siquiera para vivir. Alzó la mano y de unas luces que salieron de la nada, hizo aparecer una capa de color negro. Se la puso y se cubrió la cabeza con la capucha. No sé a qué vino
ese gesto, lo iba a preguntar cuando Rei se dirigió a mí con esa mirada de "Lo entenderás pronto". Decidí no volver a hablar hasta que marchamos de la habitación.
Seguimos caminando por los pasillos cada vez más oscuros de aquel lugar. me pareció curioso que no hubiese caminos alternativos. Era todo el rato lo mismo: seguir recto, atravesando habitaciones y pasillos con un aspecto cada vez mayor de que se nos caerían encima.
Llegamos a otra de las muchas habitaciones que había, pero encontramos a dos personas que conocíamos. Una era una chica, el otro era un cadáver. La chica estaba de espaldas, con su ropa oscura toda rota y con un cuchillo en la mano. Era Criis, con un aspecto lamentable... mientras que el chico que estaba tirado en el suelo con el pelo y ropas moradas solo podía ser uno: Sateriasis Venomania.
- ¿Criis-chan?!! - dije.
Criis se dio la vuelta y nos vio. Su mirada era vacía, como en un trance.
- Hola, Akame-chan - su voz era extraña. Era la suya pero parecía que también hablaba otra persona con una voz distinta, superpuesta a la de Criis. - Qué bien que hayáis llegado hasta aquí.
Se dirigió a nosotros con cuchillo en mano, cosa que no me dio mucha confianza teniendo en cuenta su aspecto.
Rei hizo aparecer Amateratsu de entre sus manos.
- Atrás.
- ¡Rei-kun!
- ¿El modo yandere te da miedo? - preguntó Nura.
- Está poseída - declaró Rei.
- Muy poseída - añadió Blue observando a Criis con sus ojos convertidos en azul, como siempre hace cuando analiza a alguien.
Criis saltó hacia nosotros y se movió con una agilidad que me sorprendió. Con un simple cuchillo podría haber matado a cualquiera de nosotros, pero la paramos. La superamos en número. Rei la pegó y la tiró al suelo.
- ¡REI-KUN, NO LA MATES! - grité.
- NO HAY OTRA FORMA, ANTES DE QUE PUEDA HACER ALGO PEOR.
Criis se rió. Aunque cada vez parecía menos ella.
- Jijji.. jiji... jajajajaja.. JAJAJAJJAAJA.... MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHHH!!
- Esto no me gusta nada - dijo Nura.
- La siento más cerca que antes. Está aquí. - dijo Abbadon.
- ¿Quién? - pregunté.
- Sois unos idiotas... unos verdaderos idiotas... - habló Criis, pero definitivamente ya no era su voz. De hecho... era la misma voz que nos habló nada más caer en aquel lugar... Era la reina de aquel juego.
- Ya no necesito a esta inútil... JAJAJAJAJAJAJAJAJ - añadió.
Y entonces se quedó con la boca abierta y de ahí comenzó a asomar un humo morado. Salió más y más. Rei y Blue intentaron echarle Amateratsu y hielo pero no hicieron nada. El humo se condensó en una figura que al verla ahogué un grito... Era un dragón. Un enorme y poderoso dragón, de esos que se habían extinguido hacía muchos años, uno de los que se habían convertido en leyenda. Sus escamas sin embargo, no eran las comunes en un dragón, o al menos no como decían en los relatos. Eran de color noche, de hecho tenían pequeños puntos blancos que recordaban a las estrellas.
Nura, Rei, Blue, Abbadon y yo nos quedamos sin aliento. Lo primero que dijo esa dragona fue:
- Me vengaré por fin, Yuuki Targaryen.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Los nakamas de pelean. El cañón de Némesis.

Con media habitación destruida, Blue, Rei, Nura y yo nos mirábamos. Sentíamos tristeza, rabia, preocupación, miedo... y sin embargo ninguno lo íbamos a demostrar, solo las lágrimas de Blue.
- ¿A qué estáis esperando? ... Luchemos - dijo Rei invocando fuego oscuro en su puño.
Nos sorprendimos ante su reacción ¿En serio iba a ser capaz de matarnos a Nura y a mí aun siendo nakamas?
Nura se llevó la mano a la empuñadura de su katana. Yo alcé la mano a modo de espera.
- ¡Un momento, Rei-kun! ¡Hay algo que no sabes!
Rei no se lo pensé dos veces y alzó su brazo para disparar Amateratsu, que iba dirigido hacia mí.
- ¡¡Cuidado, Akame-chan!! - gritó Nura. 
Se lanzó contra mí y el disparo le dio a él. Me abrazó y salimos despedidos hacia atrás, contra el montón de rocas que habían caído del techo. Blue miró a Rei sorprendida sin decir nada. Rei habló:
- No sabéis cuánto lo siento... Nura-kun... Akame-chan.... Pero no pienso renunciar a mi futuro con Blue-chan. Juré que nadie la haría daño. Y solo uno de nosotros podrá salir de esta. Nadie escapa de la voluntad del caos. 
Nura gruñó, le miramos con enfado y nos reincorporamos. Puse las manos en Nura para invocar energía del Yang. Estaba bastante herido, pero se salvaría.
- Baka... no gastes energía para curarme...
Le di un golpecito en la cabeza.
- Siento que vuestra felicidad como pareja acabe pronto - añadió Rei.
- ¡ESCÚCHAME! - exclamé. - Cuando me crucé con Alejandra-chan por aquí, la derroté sin que hiciera falta matarla. Llegamos a la conclusión de que hubo un error en el sacrificio de Akane-chan... Por eso estas rocas hacen lo que quieren, cuando "se derrama la sangre del perdedor". No es necesario matar.
Rei y Blue me miraron impresionados. Rei bajó el brazo mirando al suelo. Tras un incómodo rato de silencio, dijo:
- Vaya... entonces no hace falta mataros.
- En verdad tenías las agallas de matarnos... - murmuró Nura mirando furioso a Rei.
- Vamos, no os pongáis así. Mataríais el uno por el otro aunque eso supusiese algo como la muerte de un amigo.
Rei se transformó en sombras y a gran velocidad nos atacó. Nura sacó rápidamente a Nenekirimaru y cortó el espacio demoníaco de Rei, haciendo que este se materializase. Rei aprovechó ese momento para invocar su guadaña, pero chocó con la katana de Nura.
De pronto sentí un frío helador entorno a mí. Miré al frente y descubrí que Blue estaba justo delante de mí intentando congelar mi cuerpo para aprovechar y derramar mi sangre con su cuchillo.
- Revancha - dijo.
- No pienso ponértelo fácil.
Hice explotar una luz blanca que me liberase del frío y desenvainé a Gesshoku. Blue se movió con más rapidez y me acuchilló en la tripa.
- AAAHH - mi grito sonó junto con el de Nura, que estaba a mi lado cayendo. Rei le había vuelto a dar justo en la misma parte de la espalda donde recibió la llama de Amateratsu de antes.
Entonces las puertas se abrieron.
- Tenéis que ir vosotros y nosotros quedarnos aquí - dije.
Rei asintió. Nura y yo les miramos marchar hacia la puerta preguntándonos qué sería de nosotros ahora, ya que puede que ellos no nos matasen pero... ¿ahora nos íbamos a quedar allí encerrados para siempre? ¿Iba a venir alguien a rematarnos?
Para nuestra sorpresa, antes de que ellos cruzasen el umbral, se pararon en seco. Oímos unos disparos procedentes de un arma de fuego. Era Némesis Sudou.
- Parece que ahora os toca la muerte a vosotros.
- NOOOOOOO - gritó Blue mirando al frente.
- ¿Qué ocurre? - pregunté tratando de levantarme.
Nura se adelantó varios pasos y observó lo que había pasado.
- Esos que están ahí en el suelo de la habitación de donde viene Némesis... ¿no son Will-sama y Esme-sama?
Blue sacó de nuevo a Korimizu y corrió hacia Némesis a la desesperada llorando.
- ¡CUIDADO! - gritó Rei.
Némesis disparó de nuevo justo cuando Rei abrazó a Blue para protegerla. La bala le dio a Rei.
- !!!!!!!
...
...
...
...
- No me jodas, Némesis. Con ese juguetito no puedes vencerme.
El agujero que dejó la bala desapareció dejando al Rei como nuevo. El demonio sombra creó un cuchillo de hielo oscuro y se lo lanzó a Némesis. Este le atravesó el pecho.
Némesis cayó al suelo y respiraba con dificultad. 
- Némesis... - dijo Nura.
Corrió hacia ella. Yo le seguí.
- ¿Qué hacéis vosotros? - preguntó Rei.
- Ella nos ayudó con el Infierno, cuando más lo necesitamos - contestó Nura.
- Ha hecho llorar a Blue-chan. Ha matado a unos nakamas.
- ¿Y lo solucionas matándola tú a ella? ¿Matándola otra vez?
- Ni lo intentes, Señor del Pandemonio - dijo Némesis - Yo ya estaba muerta... desde hace mucho tiempo.
Me quedé mirándola sin decir nada. No disponía de fuerzas como para salvarla de aquella herida tan grave. Pero si ya estaba muerta ¿cómo podía volver a morir?
- Mi tiempo se acabó. No habrá ningún mundo para mí. Así fue siempre. Desapareceré en breves.
- No... Tú eres una guardiana... - dijo Nura.
- O eso o puede que tus pecados queden perdonados como con Riliane - recordé.
- A mí no se me ha perdonado nada. No he hecho más que pecar, matar, luchar, disparar con ese condenado revólver... Mi tiempo acaba aquí....... 
- ...
- ...
- ...
- ....
- Decidle a Cerberus que le...
...
... Su garganta hizo un par de ruidos y puso los ojos en blanco. Acto seguido su cuerpo se iluminó y se desvaneció. Lo único que quedó de ella fueron el mono con el que vestía, su brazo biónico y su revólver. Este último lo recogí.
- Tenemos que continuar - dijo Rei.
Guardé la pistola debajo de la chihaya.
- Debéis iros vosotros - dije.
- No pienso dejaros en este podrido lugar. Os necesitaremos.
- ¿Por qué? - preguntó Nura.
- La única esperanza que nos queda para sobrevivir es Abbadon. - dijo Rei una vez convirtió en sombras a su guadaña. - Iremos a buscarle.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Nura y Dante

Si la teoría a la que habíamos llegado Alejandra y yo era cierta, tenía sentido porqué las paredes de roca se movían como locas. Mientras caminaba en guardia con la katana, vislumbré una luz en medio de las rocas. Pensé que de algún modo podía ser el exterior, aunque no tuviese sentido ya que aquello era el Caos.
Acerqué el ojo y vi a un hombre tirado en el suelo boca arriba y otro agachado con él. Parecía que el hombre tirado estaba en sus últimas, tras una fiera batalla a muerte entre ambos. Reconocí a Dante y a Nura.
- Cuídalos a todos. A Rei, a Blue, a Akame...
- Aún no me creo que nos dejes, Dante-kun. No puede ser...
- Nada de esto es culpa tuya.
- ...
- Aaa...
Dante se fue. Nura quedó con la cabeza agachada mientras la puerta de salida se abría. No parecía animarse a traspasarla. Corrí y traté de no perderme para llegar hasta esa puerta. Traspasé una habitación más, y luego llegué al pasillo al que podía acceder a donde estaba Nura. Supuse que, por la posición de la habitación anterior y hacia donde las paredes de rocas me estaban dirigiendo, que la próxima batalla sería entre él y yo. O al menos esa era la intención antes de irme de allí para buscarle.
- ¡Nura-kun! - grité cuando llegué. Lo que me temía, Dante no se movía.
- !!! ¡Akame-chan!
...
...
...
...
Nos quedamos paralizados observándonos. Nura tenía cara de cansancio y estaba lleno de heridas, casi igual que yo. Y el filo de Nenekirimaru, tirada en el suelo, estaba lleno de sangre.
- Gomene... - dijo Nura.
- Gomene yo.
- ¿Ehh?
- No llegué a tiempo. Podría haberle salvado...
- ¡¡No digas tonterías!! ¡En todo caso tienes que alejarte! ¡No puedo pelear contigo!
- Alejandra-chan y yo hemos descubierto que no hace falta llegar a los extremos de la muerte. O eso creemos. Fue lo que nos pasó.
- !!!!
Le expliqué lo de Akane y lo inestable que era ese mundo, que no estaba preparado para este tipo de competiciones tan organizadas.
- ... Entonces a lo que hemos llegado Dante-kun y yo...
- ... :S
Una lágrima resbaló por mi mejilla. Nura apretó el puño y golpeó el suelo con rabia.
- Le he matado...
- ... ¿De verdad tú has...?
- Decidimos luchar a muerte. Aceptamos la condiciones de esa voz. Solo el más fuerte de los dos sobreviviría.
- Y le ganaste ¿Un demonio a un cazademonios...?
- Fue lo más difícil que he hecho en mi vida. De hecho él no se cortó ni un poco.
Me enseñó una herida brutal en el pecho, justo en la parte del corazón. No tenía buen aspecto.
- ¡¡NURA-KUN!!
Me fui hacia él.
- BAKA, NO TE PREOCUPES MÁS DE LO QUE DEBES.
Comencé a desprender luz del Yang, aunque me costó a horrores. Estaba muy débil tras las batallas y encima la magia curativa no era muy fuerte. Pero con algo de suerte y tiempo, conseguiría que al menos la herida casi se cicatrizase.
- NO QUIERO PERDERTE, IDIOTA - dije a la desesperada. Si algo era cierto era que el Caos te revolvía las emociones, te llevaba a un estado de confusión y caos que te acababa llevando a la desesperación. Eso y que te daban ganar de matar a todo el mundo.
Nura no dijo nada, simplemente me miró. Supuse que quería darme un beso, pero en su estado y tras haber hecho lo que hizo, no se sintió capaz. Dante había muerto a manos de Nura, y eso solo era una de las muertes que sabíamos. A saber cuáles más se habían ejecutado.
- Ya está. Ahora levántate.
Nura me hizo caso.
- ... ¿Qué hacemos?
- Encontrar una salida. Pero desde luego no podemos ir a la habitación a la que lleva ese pasillo.
- ¿Por qué no?
- Si acabamos en esa, nos quedaremos encerrados hasta que uno de los dos muera. La siguiente batalla iba a ser la nuestra.
- No puede ser... Malditos. Ahí sí que no puedo.
- Yo tampoco. Por eso tenemos que buscar una salida.
Nura me abrazó y yo le correspondí. No pasaron muchos segundos hasta que la voz habló:
- Jijiji trampa.
Las rocas del suelo comenzaron a ser inestables hasta caer al vacío. Nos arrastraron con ellas ¿Se podía ir más abajo del Caos? Pronto acabamos en otro suelo, también de rocas, y vimos que era una habitación igual que las anteriores. En aquella sala de batallas, encontramos a Rei y a Blue, que estaban abrazados. Se sorprendieron al vernos.
- ¿NURA-KUN? ¿AKAME-CHAN? ¡¡¿Qué hacéis aquí?!! ¡¿Cómo diantres habéis hecho eso?!
- Jajajajajaja, - Río esa voz. - Pensé que contemplaría cómo matabais a vuestras propias parejas, pero he cambiado de idea. La pareja que sobreviva pasará al siguiente nivel. Mucha suerte♥
Rei y Blue nos miraron y Nura y yo a ellos. En ese momento sí que daban ganas de rendirse. Desde luego si comenzábamos una batalla, ganarían ellos. O eso creo.
- Nakamas... - dijo Rei.
El corazón de Rei (si es que un demonio sombra tiene de eso) era bueno, pero como había comentado antes, aquel sitio era caótico. Daban ganas de destruir todo lo que se moviese. Si eso para mí era algo tentador, para un demonio del Tártaro lo era mucho más.
Blue añadió:
- Rei-kun... ¿de verdad lucharemos contra Nura-kun y Akame-chan?
Rei no contestó.