miércoles, 25 de noviembre de 2015

El monje asesino

Las cocineras decidieron cambiar el menú. Sobre la alargada mesa que había en el centro del comedor había sopas miso y yakitoris con verduras. Todas las estudiantes estaban preparadas para cenar. El Maestro, que presidía la mesa, se levantó al vernos a Akane y a mí entrar.
- Tenemos una invitada. Es una antigua alumna del Templo. Es Akame Scarlet Targaryen.
- Wooooow - se escuchó por toda la sala.
(Me siento importante y todo x_x)
- ¡Akame-chaaaan! - dijeron el grupo de cocineras que estaban en un lado de la mesa.
- ¿Nos sentamos con ellas? - pregunté a Akane.
- ¡Hai!
Así lo hicimos y hablamos con Rui y sus amigas. Desde luego se alegraban de verme después de tanto tiempo. Ignoraba si estaban al corriente de mis viajes por otras dimensiones. También se acercó alguna estudiante preguntándome sobre las pruebas finales y cómo era mi vida después del Templo. Intenté resumir en que me dedicaba a mi propio templo y a exterminar demonios, aunque esa fuese una milésima parte de la verdad. Kumato estuvo bailando y jugando con las demás estudiantes, aunque algunas de estas le tiraban de las orejas y le achuchaban como si fuese un peluche x_X
Me llamó la atención un grupo de niñas con pinta bastante fuerte de físico que querían especializarse en cazar demonios como hice yo en su día. En el Templo siempre nos dijeron que los demonios son malos y horribles que, sinceramente, es totalmente cierto; pero también eran seres muy interesantes cuando te acercabas a conocerles, al menos según mi experiencia.
- ¿Estáis seguras de que queréis exterminar a todos los demonios? - las pregunté. - Hay youkais que tienen hijos que aún no han hecho ningún mal a las personas.
- ¡Los mataremos a todos! ¡Seremos las mejores exterminadoras de demonios!
- ¡Eso! ¡Eso! ¡Los demonios son todos unos feos!
- ¡Siiií! ¡Puaj! ¡Ojalá matemos también a Nurarihyon!
(Pero por qué todo el mundo quiere matar a Nuuraaaaaaaaaaa X_____X)
- ¿A caso sabéis como es Nurarihyon? - les preguntó Akane.
- ¡Sí! ¡Mirad, tenemos un ukiyo-e de él!
No sabía que hacían con grabados en una cena, pero accedí. En cuanto nos lo prestaron para verlo, Akane murió de la risa. El que había dibujado era Nura, sí. Pero con 185093850385 años más de los que tenía. Era anciano, sin un pelo en la cabeza alargada que tenía.
- Oh, vaya X_X - comenté.
- ¿Se lo ha encontrado usted, Akame-sama? O3O - preguntó una de las niñas.
- ¿A este? Nunca X_X''
Tras tomar un par de mochis de judía roja, llegó la hora de que volviese a mi Templo. Era ya bastante tarde, por lo que el Maestro me advirtió de que las noches son peligrosas porque es cuando salen la mayoría de youkais, de hecho Akane me ofreció quedarme a dormir allí, pero quería volver al Templo por si había alguna urgencia. Además, tenía a mis dragones, por lo que el peligroso camino a pie me lo iba a poder evitar.
Invoqué a mis dragones después de que el Maestro, Akane, Rui y algunas estudiantes me acompañasen a la salida.
- ¿Qué harás a partir de ahora, Akame-chan? - preguntó Akane.
- Si no tengo mucho lío con el Templo, iré a ver a Kikyo-chan y a Kaede-chan.
- Perfecto n_n
- ¿Te vienes?
- No puedo... tengo bastante trabajo por aquí...
- Bueno...
Kumato corrió y se subió al dragón negro. Yo me subí al blanco y nos elevaron. Me despedí con la mano.
- ¡Hasta prontoooo!
- ¡Suerte, Akame-chaaaaan! - dijo Akane.
- ¡Adioooós! - dijeron los demás.
Los dragones pusieron rumbo al Templo del Dragón Rojo, por lo que perdimos de vista a todos ellos muy rápido.
Llevábamos un rato volando y pregunté a Kumato.
- ¿Te gustó la cena?
- Myaaaaa -D- mya mya 3x
- Sí, bueno... xDx No están acostumbradas a ver a nekos como tú.
- ¡Grrr.... mya! ¬3¬
- Bueno x3x a lo mejor se pasaron un poco, sí ¡Pero les has caído bien! <D<
Kumato maulló otra vez y se desplomó en el dragón. No sabía muy bien qué significaba eso.
Volar en medio de la noche es precioso. Estar un poquito más cerca de la Luna y dejar abajo todos los bosques y aldeas del territorio es algo que me encanta. Estaba disfrutando del momento cuando de pronto, decidí mirar abajo, en una pequeña explanada entre dos bosques. Comencé a sentir una peligrosa aura youkai.
 - ¡Baja! ¡Necesito ver qué pasa!
El dragón del Yang me hizo caso y el del Yin le siguió. Cuando conseguí bajar a tierra, vi que había una pequeña batalla clandestina. Un grupo de jóvenes que iban montados a caballo con bastantes mercancías estaba luchando contra otro grupo de demonios salvajes típicos de aquellos bosques.
El grupo de humanos no tenía nada que hacer y casi todos habían muerto ya, excepto un valiente que se intentaba defender con su espada a pesar de tener la cara horriblemente desfigurada.
- ¡¡Ksó!! - maldije.
Saqué una flecha del carcaj y recé porque acertase después de tanto tiempo sin usar el arco. Disparé y di de lleno al youkai que estaba atacando al humano con una flecha celestial.
El humano se giró para verme. Tenía un ojo completamente malo y la cara y el cuerpo magullados. Su pelo moreno estaba destrozado, enredado y en su defecto había zonas quemadas.
- Por Buda... - dije. No entendí cómo podía seguir vivo en ese estado.
Un grupo de demonios se acercó a mí. Reconocí a cuatro oni y a dos kanko-gitsune. Al menos había matado de un disparo al quinto oni, tal vez si...
Dejé de pensar en cuanto los dos kanko-gitsunes habían atacado. Se movían rápido, casi a la misma velocidad que los dragones del Omnyo. Estos me protegieron y se lanzaron contra los youkais zorro mientras Kumato seguía sobre el dragón oscuro y gritaba.
- ¡AAAAAAAAAAAAH MYAAAAAAAAAAAHHHHHHHH! D8
Saqué otra flecha.
- KUMATO-CHIN, AGUANTA.
Apunté a uno de los kanko-gitsunes, pero los cuatro onis se acercaron a mí con cara de pocos amigos, por lo que cambié la dirección de la flecha a uno de ellos. El dragón blanco mordió en el lomo a uno de los kanko-gitsunes y lo despedazó. Quedaban tres youkais ogros y un youkai zorro.
Dos de los tres oni me atacaron con su porra y corrí a un lado. Por poco me aplastaban. Disparé otra flecha, esta con rayos Yin, e intenté que fuese a por dos onis a la vez, pero el segundo se lanzó contra mí. Casi moría aplastada si no fuera porque saqué a Guesshoku a tiempo.
- Grrr... - gruñía aguantando el peso de la porra de mi enemigo - ¡ESCUDO DEL YANG!
Invoqué un campo de fuerza alrededor de mí y el youkai ogro se echó para atrás cegado por la luz. Corrí a lanzarle rayos Yin para acabar con él, pero el otro oni que quedaba se lanzó. Aunque lograse esquivarlo, no pude atacar esa vez.
En ese momento los dos onis me miraban con odio, con inmensas ganas de ser su cena esa noche. Sin embargo vi de pronto una figura que se elevó por encima de sus hombros. De debajo de su yukata salieron miles de espadas, cuchillos y lanzas que agujerearon los rostros de los onis. Estos cayeron inconscientes y aquel extraño les remato con más ataques con sus espadas.
- Qué narices... - comenté.
Una vez se aseguró de que los onis habían perecido, se giró hacia mí.
- Parece que tus shikigamis son buenos - dijo con una sonrisa en cuanto vio que los dragones habían acabado con el kanko-gitsune que quedaba.
Parecía amable, de hecho me fijé en que llevaba un sombrero de pico y unas ropas típicas de un monje, sin embargo, tenía algo extraño. Esas espadas... no eran de un monje común. De hecho, irradiaba aura youkai. Le señalé con la punta de Guesshoku.
- Tú no eres un monje humano. Eres un demonio.
- ¡Kya~! - chilló Kumato. Al parecer había juzgado por la apariencia.
- Jajaja - rió el monje. - En efecto soy un youkai. Mi nombre es Kurotabo y soy comandante de asalto del Clan Nura.
- !!! ¿N-NURA?
- Sí... Por alguna razón me ha mandado montar guardia aquí. Hay muchos problemas con este tipo de demonios. Lo debes de saber de sobra x_x tú pareces una omnyouji.
- Hai... Asique... ¿Tú Clan intenta proteger... a los humanos de los demás demonios?
- Puede parecer extraño, pero sí. Son órdenes del Supremo Comandante.
- X_X
Kurotabo movió su sombrero y se acercó más a mí para examinarme.
- Oye... ¡Yo a ti te conozco! ¡Eres la omnyouji que estaba con Nurarihyon-sama cuando nos comunicamos con el Cielo para hablar con él!
- Ums... x_x B-bueno... s-sí...~
Su expresión de sorpresa me intimidaba. Parecía que iba a seguir haciendo más comentarios y preguntas pero se limitó a esbozar otra sonrisa.
- ¡Encantado de conocerte! Aunque... me parece que tienes que ayudar a ese humano.
Señaló al hombre desfigurado que estaba tirado en el suelo.
- ¡Oh, Dioses!
Corrí a socorrerle. Para mi sorpresa seguía vivo, aunque débil. Puse mis manos sobre él e intenté aliviarle con luz del Yang. Después de un rato, comprobé que podía tener posibilidades de sobrevivir. Mandé al dragón del Yin que se acercase y dejé al herido en él.
- Se vendrá conmigo al Templo. Necesitará ayuda...
- Bien... - opinó Kurotabo. - Bueno, mucha suerte :)
Me monté en el dragón blanco.
- Gracias por la ayuda x_x y s-sayonara~
- Nos volveremos a ver pronto ;)
Seguimos volando hasta que por fin llegamos al Templo del Dragón Rojo. Me dediqué a curar a aquel hombre todo lo que pude, sin tener tiempo ni siquiera para pensar en el día en el Templo del Gato Negro, la despedida de Hiroito, ni en el Clan Nura, ni nada. Envidiaba a los dragones del Yin Yang, que podían descansar en mi colgante todo lo que querían.
Kumato cogió un par de vendas y me las dio.
- ¿Crees que funcionará, Kumato-chin? No soy muy buena en esto de curar a las personas. Ay... si estuviese aquí Akane-chan o Kikyo-chan...
Literalmente, después de más de dos horas, el hombre parecía una momia. Todo su destrozado cuerpo estaba vendado.
- ... - Me quedé un buen rato contemplándole. Al parecer seguía inconsciente. - No sé si lo he hecho bien...
- Miau, miau ;3;
- Sí... yo creo que... al final sí que tendré que visitar a Kikyo-chan a primera hora de la mañana.
- Myaaaa -//3//-
Después de un rato, el gatomate se fue a dormir a su montón de mantitas. Pensé en que debía hacer lo mismo si no quería parecer un zombie al día siguiente (la momia y el zombie... ¿te lo imaginas?). Antes de irme a mi cuarto a dormir, me quedé mirando otra vez al hombre. Me pregunté quién podría ser.




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