- Encantado de conoceros, chicos - dijo con una extraña voz.
- ¿Eres familiar de Mulán Fa? - le pregunté.
- Ya...
- Bienvenido a Japón, Fa-sama - dijo Kikyo amablemente.
No había hablado mucho con Kikyo desde que nos pilló a Nura y a mí en las termas. Recordé que en la cena de ayer nos miraba extraño, pero no comentó nada al respecto. Estaba más bien concentrada en todo lo relacionado con los Juegos.
Más tarde vinieron los de la "Nada". Recuerdo que hacía casi un año que estuve en su dimensión, concretamente en Madrid. Sin embargo, la única chica que era de Madrid era su invitada, Criis, que me dio un abrazo nada más verme. Llevaba su ropa oscura y su flequillo de color azul.
- ¡Estáis aquí! ¡¡Todo esto es una pasada!! ¡Es de película!
Sin embargo, los que representaban a la dimensión para participar eran totalmente diferentes al nivel de magia que vimos en Madrid. Por un lado, estaban los hermanos Nanami: Alejandra, que ya la conocía del año pasado, y Alejandro. Eran los señores de la Luna de la Nada, y lo más extraño y la razón por la que eran tan fuertes... eran hijos de un verdadero dios, Poseidón.
Alejandra y Alejandro eran iguales: cabello moreno de relfejos azules y cuerpo atlético; lo único que se diferenciaban era en los ojos, los de Alejandra marrones y los de Alejandro azules como el mar, además de que la ropa que llevaba Alejandra era bastante más acorde con la japonesa mientras que Alejandro llevaba una armadura griega.
Luego estaban los "número 2", en absoluto menospreciables. Amaia era rubia de ojos azules de piel blanca e irradiaba una fuerte energía pura de magia blanca, totalmente contraria a su compañero, Alonso, de pelo castaño algo largo y ojos marrones que desprendía una fuerte energía negativa relacionada con la magia negra.
Nos saludamos todos con todos. Alejandra me sonreía.
- Esta dimensión es increíble. El nivel de poder mágico que hay en nuestra Tierra no es nada comparado con el de este mundo.
- Tu poder está relacionado con el mal - sentenció Alonso mirando a Nura con el ceño fruncido y con la mano en el mango de la katana que llevaba a la cintura. - Eres un demonio.
- !! ¿Nani?! ¡Tú no eres el más indicado para hablar! X__X
Se miraron con tensión.
- Los de Caetoneko - anunció una de las sirvientas de la casa.
Todos nos volteamos y les vimos llegar, aunque tal vez no hacía falta que nos los dijeran ya que retumbaba el suelo cada vez que uno de ellos andaba un paso. Entre ellos había un enorme Hombre de las Nieves, de pelo blanco, cara arrugada y ojos azules y fríos. Estaban William y Esmeralda, los hermanos guerreros, y Blue. También estaba una chica de pelo blanco largo y ojos azules, que si no recordaba mal era la Reina de Caetoneko, aunque iba con una chaqueta y una minifalda que no la hacían parecer la Reina. Todos, en efecto, tenían orejas de gato, excepto el Hombre de las Nieves, claro.
- ¡Hula, chicuuuus! >D<
Saludamos a todos. Me alegró ver a Blue, a Will y a Esme. Hacía tiempo que no les veía, sobre todo a estos últimos. Habíamos peleado codo con codo contra los dioses que invadieron su pueblo, de hecho, uno de esos dioses era el padre de Alejandro y Alejandra ¿Era posible que hubiese cierta sensación de venganza por parte de ellos?
La Reina se acercó.
- Hooola~ ^.^
No parecía madre y mucho menos reina. Parecía muy joven.
- Saludos, Majestad - dijo Kikyo.
- ¡No! ¡No me llaméis así aquí! Sé que en Caetoneko soy Reina pero aquí soy Alice.
- Peru, Mamá, ¡tú siempre dices que hay que actuar comu reina siempre! - recordó Blue.
- Lo sé. Pero aquí, en este mundo... - se quedó unos segundos callada y continuó - ... soy solo Alice.
- ¿A caso estuvo usted aquí una vez? - pregunté.
- Yo fui la propietaria de Korimizu. Una vez fui la Domadora del Dragón del Hielo.
- Tú... ¡tú debiste conocer a mi padre!
- ¡Y a... mi tío! - intervino Ping.
- Scarlet Targaryen... Asique es cierto... eres la hija de Shaoran y Yuuki. Al final lograron estar juntos... Siento no haberlo dicho antes. Tuviste la mala suerte de caer al Infierno justo cuando acabó todo lo ocurrido con los dioses en nuestro mundo. No tuve la ocasión de hablar con vosotros. Conocí a Shaoran, a Yuuki, a Zhou, a Zhao, a Shadow, a Shui...
Entonces Alice se quedó mirando a la nada. Me pareció que le fascinó el arco que llevaba Alejandra.
- Santo Azrael.... El caso~ me alegro de veros. Espero tener la ocasión de hablar contigo, Akame; sobre tus padres.
- Sería genial.
Ese mismo día, Alice, Blue, Ping (el chico chino) y yo quedamos para dar un paseo por la ciudad. Muchos
aldeanos nos saludaron ya que sabían que éramos de los Juegos. Al parecer era un acontecimiento que animaba a las gentes a entretenerse viendo como unos tipejos mágicos como nosotros nos peleábamos, aunque muchos de ellos solo estaban interesados en ver las orejas de neko de madre e hija.
Alice se dedicó a explicarnos cómo eran las aventuras de los domadores de los dragones. Eran un grupo bastante unido que usaba a sus dragones para combatir muchas injusticias, siempre de manera independiente, nunca estuvieron al servicio de ningún señor o emperador.
- Shaoran Scarlet y Yuuki Targaryen se querían, pero a Zhao, el hermano de Yuuki, no le gustaba mucho aquello. No veía eso de que una elfa y un humano se quisieran. Entonces apareció esa extraña de Shui... parecía un demonio, pero estaba segura de que provenía de otra dimensión como Shadow y como yo. Zhao y ella se enamoraron, de hecho se casaron y tuvieron hijas.
- Aika-chan y Miku-chan - dije.
- Sin embargo, Zhao Targaryen y Shui Nanami murieron cuando fuimos a por el Fénix.
- Sí... - me quedé pensativa... había algo que tenía en la punta de la lengua desde hacía tiempo, pero no lograba desenmascararlo, aquel día era el día, - Oye... ¿dijiste que Shui se apellidaba Nanami?
- Exacto.
- ... Creo... que ya sé de qué dimensión provenía. Los hijos de Poseidón que representan a la Nada... se apellidan Nanami.
- Está claru entunces - intervino Blue, - sun parientes.
- ¿La chica esa del arco es una Nanami? Ahora entiendo...
- ¿Alice-san?
- Ese arco era de Shui, la domadora del Dragón Gris del Agua.
- ¿Qué obsesión tiene esa familia con el agua? - intervino Ping con una voz extrañamente afeminada - "Nanami" significa "Séptimo mar" en japonés, "Shui" significa "Agua" en chino, una es domadora del Dragón del Agua y otros son hijos de un dios del mar.
- Bueno, nuestra familia estuvo siempre relacionada con el hielo - trató de explicar Alice.
- Las familias están destinadas a un solu elementu - intervino Blue.
- Pues yo debo combinar dos elementos - dije.
- Eso te hace un oponente poderoso, Akame-chan - dijo Alice, - pero también te puede jugar una mala pasada.
- No, si con tener escrito en la frente "Phoenix Slayer" ya vivo cosas demasiado anormales.
Alice rió.
- Hablaremos con Alejandra-chan para ver qué puede saber sobre toda esta historia - propuso Ping.
Con esa voz tan diferente a la que puso cuando le conocimos, supuse quién era en realidad.
- Sí.
- Mami... - dijo Blue, - ¿qué hay del chico ese llamado Shadow? ¿Era una... sombra?
- Era un demonio sombra del Tártaro. Ese chico que te gusta me recuerda mucho a él.
- ¡R-Rei-kun! o////3////o
- ¿Pensabas que no me daba cuenta de cuando te va a visitar, jovencita? ¬3¬ Shadow y yo éramos muy íntimos... mucho...
Me pareció que se sonrojaba.
- ¿Qué fue de él? - pregunté.
- Desde lo del Fénix, solo sé que me trajo a mi dimensión cuando yo estaba gravemente herida. Gracias a el pude volver para casarme, convertirme en reina y tener a Blue. Pero desde aquello... no he vuelto a saber nada de él.
- ¿Se apellidaba Minamoto? - pregunté.
- No lo sé. No dijo nunca nada, por lo que supuse que no tendría apellido.
Alice se puso melancólica cuando salió el tema de Shadow. Supuse que era posible que en ese pasado sintieran algo por el otro... algo que no pudo consumarse por culpa del Fénix. Esperé que a Rei y a Blue no les pasase lo mismo en el caso de que... hubiera algún peligro.
Por la noche, nos juntamos todos en el salón a cenar. Fue el momento en el que comentamos a Alejandra todo lo que sabíamos. Ella nos miraba con cara de no comprender nada, era casi la misma que la de Nura. Pobre, apenas había hablado con él y con Kikyo ese día.
- No tengo ni la más remota idea de esa tal Shui :S Mi madre se llamaba Irina y murió el día que nos dio a luz a mi hermano y a mí, ya que el dios Hades vino a invadir la Luna.
- A mí... - intervino Alejandro, el joven guerrero que bebía de un calpis azul (¿cómo lograron que fuese de ese color? O_O) me suena.
- ¿Alejandro? - preguntó Ale.
- Recuerdo que mientras tú estabas con uno de tus viajes a Japón (Japón de nuestro mundo) estuve mirando unos papeles antiguos en la Biblioteca de la Luna. Se conservaban muy pocos documentos debido a los años de imperio que hubo por parte de los demonios mientras nosotros estábamos en la Tierra, pero encontré un par que decían que Shui Nanami era la heredera al trono antes que nosotros, pero que luego se cambió a su hermana menor Irina.
- ¿Heredera al tronoooo???? ¡¿Y cómo es que no me dijiste eso?!
- Lo sieeento >.< Entre que se me olvidó y supuse que estaría mal o incluso podía ser una manipulación de los demonios, asique no te dije nada~
Alejandra suspiró.
- Entonces mi arco ahora es un arma de domadora de dragones. Nunca me acostaré sin saber algo nuevo ~
- Entonces, Shui, si era hermana mayor de Irina, es tu tía - dije.
- Sí. Y se supone que ella iba a ser la reina. Lo que no sé es que cómo pudo acabar en esta dimensión si llevamos años investigando cómo viajar a otras dimensiones que no sean las de los portales de nuestro antiguo colegio. Y lo peor es que nadie, NADIE me habló de ella...
- Tal vez usase una magia olvidada. Ya sabes, se quemaron muchos libros durante la guerra - dijo Alejandro.
Tras aquella conversación, todos nos dirigimos a nuestras habitaciones. Iba por mi pasillo cuando alguien me cogió del brazo.
- ¡EH!
Aparecieron manchas como de tinta y Nura apareció.
- Me has asustado Dx
- Gomenassai ~
- ¡Nakamas! - exclamó Blue, que vino hacia donde estábamos nosotros.
- Konbawa~
- Konbawa, Blue-chan~
- ¡Me alegra un montón que volvamos a estar juntus! ¡Faltan Rei-kun y lus demás!
- Tienes razón - dije, - y con lo fuertes que son, seguro que vienen como participantes.
- ¡Rei-kun seguru! Me lo diju.
- Como nos toque luchar contra ese sí que estamos perdidos x_x - opinó Nura.
- Todus son muy fuertes. Ellos sun hijos de Poseidón, son expertos en magia de agua.
- A juzgar por sus armas, Alejandra es experta en arco y artes marciales y Alejandro en espada y combate griego - comenté.
- Y lo que te iba a decir, Akame-chan. Esa tal Amaia es para ellos una especie de diosa de la magia. Es el Hada Blanca, y su poder es muuuy fuerte.
- ¿Y ese chico, Alonso? Os he visto en tensión esta mañana.
- Los dos manejamos poderes relacionados con la oscuridad. Según he escuchado, él tiene los poderes de Hades, el dios griego de los muertos.
- ¿Es hijo de ese señor que vimos en el Inframundo? Creo que la hemos liado...
- Nu. Él es hiju de humanus, nu es un semidiós.
- Al parecer, de alguna forma, heredó los poderes de la muerte - añadió Nura. - Me llama mucho la atención...
- El 12 de junio empiezan los juegos. Quedan 3 días - pensé en alto.
- ¡Hasta entonces, disfrutaremus de nuestra estancia!
- Y recordad - dijo Nura, - ni se os ocurra bajar la guardia. De alguna forma estos juegos tienen algo que nos están escondiendo... Tened cuidado ¿de acuerdo?
Asentimos. Entonces nos fuimos a nuestras habitaciones a intentar dormir. Claro que... esa noche tampoco me dejaron tranquila. Nada más entrar, vi a dos figuras.
- Hola, Akame - saludó Alejandra.
- Ni Hao - dijo Ping... con el pelo suelto aunque sin maquillaje... Mis sospechas se habían confirmado.
- Ale-chan... ¡MULÁN-CHAN! ¿CÓMO ES QUE..?
- Me ha vuelto a tocar hacer de varón xD
- Pero aún así, los samuráis que repartían esas cartas...
- A mí también me extrañó... pero en la carta ponía Ping Fa. No tengo ningún primo llamado así, asique supuse que querían que fuera como cuando entré en el ejército.
- Por Buda... ¿y qué hacéis vosotras en mi habitación?
- Tenemos que hablar - dijo Alejandra, - ¿tú sabes algo de lo que está pasando aquí?
- Eh... no. Tampoco Kikyo-chan ni Nura-kun.
- Es que... no comprendemos - dijo Mulán. - Una cosa es hacer unos juegos por la paz entre nuestros imperios y otra cosa es traer a gente de otras dimensiones.
- Opino lo mismo. Por eso creemos que es una trampa.
- ¿Y no habéis encontrado nada extraño? - preguntó Alejandra,
- Nura-kun vio al emperador y sintió que estaba poseído de alguna forma. No sabemos quién le controla pero es imposible liberarle. Pero lo peor es... que no podemos liberarnos nosotros.
- ¿Cómo es eso?
- ¿No os habéis fijado que por muchas dudas que tengáis, no habéis podido resistiros a venir?
- ...
- ...
- Es un tipo de magia rara y muy poderosa. Por mucho que queramos no venir, estamos aquí. La única solución es... defendernos de cualquier ataque.
- ... Entiendo... Vamos, entiendo lo que puedo - dijo Alejandra mirando triste su mano. Fue en ese momento en el que me fijé que llevaba un anillo de plata con un pequeño trozo de zafiro. No me sonaba de haberlo visto cuando la vi el año pasado.
- Nos prepararemos para lo peor - dijo Mulán, - pero no pienso dejar que nos maten. Viviremos.
- Eso espero...
- Buenas noches, Akame-chan. Me alegro de verte.
Sonreí.
- Yo también a ti.
Mulán ya se estaba yendo y Alejandra la iba a seguir. A juzgar por su expresión, no estaba muy contenta con la conversación.
- Te veo deprimida - me animé a decir.
- Lo estoy un poco, sí.
- ¿Tienes miedo?
- Siempre tengo miedo...
- !
- Muchos alardean que soy fuerte y valiente y esperan grandes cosas de mí. Pero en verdad soy una cobarde...
- No digas eso. Entiendo lo que sientes. A mí también me pasa lo mismo~~
- Puede ser - Alejandra me enseñó su mano, donde tenía el anillo - Pero, Akame, me iba a casar... Justo cuando Alonso se lanzó a pedirme matrimonio.... ocurre esto!!! ¡¡No quiero perderle!!
Me pareció que se iba a derrumbar en cualquier momento. La di un abrazo y ella apretó contra mí, pero no lloró.
- Todas tenemos miedo a perder a algo... o a alguien.
- Sí... No podemos permitir eso, Akame... Tenemos que protegerles.
- Proteger a todos, sí. También protégete a ti misma.
Alejandra sonrió y se separó de mí.
- Te aseguro que, si nos toca combatir en la arena, no me contendré.
Le devolví la sonrisa.
- Yo tampoco.
Nos despedimos y me fui a la cama...
...
...
...
...
Pasaron unos días y llegó el 12 de junio. Aquel día iban a empezar los juegos.
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