jueves, 1 de enero de 2015

El Pez del Valle del Rhin

No pasó mucho tiempo hasta que por fin avistamos la aldea a la que nos dirigíamos. Efectivamente era un pueblo situado en un valle, el valle del río que pasaba en medio de este pueblo.
- El Rhin es el río más importante de Caetoneko - informó Rei. - Llega hasta la Fortaleza del Invierno que está en Winterfell, el centro de todo este mundo.
- Desde luego se han pensado mucho los nombres - comentó Nura. Se volvió a mí y propuso - ¿Qué tal Nura Jr?
- ¡NI HABLAR! ¡No pienso ponerle tu nombre! - espeté indignada.
- ¿Alguna otra sugerencia, Cebolla-chan?
- Grrr... Mmmm... eee... ¿Buda...?
- ¡NI LO SUEÑES!
Rei se acercó a nosotros.
- ¿Qué tal Kumato? En el Infierno hay muchos tomates de ese tipo~ y están mucho mejores que los de la Tierra -D-
- ¿Y cómo son los kumatos?
- Tienen un tono más oscuro que el de vuestra mascotita - aclaró, - pero es igual de redondito y kawaii que él.
- Ku... ma... to... - repitió Nura - Te dejo a ti elegir.
- D-De acuerdo. Suena bien~
Miré al gatomate que seguía durmiendo tan tranquilo entre mis brazos. Era muy mono, muy muy mono... ¿OS HE DICHO YA QUE ERA MUY MONO?
- Llegamos - anunció Kikyo.
Era increíble. Habíamos llegado en el momento del crepúsculo y todas las luces de las casas estaban ya encendidas. Todos los edificios estaban cubiertos por una gruesa capa de nieve al igual que el suelo. Los edificios eran completamente diferentes a los que había visto tanto en la Tierra como en el Purgatorio... eran pequeños y de pared gruesa. Dentro de ellos se podía ver a través de la ventanas a muchas familias felices formadas por personas iguales que Blue, con orejas de gato, pero de colores distintos: amarillo, rojo, rosa, verde...
El calor que irradiaba el ambiente de las casas contrastaba enormemente con el exterior que, a pesar de no ofrecer frío físico, el paisaje nevado hacía que nuestras mentes se sintiesen frías psicológicamente. Una sensación extraña, vaya.
También en los tejados de las casas, las fachadas de las tiendas y arriba de cada calle, estaban colgadas varias guirnaldas con bombillas de muchos colores que parpadeaban sin parar.
Llegamos a la plaza central del pueblo en donde había gran cantidad de gente contemplando un abeto enorme decorado con más luces de colores.
Seguimos andando atravesando aquella plaza mientras muchos nekoboys y nekogirls nos miraban como forasteros que éramos. Una pandilla de nekoboys hicieron silbiditos a Kikyo y casi ella les volatilizaba las orejas con su arco pero Akane la paró. Esta último decidió preguntar a dos señoras que estaban al lado sobre la posada de El Pez y nos dieron la dirección exacta.
Caminamos todo recto dejando atrás la plaza. Giramos a la derecha y a la tercera calle volvimos a girar hacia el mismo sentido. Subimos la Calle de la Laguna y vimos un pequeño edificio de madera en cuyo friso de la fachada rezaba "El Pez" con el símbolo de un pez echando burbujas por la boca. Kikyo abrió la puerta de la posada y entramos.
El ambiente era caótico. Había montones de neko-humanos tomando todo tipo de licores tanto en solitario como en compañía. Los más ancianos estaban jugando a las cartas u a otros juegos de mesa para pasar el rato mientras que los más jóvenes jugaban a juegos de azar para apostarse un par de monedas. Montones de nekogirls iban vestidas de sirvientas (las maids) para servir a cada una de las mesas de toda la posada. Me pareció una vestimenta un tanto ridícula, pero los clientes parecían babear por aquellas camareras.
Al fondo de la estancia estaba el bar donde un nekoboy bonachón, que parecía ser el jefe, estaba limpiando una copa mientras dos nekogirls servían cervezas y varios tipos de tapas a los clientes que estaban en la barra.
A la derecha del bar, estaban Abbadon y Dante sentados en una mesa con unas capas de color pardo cubriéndolos la cabeza y el cuerpo Si no hubiera sido porque estaban saludándonos, no les hubiera reconocido.
Nos acercamos y Abbadon saludó:
- Konbawa, sacerdotisas y... acompañantes.
- ¡Rei-kun! ¡Te encontré al fin por aquí! - dijo Dante levantándose de su silla dispuesto a abrazar a su amigo, pero se frenó - ¿EH? ¿Nura-kun? ¡¿Qué haces aquí?!
- Yo también me alegro de verte~~ - agradeció Nura.
- Ha venido a darme apoyo para que tengamos un viaje de nakamas. De demonio a demonio~ - intervino Rei sonrientemente pasando el brazo por encima de los hombros de Nura.
- Ya, ya~ o puede ser por otra razón e_e - pensó en alto Dante.
Nura apartó la vista y arqueé una ceja.
- Bueno, chicos, ¿a qué hemos venido aquí, pues?
- ¡Oh, sí! Por supuesto que os comentaremos... - dijo Abbadon - Cogeos unas sillas y sentaos por aquí cerca. Demonios, quedaos aquí, serviréis de gran ayuda en esta misión.
- Nunca he oído algo así de la boca un arcángel - comentó Rei ya con una silla y sentándose al lado de él.
Abbadon sonrió.
- Soy un poco... especial.
Cuando por fin conseguimos unas sillas y nos pusimos alrededor de la mesa, Abbadon comenzó a hablar.
- Puede que no lo parezca aquí, pero han invadido Caetoneko.
- ¿Invadido? - pregunté.
- Sí. Apenas se refleja en las aldeas periféricas como esta, pero la Fortaleza del Invierno ha sido arrasada por unos personajes... muy poderosos. Antes de la primavera, Caetoneko no volverá a ser la misma por su culpa, y de lo seguro antes de febrero ya habrán invadido todos los pequeños pueblos y valles de este mundo.
- ¿Y por qué iban a hacer una cosa así?
- Los sujetos de esta conquista no son nada más ni nada menos que dioses. Dioses que generó la dimensión terrícola de la que procedéis, sacerdotisas, concretamente el mundo de occidente muchos siglos atrás.
- ¿La Tierra puede hacer eso? ¿Crear dioses? - preguntó Akane.
- ¡Por supuesto que sí! ¡Como todas las dimensiones de toda la existencia! Y todas las creaciones puras, mágicas, celestiales, divinas y espirituales que habéis creado vosotros y todos los demás mundos vienen a parar al Cielo, el lugar de donde vengo.
- Eso quiere decir, que usted ha sido creado por una dimensión - dedujo Akane.
- Tutéame. Sí, estás en lo cierto. De hecho fui creado por esta dimensión, Caetoneko. Por eso es mi deber advertiros de lo que ha ocurrido y lo que está por ocurrir.
Abbadon cogió una mochila de color blanco (que no pegaba en nada con su estilo) y de ella sacó una máquina extraña.
- Eso es un portátil - informó Dante - Es muy fácil de usar.
- Y no es nada más ni nada menos que el portátil de Arquímedes. Lo construyó cuando estuvo aquella semana con Dante en el Purgatorio. Se lo pasó en grande.
- Sí, le gustaban las fresas con nata como a mí - dijo Dante con cierta nostalgia -. Y este ordenador os servirá en vuestra misión. Contiene información sobre todos los dioses a los que os enfrentaréis.
- Pero Arquímedes... - intervine mientras acariciaba a Kumato que se estaba despertando - es un fabuloso ingeniero nacido en la Antigua Grecia ¡eso es del mundo occidental!
- Cierto. Porque los dioses a los que os enfrentaréis - Abbadon hizo una pausa y continuó con miedo - son los dioses del Olimpo.
- ¿QUÉÉ? - preguntó Tsubaki dejando a un lado su espejo de bolsillo.
- Eso es mitología griega ¡No sabemos luchar contra eso! - espetó Kikyo.
- Soy las chicas más fuertes que ha habido en siglos. Podéis luchar contra eso - dijo Dante con una sonrisa - ¿Oye, dónde están las patatas bravas que pedimos?
- Me gustaría que una de vosotras aprenda a usar el ordenador esta misma noche para mañana por la mañana ir pensando en qué podemos hacer contra ellos además de hablar de estrategias y demás... Akame-chan, bonita, encárgate tú.
- ¿PERO POR QUÉ YO? X_____X
- De las cuatro eres la única que ha estado en el Purgatorio y has estado en contacto con una tecnología más avanzada a diferencia de ellas, aunque haya sido poco tiempo. Además se lo pediría a Kikyo-chan pero da miedo T_T
- ¿EH? - gruñó Kikyo.
Abbadon me acercó el trasto ese de metal y lo tuve que coger.
- Puff, pesa -comenté. Si no pesaba más, Kumato se abalanzó encima del portátil.
- Tendrás que ir familiarizándote con el sistema para mañana por la mañana.
- ¡Pero eso significaría que tengo que quedarme toda la noche despierta!
- Tampoco es que en este sitio vayas a dormir muy bien con el jaleo que hay montado - comentó Dante.
- ¡Espera! - intervino Kikyo - ¿Vamos a tener que dormir en este antro?
- No había sitios más baratos, lo siento - se disculpó Abbadon - ¡Pero no es problema, sacerdotisas! Nos prometieron que no iban a entrar en vuestras habitaciones y mucho menos intentar tocaros.
- ¿Acostumbran a hacer eso? e_e - preguntó Tsubaki.
Abbadon miró al bar para ver si venían sus patatas bravas. Había ignorado la pregunta.
- ¡JÁ! ¡Estoy dispuesto a machacarles la cabeza a esos seres divinos! - gritó Rei con actitud desafiante.
- Ay... en dónde me he metido yo con estos locos... - suspiró Nura.
El nekoboy bonachón de antes se acercó a nuestra mesa y nos sirvió las famosas patatas que pidieron el árcángel y el cazademonios. Aquel señor se nos quedó mirando a mí y a mis compañeras. Sus orejas de color granate se estaban moviendo de forma nerviosa.
- ¿Son vuestras amigas de las que nos hablasteis?
- Sí - dijo Abbadon mientras se comía una patata con sonrisa feliz.
- Sois muy monas, ¿no os gustaría trabajar aquí de camareras durante un tiempo?
- Gracias por su propuesta, e_e - agradeció Kikyo con cara de echar humo por las orejas - pero no gracias, es muy "amable".
El jefe de la posada se acercó a mi y toqueteó mi coleta.
- Veeenga~ os gustará.
- NO LA TOQUES - saltó Nura. Este se lanzó sobre él y le pegó una bofetada.
- ¡Nura-kun! - le chillé.
Miré a los demás...
-( . □ . ) ! ...
-( . □ . ) ...
-( . □ . ) ...
-( . □ . ) ...
-( e . ê. ) ...
-( e e )'' ...
... y volví la cabeza hacia él - .///D///. NURA X///X
- ¡AUU! ¡TÚ! - maldijo indignado el señor gato.
- Etto... Gomen~~ - se disculpó Nura - ¡Pero así no se habla a las mujeres! e_e
- VUELVE A DECIR...
Abbadon apareció detrás suya y con las alas extendidas comentó:
- Vaaaamos, Arthur, no te enfades, amigo mío~ ^D^ ¡Mi amigo demonio es un poco impulsivo pero es un buen tipo!
- Grrrr - gruñó.
- ¡ABBADON-KUN! ¡LAS ALAS! - gritó asustado Dante.
Miramos atrás y toda la clientela de la posada así como las maids estaban mirando atónitos.
- !!!! TODOS ¡AFUERA! ¡HOY ES NOCHEVIEJA! ¡LA POSADA HOY ESTÁ CERRADA! - gritó Arthur con un cucharón de sopa en la mano.
Mientras agitaba su arma culinaria histérico, todos los neko-humanos salieron lo más rápido que pudieron de la posada. En cuanto salió el último, Arthur echó el cerrojo y soltó un suspiro.
- Lo siento, amigo - dijo Abbadon volando por toda la posada con cara triste. Parecía que iba a echar a llorar con esa cara divina de angelito.
- ¿Pero por qué has hecho eso? - preguntó Tsubaki sorprendida como todos nosotros.
- Corren tiempos difíciles - justificó Arthur. - El dios Abbadon ha venido a salvarnos... y es nuestra última esperanza... Desde que pusieron esas estúpidas monedas los precios se han disparado y ya nadie viene a la posada - (Cuando comentó eso no me lo creí, antes estaba repleta de gente... tal vez normalmente estuviese más abarrotada) - A este paso moriré de pobreza y hambre...
- Al parecer van muy rápido - comentó Abbadon - Ya han impuesto el denario y el dracma de oro en los valles... ¿pero por qué nadie puede vernos?
- La Legión no ha llegado a los pueblos, pero contratan a gente moribunda... a bandidos o cazarrecompensas para capturaros... Este lugar ya no es seguro para vosotros, ni quiera para mis maids y para mí.
- ¿Y ahora dónde pasamos la noche? T_T - preguntó Rei.
Arthur se nos quedó mirando y después corrió a la barra del bar y preguntó a una maid de pelo marrón y vestido rosa que estaba a la izquierda.
- Ella es mi hija... la jefa de las maids, ella os llevará a otra posada en la que estaréis seguros.
- ¿YO? tsk!
- No sabía que tenías hija ._. - comentó Dante.
- La recogí de la calle cuando tenía 6 años ¡Aurora, no seas mala!
- Ooooj... está bien -.-'' pero seguidme sin entreteneros en el camino.
Dicho esto cogió una capa roja y se la puso. Cuando iba a abrir la puerta trasera que aún estaba abierta Arthur añadió:
- Vosotros, debéis poneros algo para que no os descubran. Y, Aurora, dile a Christopher que les de una habitación para cada uno... excepto para ese del pelo blanco e_e
- ¡EHHH! - se quejó Nura
- Sí, Papá - dijo y abrió la puerta.
Abrimos las mochilas y encontramos en cada una una capa de color pardo como la de Abbadon y Dante. Nos las pusimos, Kumato se agarró a mi hombro y salimos corriendo tras la maid.
Anduvimos por las callejuelas del Valle del Rhin ya en plena nocturnidad. Procuramos tapar a Rei y a Nura que no llevaban capa para que tampoco les reconociesen a ellos. Así estuvimos casi un cuarto de hora hasta llegar a una posada con un aspecto muy triste. En la fachada ponía "Posada del Marinero de Aguas Dulces" con un dibujo de un pequeño barco con un joven saludando un tanto cutre. Entramos y estaba prácticamente vacío. Comparada con la Posada de El Pez, aquella Posada daba realmente pena. Los dos camareros que había eran dos hombres bonachones que parecían familiares de Arthur. El que estaba en el bar era un señor mayor empezando su época de vejez.
- Oh, eres tú, Aurora...
- Hola, Christopher. Vengo de parte de mi padre. Quiere que les des a estos señores una habitación para cada uno menos a ese - señaló a Nura y este gruñó pero no dijo nada.
- De acuerdo... Sitio hay de sobra, claro está. Dile que aquí estarán a buen recaudo ¿Solo esta noche?
- Solo esta noche. Gracias. - Aurora se volvió hacia nosotros. - Buenas noches, forasteros.
Se fue.
- Bien... - dijo Christopher apartando un pelo rojo casi marrón  de su cara - Recoged aquí las llaves y subid esas escaleras para instalaros en las habitaciones. Os anuncio que va a ser una noche larga.
Hicimos lo que dijo. Recogimos las llaves de siete habitaciones y subimos las escaleras. Al llegar al pasillo de habitaciones nos deseamos las buenas noches y entramos cada uno en nuestra habitación. Antes de echar la llave, Abbadon, cuya habitación estaba al lado de la mía, dijo:
- Acuérdate de probar el portátil, Akame-chan. Oyasumi~ n_n
- O-oyasuminassai... e_ê
Entré y cerré la puerta. La habitación era individual de verdad: pequeña y de estilo austero. Kumato corrió a la parte de abajo de la cama y se hizo una bolita.
Dejé la mochila al lado de la mesita de noche y saqué el portátil de Arquímedes. Lo abrí y vi una pantalla con un teclado.
Decidí sentarme en la cama y darle al botón más grande. El ordenador se encendió. Cuando pareció cargarse vi que había dos programas: uno de búsqueda y otro de una lista con multitud de nombres. Abrí el de la lista y el primer nombre sobre el que pinché fue el de "Atenea". Vi una foto de una diosa de pelo marrón con un casco de hoplita ateniense con unos ojos grises potentes. Iba vestida con una túnica blanca e iba armada con una lanza griega y un escud
o con un relieve de una mujer con cabello de serpientes. Miré que a la izquierda ponía toda la información sobre la diosa. Era la patrona de la ciudad de Atenas, la diosa de la sabiduría y de la estrategia de combate. Bastante peligrosa. Nació de la cabeza de su padre, Zeus. Su mascota es una lechuza. Le gusta la arquitectura y jugar con las blancas en el ajedrez.
- ¿Qué clase de información es esta? - me pregunté. De todas formas me alabé al saber utilizar aquella máquina. Me sentí francamente útil a pesar de aquella maldita Profecía de por medio que hizo que matase a Hiroito.
"¿Y Blue?" pensé ¿Qué es de ella? ¿No debía de estar en alguna parte de ese mundo? Si estaba allí su novio, ella debió habernos encontrado. Algo debió haberla pasado, tal y como pensaba Rei. Tal vez aquellos dioses del Olimpo tuviesen algo que ver. Tal vez Blue jugó con Atenea al ajedrez y ganó con blancas y la diosa la transformó en la mujer de cabello de serpientes. Recé para que no estuviese en lo cierto.
De pronto alguien llamó a la puerta. Me alarmé y apagué el portátil de Arquímedes. Lo dejé a un lado y pregunté:
- ¿Quién es?
- ¡Abre! Soy yo - dijo una voz.
Me levanté a abrir la puerta y cuando lo hice vi que era Nura.
- No tengo habitación - recordó.
- Eso te pasa por bruto e_e
- Si lo llego a saber no te defiendo e_e
- e_e ... -.-... Qué quieres.
- Quiero quedarme a dormir en tu habitación. El Señor del Pandemonio no puede dormir en el suelo de una posada sucia a punto de la quiebra.
- Y yo soy una sacerdotisa y no puedo dormir un con demonio e_e ¿Por qué no se lo pides a Rei-kun?
- ¡Pero si teníamos una casa en el Purgatorio! Ch~ Bah~... Es que.. - Nura bajó la cabeza - Ya se ha quedado dormido.
- e_e ... Anda pasa.
- ARIGATO, AKAME-CHAN 8D
Pasó y se tumbó en la cama.
- En esa cama no cabemos e_e Sal de ahí. Al suelo.
- ¡Ni lo sueñes!
- e3ê ....
Levanté el brazo y eché un par de rayos Yin alrededor de mí. Me miró y se alarmó.
- ¡¡¡AAHHH!!! Vale, vale~~
En un par de minutos las luces estaban ya apagadas y Nura estaba tumbado en el suelo a los pies de mi cama en la cual estaba yo tumbada observando todos los ficheros del programa "Personajes Mitológicos de Grecia y Roma". Vi que la señora fea del escudo de Atenea se llamaba Medusa y en su origen era una doncella bellísima que al liarse con Poseidón, el dios del mar, Atenea la convirtió en ese monstruo que petrificaba a la gente en piedra cuando la miraban. Perseo, un héroe de la mitología, decapitó a Medusa siguiendo las órdenes de la diosa Atenea.
- Al parecer te está gustando eso del ordenador - comentó Nura.
- ¡Oh! Pensé que estabas dormido... Sí, la verdad es que es bastante curioso.
- Ah, bah.
- Oye, Nura-kun.
- ¿Mmh?
- Gracias.
- ?!?!
- Por defenderme de ese cerdo y tal...
- Oh... ah. No fue nada.
- Gracias - repetí.
- ...
- Si ahí abajo estás incómodo puedes venir aquí. PERO SOLO POR ESTA VEZ.
- ¿P-Puedo?
- Chi~
Nura se levantó y se tumbó conmigo. Decidí dejar el ordenador y posé mi cabeza sobre la almohada.
- Espero que mañana tengamos más suerte y no tengamos que salir corriendo de una posada de "cerdos" - deseó Nura.
- Eso espero. O al menos que no pase algo peor.
- ... Oye, Akame-chan.
- ¿Sí...?
- Feliz Año Nuevo.
- Igualmente, Nura-kun. Oyasumi.
En ese instante noté que me dio un beso en la frente. Escuché un ronroneo de Kumato y casi al rato me dormí.


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