sábado, 12 de marzo de 2016

Nura

- Ese maldito youkai... Él y su novia me dejaron en ridículo...
- Tranquilízate, Juez. Nuestra venganza será terrible. Se arrepentirá de todo, te lo aseguro. Él no es más que un demonio terrestre.
- Entonces, mi Señora... ¿Le venceremos en los Juegos?
- Conde... Nurarihyon es astuto, será difícil de vencer... pero mientras siga sin atreverse a despertar todo su poder, acabaremos con él. Le demostraremos cuál es el verdadero Miedo.

Nombre: Nurarihyon
Apellidos: Nura
Raza: Youkai
Dimensión: Tierra
Poderes/armas:  Miedo, Nenekirimaru, Matoi, Festival de los Cien Demonios del Clan Nura, Supremo Comandante.
Crush: Akame

Aquella noche les dije a los más fuertes que me acompañasen. No podía traerme a todo el Clan Nura, ya que nuestra visita era demasiado peligrosa, y cuánto menos fuésemos, menos probabilidades tenían de vernos. El emperador de Japón vivía en un palacio enorme lleno de guardias y omnyoujis, había que tener precaución.
Kurotabo es muy útil para este tipo de insurreciones. Muy fácilmente se acercaba a los guardias sin que estos se asustasen y cuando dudaban ya les había tirado al suelo. Así pues, conseguimos infiltrarnos en el castillo y llegar a la habitación del emperador. Para nuestra sorpresa... no estaba durmiendo como pensábamos que iba a hacer como cualquier mortal. Estaba sentado en la cama... siendo protegido por dos samuráis oscuros y fantasmales.
- ¿Qué narices es esto? - preguntó Aotabo, confundido al igual que todos.
Saqué a Nenekirimaru y amenacé.
- ¿Emperador?
- Aergh...
Logré ver su tétrica expresión gracias a la poca Luna que había. Tenía la cara toda arrugada y con el pelo despeinado. Aquella expresión endemoniada y psicópata me recordaba a alguien.
- ¡Señor! - le grité.
Los samuráis chocaron katanas formando una X para protegerle.
- Tú... Tú eres Nurarihyon - dijo sonriente el emperador.
- Veo que te han hablado de mí.
- Oh sí... El Señor del Pandemonio... El único en este mundo capaz de tutearme... hahaha Además de mi peor enemigo junto el emperador de China.
- No he venido a hablar de eso, señor. Quiero una explicación. 
- ¿Explicación?
- ¿Qué significan todas esas cartas que has enviado?... ¿por qué ahora? ¿por qué nosotros? ¡¿Y por qué narices siendo el emperador de los mortales pareces más bien un demonio?!
- Ah, ah, ah~ Solo responderé a una única pregunta, Nurarihyon ¿Cuál de todas ellas quieres la respuesta?
Ese tipo era muy raro. Estaba lleno de dudas y no podía conformarme con solo una respuesta.
- Confiando en lo que dicen esas cartas, que los Juegos están fuera de peligro, querría saber porqué pareces un demonio, con estos samuráis protegiéndote...
El emperador rió.
- Debo confesarte... que después de todos estos años de estrés no he podido aguantar más. Desde la muerte del último emperador, mi padre, no he logrado tener paz. Asique... le vendí mi alma a un demonio.
- !!! ¡¿Nani?!
- Hay que acabar con él, Supremo Comandante - dijo Gyuki. - Puede que los Juegos sean una trampa y quiera verle muerto. Todos los demonios que poseen humanos pretenden hacerlo.
- Además puede tener algo que ver con Hagoromo Gitsune - añadió Kubinashi.
- ... No puedes estar en este mundo - dije al emperador. - Lo siento por ti, humano. Pero si no puedes con el Imperio, no permitiré que te sustituya un demonio.
Corrí hacia él dispuesto a usar el Miedo, cuando alguien me frenó entre las sombras. Contemplé una oscura guadaña chocando con Nenekirimaru.
- Yo haré otra pregunta - dijo Rei. - ¿Por qué nosotros en los Juegos?
- ¡Rei-kun!
- HAHAHAHAHAHAHA ¡PORQUE SOIS LOS MÁS INTERESANTES! ¡AQUELLOS QUE DEBEN SER EXTERMINADOS O INCLUIDOS EN EL NUEVO MUNDO!
- !!!
- !!! ¡¿A qué coño te refieres con eso?! - preguntó Rei.
Corrí hacia el emperador a tanta velocidad que los samuráis no pudieron frenarme. Cogí del cuello al emperador.
- QUÉ PIENSAS HACER. DILO. A QUIEN PRETENDES INCLUIR EN DONDE Y A QUIÉN MATAR.
- HAHAHAHA UNA PREGUNTA, SOLO UNA PREGUNTA VALE, HAHAHAHAHHA EL DEMONIO SE APODERA DE MÍ, AAAH HAHAAHAHAHAHAHA ESTÁ ENFADADO, ESTÁ ENFADADO HAHAHHAHA
Me quedé a cuadros sin saber qué hacer con ese ser. 
- Acabaré contigo - sentencié.
Los samuráis se movieron dispuestos a cortarme con sus katanas, pero aparecí junto con mi Clan usando el Miedo.
- No sé qué ha pasado, pero va a ir a esos Juegos quien yo te diga.
- No tenéis otra opción - dijo el emperador casi sin fuerzas. - Iréis. Es lo que tienen esas cartas... el no poder evitar ir a la cita señalada.
El emperador se desplomó.
- ...
- ¡Ahora, Clan! - dije.
Dispuestos a ir a por el emperador y sus samuráis, Rei dijo con un tono grave:
- Es inútil.
- ???
Los samuráis se transformaron en dos vórtices oscuros.
- AAAHH, QUÉ ES ESTO.
- ¡FUERA DE AQUÍ! - escuchamos - ¡O SUFRIRÉIS LAS CONSECUENCIAS!
Los vórtices se transformaron dos bombas que destruyeron la habitación y nos echaron afuera.
Caímos todos a la ciudad y justo nos vieron los guardias.
- ¡YOUKAIS! 
- ¡KSÓ! ¡
Comenzaron a dispararnos y nos defendimos. Declaré la retirada y nos fuimos corriendo de allí metiéndonos en el bosque más cercano. Allí también tuvimos que luchar contra montones de youkais del bosque.Cuando conseguimos un rato de paz, miré a Rei.
- ¿Qué haces aquí? 
Rei me miró.
- Hey, Nura-kun. Siento haber aparecido así de la nada. Al igual que tú, no sé qué narices es esto de los Juegos.
- ¿Irás tú también?!
- Me presento por el Infierno, sí. Y Blue-chan también, por Caetoneko. En cuanto lo supe vine aquí, de hecho vengo de la Fortaleza del Invierno.
- Ksó... - envainé a Nenekirimaru. - Me alegro de verte, Rei-kun. Pero esto ha sido...
- ES... muy malo. Sin embargo, el emperador tenía razón. Tenemos que ir.
- No entiendo porqué.
- Es una magia rara y casi desaparecida. Esas cartas nos obligan a hacerlas caso. Vale para todo tipo de raza. Gomene, Nura-kun. Pero solo nos queda luchar.
- Como siempre. Qué remedio... Ksó.
Gyuki se acercó a nosotros. 
- Ya que hemos acabado la misión de hoy, le podemos dejar a solas con su amigo, Supremo Comandante.
- Sí, claro. Podéis iros, yo iré en cuanto pueda... aunque tal vez, me quede fuera esta noche.
- ¿Y eso? - preguntó Rei.
- Eeee...
- ¿Otra vez? - preguntó Kubinashi.
- ¿Otra vez? o.o - repitió Rei.
- ... .... .... Podéis iros.
Dejaron de hacerme preguntas y se fueron dirección a Ukiyo-e. Rei me siguió mirando como buscando la respuesta en mi rostro.
- Hay algo... Mmmmm ¡Oh! ¡Vas a ver a Akame-chan! ¿A que sí? ¬U¬ 
- Merece saber lo que hemos descubierto.
- Yaaaa ¬U¬ ... Y no será por otra coosa~ 
- Etto... ¿Are? <.<''
- Parece que hay tema ¬D¬ ..... Sabía que los besitos en tu barco volador iban a ser mucho más...
- Baaaaaaaaaaaaaka e//_//ê - miré a otro lado - Tal vez sí...
- ¡Enhorabuena, Nurarihyon-kun! -D-
- Arigato, supongo. Pero no estaré tranquilo si volvemos a estar en riesgo de que nos maten.
- Te entiendo. Yo estoy así con Blue-chan todo el tiempo.
- Ungh...
Posó su mano sobre mi hombro.
- Ánimo. Te dejaré a solas con ella. Supongo que la próxima vez que nos veamos será en los Juegos.
- ¿Sí? Oh... Bueno. De acuerdo, Rei-kun. Mucha suerte.
- Igualmente, ¡nos veremos!
- Hasta pronto.
Rei desapareció entre las sombras, como siempre. Al segundo, comencé a correr hacia el Templo del Dragón Rojo.
Eran las últimas horas de la noche cuando llegué. Entré por su ventana y la vi a ella... a mi cebolla♥
- Meeeeeow e//3//e
- ! Ohayo, Kumato-chin - le saludé. Me senté al lado de Akame y acaricié al gatomate - ¿Lo habéis pasado bien?
- Myaaa -D- myamya D8
- ¡Me alegro que fuese un día tranquilo! pero... ¿es cierto que me echó de menos...?
Kumato asintió y se acurrucó. Entonces volví a mirarla y vi que estaba abriendo los ojitos.
- Ungh... 
- !! Duerme, baka...
Akame me miró.
- ¡N-Nura-kun! ¿Q-qué haces aquí?
- Como siempre~ Verte.
Ella sonrió, a lo que yo no pude evitar hacer lo mismo. Kawaii da~
- Te quiero - dijo ella.
- ¡Glups! o///o Yo a ti >//U//<
Ella me hizo un hueco en la cama, por lo que me quité el yukata, me tumbé con ella y nos arropamos. La abracé y la di un beso en la cabeza.
- Duerme, Ohime-sama♥




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