domingo, 22 de febrero de 2015

Los rebeldes de Riverheal. Nura VS Dante VS Rei

Me puse mi chihaya y las cintas que suelen decorar mis mechones de pelo delanteros, coloqué mi arco y mi carcaj a mi espalda, y colgué a Guesshoku a la cintura. No soy violenta.
Toqueteé el colgante del Yin Yang. Nunca se descolgaba de mi cuello. A veces resultaba increíble que siguiese conmigo desde pequeña después de todo lo que había pasado.
Salí de la habitación y vi a Kikyo y a Nura que estaban esperándome para bajar al salón. Cuando llegamos vimos a Rei, a Dante, a Akane y a Tsubaki sentados en un sofá muy cómodo delante de una gran chimenea. Aún no lograba entender cómo eso reconfortaba tanto si en aquel mundo no existía ni el frío ni el calor, cosa de la cual aún no estaba acostumbrada del todo.
- ¡Ohayo, Akame-chan! - saludó Rei - ¡Me alegro de que hayas despertado! n_n
- ¡Bien! ¡Me alegro de que ya estemos todos aquí! Salimos ya, entonces - sugirió Dante.
- ¿Y Abbadon-san? - pregunté.
- Ahora lo sabrás - respondió el cazademonios  con una sonrisa.
- ¿A la plazoleta? - intervino Akane.
- ¡A la plazoleta! - aclaró Dante mientras abría la puerta.
Rei no pareció haber escuchado la conversación, pues todos nos dirigimos a la puerta excepto él que se quedó mirando por la ventana. Me acerqué a él y le pregunté:
- ¿Todo bien, Rei-kun?
- Siento que Blue-chan está cerca... Lo percibo.
Rei me miró y le di la razón. Estaba casi segura de que pronto íbamos a ver a Blue. Me acompañó y salimos de aquella cabaña en cuanto Esme dijo que ella salía más tarde. Nos encontramos en una estrecha callejuela. Dante bajó esta hacia la derecha y nosotros le seguimos. En poco tiempo llegamos a un patio lleno de muchedumbre.
Nada parecía tener muy buen aspecto. Los edificios que rodeaban la plaza eran de madera muy desgastada con cantidad de agujeros y parecía que en cualquier momento se iban a caer. Lo mismo era de opinar de la gente que estaba allí: nekoboys musculosos pero sucios con hollín por todo el cuerpo, nekogirls con caras tristes y arrugadas que cuidaban de niños casi esqueléticos. Sin embargo, los ojos de todos brillaban intentasamente, parecía que estuviesen esperando a alguien.
Enfrente había una plataforma de madera a la cual se subió un joven nekoboy. Tenía el pelo castaño oscuro recogido por una coleta, una camisa blanca y ancha, unos pantalones bombachos de color gris y botas de color oscuro. Llevaba a la cintura una gran espada que me recordó a las típicas espadas occidentales. Miró a la muchedumbre con sus ojos color café y con voz carismática e imponente habló:
- ¡Amigos rebeldes de Riverheal, vengo a anunciaros la gran noticia que tengo! ¡Por fin, podremos ir a la Fortaleza de Invierno y derrocar a los Usupadores del Olimpo!
Desenvainó la espada y la elevó lo máximo que pudo. La gente gritaba bulliciosa.
- ¡BIEEEEEENNNNNN!
- Pero... ¿nosotros solos? - preguntó un nekoboy de no más de 12 años.
- ¡No! - gritó una voz angelical conocida.
Abbadon descendió de los cielos y con las alas extendidas saludó a todos los allí presentes.
- ¡Es el dios-arcángel Abbadon! ¡Ha venido a salvarnos! - gritaban algunos.
Abbadon se posó en el escenario junto al nekoboy de coleta y habló:
- ¡Queridos aldeanos de Riverheal! Es un placer comunicaros que seréis liberados de esos dioses olímpicos que han robado el mando de nuestro mundo. Yo me encargaré de protegeros... ¡junto a mis amigos!
Y nos señaló. Todo el mundo giró la cabeza hacia a nosotros. Me dio algo de corte aquello, que todos posasen sus miradas en nosotros como diciendo: "¿Extraterrestres salvadores? ¡WOW!" pero el nekoboy con coleta movió sus orejas de alegría, bajó de la plataforma y corrió hacia nosotros. nos tendió la mano a cada uno en señal de respeto.
- ¡Yo soy Will, William Smith! Sé lo de mi hermana... que la rescatasteis del dios Hermes en Abbadia y eso... ¡Muchas gracias de verdad!
- No fue nad... - intentó decir Tsubaki.
- ¡Será un placer contar con vosotros para la emboscada al castillo! - añadió William cortando a Tsubaki - Necesitaré a un par de vosotros para liderar a las masas n.n
- Mmmm - pensamos.
- ¡Yo! - exclamó Nura de repente - Soy el Supremo Comandante de los youkais~ sé dirigir bien a la gente.
- ¡Perfecto! ^D^ ¡Después de la Gran Comida de hoy lo hablamos!
- ¡¡¡WILL!!! - se oyó desde la boca de la calle por la que vinimos.
Esmeralda se acercó corriendo y se lanzó a abrazar a su hermano.
- ¡Hermanito, hermanito! - decía ella mientras le besaba la mejilla una y otra vez.
- ¡Esme~estás aquí >3< nyu~
La gente no solo se quedó asombrada por eso. Los más cercanos a la boca de la calle vieron que había alguien detrás de Esmeralda. Iba tapada por una capa de color azul cielo pero llevaba un precioso vestido de color azul zafiro. Se quitó los guantes de seda negra que tenía que haber estado llevando todo este tiempo para que no descubrieran que era noble. En cuanto se quitó la capucha de la cabeza vimos su corto pelo azul con sus orejitas del mismo color. Sus ojos morados estaban clavados en Rei. Este, en cuanto la reconoció, gritó:
- ¡BLUE!
- ¡REI!~
Los enamorados corrieron uno hacia el otro y se abrazaron como nunca y se besaron.
- Estas viva, gatita... ¡estás viva!
- Sabía que vendrías, Rei-kun♥
Una escena realmente dulce
que conmovió a todos los allí presentes. William, el líder de los rebeldes, había encontrado a una de sus hermanas mayores por fin; y Blue, la princesa del reino, había salido viva del Palacio de Hielo encontrándose así con su amado.
Así pues, no pasaron muchas más horas hasta la Gran Comida que tenían organizada. Los aldeanos que más adoraban la cocina preparaban y sacaban platos a mansalva; sin embrago, la cantidad de alimentos no era muy abundante.
Paseando cerca de las carretillas de hortalizas, ayudé a una nekogirl de unos 50 años para llevar unas cestas de apios, rábanos y cebollas que, por el camino, me contó que el pueblo llevaba muerto de hambre días atrás. Esta era la única y última ocasión que tenían para alimentarse bien y así poder luchar bien contra los "Usurpadores del Olimpo".
La comida voló en seguida (la cual estaba increíblemente buena*^*), y hubo numerosas actuaciones de baile, cantares de gesta, teatro, recitaciones de poesía, montones de chistes y parodias acerca del enemigo y espectáculos de magia.
- ¡YO! ¡YO! ¡YO! ¡Sacadme a mí! - gritó Nura al mago, el cual cedió.
El "número del rey de los youkais" consistía en que el mago debía ponerse una máscara y, con una espada rara que tenía aquel mago hecha con madera roja y astas de toro, cortar a Nura en dos.
Así lo hizo cortando a Nura por la cintura, quedándose todo el mundo asombrado; pero Nura no estaba muerto, estaba usando el miedo con su expresión tranquila a la vez de maliciosa.
- Qué bicho es - comentó Dante levantándose del asiento y dirigiéndose al escenario. Sacó a Rebellion amenazándole - ¡QUÉ ES ESO DE ROBAR EL ESPECTÁCULO A MAGO-SAN!
Nura sacó a Nenekirimaru:
- ¡Y A TI QUÉ! ¡ ES SÓLO PARA DIVERTIRSE!
Fuego negro apareció tras ellos y se materializó en Rei.
- ¿Pretendéis luchar sin mí, novatos? - dijo. Con Amateratsu de su mano, mi primi denomio sombra sacó una guadaña.
- Ara Ara~ chicos -D- no os matéis mucho - dijo Abbadon mientras daba un sorbo a una taza de café.
Yo, alucinando, vi que mis amigos comenzaron una batalla 1vs1vs1 sin comerlo ni beberlo y todos los nekohumanos se pusieron a aplaudir, a hacer apuestas y a animar a su favorito.
Nura y Dante chocaron sus espadas e hicieron fuerza durante unos segundos hasta que Rei se abalanzó sobre ellos desde el cielo dispuesto a cortarles sus cuellos, pero Dante se apartó y Nura usó el Miedo. Sin embargo, el truco de este último no le sirvió de mucho pues cuando retrocedió, le empezó a doler el cuello una barbaridad.
- Es acero infernal - informó Rei blandiendo su gigantesca guadaña - duele ¿verdad?
- Ksóoo... - Nura se abalanzó sobre Rei con Nenekirimaru pero el demonio sombra se movió tan rápido como su elemento. Nura, aturdido, quedó en el aire y Dante venía por detrás para atacarle pero Nurarihyon tuvo los reflejos bien despiertos y se protegió del mandoble de la Rebellion de Dante con su katana.
- ¡Mierda! ¡Te matarééééeeeee! - maldició el cazademonios.
- Tu tás loco~ - dijo el Señor del Pandemonio.
- Tus amigos están locos Akame-chan ¬.¬'' - me comentó Kikyo.
- Va a ganar mi Rei-kun -//3//- aseguró Blue.
- Yo creo que Nura-sama tiene posibilidades, desune~ - contempló Akane mientras miraba concentrada la batalla.
- Dante es muy fuerte, confío en que ganará él -D- - añadió Abbadon - ¿No crees Akame-ch...? ¿Aka...? ¡AKAME-CHAN!
Justo cuando Nura estaba lanzando una estocada a Dante y Rei iba a quemarles con Amateratsu, me interpuse entre ellos y les lancé luz celestial del Yang por todas partes, haciendo que los demonios cayesen al suelo aturdidos.
- S-PWEF... SCARLET ... - mascullaba Rei.
Le miré y aura de color escarlata envolvía todo mi cuerpo.
- ¡CEBOLLA BRUJA! Dx Eso dolió~ - dijo Nura intentando reincorporarse.
Me acerqué a él y le agarré diciendo:
- Deja de llamarme CEBOLLA D8< ¡YOUKAI MALVADO!
- ¡NO ES MI CULPA QUE CUANDO TE CONOCÍ VISTIESES CON UN VESTIDO DE CEBOLLA! ¡AHORA ERES UNA CEBOLLA CHAMUSCADA!
Eché fuego por la boca y le chamusqué la cara.
Dante colgó su espada a su espalda y con una pistola me apuntó.
- Te voy a tener que castigar y...
Le lancé rayos Yin. Miré a Rei y este dijo:
- ¡... ADELANTE!
- e_e ....
Pasé de él y dije:
- No os volváis a pelear, ¿queda claro? a_a
- Haaaaaai ~~ - aseguraron.
Los espectadores gritaron en vítores como diciendo:
- ¡ESA USA MAGIA DE FUEGO! ¡ES GENIAL!
- Yo no uso magia de fu...
- ¡PERFECTA PARA AYUDARME A MÍ Y A NURARIHYON CON EL ÉJERCITO! - gritó William desde lejos.
Miré a Nura y lancé un "DUUUUÙH~"
Después de ver las caras de estupefacción de mis compañeros de viaje (incluidas las sacerdotisas, de las cuales Tsubaki sonreía como diciendo "Bien~ se está corrompiendo~ una menos de la Profecía") y los aplausos de la gente; me reuní con William, Esmeralda y Nura para hablar de las estrategias.
Las memoricé todas perfectamente. Hablé con Nura sobre la organización de las tropas. En esos aspectos, se podía hablar muy bien con él. Realmente Nura sabe tratar con la gente.
También, Esmeralda mandó hacer a los herreros las últimas armas necesarias para cada soldado, así como las armaduras. Nos sugirió que llevásemos una, pero ni Nura ni yo (ni ninguno del grupo) nos iba eso de llevar metal por el cuerpo. Conservar nuestro propio estilo de lucha era primordial. Por otro lado, Esme se confeccionó su propia armadura. Era extraño verla así, pero supongo que era necesario. No solo ella iba a participar en la guerra, sino más nekogirls como ella... incluso nekohumanos más jóvenes como aquel pobre chico de 12 años.
Le volví a ver en cuanto salí de la reunión. Iba a casa de Esme a cenar y a dormir cuando vi que estaba solo en medio de la noche nevada durmiendo al lado de un pilar de madera. Me acerqué y este se despertó. Al principio se asustó.
- ¡Tranquilo! No voy a hacerte nada...
- Gracias Chica de Fuego... - dijo débilmente.
- ¿Qué? ¡¡No!! Yo...
De repente noté que Nura estaba detrás mío. Me giré dispuesta a pegarle un puñetazo pero me fijé en que llevaba un trozo de pan en la mano. Se agachó al lado del niño y de mí y le ofreció el pan. El niño extendió rápidamente sus brazos para coger el trozo y se lo llevó a la boca. Lo engulló como un león y se quedó dormido al rato.
- Nura-kun, ¿qué vamos a hacer con toda esta gente...? Son aldeanos pacíficos que no han sostenido una sola espada en su vida... incluso niños abandonados...
- No lo sé, Akame-chan. Pero no tienen otra opción. Además es su pueblo y tienen que protegerlo a toda costa. No te preocupes por ellos, tienen esperanza y podemos contra...
- Podemos... ¿Podemos vencer a unos dioses inmortales súperpoderosos que nos quieren ver en el Tártaro?
- Podemos. Yo... antes lo único que me importaba era asustar a la gente. Era lo único que sabía hacer junto a mi Clan de demonios... ahora doy trozos de pan a nekoboys que viven en la calle. Y estoy preocupado también, sí... por eso quiero hacerme cargo de estos seres cuando estemos en el campo de batalla. Ya... Ya no me importa asustar. Me importan más cosas. Y la verdad... estoy contento de eso.
- Eso es muy noble por tu parte, Ayakashi-sama.
- ¿Ayak...? ... Cebollatisa~
Eché una pequeña risita.
Nos despedimos del niño y nos fuimos a la cabaña de Esme y Will. Cenamos todos juntos y nos fuimos a la cama pronto. Había solo tres habitaciones por lo que decidimos dividirlas; por un lado, Esmeralda y William; por otro lado, los chicos (Nura, Rei, Dante y Abbadon) y; por otro, las chicas (Blue, Kikyo, Akane, Tsubaki y yo).
Recuerdo que no dormí muy bien esa noche. Tuve una pesadilla. En ella salía la diosa de la sabiduría, aquella con la que me iba a enfrentar... Atenea. Me estaba amenazando con su lanza y decía algo así como:
- El poder del Gran Fénix será mío cuando te venza, estúpida huérfana china.
Eso me dolió en lo más profundo de mi corazón. Pero... interpreté eso como un intento de bajarme los ánimos y asustarme. Sí, debía ser eso, al fin y al cabo es la diosa de la sabiduría y la estrategia de combate... pero dolió.
A la mañana siguiente todos estábamos reunidos en la salida del pequeño pueblo de Riverheal al lado de la laguna... exactamente donde aterrizamos después de la batalla contra Hermes, la batalla clave de toda la guerra. Cuando nos colocamos, Nura me recordó:
- Recuerda, el secreto está en no creer en ellos.
En la vanguardia estaba Abbadon con su armadura reluciente al sol (aunque él en sí es reluciente); luego estaban Dante como acompañante del arcángel, Blue por ser la princesa heredera al trono (la cual se había rasgado la parte baja de su vestido, haciendo que este se quedase corto, decía que estaba más cómoda así) y Rei para proteger a Blue y; detrás de ellos estaban las sacerdotisas Kikyo, Akane y Tsubaki. Kikyo era la única de las tres que llevaba el traje de sacerdotisa original, Akane decidió quedarse con la ropa de Caetoneko porque sentía que podía ser una verdadera sacerdotisa-guerrera, no una simple cuidadora de templo japonés, además de que las flores de cerezo le aportaban seguridad.
- Podemos hacer una chihaya nueva para ti inspirada en los sakuras - sugerí.
Akane sonrió.
- Sería genial - tras unos segundos de silencio y cuando ya estaba apunto de irme continuó - Yo... Akame-chan, me alegro de que tal vez... solo tal vez... podamos volver a ser amigas.
Me quedé un rato callada mirándola sin ninguna expresión.
- Cuenta con ello - la respondí con una sonrisa.
Nura, Will y yo nos situamos detrás de las sacerdotisas. Vi que Tsubaki llevaba la ropa de Caetoneko pero por una razón completamente diferente a la de Akane... según Tsubaki, ella se veía muy bien con eso puesto. Podía "ligar" más. Rei la volvió a llamar Pendeja Definitiva.
Will iba con el pelo suelto, una pesada armadura y con un casco medieval. No dejaba de mirar a su hermana que no tenía ninguna posición en las filas. Iba sobre caballo blanco, con una armadura de un acero pulido de gran calidad... parecía una armadura blanquecina. Su largo pelo moreno estaba recogido por una trenza. Al verla no parecía la misma aldeana asustadiza que encontramos en Abbadia... era... imponente. Si no fuera por sus brillantes ojos verdes no la hubiera reconocido.
Detrás nuestro estaban todos los rebeldes de Riverheal. Abbadon desplegó las alas y voló hacia nuestro horizonte. El caballo de Esme comenzó a cabalgar. Las personas delanteras a nosotros echaron a andar. Nura ordenó que comenzásemos a caminar. Como respuesta, toda Riverheal gritó:
- TOO ALONE! TOO BITTER AND BETRAYED! (Demasiado solos, demasiado amargados y traicionados)
Y así, nuestros ejército marchó hacia la Fortaleza del Invierno.


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