miércoles, 29 de julio de 2015

Metro Sol

Todo estaba oscuro y, para qué ocultarlo, donde sea que estuvimos olía a rayos.
Nura tiró de mi mano y caminamos todo recto hacia donde había una luz. Nos encontramos con una reja y Nura sacó a Nenekirimaru para hacerla añicos, por lo que pasamos a aquel lugar con luz.
- Este sitio... ¿no debería ser la Nada? - pregunté.
Sin embargo, en "la Nada" había mucha gente. Era un sitio bastante pequeño con paredes de colores hechas con un material extraño. A un lado había como puestecitos de comida, ropa, accesorios, peluches, aperitivos (con mucho azúcar oDô); y a otro lado había más personas entrando y saliendo a través de unas pequeñas puertas que se abrían y se cerraban una y otra vez mientras dos personas que parecían ser los guardias miraban y hablaban entre ellos. Lo que me llamó especialmente la atención fue un símbolo con forma de rombo en cuyo interior ponía...
- ¿Metro? ¿Qué es "Metro"?
Me alarmé al percatarme del pequeño gran detalle de que eso que había leído no era ni japonés, ni chino... de hecho... en mi mente estaba pensando en un idioma diferente.
- ¡Gilipollas! - gritó Nura.
- ¡Oye! - (Sí, lo entendí como algo muy despectivo).
- ¡Solo estaba probando! - se excusó.
- e.ê
Unos jóvenes pasaron delante nuestra (vestían muy raro, casi tanto como las demás personas de aquel lugar, con pantalones ajustados, camiseta de todo tipo de colores, faldas y vestidos cortos...) y uno de ellos miró a Nura y con una sonrisa dijo:
- ¡Heey! ¡Ese cosplay de Nurarihyon no mago está de puta madre! :D
- Pero qué... x_x
Sin embargo, aunque aquellos felicitasen a Nura por su... ¿cosplay?, la otra gente del "Metro" al vernos se  nos quedaba mirando raro. Hubo un chico de piel morena que llevaba un extraño gorro (¿gorra, tal vez?) más grande que su cabeza y una camiseta sin mangas que ponía "Lakers" que nos miró de reojo y dijo:
- Joder, los putos chinos, tío~
- Maldito... ¡No somos chi...! - gruñó Nura.
Tapé la  boca de Nura con las manos.
- Tenemos que salir de aquí.
Retiré mis manos al ver a Nura asentir. Luego este miró a unas escaleras que subían y bajaban personas sin que estas tuviesen que moverse, pues estas subían y bajaban por sí mismas.
- Qué clase de brujería... - comenté.
- Probemos por ahí.
Me dio la mano (¿Por qué siempre íbamos de la mano? x////x) y nos subimos a aquellas escaleras para que nos subiesen a lo que sea que hubiese arriba.
- Por Buda... qué calor hace...
Una vez arriba, nos bajamos de las escaleras y salimos de una especie de cueva de cristal (no sé cómo describir la arquitectura de aquel sitio, era muy extraña o_o). Por fin dejamos de escuchar aquella voz que decía "Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, vía 5" o "Atocha y Parla, vía 2" y ahora nos encontramos en una especie de plaza llena de gente alrededor de una fuente que había justo en el medio. Alrededor había edificios altos con fachadas que ponían "Rodilla", "Apple Store" y otras cosas más, mientras que en lo alto de uno de los edificios había un extraño reloj.
- En serio, ¿qué es este sitio? - dije.
Nura tiró de mí y caminamos ¿A dónde? No lo sabíamos. No entendíamos nada, ni las fachadas en las que había logos como "Tierra" o "El Corte Inglés". Estábamos perdidos.
- ¡VAAAYA~! ¿Rikuo Nura? ♥O♥
Nos giramos y vimos a una chica adolescente vestida de negro que llevaba un gorro del mismo color (¿en serio no tenía calor con eso?) y tenía los ojos marrones y el pelo castaño... excepto el flequillo que era de un llamativo color azul.
- Ohh~ vaya~ o.o - dijo al verme - Tú vas de miko ¿no? Me recuerdas a Kikyo de Inuyasha, pero no pareces... .3.
- ¡Espera! - exclamé - ¿Conoces a Kikyo-chan?
- K-Kikyo-ch-¿chan? xDx... LOL! ¡Claro que la conozco! ¡Es uno de mis personajes favoritos de Inuyasha! Aunque siempre preferiré a Kagome, la verdad -3-
- ¿Inuyasha? ¿Kagome? ¿Qué?
- ¡Inuyasha! ¡El manga! ¡El anime! ¡No puedes conocer a Kikyo si no conoces a Inuyasha! x_x
- Perro... demonio... Kikyo no puede estar relacionada con un demonio perro.
- L-Lo gracioso es que lo dices como si la conocieras en persona x_x
- ...
- ...
- No puedes conocer a un personaje de manga x_x
- ...
- ...
- ... o sí? x____X'' - añadió.
- Etto... - intervino Nura, - del mundo del que provenimos conocemos a una tal Kikyo pero... tal vez nos estemos confundiendo...
- C-Claro no puede ser el personaj...
- ¡Ehhh! ¿Cómo que "del mundo del que provenimos"? ¡Eso ha sonado raro! ¡Ni que fueseis aliens!
- ...
- ...
- Porque no sois aliens ¿no? A ver... no hay expo este mes... hasta septiembre no hay... asique tampoco sé porqué vais así vestidos...
La chica arqueó una ceja, puso caras desde de asustada hasta de felicidad.
- Oye, no queremos asustarte - dije, - pero acabamos de salir de un sitio subterráneo lleno de gente y se supone que debíamos estar en Tokyo.
- ¿Tooookyo? ¿Y habéis acabado en el metro de Sol? x_X''
- ¿Estamos en Metro de Sol? - preguntó Nura.
- No... eee... estamos en Sol, sí... Pero... ay, madre... No me lo creo...
- ?!?!
- ???
- Estáis en Madrid, España.
- ¿¿España?? - dije - ¿Hemos acabado en un país occidental? Los libros del Templo no lo describían así ._.
- Etto... S-siglo XXI - añadió la chica.
- !!!
- ¿Nani? - preguntó Nura.
- Los occidentales no van por ese siglo, van mucho más atrasados.
- No estamos en NUESTRA Tierra, Cebolla... Estamos en la "Nada".
- ¿Y la Nada es viajar a la España del futuro? - me extrañé.
Miramos a la chica otra vez. Esta estaba boquiabierta.
- Es increíble... Esto solo pasa en las películas. - Bajó la vista y, al ver nuestras espadas, dijo sobresaltada - ¡No podéis llevar eso! ¡Si os las ve la poli, tendréis problemas y os detendrán! Y sin DNI y diciendo que sois de otro mundo... Y suponiendo que tengáis poderes... ... ... Oh no...
- ¿Podemos ir a algún lugar donde estemos seguros? - preguntó Nura.
Nos miró con preocupación, después suspiró y sentenció:
- Mis padres se han ido unos días a Valencia, asique solo está mi hermana en casa. Si escondéis vuestras armas nos vamos en metro.
- Muchas gracias o_O - agradecí.
Comenzamos a caminar de vuelta al metro. La chica volvió la cabeza hacia nosotros y con una sonrisa dijo:
- ¡Por cierto! Me llamo Criis~



jueves, 23 de julio de 2015

La fiesta de Baco

Cuando Afrodita y Ares vinieron por fin a buscarnos a la llamada "Colina de Alá", nos fuimos al Templo de
Afrodita. Cuando llegamos, observamos que no había un solo signo del zodiaco a diferencia de antes y a continuación nos dirigimos a la parte de las habitaciones. Afrodita abrió la mía, donde desperté, y vi que las sábanas estaban cambiadas y se respiraba un olor a canela muy agradable. Sobre la cama estaba mi chihaya perfectamente lavada y doblada además de que los montones de rotos que tenía habían sido cosidos.
Nura comenzó a toser, supuse que por el olor.
- Cof-cof, ¿qué es ese olor?
- Canela celestial... ungh~ Marte mío♥, llévatelo a la otra habitación. Mi hijo Cupido también le ha preparado su ropa, pero no ha echado nada antiyoukai.
Ares/Marte agarró a Nura del brazo.
- ¡Vamos, blandurrio! ¡Esta noche hay fiesta! - bajó la voz y, sin que Afrodita/Venus se diese cuenta añadió, - Dudo que haya una chica-demonio para ti, ¡pero te gustará igualmente!
- Etto... - Nura agachó la cabeza.
- Ungh... - intervine. Se me ocurrió preguntar - ¿A caso en este lugar hay "noche"?
Ares/Marte se llevó a Nura sin atender a mi pregunta y la diosa del amor y yo nos quedamos a solas, por lo que ella respondió:
- Cuando los dioses del día y la noche se ponen de acuerdo sí ¡Como hoy! ^D^
Asentí para demostrar que lo entendí. Me acerqué a la cama para ver mi chihaya. Tenía ganas de volvérmela a poner. Afrodita esbozó su misma sonrisa de siempre y dijo:
- Ummm~ eee... ooye~ te dejo aquí~, que voy a ver cómo están los chicos.
Afrodita/Venus se fue. Y me quedé sola con mis pensamientos mientras me cambiaba de ropa. Veamos... estaba... en el mismísimo Cielo. He comprobado que TODOS los dioses de todas las culturas existen, y que además... organizan fiestas nocturnas cuando quieren. Desde luego aquello era el opuesto del oscuro y tenebroso Infierno del cual habíamos conseguido salir por poco...
Había pasado como media hora pensando esas cosas sola en aquella habitación, asique acabé murmurándome a mí misma.
- Del Tártaro al Cielo ¿Cuánto tiempo estaré con el trauma?
- No pienses en eso, Akamecita~ Más bien pregúntate... ¿por cuánto tiempo más estaréis así el Señor del Pandemonio y tú...? - dijo una voz de niño que procedía de la puerta de entrada.
Me volví mientras me colocaba una de las cintas de mi pelo, pero solo vi una sombra... la sombra de un niño con alas y una sonrisa roja.
- ¡CUPIDITO! ¡AQUÍ NO! - gritó la voz de Venus desde atrás.
"Cupidito" se marchó. Afrodita/Venus dijo:
- Discúlpale, es que... cuando hay una historia de amor compleja como la vuestra no puede evitarlo ~.
- ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo que historia de amor comple...?
Afrodita echó otra de sus risitas.
- Creo que juntos haríais una pareja maravillosa~♥
Miré para otro lado.
- ¿Quéééee? ¿Otra vez con esa tontería? ~///////~''
- Queriida~ llevas pasándolo mal desde hace demasiado tiempo y tú lo que necesitas es amor~♥ ¡Habéis recorrido el Infierno juntos! Que hayáis salido vivos de allí solo hace que vuestra relación sea más cercana y...
- DUUUUUUUÙH!!!... Mire, gracias por su hospitalidad, Señora Diosa, pero no he venido aquí a hablar de mis problemas amorosos ¡Yo lo que quiero es volver a casa! ¡Luego ya pensaré en mis sentimientos hacia Nura-kun!
Me arrepentí de decir eso nada más acabar la frase.
- Oh~♥ asique reconoces que sí hay sentimientos  hacia él...♥
- ... Déjeme, por favor.
- Te dejo, te dejo ¡Si el experto en confesiones amorosas es Eros/Cupido, no yo!
Se acercó a mí y me arregló el flequillo:
- Yo solo quiero que estés guapa y que lo pases bien♥ con mucho amor♥
- Ungh... e^é
- Anda, ven conmigo ^_^ Ares y Nurarihyon deben estar esperándonos en la entrada para ir a la casa de Dionisio.
Giró y se fue. No tuve más remedio que seguirla. Cuando llegamos junto a los chicos, Ares/Marte me ofreció la katana que tenía en sus manos: mi Guesshoku.
- No la necesitarás , Phoenix Slayer. Pero aquí la tienes para que te la puedas llevar contigo a la Tierra después de la fiesta de mi hermano.
La cogí y me la colgué de la cintura. Dirigí una mirada a Nura, que estaba viéndose su reflejo con el filo de su Nenekirimaru. Parecía que le pasaba algo.
- Vamos~ - dijo Afrodita con ilusión.
Cuando salimos ya era de noche. Los valles y colinas del Cielo estaban iluminadas por antorchas para que todos los dioses pudieran localizar el sitio al que querían ir (aunque supuse que para la mayoría era algo innecesario). Todos se dirigían a una pequeña colina en cuya cima había un palacio griego enorme.
No tardamos en llegar a aquel lugar a pesar de la cantidad de dioses que nos saludaban por el camino, sin embargo, no vimos a Abbadon hasta traspasar la puerta del palacio griego. Tenía una copa con un líquido rosa y una aceituna flotando.
- ¡Bienvenidos, nakamas! ¡Hola Afrodita y Ares!
- ¡¿Qué hay, Abbadon?! ¡¿Listo para otra pelea?! - dijo Ares levantando el puño mientras Afrodita le acariciaba el pecho.
- B-Bien... pero... no soy muy de pelearme en las fiestas, amigo.
- ¡Bah~! Angelitos pacifistas...
Afrodita le dijo algo al oído, Ares cambió a una extraña expresión y los dos se fueron juntos del lugar. Nunca supe a dónde.
Acto seguido, vimos acercarse a un joven dios griego vestido con una toga blanca y morada que tenía el pelo castaño alborotado y decorado con una corona de vides.
- Dionisio - dijo Abbadon, - Baco para los romanos.
- Ya nos conocemos arcángel, ¿verdad que sí, youkai y miko?
Nos quedamos en silencio.
- Siento retrasar vuestro viaje a la Tierra, pero Thor y Ra se morían de ganas por que hiciéramos una fiesta. Además, os lo pasaréis bien.
Asentí. Nura no dijo ni hizo nada. Parecía que le preocupaba algo.
Seguimos a Dionisio/Baco hasta el centro del edificio. Era una auténtica fiesta al aire libre con una enorme y alargada mesa de mármol en el centro con multitud de platos repletos de comida y bebida. Cuando algo se acababa, un duende o un hada venía y hacía aparecer más comida o bebida en el plato o vaso vacíos. Era increíble.
Nos sentamos a un lado cuando Dionisio/Baco salió a recibir más invitados. Abbadon se quedó con nosotros y se dedicó a señalar a los demás dioses y decirnos quiénes eran. Al otro lado del espacio, justo en frente de la mesa, estaba un dios con cabeza de águila, Ra, el dios egipcio del Sol, que a mi juicio estaba bebiendo demasiado.
En cierto momento, se acercó una pareja extraña. Su piel era como hecha de piedras de vivos colores. La mano derecha de la chica era extraña: se iluminaba y tenía un ojo en la palma.
- ¡Hooooooola terrícolas! jiji - dijo el chico.
- ¡No son terrícolas, tonto~! ¡Son terrestres!
- ¡Da igual! Al menos nadie les a echado un mal de ojo ~~
- ¿Vosotros sois...? - interrumpió Nura.
- Jaja~ - rió el chico, - pues yo soy el Karma~ me gusta devolver a la gente lo que se merece n3n
Nos quedamos en silencio limitándonos a mirarlos.
- Pues yo soy Fátima 8D - la chica levantó la mano orgullosa - bueno, la gente me conoce como "Mano de Fátima" jijiji~
Tuve el presentimiento de que conocer a esa pareja era una locura.
De repente entró un señor que olía a chamusquina y a grasa de máquina. No era muy agraciado de físico, por lo que no tardé en adivinar su identidad.
- Hefesto-san ¿no?
- Vulcano para los romanos, sí - afirmó Abbadon. - Está buscando a su esposa x_x
- ¿Su esposa no era...? - pregunté.
- La pu... digo...  el pivón de Afrodita/Venus... que está liada con Ares/Marte - respondió Abbadon.
- Pobre hombre... - comentó Nura.
- ¿QUIÉN HA DICHO EL NOMBRE DE MI ESPOSA?
- Ups...
Hefesto/Vulcano se acercó a nosotros.
- VOSOTROS DEBÉIS SABER DÓNDE ESTÁ AFRODITA.
- Etto... - Me toqueteé el pelo.
- Se fue con Ares hace un rato -3- - respondió Abbadon.
- ¡¿QUÉ?! ¿Y TÚ TAN TRANQUILO SENTADO TOMANDO ZUMO DE FRUTAS?
- La aceituna flotando es lo mejor -D-)/
De repente alguien se puso detrás del dios del fuego y la forja y lo levantó cogiéndolo de la cintura.
- ¡Sigues siendo un flacucho, señor de la fragua! JAJÁ
Lo lanzó por los aires. Aquel dios iba vestido de guerrero con una larga capa roja, llevaba un casco con alas y era rubio. Era robusto y musculoso y su mirada era dura y orgullosa a la vez. Portaba un extraño martillo.
- Ejem, nakamas, este es... Thor, dios nórdico del trueno.
- FIESTAAAAAAAAA 8D - gritó feliz levantando su martillo.
- ...
- ... Encantado - dijo Nura.
- ¿QUIERES UNA PELEA Y MOZAS?
- Eeee...
- ¿No será un doble de Ares-san? - susurré a Abbadon.
- Etto... no... De hecho pertenecen a mitologías diferentes... pero se llevan muy bien.
- ¡EEEH, TÚ! - gritó Ares desde el fondo.
- ¡QUÉ PASA! - le respondió Thor.
Se lanzaron uno contra el otro y se pusieron a pelearse... como los dos típicos matones de las aldeas cercanas al Templo del Dragón Rojo. Mientras, Hefesto seguía tirado en el suelo inconsciente y Ra... seguía bebiendo demasiado. Más tarde, un dios hindú llamado Shiva, se unió a la pelea de Ares y Thor... y lo dejaron todo hecho un desastre.
- Vaya dos e//___//é - dijo Dionisio. A juzgar por su tono de voz, había bebido más que Ra.
Nura miró a Afrodita/Venus, que estaba sentada un par de metros de nuestro sitio con un par de amigas diosas... Afrodita/Venus le sonrió... sentí que me explotaba algo por dentro y me fui del lugar.
Me acerqué a la mesa y vino un hada con un calpis de uva.
- Arigato gozaimasu~
Bebí y Nura vino por detrás.
- O-Oye... Akame-chan.
Me giré. No sé porqué sentía cierto nivel de enfado hacia él.
- ¿¿Sí??
- Verás... yo...
- ...?
Nura sacó algo de su manga, era un paquetito.
- A ver... yo... esto... me lo dio ella... me dijo que te lo regalase a ti... o sea... se supone que no debía decir eso... pero...
Cogí el paquetito intrigada por lo que era y lo abrí. Era... una pulsera con un dragón blanco y un pequeño amuleto colgando, un pequeño Yang. Nura me enseñó su brazo y vi que tenía el mismo, pero en negro.
- Me dijo... cosas... que yo... osea... no puedo decirlas ahora. Más bien... no quiero.
- !!!?!!
- Solo... quería regalarte esto... para que... no te cueles por otro agujero y tenga que ir yo a buscarte ¿vale?
Algún día... supongo... no sé... cuando todo esté más tranquilo... quiera decirte algo... o tal vez podamos pasar alguna tarde juntos... dijo Re-kun... dijo Rei-kun que hay una cosa llamada "cine" en el Purgatorio y puede estar chula... no sé... ¿te apetecería ir conmigo algún día? .//.
- .///. ¡c-c-c-claro~! s-sería genial~
- n/////n
- Etto... Domo arigato por la pulsera... P-Parecías preocupado y entendí mal...
- ¿Preocupado? Bueno... es que... las diosas del amor son muy pesadas, entiéndelo... y ese tal Eros... puf.
- ¿Viste a Eros/Cupido-san?
- ... ¡QUEEE.... eso es todo!
Me dio un abrazo .///.
-No te vuelvas a caer por  ningún agujero... y mucho menos sin mí ¿vale?
- H-hai.
Nos sonreímos. Abbadon vino volando hacia nosotros llamándonos.
- ¡Nura-kun! ¡Akame-chan! ¡La fiesta ha acabado! ¡Es hora de que volváis a casa!
Le miramos de tal forma... que parecía que no podíamos haber estado más ilusionados en nuestra vida.
Al igual que todos los dioses invitados, salimos de la casa de Dionisio mientras que por detrás el anfitrión dios del vino gritaba:
- Otra vez todo manchado DDD//8 bueno... ya en otro momento limpio -//D//-
Yahvé, Ra y Visnú, se jutaron con Abbadon. Al parecer, ellos tres iban a poder llevarnos a casa.
Nos dirigimos a un templo de civilización hebrea no muy lejos de la colina de la fiesta de Baco, era el Templo de la Luz. Una vez llegamos allí y contemplamos las antorchas iluminando el edificio; traspasamos el patio de este y entramos al santuario mayor.
- ¿Todo preparado, chicos? - preguntó Abbadon.
- Sí n_n - afirmó Visnú, - aunque espero que Ra no haya bebido mucho e3e

- ¡Estoy bien! - afirmó el dios egipcio. Era extraño ver a un águila hablar.
Así pues, los tres dioses se pusieron alrededor de una mesa de oro y se concentraron. En unos segundos, apareció un portal de luz blanca.
- Allí - dijo Abbadon - Allí esta vuestro hogar.
- *O*
- ♥____♥
- Debéis daros prisa. No estará abierto mucho tiempo.
- Gracias por todo, Abbadon-kun - dijo Nura.
- Esperemos verte pronto - añadí.
Abbadon sonrió dulcemente.
- ¡Me veréis, sí! ¡Estaremos todos por allí en poco tiempo!
- ¡Hasta pronto! - dijimos Nura y yo.
Nura me dio la mano y saltamos al portal. Todo a nuestro alrededor era blanco y con luces de muchos colores... en algún rincón había manchas negras. Pensé que era lo que podía verse si tomabas kilos de opio.
- ¡ESPERA! - gritó Abbadon desde atrás - ¡ALGO VA MAL!
Se oyó la voz de Ra... parecía... que estaba vomitando.
- ¡RA! ¡HAS BEBIDO DEMASIADO! ¡ESPERA! ¡MIS NAKAMAS NO PODRÁN...!
El portal comenzó a cerrarse y las manchas negras comenzaron a crecer.
- ¡¿Qué está pasando?! - dijo Nura.
- ¡N-No lo sé! - dije - p-pero... ¡NOS CAEMOS!
Todo se volvió oscuro.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
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"CHAMARTÍN LAS ROZAS Y PRÍNCIPE PÍO, VÍA 1"



viernes, 17 de julio de 2015

Hablamos con nuestros nakamas después de tanto tiempo


- ¡JOVEN AMOOOO! QUÉ ALEGRÍA QUE ESTÉS BIEEEEN tDt
Aquella youkai de las nieves me estaba poniendo nerviosa. En cuanto Abbadon, Nura y yo llegamos a una pequeña iglesia blanca, Dios y Buda (el mismo Buda O_O) hicieron que en un espejo de bronce que había colgado apareciesen imágenes de la Tierra, en primer lugar, de la sede del Clan Nura.
Al lado de aquella youkai vestida de yukata blanco y bufanda, había muchos otros demonios, incluido aquel que vino a buscar a Nura tras nuestra visita al Purgatorio, Natto Kozzo.
Desde luego me sorprendió la variedad de demonios que había, sobretodo lo mucho que parecían apreciar a
su líder desaparecido, hasta que llegó un demonio de apariencia humana que daba miedo. Parecía mayor, vestía un kimono de colores oscuros y poco llamativos y su pelo era largo y oscuro, y su ojo derecho estaba tapado por un mechón y al otro lado colgaban otros pero mucho más pequeños que iban a parar justo encima de la oreja.
- Supremo Comandante - dijo el youkai, - ¿esperamos su regreso o necesitáis que vayamos a buscaros?
- T-Tranquilo, Gyuki-sama - (¿Gyuki-sama? Debía ser un youkai importante no solo por ser el que lleva provisionalmente el Clan, sino porque Nura le trata de "-sama"), - yo me las arreglo. Además no podéis llegar hasta el Cielo.
- ¿¡¿¡¿¿¿¡¿¡¡NANI?!?!?!!?!? - gritaron unos youkais pequeñitos - ¿¡¿¿EL JOVEN AMO ESTÁ EN EL CIELO?!?!
- Pero tranquiiiiilos x__x ¡volveré pronto!
- TE ESPERAREMOS, JOVEN AMO ;_; - chilló la youkai de las nieves, Yuuki Onna.
- ¡Haremos fiesta cuando regreses! - gritaron un monje-youkai y otro con un collar de calaveras.
- Sí, Sí nDn'' - dijo Nura, - ¡Ah! Etto... ¡Preparad un poco más de comida! He reclutado a un nuevo miembro...
- ¡¿Nuevo miembro?! - gritó un demonio cuervo - ¿Quién es? ¡¿No será del Cielo?!
- ¡O del Infierno! ¡Recordad al cazademonios y a la omnyoji que vinieron aquí diciendo que nuestro Amo estaba en el Infierno! - intervino un youkai rubio desprovisto de cuello, por lo que su cabeza flotaba.
- ¿Dante-kun y...? ¿Una onmyoji? - preguntó Nura.
- ¡Sí! ¡La onmyoji que custodia la Shikon No Tama! - respondió Yuuki Onna.
- Kikyo-chan... - murmuré.
- ¿No será amiga tuya como la omnyoji de la que habló Natto Kozzo? - añadió Yuuki Onna con cierto tono de enfado.
- ¡No! ¡El Joven Amo ya se habrá comido su hígado! - supuso Natto Kozzo.
- ¡C-Chotto matte! - pidió Nura - Etto... eee... ya lo hablaremos cuando regrese ¿sí?
- Haaaaaai -D- - dijeron al unísono casi todos sus súbditos excepto Gyuki y Yuuki Onna.
- Regrese pronto - dijo Gyuki.
Nura asintió.
- Hasta pronto~
El espejo dejó de reflejarnos el Clan Nura.
- ¿En serio pretendes que me vaya de fiesta con youkais? e.é - cuestioné de inmediato.
- Ahora perteneces a nuestro Clan, Akame-chan~
Suspiré.
- Qué remedio...
-  Tus amigas sacerdotisas Kikyo-sama y Akane-sama están en el Templo del Gato Negro con tu Sensei. Intentan localizarte- intervino Dios, un anciano de barba blanca y túnica blanca.
- De acuerdo. Con Tsubaki-sama ya hablaré cuando regrese...
Buda hizo un movimiento de manos y el reflejo del espejo de bronce cambió. Ahora estábamos en el Templo del Gato Negro junto con el Maestro Kuro, Kikyo y Akane. En cuanto se percataron de nuestra presencia, Akane corrió hacia nosotros y Kikyo y el Maestro la siguieron.
- AKAME-CHAAAAN - gritó Akane.
- ¡Akame-chan! - añadió Kikyo.
- ¿Cómo es que estás en el espejo? - preguntó el Maestro.
- Estoy en el Cielo Abbadon-kun y Nura-kun. Hemos regresado del Infierno.
Los tres se quedaron boquiabiertos.
- Eres increíble, Akame-chan - reconoció Kikyo.
- Volverás ¿no? - dijo Akane.
- ¡Sí!
Las mikos sonrieron.
- Te esperamos n_n - añadió Akane.
- Te regalaré otro cesto de kumquats >D< - prometió Kikyo.
Asentí. En cuanto nos despedimos, el espejo de bronce se limitó a reflejarnos.
- Increíble - comenté.
- Con eso es suficiente, mortales - declaró Buda. - Ahora id a ver lo que está ocurriendo en el Tártaro.
- Avisaremos a Ra, Visnú y Yahvé para que preparen el portal hacia la Tierra - informó Dios.
- ¿En el Templo de la Luz? - preguntó Abbadon.
- ¿Dónde si no?
- De acuerdo ¡Nura-kun! ¡Akame-chan! ¡Seguidme!
Abbadon no desplegó las alas esta vez. Decidió caminar como nosotros.
Salimos del aquel Templo, que estaba en la cima de una colina. Abbadon señaló la del frente donde había otro "templo" que más bien parecía un palacio nazarí. Nos dirigimos hacia allí, pero en cuanto llegamos al valle, vimos a una mujer que me resultó muy familiar. Llevaba un vestido blanco como el mío, su piel era blanca como la leche, su pelo era moreno y ondulado y sus ojos grises estaban posados en el horizonte repleto de nubes.
- Atenea - dije.
La chica se volvió y me miró. En efecto era la diosa griega de la sabiduría, aquella con la que me enfrenté en Caetoneko.
- Akame Scarlet... Tenía la sensación de que nos íbamos a volver a encontrar - reconoció la diosa.
- ...
La mirada de Atenea era tranquila aquella vez, la cara de la sabiduría contemplativa; a diferencia de la cara de ira con la que pretendía demostrar sus conocimientos en la Fortaleza del Invierno.
- Siento lo de Caetoneko - dijo finalmente.
- Afrodita dijo que todos os arrepentís, pero... ¿por qué...?
- Zeus tenía razón en una cosa, la gente está dejando de creer en nosotros. La religión que nació en Grecia ha quedado sustituida... Pensamos que lo mejor sería obligar a otros habitantes a creer, pero eso solo ha hecho que nuestra esencia sea manchada por el odio... Usamos mal nuestra divinidad, obramos como lo haría cualquier mortal... supongo que son cosas del aburrimiento aquí en el Cielo y de la inmortalidad...
 - ... Sí que os equivocabais. Pero al fin y al cabo soy dioses antropomórficos, no os reprochéis eso de que actuáis como mortales... Además, sois parte esencial de la cultura occidental ¡hasta yo aprendí un poco de vosotros en el templo donde estudié!
- ... .... ... - Atenea/Minerva miró otra vez al horizonte. - Debéis iros. Tu amigo demonio no debe encontrarse muy bien como para permanecer mucho más tiempo en este lugar...
Miré a Nura. A simple vista parecía estar normal, pero buscando detalles pude fijarme en que su respiración estaba algo más agitada de lo usual y parecía cansarse poco a poco como si estuviera corriendo sin descanso.
Me giré y me junté otra vez con mis compañeros. Por último, a las espaldas, Atenea/Minerva dijo:
- Gracias, Akame Scarlet Targaryen.
La miré otra vez pero no dije nada. Me limité a sonreír. Supuse que ella hizo lo mismo. Tuve el presentimiento de que tenía una diosa en la que pensar casi como una nakama.
No tardamos en subir la colina debido al suelo de nubes para contemplar lo increíble y lujoso que era el palacio nazarí donde residía el dios del Islam: Alá.
Pasamos al interior apartando telas de vivos colores y maravillando la cantidad de decoración dorada que había. Frente a la mesa del salón había un dios... cuya cabeza no se podía ver porque esta misma era como un pequeño sol que relucía. Al otro lado de la mesa, estaba un dios egipcio de cara verde.
El verdoso de Osiris se levantó.
- Por fin, Abbadon.
- Siento el retraso - se disculpó el arcángel, - ¿nos podéis enseñar el Mundo de las Sombras?
- Sabéis que el Mundo de las Sombras es casi imposible de ver para el Mundo de los Dioses - comentó Alá.
- Lo sé pero... vosotros juntos podríais...
- No sé, Abbadon - dijo Osiris.
- Por favor... antes dijiste que sí... 3:
- ... ... ... Ay... Maldito pollo de oro alado.
- ¡Oye! D:<
Osiris y Alá se miraron y asintieron. Osiris sirvió agua en una especie de palangana decorada con dibujos y relieves de la cultura musulmana que había en el centro de la mesa. Alá y Osiris hicieron movimientos con los brazos y, acto seguido, Alá ordenó:
- Mirad dentro del agua.
Abbadon, Nura y yo nos acercamos. El agua estaba oscura... tan oscura como el ambiente del Tártaro. Vi una imagen que, desde luego, me asustó. Vi solo a dos personas tumbadas en el suelo: Rei y Cerberus con su apariencia humana. Parecían inconscientes.
- ¿Qué... qué ha pasado? ¿Están...? - pregunté.
- No lo sabemos. Si estuviese aquí Odín, él podría interpretarlo... o Minerva o Anubis.
Nura arqueó una ceja.
- ¿Odín-san?
- Dios nórdico de... de muchas cosas. Pero incluye sabiduría - respondió Osiris.
- Es majete, aunque no puedo jugar a juegos de azar con él Dx - comentó Alá.
Nura se acercó más al agua de la palangana.
- Vamos... despertaos, idiotas.
Rei y Cerberus seguían sin mover un solo dedo... hasta que Cerberus abrió los ojos.
- ¡Cerberus-sama! - le llamó Abbadon.
Cerberus ignoró a Abbadon y se acercó gateando hacia donde estaba Rei. La imagen parpadeó.
- No podremos proyectaros esto por mucho más tiempo, eh - avisó Alá.
Me acerqué a la palangana junto a Nura y llamé a Rei. Cerberus se dio la vuelta y nos vio.
- ¿Akame-sama? ¿Nurarihyon? ¿Estáis...? Oh...
- ¿Rei-kun está bien? - preguntó Abbadon.
Cerberus le miró frunciendo el ceño. Al rato dijo:
- Al menos respira. Pronto estará mejor.
- ¿Dónde está el Shadow Of Gold? - pregunté.
- Se ha hecho polvo. Por ahora. Hemos conseguido ganar la batalla... por poco.
- Enhorabuena - dijo Nura.
La imagen volvió a parpadear.
- Gomenassai, Cerberus-sama... tenemos que irnos.
- Volveremos a vernos. Rei-kun estará con vosotros cuando lleguéis a la Tierra.
Asentimos. La imagen se deshizo en el agua.
- Lo sentimos... no estamos para esto - dijo Osiris.
- Tranquilos - dijo Abbadon. - Así es suficiente.
- Gracias, dioses - agradecí.
Osiris sonrió. Supuse que Alá también.
- El Yin Yang debe estar contento por tenerte como portadora - comentó Alá.
- Y los elfos - añadió Osiris.
- !!! Espera... ¿qué sabéis de los elfos?
- Nada... solo que ya apenas quedan por las dimensiones... son de las criaturas más cercanas a nosotros junto con las hadas y los unicornios.
- Jermoso~ - comentó Nura con una voz un tanto jadeante. Se estaba cansando de parecer que no le afectaba estar en el Cielo.
- Tenemos que irnos - sugirió Abbadon.
- ¿Nos invitaréis a la fiesta, no? - preguntó Osiris.
- ¿Fiesta? - dije.
- ¿Qué fiesta? - preguntó Nura.
Abbadon carraspeó.
- Ah, sí... bueno... Dioniso... o sea... Baco, el dios grecorromano del vino y de la fiesta, quería haceros una fiesta aquí en el Cielo...
- Oh~ ¿para cuando? - preguntó Nura.
- Eeee.. ahora.
- ¿AHORA?
- Gomene chicos 8'D a los dioses más locos les hacía mucha ilusión y yo les dejé... jeje... Tranquilos, en cuanto termine podréis iros ¡Además! ¡Así Ra se lo pasa bomba y luego crea una magia mejor para el portal!
- Bueno... si eso es una ventaja...
Nos despedimos de Alá y Osiris y salimos del palacio nazarí. En cuanto llegamos al comienzo del camino que llevaba abajo de la colina, Abbadon desplegó sus alas.
- Llamaré a Marte y a Venus para que os preparen para la fiesta de Baco ¡Tenéis que disfrutar, que os lo merecéis!



lunes, 13 de julio de 2015

Me baño en las termas y me viene a buscar un cangrejo

Abrí un poco los ojos y me cegué. Los cerré. Los entreabrí y los cerré otra vez. Los volví a entreabrir y me encontré en el sitio más iluminado que había visto en mucho tiempo, tal vez el que más en toda mi vida.
El techo era del mármol más blanco que había visto. Lo maravillé hasta que los oscuros recuerdos regresaron a mi mente: el agujero, la casi interminable caída por el vacío, el sake de Nura, la barca de Caronte, el juicio de los muertos, Hades y Perséfone, los 7 Pecados Capitales, el reino de los vampiros, los monstruos del Tártaro, el mundo de las sombras... el horripilante Infierno.
Levanté la cabeza y vi que estaba tumbada en una cama blanda y cómoda de una habitación de cuatro paredes de mármol y objetos bañados en oro y plata. A mi izquierda había como una pequeña columna de orden jónico sobre la que reposaba un único objeto dorado: un espejo.
Decidí cogerlo y me miré. Casi lo soltaba del susto que me dio mi reflejo. Estaba pálida, tenía unas ojeras que llegaban hasta las mejillas y pequeños cortes con una costra mal cuidada y mi pelo estaba desordenado y enredado. Y estaba esquelética. Había adelgazado tanto que al tocarme las costillas se me marcaban una barbaridad. Al menos comprobé que mis ojos habían dejado de ser de fuego y volvían a ser marrones.
Dejé el espejito donde estaba, aparté las sábanas, me giré y me quedé sentada extrañada por mi largo camisón blanco que llevaba. De repente alguien llamó a la puerta y una voz femenina habló:
- Espero que hayas dormido bien, Akame Scarlet Targaryen. Me gustaría verte en las termas en cuanto puedas... ¡Están en la tercera puerta a la derecha!
- ????? ¿Eh? Etto... eh... ¡sí~!
Me levanté y caminé hacia la puerta, pero cuando abrí no había nadie. Estaba en un pasillo y de la tercera puerta de la derecha salía vapor de agua. Salí y me dirigí hacia aquella puerta. A pesar de estar descalza, no sentía frío en los pies, de hecho ni me los ensucié debido a lo limpio que estaba. La abrí y entré. En efecto eran unas termas.
A la izquierda había una cabra, un toro, un cangrejo, un león y... ungh... no me preguntes cómo una balanza puede darse un baño en las termas. Sin embargo, en la derecha había una mujer de pelo largo y rubio de la cual no pude ver el rosto debido al vapor.
- Pasa, Akamecita Scarlet. Relájate~
Dudé en si era una trampa, pero finalmente me quité el camisón y me metí en el agua junto con aquella chica. Cuando el vapor del agua me dejó ver su rostro, supe quién era... La diosa griega del amor y de la belleza.
- ¡AFRODITA!
- Jijij~ Venus para los romanos~♥
Alarmada, me dispuse a a salir de la terma, pero ella gritó:
- ¡Espera! ¡No te voy a hacer daño!
- ¡U-Usted es uno de los dioses del Olimpo! ¡Me acuerdo que atacasteis Caetoneko y...!
- Akame-chan, ¡te prometo que no te haré nada! Me arrepentí de lo que hice en Caetoneko ¡Todos nos arrepentimos!
Fruncí el entrecejo y ella añadió.
- Estamos en el Cielo. No puedo mentirte.
- ...! ¿Hemos conseguido llegar?
- ¡Sí! A Abbadon le costó convencer a Anubis de dejar abierto el portal del Templo de la Luz.
- Cuando dices Anubis te refieres a...
- Al dios egipcio de la muerte ^//.//^ es un amor♥
- ... ¿Y es cierto que tiene cabeza de chacal?
- Por supuesto~♥
- ... Ay, madre... ¿Y dónde está Nura-kun?
- ¿Nurarihyon? Está bien... por ahora~ Ares/Marte lo está cuidando.
- Entiendo...
No sabía si estar tranquila. Estar en el Cielo no debe ser algo muy bueno para la salud de un youkai... y menos con un dios matón de la guerra. Me toqué mi colgante, pero en él solo estaba la parte del Yang. Me acordé de que Nura usó el Matoi para que él pudiese usar el Yin y así poder traspasar el portal. Confié en que él siguiese teniendo el colgante del Yin y podamos luego volverlo a unir con el Yang.
- ¿Cuánto lleváis? - preguntó Afrodita/Venus.
- ¿Qué?
- El rey de los youkais y tú juntos. Las parejas siempre tienen un comienzo~ ♥_♥
- Ò//^//Ó !! ¡N-No somos pareja...!
- ¿Nooooooo? No me lo creo... ¡Por Zeus! ¡Si os gustáis!
- PERO QUÉ DISEEEEH X///////////X
- Jijijiji te has puesto roja~
Sumergí media cabeza en el agua -///////-''.
- Bueno... - murmuró Afrodita/Venus.
Se puso en pie y salió de la terma.
- Tenemos que irnos. Hemos quedado con Abbadon, Nurarihyon y mi Marte~ en la fuente principal.
- V-Vale - dije sacando la cabeza del agua.
- Cupido te ha dejado un vestido en tu habitación- Lo suelo elegir en función de dónde naciste pero no sabía si era mejor traerte un hanfu chino o un kimono japonés.
- Oh... eee... No se preocupe, Afrodita-san.
- Coge una toalla cuando vayas a salir antes de que los signos del zodiaco se lleven todas.
Miró a las criaturas del otro lado. Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis en persona.
Como dijo la diosa del amor, había un vestido largo y blanco de tirantes sobre la cama, por lo que me lo puse. Antes de salir me volví a mirar al espejo y vi que tenía mucho mejor aspecto: las heridas estaban casi curadas, las ojeras habían desaparecido, mi pelo estaba peinado y brillante y, aunque no me pareciese que tuviese mucho sentido, no parecía un esqueleto andante.
Alguien llamó a la puerta y abrí. No había nadie.
- ¡Eh! ¡Aquí abajo! - dijo una voz.
Era un cangrejo, no, era EL cangrejo: Cáncer.
- Afrodita/Venus te espera en la salida. Me ha dicho que te acompañe.
- Oh~ Sugoi.
Mientras caminábamos, Cáncer habló (sí, los cangrejos del Cielo hablan):
- Eres una buena nativa de mi signo, Akame Scarlet.
- Etto... ¿gracias? X_X
- Puuf.... Julio~ Julio~... Este es el mes en el que más trabajo... ¡así hasta el 22 de julio!
- Ara ara ~D~ ... .D. ... ¡Espera! ¿Estamos en julio?
- Claro~ a 3 de julio del año en el que esté tu dimensión.
- o_o ... - Recé para que solo hubiese pasado un par de meses y no años. Lo que sí era seguro era que dentro de poco iba a ser mi cumpleaños.
Llegamos a la salida y Cáncer se despidió.
- Bueno... ¡hasta la próxima, sacerdotisa!
Se fue y Afrodita/Venus me vio desde un banco de al lado. Se puso en pie y dijo:
- ¡Vamos!
El Cielo y el Infierno son agua y aceite. En el Infierno estaba todo oscuro, pero en el Cielo tenía que entrecerrar los ojos para no quedarme ciega con tanta luz. Y es que mientras en el Infierno pisaba todos los días suelo duro con pinchos, el suelo del Cielo estaba formado por nubes esponjosas.
Llegamos a una fuente gigantesca con varias esculturas de dioses de multitud de culturas y, a un lado de esta, vimos al arcángel Abbadon con su misma armadura dorada y sus alas. Su aspecto divino no había cambiado en absoluto.
- ¡Akame-chan! ¡Al fin! - espetó volando hacía mí.
Nos dimos un largo y fuerte abrazo.
- ¡Cuánto tiempo, Abbadon-kun! ¡Conseguimos salir vivos del Inframundo gracias a ti!
- No sabes cuánto me alegro de que estés bien, amiga mía ¡Lo hemos conseguido! A propósito, ¿dónde está Nurarihyon?
- ¡Allí viene! - dijo Afrodita - ¡Con Marte ♥_♥!
Vimos a Ares pasando el brazo por encima del hombro de Nura, que estaba vestido con un yukata blanco, y hablándole como a un colega de toda la vida. Cuando el dios vio a Afrodita, gritó:
- VENUUUS ♥_♥
Corrieron a abrazarse. Nura se acercó a Abbadon y a mí.
- H-Hola~
Saltamos y nos abrazamos los tres.
- N-Nura-kun... ¿cómo estás? - pregunté.
- Bueno... con tanta aura celestial me siento bastante débil, ¡pero hemos logrado salir del Tártaro!
- Sí, pero... ¿cuánto tiempo hemos estado allí en el Infierno?
- Han pasado cuatro meses desde que os caísteis por el agujero - informó Abbadon.
- ... por Buda....
- ...
Nura se toqueteaba el colgante del Yin. Pensé en comentar que me lo devolviese en un rato, pero dije:
- Rei-kun y Cerberus-sama se han quedado luchando contra el Shadow Of Gold... ¿Cómo podemos saber si están bien?
Abbadon pareció preocupado por lo que le dije. Se limitó a a decir:
- La mayoría de dioses podemos ver lo que pasa en nuestras dimensiones pero muy pocos pueden ver el Infierno.
- ¿Qué sugieres que hagamos? - quiso saber Nura.
- Primero llamaré a Dios (el cristiano) y a Buda para que podáis mandar un mensaje a vuestros seres queridos.
- ¿Pero por qué al Dios cristiano? - cuestioné.
- Es de los más omnipotentes y omnipresentes - luego añadió, - también buscaré a Osiris (dios egipcio de los muertos) y a Alá (dios musulmán) para ver si pueden enseñarnos cómo están nuestros amigos del Infierno. Esperad aquí. No tardo nada.
- Gracias, Abbadon-kun - agradeció Nura.
Abbadon desplegó sus alas y echó a volar. Por último, dijo:
- ¡Me alegro de veros, nakamas!
- n_n
- nDn
En cuanto lo perdimos de vista, se hizo silencio. Nos fijamos en que Afrodita/Venus y Ares/Marte se estaban yendo de aquel lugar, uno tocando el culo del otro. Cuando nos quedamos solos, rompí el silencio diciendo:
- Bonito yukata, Nura-kun~
 Gracias... jé~ bonito vestido~
- G-gracias >///< ...
- ...
- Etto... tal vez no sea el momento pero... el colgante...
Nura miró el Yin.
- ¡Oh! ¡Es verdad! Perdona~
Se lo quitó.
- A veces el Matoi se vuelve loco cuando se trata de compartir poderes que proceden de amuletos... pero haces así y ya esta.
Se acercó a mí mucho y juntó su Yin con su Yang. Ambos colgantes despidieron una luz cálida y agradable que hizo que el Yin Yang volviese a estar en su sitio con las dos partes puestas.
- G-gracias♥
- De nada, cebolla~
Me dio un beso en la mejilla y agaché la cabeza para ocultar mi enrojecido rostro.
- ¿A-A QUÉ VIENE ESO? - le grité.
- ¿NANI? Pero... yo... ¡Gomene!
Me giré y miré para otro lado. Escuché que estaba soltando muy en bajito su risita malvada... "Baka" pensé.
Abbadon regresó y se posó en el suelo con nosotros.
- ¡Acabé! ¡Todos conformes! Hemos tenido suerte... Estas cosas de hacer favores no suelen pasar.
Abbadon me vio con las mejillas rojas.
- Akame-chan, ¿te pasa algo?
- ¡N-No! ¡N-nada! Que... ¿Qué hacemos?
El arcángel sonrió y se adelantó hacia nuestro nuevo camino.
- ¡Seguidme! ¡Tenéis que saludar a mucha gente!



jueves, 9 de julio de 2015

Shadow Of Silver VS Shadow Of Gold


No era la primera vez que veía a un tipo con rastas. En el Barco camino a Japón un tipo se hacía llamar "El Pescado" y todo su largo cabello castaño estaba repleto de rastas, pequeñas cuerdas y accesorios metálicos colgando. Sin embargo, El Pescado era un pescador fracasado, alguien considerado cobarde y que lo había perdido todo. Los motivos me son aún desconocidos pero, desde luego, ese tal Zero Fujiwara sí era alguien orgulloso y extremadamente poderoso, alguien completamente diferente al tipo del Barco.
- No te los llevarás. Son mis nakamas y van a regresar a casa - dijo Rei a Zero.
- Jaja... qué tan hermoso es el poder de la amistad, hermano; pero me temo que no puedo permitir que os vayáis así sin más.
- Eres el primero que no parece estar interesado en el poder del Fénix - comentó Nura.
- ¿El qué? ¿El Fénix? jaja... Ese pájaro chamuscado no me interesa en absoluto ¡Tengo mi poder!
Me pareció curioso eso de que efectivamente era el primer villano que no quería apropiarse de mis poderes, lo que significaba que era muy muy MUY poderoso.
- No digas estupideces, Nura-kun - reprimió Rei. - Él no controla ningún elemento que forme la materia de las dimensiones que conocemos y mucho menos le interesaría tenerlos...
- ¿Entonces qué clase de poder tiene? - pregunté.
- El éter en su versión más oscura, el éter del Amateratsu - respondió Cerberus.
- ¿Y eso es...? - dijo Nura.
- El elemento con el que está hecho el mundo divino y eterno, el elemento del verdadero poder... - añadió Cerberus - mas os recomiendo que os calléis antes de que nos mate.
- Jaja... Bien dicho, demonio del cerbero - apremió Zero. - Pues... ¿por dónde íbamos?
Zero invocó un humo oscuro, lo lanzó a pocos centímetros del portal y lo cubrió entero.
- ¡Ksó! Ahora no podemos salir de aquí - maldijo Cerberus.
- ¿QUÉ? - dije.
Rei hizo aparecer una llamada de fuego oscuro.
- Nos iremos al Cielo en cuanto acabe con él.
Rei se abalanzó contra Zero y le tiró llamas de Amateratsu, pero Zero las bloqueo todas con unas llamas aún más poderosas y demoníacas que las de Rei, cosa que antes me parecía imposible. El contacto con el éter oscuro hizo que nuestro nakama saliese despedido hacia atrás.
- Me temo que ni aun con vuestra muerte iréis al Cielo - comentó Zero con un tono orgulloso. - Si te metes en el Tártaro, NUNCA podrás salir de él.
- Si están los templos del Tártaro y el Cielo conectados es que sí se puede salir - objeté.
Zero dirigió una mirada de odio hacia mí. De repente tuve la sensación de ser una hormiguita comparada con ese ser, sobretodo cuando dijo:
- La tontería de los templos no es más que una jueguecito de equilibrio universal. Eso que representa ese colgante tuyo.
"¿El equilibrio universal es una tontería?" Verdaderamente era muy fuerte. Mis pensamientos fueron interrumpidos en cuanto una fuerza oscura me elevó del suelo y me estrangulaba el cuello con fuerza. A ese paso moriría por asfixie en poco tiempo.
- ¡¡EH!! - gritó Nura.
Zero sonrió.
- Serías un buen sacrificio para honrar al Mal del Tártaro, pequeña mocosa~
Rei se puso en pie y gritó:
- ¡Detente! ¡Me quieres a mí, no a ella!
Zero se volvió hacia Rei.
- Tienes razón~
Zero hizo desaparecer la magia oscura que había entorno a mí y caí al suelo apenas con oxígeno. "Au~" Nura corrió, se agachó y me acarició la mejilla. Preguntó:
- ¿Estás bien?
- S-sí...
- Qué bonito es eso de tener nakamas, ¿no, Rei? - dijo Zero, - aunque también representan una gran debilidad.
- Maldito seas...
El humo negro apareció rodeando el cuerpo del Shadow Of Silver y el Shadow Of Gold. Se estaba cargando una gran fuente de enegría poderosa y oscura entorno a los demonios sombra.
- Es cierto que un poder de nakama te estimula bastante, supongo que es menos efectivo si mataba a tu Fénix (o no)... pero con nakamas vivos esto es más divertido... bueno~ más bien con nakamas que no vivirán mucho más de esto.
- ... - Rei se limitó a mirarle con ira (¿Ira? ¿Sería eso lo que quería Némesis Sudou?)
- Oh... sí, hermano... No sabes cuánto estaba deseando que llegara este momento...
- !!!! ¡Por eso nadie iba a por nosotros! - acusé mientras Zero volvía a girar la cabeza hacia mí aunque, a pesar de su imponencia, proseguí. - Mandaste a los demás demonios sombra que nos dejaran llegar hasta aquí contigo para así poder divertirte un rato... y así luchar contra Rei-kun.
- Muy lista, pequeña "Phoenix Slayer".
El tono burlesco de Zero hizo que me doliese más la pierna y el cuello; sin embargo, Nura me apretó contra su pecho y me rodeó con sus brazos.
- Sh... - me susurró.
- JAJA - rió Zero, - Nurarihyon, el Señor del Pandemonio.... ¿sabes? en la Tierra os ponéis unos títulos muy graciosos... No conoces ni la décima parte de demonios que existen, ni siquiera los mundos donde habitan... patético.
- No me subestimes~
- No hagas que cambie de opinión sobre si dejarte vivo antes de acabar con el Shadow Of Silver.
Cerberus gruñó.
- De ti no voy a hablar~, simple demonio perro del Inframundo.
- Deja de alardear, Zero-sama - exigió Rei, - o te cortaré en pequeños cachos con Kamui.
- ¿Kamui? Jaja~ ¿Qué es eso? ¿Tu mascota?
Rei invocó su tétrica guadaña. La piedra oscura con forma de dragón que estaba incrustada en el mango relucía como si ella misma estuviese desafiando al Shadow Of Gold. De repente, la expresión de este último cambió a una de sorpresa y dijo:
- La guadaña del Domador del Dragón Negro... Desapareció por el Tártaro hace miles de años...
- Jeje... La encontré hace mucho~ Ella me eligió a mí y yo la elegí a ella.
Zero frunció el ceño e invocó oscuridad entorno su mano.
- Tienes razón. Basta de tanto alardeo. Juguemos.
Se quedaron un minuto mirándose... hasta que por fin se lanzaron uno contra el otro. Rei fue con su guadaña con la intención de cortarle la cabeza, pero Zero le esquivó y se teletransportó para aparecer detrás de su oponente. Rei reaccionó rápidamente y se volvió hacia atrás para volverlo a intentar, pero Zero le atacó con un puñetazo en la cara.
Rei se echó un poco hacia atrás, pero no cayó al suelo, se mantuvo en pie con Kamui y saltó para volver a intentar otro ataque. Zero, al verle, invocó como tres látigos o serpientes de su mano derecha que golpeaban a Rei con toda su fuerza.
El Shadow Of Silver gruñó y dijo:
- Esto va por Blue-chan y Akame-chan.
Rei lanzó hielo y fuego oscuros. Zero quedó sorprendido y le dieron. Pareció dolerle, pero al rato sonrió.
- Jajaja... vaya~ asique aprendiste a usar dos elementos a la vez. Muy bien, hermano... lástima que no te vaya a servir para nada.
Zero invocó otro fuego oscuro pero diferente... era el éter, que se lo lanzó a Rei, aunque este lo esquivó. El Shadow Of Gold se teletransportó y con éter de Amateratsu roleándole todo su cuerpo, se dispuso a pegar una paliza al Shadow Of Silver a la velocidad de las sombras.
Rei gritó, tal vez para desahogarse, y volvió a atacarle con Kamui, pero Zero retrocedió intacto.
- Muy lento, hermano.
-DUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUÙH
El Shadow Of Silver se lanzó al Shadow Of Gold pero volvió a fallar.
En medio de la pelea, Cerberus se volvió hacia nosotros.
- Escuchad... Lo que dijo Némesis era cierto. Sin mí, Rei-kun no podrá vencer al Shadow Of Gold... asique... debéis ir vosotros solos al Cielo.
- ¿QUUUÉ? ¡Ni lo sueñes! ¡No podemos dejaros aquí! - dije.
- Además, no podemos irnos por el portal con esa cosa de éter oscuro impidiendo el paso.
- El éter del Amateratsu es una sustancia que no existe de forma corpórea. No es material, no es algo que salga de los mundos, sino que va más allá. No podréis enfrentaros a un monstruo como Zero-sama, pero sí podéis quitar ese pequeño bloqueo. Lo sabréis hacer.
Nura arqueó la ceja.
- ¿Desde cuándo confías tanto en nosotros?
- Eres el Señor del Pandemonio, el rey de los youkais. Tú más que nadie debes saber qué hacer.
Nura se quedó callado, a juzgar por su cara, confuso.
No sé si me imaginé que Cerberus nos sonrió, pero se giró hacia la batalla entre los demonios sombras y apretó la empuñadura de su espada.
- Rei-kun, déjame atravesar a ese tío con Atila.
Rei giró la cabeza hacia él y se alarmó.
- ¡NO! ¡No puedes meterte en esto!
- ¡Eso! ¡Tú no eres NADIE! - intervino Zero.
- Némesis-chan confiaba en nosotros dos juntos. No la voy a ignorar como tú.
Cerberus corrió hacia donde estaban y se dispuso a rebanarle el pecho a Zero. Este no se lo esperó y se movió tarde hacia atrás, por lo que empezó a salir sangre negra de su pecho.
- N-No puede ser... - dijo el Shadow Of Gold.
- Rawr~ ¿Ahora te doy más miedo?
Zero gruñó y con un ademán de mano tiró a Cerberus hasta el fondo de la sala. Rei intentó otro ataque con su guadaña, pero Zero lo esquivó por poco. El Shadow Of Silver sonrió y gritó a Cerberus:
- Vamos, tenemos que dar una paliza a este tipo ;D
Cerberus tocó su colgante de la calavera y de él salió su preciada mascota, el perro de tres cabezas. El cerbero corrió hacia Zero e intento pegarle un mordisco, pero lo esquivó. Seguidamente, Cerberus corrió también hacia donde estaban y dijo:
- ¡Es la primera vez que lucho con cerbero y conmigo de esta forma, asique siéntete orgulloso!
Y la batalla entre los demonios infernales, prosiguió.
Nura y yo estábamos viendo el velo de oscuridad que no nos dejaba entrar en el portal. Invoqué fuego y lo lancé contra él, pero se lo tragó.
- ¿Nura-kun...?
Nura miraba pensativo el éter de Amateratsu. No sabía qué hacer... o sí.
- El éter no es algo material que pertenezca a los mundos normales...
- Sí... eso dijo Cerberus-san.
- ... al igual que el Miedo.
- ¿El Miedo?
- Mi magia es ilusoria, y las ilusiones no son materiales, van más allá de la composición de los mundos. El Miedo no se toca, no se huele, no se oye, no se saborea, no se ve, solo.... existe y ya está, lo sentimos de otra forma.
- Y eso podría servirnos... - añadí.
- Cerberus-san confía en que sí... aunque no estoy seguro. Tendría que pelearme con esta cosa...
Nura se concentró y tocó el Amateratsu. Parecía dolerle pero se quedó quieto. De él empezó a salir... el Miedo. Unas manchas que parecían tinta china salían de él y se pegaban al velo de oscuridad. Al hacer contacto, salía una energía que... a Nura le estaba doliendo.
- N-Nura-kun... - murmuré. No sé porqué aquello me dolía tanto a mí también si no estaba haciendo nada.
- ¡AKAME-CHAN! Necesito.... que me prestes tu poder del Onmyo (Yin Yang).
- ¿¿Eh??
- El Matoi. Solo lo uso con miembros de mi Clan. Tú ahora eres de mi Clan ¿te acuerdas?
- !!!! ¿Q-Qué tengo qué hacer?
- Concéntrate. Mueve tu poder del Yin Yang hacia mi... tu Miedo.
No sabía si eso iba a servir, pero lo intenté. Me imaginé que el poder de mi colgante se metía dentro de Nura cuando este dijo:
- MATOI.
El colgante se partió. El minidragón negro voló hacia el pecho de Nura y se hizo un colgante. El pequeño dragón se transformó en el Yin. Miré a mi cuello, y de este solo colgaba el Yang. En unos minutos, cuando creía que aquello era en vano, sentí que el aura demoníaca del velo se había debilitado... Nura lo estaba haciendo desaparecer con mi poder del Yin.
Zero nos vio y gritó:
- ¡NO!
Cerberus le dio un mordisco... cuando el velo se rompió.
- Solo he podido hacerle un pequeño agujero... - dijo Nura - pero lo suficiente para escapar.
- ¡REI-KUN! ¡VÁMONOS! - grité.
- ¡NO, NAKAMAS! ¡ES DEMASIADO PELIGROSO! ¡SI ZERO ENTRASE AL CIELO SERÍA HORRIBLE!
- N-No... - me negué.
Nura me cogió la mano con la cabeza agachada.
- Akame-chan, gomenassai.... tenemos que irnos...
- R-Rei-kun...
Me quedé mirándolos mientras Nura me arrastraba al interior del agujero del velo de oscuridad... y por último al portal.
- Abbadon-kun, onegai... no nos cierres... - murmuró Nura.
Así pues... entramos al portal. Perdí de vista la batalla entre Rei, Cerberus y Zero... y solo vimos rayas blancas y negras moviéndose en círculo alrededor de nosotros. Al fondo había una luz blanca... fue ahí cuando perdí la conciencia.



lunes, 6 de julio de 2015

El Mundo de las Sombras

Divisamos una ciudad de edificios negros y amurallada con piedras infernales. Aparentemente parecía abandonada, pero enseguida vimos figuras oscuras volando.
- El Mundo de las Sombras - anunció Rei; - es, sin duda, el lugar más peligroso al que se pueda viajar.
- Y para movernos por allí debemos ser más rápidos que una sombra - añadió Cerberus. Desenvainó la espada que tenía a su espalda y, acto seguimos se convirtió en un hombre cerbero (aunque de una sola cabeza).
- ¿Preparados para lo peor, youkai y miko de la Tierra? - preguntó Cerberus.
Nura desenvainó a Nenekirimaru.
- Preparados para volver a casa de una maldita vez.
- Recordad que el portal que hay en el Templo de este reino no conduce a la Tierra, sino al Cielo - recordó Rei - Desde el Mundo de los Dioses espero que sí podáis volver.
Nura y yo asentimos pero, ¿en serio volveríamos a casa?
Corrimos a la velocidad de los demonios, pero en seguida no pude seguir le ritmo a pesar de los poderes del Fénix debido a que me seguía doliendo el cuerpo; y no tardó en aparecer nada más ni nada menos que una docena de sombras alrededor.
- Ksóó... Demasiado lenta... - maldije.
- Pues habrá que luchar - dijo Nura mientras la hoja de su katana resplandecía con una especie de fuego azul antiyoukai.
- Son seres muy poderosos , nakamas - comentó Rei. - Nos costará vencerles.
Nos lanzamos al ataque y empezamos a pelearnos con las sombras. Efectivamente eran rápidas y lanzaban poderosas bolas de oscuridad contra nosotros. Cuando una de ellas chocó contra mi pierna derecha, esta me dolió tanto que se durmió; sin embargo, me pude defender con Nisshoku para desviar los ataques.
Cerberus no era tan rápido como las sombras, pero cuando lograba desgarrarlas con sus afilados dientes, acababa con ellas. Por otro lado, Rei se metían en luchas increíblemente rápidas y conseguía salir victorioso con más facilidad que los demás. El provocar terror a aquellos seres era imposible para Nura ¿qué clase de Miedo podría tener la propia oscuridad? Por el contrario, su espada lograba ahuyentar a cada sombra que se acercaba a él.. Seguía pareciéndome extraño que un youkai tuviese un arma antiyoukai, pero desde luego no me quejé.
Entre las luchas cuerpo a cuerpo de Rei, la Nenekirimaru de Nura, algún que otro mordisco de Cerberus que mataba a cinco sombras de una sola vez y mi fuego de Fénix y algún ataque del Yang, parecía que podríamos vencerles, hasta que Rei ordenó:
- ¡RETIRADA! ¡Debemos entrar en la ciudad!
- ¡Pero si ya casi ganamos! - exclamé.
- Créeme, tenemos que estar muy lejos de aquí antes de que venga... él... ¡VÁMONOS, HE DICHO!
Entonces le hicimos caso y huimos hacia la ciudad amurallada de las sombras. Para mi sorpresa, nuestros oponentes no nos siguieron, pero de repente escuchamos una voz decir:
"Jajaja, hermano~ ¿por qué huyes...? ... Shadow Of Silver... ven aquí... ¡no huyas...!
- !!!! ¿Qué es eso? - pregunté.
- ...
- ¿Rei-kun?
- ¡Rawr~! - gruñó Cerberus. Aminoró el paso.
- ¡No, Cerberus-kun!¡Ahora no! ¡Tenemos que llegar a la ciudad como mínimo!
No lo entendí, pero Cerberus le hizo caso. Por fin, nos encontramos frente la muralla.
- ¿Y ahora qué? - preguntó Nura.
Rei se adelantó y puso la mano en la muralla. Salió humo de un trozo bastante grande y se abrió un agujero.
- Tierra y roca oscura. Otro de los 4 elementos en forma de Amateratsu que domino ¡vamos!
Traspasamos el agujero, seguimos corriendo de frente y luego giramos hacia la callejuela estrecha de la izquierda. La traspasamos hasta que por fin llegamos a una especie de plaza que me recordó a la del Valle del Rhin de Caetoneko; sin embargo la de aquel Mundo de las Sombras estaba desértica.
- ¡Por allí! - dijo Rei, - debemos llegar a ese zigurat oscuro que hay al fondo. Arriba del todo está el Templo de la Oscuridad que está conectado con el Templo de la Luz que hay en el Cielo.
- El Yin y el Yang... - murmuré.
Se volvió a escuchar otra vez aquella extraña voz.
"Hermano... ¿dónde estás?"
Rei se alarmó y salió corriendo. Cerberus le siguió con una velocidad imposible de seguir por mi cuenta, sobretodo con la pierna mal después de que una de las sombras anteriores me lanzase una bola de oscuridad.
- A tomar por... - soltó Nura.
Nura se acercó a mí, se agachó, me cogió de las piernas y de la cintura y me levantó. Le rodeé con mis brazos y dije:
- ¡O-Oye...!
- Así no tienes que hacer grandes esfuerzos ¡Vamos, que los perdemos!
Nura salió corriendo y despistamos a cinco sombras que venían a por nosotros desde los tejados de las casas que formaban la plaza. Las dos sombras más cercanas a la calle por donde nos metimos nos persiguieron.
- Ksóóóooo... - maldecía Nura.
- Vamos, tú puedes~ - dije mientras Nura me llevaba en brazos.
Vi que una gota de sudor le resbaló de su frente e intentó aumentar la velocidad. Mientras tanto, miré a atrás y lancé una bola de fuego a las sombras. Estas la esquivaron y siguieron persiguiéndonos, pero ya casi no estábamos a a su alcance. De repente, Cerberus salió de la ventana de una de las casas y se lanzó a morder  a las dos sombras.
- Gracias - gritó Nura.
Cerberus venció, se adelantó hacia nosotros y estuvimos a la par de él.
- Rei-kun ya casi ha llegado al zigurat, ¡asique daos vida!
- Pero... ¡¿por qué nos atacan?! ¡Este es el mundo de Rei-kun! - apuntó Nura.
- Este mundo odia a los humanos y a cualquiera que osa entrar y salir de la ciudad.
- ¿Eso quiere decir que somos cuatro contra una ciudad entera? - pregunté.
- ¡No, mujer, no! ¡La mayoría pasa de los mortales! Solo que el que gobierna esta ciudad está a la caza de Rei-kun y de todo aquel que sea su amigo.
- Déjame adivinar. Es ese que habla a veces llamándole "hermano" - dijo Nura.
- Sí, aunque lo de hermano es la forma a la que se dirigen las sombras entre ellas, no es su hermano de verdad.
- ¿Y por qué persigue a Rei-kun? - pregunté.
- Por traicionar a este mundo... ya sabéis~ echarse una novia en Caetoneko, hacer amigos en la Tierra e ir al balneario del Purgatorio cada sábado por la tarde no le gusta para nada al Shadow Of Gold.
Arqueé la ceja.
- ¿Shadow Of Gold... ka?
- El título más respetado en el Mundo de las Sombras, lo más parecido al título de rey, y lo tiene Zero Fujiwara. El segundo más importante es el que tiene nuestro nakama: el Shadow Of Silver.
- Eso quiere decir... que aunque Rei-kun sea tan fuerte, ¿Zero lo es más? - deduje.
- Exacto. Por eso estoy yo aquí. Rei-kun no puede solo contra Zero. Pero si me uno al Shadow Of Silver, Némesis-chan está segura de que ganaremos.
- Mmmm ¿Hay Shadow Of Sake? Me muero de sed~ - comentó Nura.
- ewé... Seguro que hay Shadow Of BAKA!
- ¡¡¡Shadow Of Cebolla!!!
- ... x_x, Nura-kun y Akame-chan, ya basta de tonterías... ¡Ya hemos llegado!
Nura me bajó de sus brazos y corrimos (o al menos, intenté) hacia Rei, que estaba esperándonos frente a las primeras escaleras del gran edificio.
- ¿Preparados?
Asentimos. Rei comenzó a subir escaleras y le seguimos.
El zigurat es el edificio más importante dentro de la civilización mesopotámica y ahora estaba allí, en el Tártaro. Siempre me lo imaginé mucho más pequeño, pero cuando estábamos allí subiendo escaleras sin descanso supe que era más grande que dos templos del Gato Negro juntos. Dirigí la vista hacia atrás y vi la fantasmagórica ciudad de las sombras. No entendía porqué no volaban hacia nosotros.
Conseguimos llegar a la cima del zigurat a pesar de mi pierna y entramos dentro de una pequeña capilla decorada con azulejos negros, rojos como la sangre y azules del mismo tono que el azul noche. Había plantas llenas de alargadas y puntiagudas espinas, algunas con unos pocos frutos cada cual más extraño que el anterior. Al fondo de la estancia había un portal con espirales blancos y negros acompañado por dos gárgolas una a cada lado invitándonos a entrar, aunque sus malévolas sonrisas invitaban a hacer justo lo contrario.
Nos acercamos al portal y Rei dijo:
- Confío en que Abbadon-kun haya podido abrir la puerta al Cielo.
- Si no hubiese podido... ¿qué pasaría si...? - comentó Nura.
- Que nos perderemos en la nada - respondió Cerberus mientras una baba de perro se le caía de sus afilados dientes. - No estaremos ni en el Cielo, ni en el Tártaro, ni en la Tierra, ni en ninguna otra dimensión.
- Vale... más vale que Abbadon-kun esté al otro lado del portal - concluyó Nura.
Rei añadió:
- Démonos prisa antes de que...
- ¿Antes de qué, hermano? - volvió a decir aquella voz.
Volvimos la vista hacia la esquina inferior izquierda de la capilla. De entre las sombras salió un joven alto y musculoso con pelo largo y lleno de rastas algunas azules en vez de su oscuro color de pelo, con ojos de un azul potente y que vestía con un chaleco de cuero negro, unos pantalones negros, anchos y con cadenas colgando y zapatillas deportivas que combinaban los colores negro, blanco y azul. En cierto modo tenía cierto parecido a Rei desde su esencia, pero aquel tío era más... grande, peligroso y agresivo.
- Hacía tiempo que no te veía por aquí, hermano - añadió.
- Zero-sama...
- Prefiero que me llamen Shadow Of Gold.


miércoles, 1 de julio de 2015

Esta gente es muy mala

Si pensaba  que no había nada peor que el Infierno, estaba muy equivocada. Nos encontrábamos en medio de la oscuridad del Tártaro sin ningún tipo de nube carmesí, sin un suelo liso en el que se pueda pisar sin acabar con todo tipo de heridas en el pie.
Jadeé de sufrimiento y Rei se volvió hacia mí. Toqueteó el amuleto de mi colgante que dibujaba dos dragones, uno blanco y negro. Pesaba aún más que antes y el demonio sombra me dijo:
- Cualquier ser que se adentre en el Tártaro sufre notables sensaciones de horror incluso la terrible sensación que experimenta la gente antes de morir, pero esto no es nada comparado con el sufrimiento que tienen aquellas personas aparentadas con la magia celestial, el poder de las sacerdotisas o esto.
Sujetó el amuleto que antes era un Yin Yang. El mensaje había quedado claro. De hecho supuse que si no fuera por mi poder de Fénix, tal vez estaría agonizante... o muerta. Me armé de fortaleza, me estiré y me dispuse a caminar a pesar de que mi temperatura corporal había subido, mis músculos estaban en constante tensión, mi corazón latía rápido, me costaba respirar y mi voz se mostraba débil.
- ¿Por dónde es? - logré preguntar.
Rei y Cerberus se adelantaron hacia el oeste. Así pues, caminamos... aunque con el rabillo del ojo pillé a Nura mirándome con preocupación.
No tardó en salir delante de nosotros el primer monstruo. Me recordó a un dragón, pero sus extremidades eran mucho más grandes y robustas, sus oscuras escamas parecían ya muertas en pleno proceso de descomposición y sus maléficos ojos miraban nuestro frente con odio.
- No debemos esperar a que nos volatilice - dijo Rei mientras hacía aparecer su guadaña Kamui. - Tenemos que dar el primer y único golpe.
Nura alzó a Nenekirimaru.
- Vamos entonces.
Rei y Nura saltaron y lanzaron estocadas al monstruo. Al ver que aquel ser tenía una gran cola que se movía ágilmente, tanto que hasta parecía una parte autónoma, Rei se fue a luchar contra ella. Yo me quedé acariciando con el pulgar la empuñadura de Nisshoku sin tener la capacidad de quitarme el peso de dolor que llevaba encima. Cerberus echó una ojeada mi expresión de cansancio y sufrimiento, pues en efecto me dolía el alma al estar allí.
- Así no aguantarás ni una jornada más - dijo.
Fruncí el entrecejo mirando como clavaba su katana en el ojo izquierdo del monstruo. Cerberus sonrió y añadió:
- Al final no hará falta matarte para conseguir el poder del Gran Fénix Legendario, Akame Scarlet.
Le miré arqueando una ceja algo nerviosa por ese comentario.
- ¿No estarás pensando en traicionarnos, verdad? - dije.
Soltó una pequeña carcajada.
- ¡Jojojo! ¡Oh~! ¡No! Yo no incumplo lo que le prometo a Némesis-chan.
- Os lleváis bastante bien. Sin embargo no me fío de ti.
- Mira, bonita... no sobreviviréis en este sitio sin mí, asique más te vale fiarte de mí.
- Haces esto por Némesis-san, no por voluntad propia.
- Si te digo la verdad, tienes razón. Los humanos no me gustan, los elfos no me gustan, las semielfas-semihumanas no me gustáis, y muchos menos las sacerdotisas... Ayudarlas ni te digo.
- Entonces muy importante tiene que ser Némesis-san para ti si haces algo por ella que no te gusta.
- ... casi tanto como para ti el Señor del Pandemonio.
- ...?! ¡¿Eh?!
- ¿Te crees que no he visto cómo os miráis?
- Alucinas, demonio.
- Jeje... Eso espero~ porque un youkai con una miko... ¡Por Hades! ¡Grandes atrocidades nos esperarían a todos! Nah~ un youkai nunca puede sentir algo por una miko.. Además, ¿no había una profecía en tu templo que hablaba de que el amor de una de las más grandes de vosotras le traería la ruina?
Me alarmé y me acerqué a él apretando más a Nisshoku. Por un momento se me olvidó el dolor.
- ¿Qué... qué sabes tú de la profecía?
- No mucho más que tú, seguro.
Me abalancé sobre él y situé mi katana debajo de su barbilla.
- ¡¿Qué sabes?!
Nura se giró y nos vio, por lo que gritó:
- ¡¡¡Akame-chan, ¿qué haces?!!!
Le ignoré y pregunté otra vez a Cerberus:
- ¿QUÉ SABES DE LA PROFECÍA?
- ¡¡¡AKAME-CHAN!!! - repitió Nura.
El monstruo elevó su brazo y cogió a Nura rodeándole de la cintura con su puño. El Señor del Pandemonio forcejeó pero el monstruo apretó aún más y Nenekirimaru cayó al suelo. Vi la escena y sin pensármelo dos veces me levanté y corrí hacia allí. Cogí a Nenekirimaru y con las dos katanas, una a cada mano, me lancé contra el puño que envolvía a Nura y lo corté. Nura cayó al de pie y se quedó mirando asombrado cómo lanzaba tajos y más tajos con su Nenekirimaru y mi Nisshoku.
Rei, que seguía intentando cortar la cola del ser que se retorcía de forma escurridiza, consiguió quemar toda la parte de atrás de nuestro enemigo con Amateratsu. Hecho esto, se subió a la cabeza y se quedó mirándome para que pudiese dar el golpe final.
Al final corté el cuello del monstruo y Rei saltó hacia atrás. Acto seguido, el monstruo se desplomó en el suelo.
Jadeé otra vez de cansancio y me arrodillé. Me dolía todo aún más. Nura se acercó y, con serenidad, dijo:
- Mi espada.
Me ahorré un "oh, es verdad" y se la di. El Señor del Pandemonio la cogió, la examinó brevemente con la mirada y la envainó. Me tendió la mano... apreté los labios y dije:
- Lo siento...
- !!! Baka...
Me cogió la mano y me puso en pie.
- Vamos, tenemos que seguir... - dijo Rei - Si nos quedamos aquí vendrán más familiares de este individuo.
Rei y Nura empezaron a caminar. Cerberus pasó delante de mí y dijo:
- ¿Shouken? ¿Técnica de las dos espadas? Vaya~... ¿Quién te enseñó a hacer eso? ¿Tu amigo el lobo?
Le volví a mirar sorprendida.
- ¿Hiroito-kun...? ¿Tú...? ¿...Cómo...?
- Ay~ lo siento~ se me olvidaba que le heriste de gravedad.
- Le maté.
- ¿Emm? No. O al menos no apareció por aquí.
- ????
- Los muertos vienen aquí, deberías saberlo.
- Entonces... ¿no ha muerto?
- ;D
- ¡OYE! ¿Tú cómo es que sabes tanto?
- Eres una miko muy conocida por el Inframundo, Phoenix Slayer. Muchos aquí saben de ti.
Cerberus se adelantó con los demás. Nura se paró me miró y preguntó:
- ¿Todo bien?
- Sí ¡Voy!
Y así, Nura, Rei, Cerberus y yo seguimos caminando por el Tártaro mientras nos encontrábamos con toda clase de demonios y malvados monstruos dispuestos a despedazarnos. Bajamos una cuesta junto con el agua negra de un río que teníamos siempre a nuestra derecha y llegamos a una ciudad que, a primera vista, parecía abandonada; hasta que las sombras nos rodearon.