lunes, 6 de julio de 2015

El Mundo de las Sombras

Divisamos una ciudad de edificios negros y amurallada con piedras infernales. Aparentemente parecía abandonada, pero enseguida vimos figuras oscuras volando.
- El Mundo de las Sombras - anunció Rei; - es, sin duda, el lugar más peligroso al que se pueda viajar.
- Y para movernos por allí debemos ser más rápidos que una sombra - añadió Cerberus. Desenvainó la espada que tenía a su espalda y, acto seguimos se convirtió en un hombre cerbero (aunque de una sola cabeza).
- ¿Preparados para lo peor, youkai y miko de la Tierra? - preguntó Cerberus.
Nura desenvainó a Nenekirimaru.
- Preparados para volver a casa de una maldita vez.
- Recordad que el portal que hay en el Templo de este reino no conduce a la Tierra, sino al Cielo - recordó Rei - Desde el Mundo de los Dioses espero que sí podáis volver.
Nura y yo asentimos pero, ¿en serio volveríamos a casa?
Corrimos a la velocidad de los demonios, pero en seguida no pude seguir le ritmo a pesar de los poderes del Fénix debido a que me seguía doliendo el cuerpo; y no tardó en aparecer nada más ni nada menos que una docena de sombras alrededor.
- Ksóó... Demasiado lenta... - maldije.
- Pues habrá que luchar - dijo Nura mientras la hoja de su katana resplandecía con una especie de fuego azul antiyoukai.
- Son seres muy poderosos , nakamas - comentó Rei. - Nos costará vencerles.
Nos lanzamos al ataque y empezamos a pelearnos con las sombras. Efectivamente eran rápidas y lanzaban poderosas bolas de oscuridad contra nosotros. Cuando una de ellas chocó contra mi pierna derecha, esta me dolió tanto que se durmió; sin embargo, me pude defender con Nisshoku para desviar los ataques.
Cerberus no era tan rápido como las sombras, pero cuando lograba desgarrarlas con sus afilados dientes, acababa con ellas. Por otro lado, Rei se metían en luchas increíblemente rápidas y conseguía salir victorioso con más facilidad que los demás. El provocar terror a aquellos seres era imposible para Nura ¿qué clase de Miedo podría tener la propia oscuridad? Por el contrario, su espada lograba ahuyentar a cada sombra que se acercaba a él.. Seguía pareciéndome extraño que un youkai tuviese un arma antiyoukai, pero desde luego no me quejé.
Entre las luchas cuerpo a cuerpo de Rei, la Nenekirimaru de Nura, algún que otro mordisco de Cerberus que mataba a cinco sombras de una sola vez y mi fuego de Fénix y algún ataque del Yang, parecía que podríamos vencerles, hasta que Rei ordenó:
- ¡RETIRADA! ¡Debemos entrar en la ciudad!
- ¡Pero si ya casi ganamos! - exclamé.
- Créeme, tenemos que estar muy lejos de aquí antes de que venga... él... ¡VÁMONOS, HE DICHO!
Entonces le hicimos caso y huimos hacia la ciudad amurallada de las sombras. Para mi sorpresa, nuestros oponentes no nos siguieron, pero de repente escuchamos una voz decir:
"Jajaja, hermano~ ¿por qué huyes...? ... Shadow Of Silver... ven aquí... ¡no huyas...!
- !!!! ¿Qué es eso? - pregunté.
- ...
- ¿Rei-kun?
- ¡Rawr~! - gruñó Cerberus. Aminoró el paso.
- ¡No, Cerberus-kun!¡Ahora no! ¡Tenemos que llegar a la ciudad como mínimo!
No lo entendí, pero Cerberus le hizo caso. Por fin, nos encontramos frente la muralla.
- ¿Y ahora qué? - preguntó Nura.
Rei se adelantó y puso la mano en la muralla. Salió humo de un trozo bastante grande y se abrió un agujero.
- Tierra y roca oscura. Otro de los 4 elementos en forma de Amateratsu que domino ¡vamos!
Traspasamos el agujero, seguimos corriendo de frente y luego giramos hacia la callejuela estrecha de la izquierda. La traspasamos hasta que por fin llegamos a una especie de plaza que me recordó a la del Valle del Rhin de Caetoneko; sin embargo la de aquel Mundo de las Sombras estaba desértica.
- ¡Por allí! - dijo Rei, - debemos llegar a ese zigurat oscuro que hay al fondo. Arriba del todo está el Templo de la Oscuridad que está conectado con el Templo de la Luz que hay en el Cielo.
- El Yin y el Yang... - murmuré.
Se volvió a escuchar otra vez aquella extraña voz.
"Hermano... ¿dónde estás?"
Rei se alarmó y salió corriendo. Cerberus le siguió con una velocidad imposible de seguir por mi cuenta, sobretodo con la pierna mal después de que una de las sombras anteriores me lanzase una bola de oscuridad.
- A tomar por... - soltó Nura.
Nura se acercó a mí, se agachó, me cogió de las piernas y de la cintura y me levantó. Le rodeé con mis brazos y dije:
- ¡O-Oye...!
- Así no tienes que hacer grandes esfuerzos ¡Vamos, que los perdemos!
Nura salió corriendo y despistamos a cinco sombras que venían a por nosotros desde los tejados de las casas que formaban la plaza. Las dos sombras más cercanas a la calle por donde nos metimos nos persiguieron.
- Ksóóóooo... - maldecía Nura.
- Vamos, tú puedes~ - dije mientras Nura me llevaba en brazos.
Vi que una gota de sudor le resbaló de su frente e intentó aumentar la velocidad. Mientras tanto, miré a atrás y lancé una bola de fuego a las sombras. Estas la esquivaron y siguieron persiguiéndonos, pero ya casi no estábamos a a su alcance. De repente, Cerberus salió de la ventana de una de las casas y se lanzó a morder  a las dos sombras.
- Gracias - gritó Nura.
Cerberus venció, se adelantó hacia nosotros y estuvimos a la par de él.
- Rei-kun ya casi ha llegado al zigurat, ¡asique daos vida!
- Pero... ¡¿por qué nos atacan?! ¡Este es el mundo de Rei-kun! - apuntó Nura.
- Este mundo odia a los humanos y a cualquiera que osa entrar y salir de la ciudad.
- ¿Eso quiere decir que somos cuatro contra una ciudad entera? - pregunté.
- ¡No, mujer, no! ¡La mayoría pasa de los mortales! Solo que el que gobierna esta ciudad está a la caza de Rei-kun y de todo aquel que sea su amigo.
- Déjame adivinar. Es ese que habla a veces llamándole "hermano" - dijo Nura.
- Sí, aunque lo de hermano es la forma a la que se dirigen las sombras entre ellas, no es su hermano de verdad.
- ¿Y por qué persigue a Rei-kun? - pregunté.
- Por traicionar a este mundo... ya sabéis~ echarse una novia en Caetoneko, hacer amigos en la Tierra e ir al balneario del Purgatorio cada sábado por la tarde no le gusta para nada al Shadow Of Gold.
Arqueé la ceja.
- ¿Shadow Of Gold... ka?
- El título más respetado en el Mundo de las Sombras, lo más parecido al título de rey, y lo tiene Zero Fujiwara. El segundo más importante es el que tiene nuestro nakama: el Shadow Of Silver.
- Eso quiere decir... que aunque Rei-kun sea tan fuerte, ¿Zero lo es más? - deduje.
- Exacto. Por eso estoy yo aquí. Rei-kun no puede solo contra Zero. Pero si me uno al Shadow Of Silver, Némesis-chan está segura de que ganaremos.
- Mmmm ¿Hay Shadow Of Sake? Me muero de sed~ - comentó Nura.
- ewé... Seguro que hay Shadow Of BAKA!
- ¡¡¡Shadow Of Cebolla!!!
- ... x_x, Nura-kun y Akame-chan, ya basta de tonterías... ¡Ya hemos llegado!
Nura me bajó de sus brazos y corrimos (o al menos, intenté) hacia Rei, que estaba esperándonos frente a las primeras escaleras del gran edificio.
- ¿Preparados?
Asentimos. Rei comenzó a subir escaleras y le seguimos.
El zigurat es el edificio más importante dentro de la civilización mesopotámica y ahora estaba allí, en el Tártaro. Siempre me lo imaginé mucho más pequeño, pero cuando estábamos allí subiendo escaleras sin descanso supe que era más grande que dos templos del Gato Negro juntos. Dirigí la vista hacia atrás y vi la fantasmagórica ciudad de las sombras. No entendía porqué no volaban hacia nosotros.
Conseguimos llegar a la cima del zigurat a pesar de mi pierna y entramos dentro de una pequeña capilla decorada con azulejos negros, rojos como la sangre y azules del mismo tono que el azul noche. Había plantas llenas de alargadas y puntiagudas espinas, algunas con unos pocos frutos cada cual más extraño que el anterior. Al fondo de la estancia había un portal con espirales blancos y negros acompañado por dos gárgolas una a cada lado invitándonos a entrar, aunque sus malévolas sonrisas invitaban a hacer justo lo contrario.
Nos acercamos al portal y Rei dijo:
- Confío en que Abbadon-kun haya podido abrir la puerta al Cielo.
- Si no hubiese podido... ¿qué pasaría si...? - comentó Nura.
- Que nos perderemos en la nada - respondió Cerberus mientras una baba de perro se le caía de sus afilados dientes. - No estaremos ni en el Cielo, ni en el Tártaro, ni en la Tierra, ni en ninguna otra dimensión.
- Vale... más vale que Abbadon-kun esté al otro lado del portal - concluyó Nura.
Rei añadió:
- Démonos prisa antes de que...
- ¿Antes de qué, hermano? - volvió a decir aquella voz.
Volvimos la vista hacia la esquina inferior izquierda de la capilla. De entre las sombras salió un joven alto y musculoso con pelo largo y lleno de rastas algunas azules en vez de su oscuro color de pelo, con ojos de un azul potente y que vestía con un chaleco de cuero negro, unos pantalones negros, anchos y con cadenas colgando y zapatillas deportivas que combinaban los colores negro, blanco y azul. En cierto modo tenía cierto parecido a Rei desde su esencia, pero aquel tío era más... grande, peligroso y agresivo.
- Hacía tiempo que no te veía por aquí, hermano - añadió.
- Zero-sama...
- Prefiero que me llamen Shadow Of Gold.


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