viernes, 17 de julio de 2015

Hablamos con nuestros nakamas después de tanto tiempo


- ¡JOVEN AMOOOO! QUÉ ALEGRÍA QUE ESTÉS BIEEEEN tDt
Aquella youkai de las nieves me estaba poniendo nerviosa. En cuanto Abbadon, Nura y yo llegamos a una pequeña iglesia blanca, Dios y Buda (el mismo Buda O_O) hicieron que en un espejo de bronce que había colgado apareciesen imágenes de la Tierra, en primer lugar, de la sede del Clan Nura.
Al lado de aquella youkai vestida de yukata blanco y bufanda, había muchos otros demonios, incluido aquel que vino a buscar a Nura tras nuestra visita al Purgatorio, Natto Kozzo.
Desde luego me sorprendió la variedad de demonios que había, sobretodo lo mucho que parecían apreciar a
su líder desaparecido, hasta que llegó un demonio de apariencia humana que daba miedo. Parecía mayor, vestía un kimono de colores oscuros y poco llamativos y su pelo era largo y oscuro, y su ojo derecho estaba tapado por un mechón y al otro lado colgaban otros pero mucho más pequeños que iban a parar justo encima de la oreja.
- Supremo Comandante - dijo el youkai, - ¿esperamos su regreso o necesitáis que vayamos a buscaros?
- T-Tranquilo, Gyuki-sama - (¿Gyuki-sama? Debía ser un youkai importante no solo por ser el que lleva provisionalmente el Clan, sino porque Nura le trata de "-sama"), - yo me las arreglo. Además no podéis llegar hasta el Cielo.
- ¿¡¿¡¿¿¿¡¿¡¡NANI?!?!?!!?!? - gritaron unos youkais pequeñitos - ¿¡¿¿EL JOVEN AMO ESTÁ EN EL CIELO?!?!
- Pero tranquiiiiilos x__x ¡volveré pronto!
- TE ESPERAREMOS, JOVEN AMO ;_; - chilló la youkai de las nieves, Yuuki Onna.
- ¡Haremos fiesta cuando regreses! - gritaron un monje-youkai y otro con un collar de calaveras.
- Sí, Sí nDn'' - dijo Nura, - ¡Ah! Etto... ¡Preparad un poco más de comida! He reclutado a un nuevo miembro...
- ¡¿Nuevo miembro?! - gritó un demonio cuervo - ¿Quién es? ¡¿No será del Cielo?!
- ¡O del Infierno! ¡Recordad al cazademonios y a la omnyoji que vinieron aquí diciendo que nuestro Amo estaba en el Infierno! - intervino un youkai rubio desprovisto de cuello, por lo que su cabeza flotaba.
- ¿Dante-kun y...? ¿Una onmyoji? - preguntó Nura.
- ¡Sí! ¡La onmyoji que custodia la Shikon No Tama! - respondió Yuuki Onna.
- Kikyo-chan... - murmuré.
- ¿No será amiga tuya como la omnyoji de la que habló Natto Kozzo? - añadió Yuuki Onna con cierto tono de enfado.
- ¡No! ¡El Joven Amo ya se habrá comido su hígado! - supuso Natto Kozzo.
- ¡C-Chotto matte! - pidió Nura - Etto... eee... ya lo hablaremos cuando regrese ¿sí?
- Haaaaaai -D- - dijeron al unísono casi todos sus súbditos excepto Gyuki y Yuuki Onna.
- Regrese pronto - dijo Gyuki.
Nura asintió.
- Hasta pronto~
El espejo dejó de reflejarnos el Clan Nura.
- ¿En serio pretendes que me vaya de fiesta con youkais? e.é - cuestioné de inmediato.
- Ahora perteneces a nuestro Clan, Akame-chan~
Suspiré.
- Qué remedio...
-  Tus amigas sacerdotisas Kikyo-sama y Akane-sama están en el Templo del Gato Negro con tu Sensei. Intentan localizarte- intervino Dios, un anciano de barba blanca y túnica blanca.
- De acuerdo. Con Tsubaki-sama ya hablaré cuando regrese...
Buda hizo un movimiento de manos y el reflejo del espejo de bronce cambió. Ahora estábamos en el Templo del Gato Negro junto con el Maestro Kuro, Kikyo y Akane. En cuanto se percataron de nuestra presencia, Akane corrió hacia nosotros y Kikyo y el Maestro la siguieron.
- AKAME-CHAAAAN - gritó Akane.
- ¡Akame-chan! - añadió Kikyo.
- ¿Cómo es que estás en el espejo? - preguntó el Maestro.
- Estoy en el Cielo Abbadon-kun y Nura-kun. Hemos regresado del Infierno.
Los tres se quedaron boquiabiertos.
- Eres increíble, Akame-chan - reconoció Kikyo.
- Volverás ¿no? - dijo Akane.
- ¡Sí!
Las mikos sonrieron.
- Te esperamos n_n - añadió Akane.
- Te regalaré otro cesto de kumquats >D< - prometió Kikyo.
Asentí. En cuanto nos despedimos, el espejo de bronce se limitó a reflejarnos.
- Increíble - comenté.
- Con eso es suficiente, mortales - declaró Buda. - Ahora id a ver lo que está ocurriendo en el Tártaro.
- Avisaremos a Ra, Visnú y Yahvé para que preparen el portal hacia la Tierra - informó Dios.
- ¿En el Templo de la Luz? - preguntó Abbadon.
- ¿Dónde si no?
- De acuerdo ¡Nura-kun! ¡Akame-chan! ¡Seguidme!
Abbadon no desplegó las alas esta vez. Decidió caminar como nosotros.
Salimos del aquel Templo, que estaba en la cima de una colina. Abbadon señaló la del frente donde había otro "templo" que más bien parecía un palacio nazarí. Nos dirigimos hacia allí, pero en cuanto llegamos al valle, vimos a una mujer que me resultó muy familiar. Llevaba un vestido blanco como el mío, su piel era blanca como la leche, su pelo era moreno y ondulado y sus ojos grises estaban posados en el horizonte repleto de nubes.
- Atenea - dije.
La chica se volvió y me miró. En efecto era la diosa griega de la sabiduría, aquella con la que me enfrenté en Caetoneko.
- Akame Scarlet... Tenía la sensación de que nos íbamos a volver a encontrar - reconoció la diosa.
- ...
La mirada de Atenea era tranquila aquella vez, la cara de la sabiduría contemplativa; a diferencia de la cara de ira con la que pretendía demostrar sus conocimientos en la Fortaleza del Invierno.
- Siento lo de Caetoneko - dijo finalmente.
- Afrodita dijo que todos os arrepentís, pero... ¿por qué...?
- Zeus tenía razón en una cosa, la gente está dejando de creer en nosotros. La religión que nació en Grecia ha quedado sustituida... Pensamos que lo mejor sería obligar a otros habitantes a creer, pero eso solo ha hecho que nuestra esencia sea manchada por el odio... Usamos mal nuestra divinidad, obramos como lo haría cualquier mortal... supongo que son cosas del aburrimiento aquí en el Cielo y de la inmortalidad...
 - ... Sí que os equivocabais. Pero al fin y al cabo soy dioses antropomórficos, no os reprochéis eso de que actuáis como mortales... Además, sois parte esencial de la cultura occidental ¡hasta yo aprendí un poco de vosotros en el templo donde estudié!
- ... .... ... - Atenea/Minerva miró otra vez al horizonte. - Debéis iros. Tu amigo demonio no debe encontrarse muy bien como para permanecer mucho más tiempo en este lugar...
Miré a Nura. A simple vista parecía estar normal, pero buscando detalles pude fijarme en que su respiración estaba algo más agitada de lo usual y parecía cansarse poco a poco como si estuviera corriendo sin descanso.
Me giré y me junté otra vez con mis compañeros. Por último, a las espaldas, Atenea/Minerva dijo:
- Gracias, Akame Scarlet Targaryen.
La miré otra vez pero no dije nada. Me limité a sonreír. Supuse que ella hizo lo mismo. Tuve el presentimiento de que tenía una diosa en la que pensar casi como una nakama.
No tardamos en subir la colina debido al suelo de nubes para contemplar lo increíble y lujoso que era el palacio nazarí donde residía el dios del Islam: Alá.
Pasamos al interior apartando telas de vivos colores y maravillando la cantidad de decoración dorada que había. Frente a la mesa del salón había un dios... cuya cabeza no se podía ver porque esta misma era como un pequeño sol que relucía. Al otro lado de la mesa, estaba un dios egipcio de cara verde.
El verdoso de Osiris se levantó.
- Por fin, Abbadon.
- Siento el retraso - se disculpó el arcángel, - ¿nos podéis enseñar el Mundo de las Sombras?
- Sabéis que el Mundo de las Sombras es casi imposible de ver para el Mundo de los Dioses - comentó Alá.
- Lo sé pero... vosotros juntos podríais...
- No sé, Abbadon - dijo Osiris.
- Por favor... antes dijiste que sí... 3:
- ... ... ... Ay... Maldito pollo de oro alado.
- ¡Oye! D:<
Osiris y Alá se miraron y asintieron. Osiris sirvió agua en una especie de palangana decorada con dibujos y relieves de la cultura musulmana que había en el centro de la mesa. Alá y Osiris hicieron movimientos con los brazos y, acto seguido, Alá ordenó:
- Mirad dentro del agua.
Abbadon, Nura y yo nos acercamos. El agua estaba oscura... tan oscura como el ambiente del Tártaro. Vi una imagen que, desde luego, me asustó. Vi solo a dos personas tumbadas en el suelo: Rei y Cerberus con su apariencia humana. Parecían inconscientes.
- ¿Qué... qué ha pasado? ¿Están...? - pregunté.
- No lo sabemos. Si estuviese aquí Odín, él podría interpretarlo... o Minerva o Anubis.
Nura arqueó una ceja.
- ¿Odín-san?
- Dios nórdico de... de muchas cosas. Pero incluye sabiduría - respondió Osiris.
- Es majete, aunque no puedo jugar a juegos de azar con él Dx - comentó Alá.
Nura se acercó más al agua de la palangana.
- Vamos... despertaos, idiotas.
Rei y Cerberus seguían sin mover un solo dedo... hasta que Cerberus abrió los ojos.
- ¡Cerberus-sama! - le llamó Abbadon.
Cerberus ignoró a Abbadon y se acercó gateando hacia donde estaba Rei. La imagen parpadeó.
- No podremos proyectaros esto por mucho más tiempo, eh - avisó Alá.
Me acerqué a la palangana junto a Nura y llamé a Rei. Cerberus se dio la vuelta y nos vio.
- ¿Akame-sama? ¿Nurarihyon? ¿Estáis...? Oh...
- ¿Rei-kun está bien? - preguntó Abbadon.
Cerberus le miró frunciendo el ceño. Al rato dijo:
- Al menos respira. Pronto estará mejor.
- ¿Dónde está el Shadow Of Gold? - pregunté.
- Se ha hecho polvo. Por ahora. Hemos conseguido ganar la batalla... por poco.
- Enhorabuena - dijo Nura.
La imagen volvió a parpadear.
- Gomenassai, Cerberus-sama... tenemos que irnos.
- Volveremos a vernos. Rei-kun estará con vosotros cuando lleguéis a la Tierra.
Asentimos. La imagen se deshizo en el agua.
- Lo sentimos... no estamos para esto - dijo Osiris.
- Tranquilos - dijo Abbadon. - Así es suficiente.
- Gracias, dioses - agradecí.
Osiris sonrió. Supuse que Alá también.
- El Yin Yang debe estar contento por tenerte como portadora - comentó Alá.
- Y los elfos - añadió Osiris.
- !!! Espera... ¿qué sabéis de los elfos?
- Nada... solo que ya apenas quedan por las dimensiones... son de las criaturas más cercanas a nosotros junto con las hadas y los unicornios.
- Jermoso~ - comentó Nura con una voz un tanto jadeante. Se estaba cansando de parecer que no le afectaba estar en el Cielo.
- Tenemos que irnos - sugirió Abbadon.
- ¿Nos invitaréis a la fiesta, no? - preguntó Osiris.
- ¿Fiesta? - dije.
- ¿Qué fiesta? - preguntó Nura.
Abbadon carraspeó.
- Ah, sí... bueno... Dioniso... o sea... Baco, el dios grecorromano del vino y de la fiesta, quería haceros una fiesta aquí en el Cielo...
- Oh~ ¿para cuando? - preguntó Nura.
- Eeee.. ahora.
- ¿AHORA?
- Gomene chicos 8'D a los dioses más locos les hacía mucha ilusión y yo les dejé... jeje... Tranquilos, en cuanto termine podréis iros ¡Además! ¡Así Ra se lo pasa bomba y luego crea una magia mejor para el portal!
- Bueno... si eso es una ventaja...
Nos despedimos de Alá y Osiris y salimos del palacio nazarí. En cuanto llegamos al comienzo del camino que llevaba abajo de la colina, Abbadon desplegó sus alas.
- Llamaré a Marte y a Venus para que os preparen para la fiesta de Baco ¡Tenéis que disfrutar, que os lo merecéis!



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