sábado, 29 de agosto de 2015

Después de una semana...

Abrí los ojos y me encontré tumbada mirando a un techo gris.
- ¿Qué? ¡Agh!
Me dolía toda la parte de mi tripa y detrás.
- ¡Akame-chan! ¡Estás despierta!
Nura se puso en pie y fijamos nuestras miradas. Su pelo moreno caía hacia mí pues estaba en su versión humana.
- N-Nura-kun... ¿qué...?
- Te desmayaste.
- Pero... ¿Y los demonios? ¿Hagoromo Gitsune? ¿Sesshomaru?
- Los logramos despistar. Por ahora.
- Y gracias a mí - dijo otra voz.
Se acercó otro chico, de pelo moreno y ojos grises... pronto le reconocí.
- ¡¿Hiroito-kun?! ¡¿Pero cómo...?
Intenté levantarme, pero el dolor invadió todo mi cuerpo.
- Auch...
- ¡Quietecita! Lo de curarte las heridas también fue gracias a mí.
- ¿Nani?
- Eso es cierto - afirmó Nura. - Aquí el amigo sabe bastante de medicina.
- N-No lo sabía.
- Es una técnica secreta de los demonios lobo - explicó Hiroito.
- Bueno... ya no es tan secreta - corrigió Nura.
Cruzaron las miradas como recordando algo que se habían dicho antes, comos si hubieran estado hablando hace un rato.
Me toqué la tripa y vi que estaba vendada.
- Es todo un milagro que estés viva - dijo Hiroito. - Supongo que esos poderes de fénix que tienes te han hecho más resistente, pero... desde luego que si vuelven a hacer pincho moruno contigo, no tendrás tanta suerte.
- Ungh~
- ...
- ... - Nura frunció el entrecejo.
- Tú... ¿cómo es que... estás vivo? - pregunté a Hiroito.
- Me diste por muerto después de... hacer pincho moruno conmigo ¿no? Pero, como ahora ya sabes, sé bastante de heridas. También a mí me falto muy poco... pero sí, estoy vivo.
- Ya bueno pero... ¿estás en Madrid y no en Tokyo?
- Cuando logré curarme, vino un tío raro que parecía ser amiguito tuyo. Se hacía llamar Dante Sparda.
- ¡¿Dante-kun?!
- Sí, el cazademonios que viaja entre dimensiones. Me cogió y me llevó a una nube roja... después de eso, aparecí aquí en Madrid.
- Pero... se supone que Dante-kun lleva los demonios al Purgatorio o al Infierno.
- Pues parece que esa teoría no la aplicó conmigo.
El tono de voz de Hiroito había cambiado. Había pasado de ser una mezcla entre picardía y dulzura a... algo como rencor, chulería e ironía. Vestía diferente. A pesar del calor que hacía llevaba una cazadora negra (que contrastaba con la ropa que llevaba en Tokyo, que solo llevaba pantalones), vaqueros del mismo color pero desgastados y unas zapatillas negras y blancas.
Se llevó la mano a uno de los bolsillos de su cazadora y sacó una pequeña caja. De esta, a su vez, sacó un cigarrillo. Se lo llevó a la boca y del otro bolsillo sacó un mechero. Al encenderlo debajo del cigarrillo, este empezó a echar humo y a consumirse lentamente.
- ¿Desde cuando fumas? - pregunté arqueando una ceja.
- Desde que lo probé en este mundo ¿queréis?
Respiré un poco de humo y me pareció lo más asqueroso del mundo.
- Soy más de mi pipa, ya lo sabes - respondió Nura.
- ¿Tanto os conocéis? - pregunté.
- Tampoco tanto - respondió Nura. - Mientras estabas dormida toda esta semana, hemos estado hablando de bastantes cosas.
- De demonio a demonio - añadió Hiroito.
- Espera ¿Qué quiere decir "toda esta semana"?
- Que has estado una semana dormida - dijo Nura.
- ¡¿Una semana?!
- Si~ - afirmó Hiroito - ¡Ah! Y los humanos esos que conocisteis han estado viniendo por aquí para ver cómo estabas.
- Criis-sama, Vero-sama y Alberto-sama - aclaró Nura.
- Yo que vosotros me acostumbraría a dejar de decir eso de "-sama", "-chan" y "-kun" - comentó Hiroito.
- Pero... ¿una semana? ¿Y no habéis encontrado la forma de salir de este mundo?
- ¿Crees que si lo supiese me las habría apañado todos estos meses para sobrevivir aquí? Tengo este apartamento, ropa, comida... - dijo Hiroito.
- Y todo porque eres un ladrón-senpai - apuntó Nura.
- ¿Ladrón? - pregunté.
Hiroito miró a Nura con el ceño fruncido.
- ¿Y qué querías que hiciera? Tú también  hubieras hecho lo mismo, Nurarihyon ¡No trates de desacreditarme!
- ¿Qué hiciste? - quise saber.
- Estaba abandonado ¿vale? Pasé una larga temporada viviendo en Casa de Campo, un parque que hay al  oeste de aquí, pero todo acabó cuando vinieron a por mí Kazuki y Koga.
- ¡Pero ellos te estaban buscando! ¡Podrías haber vuelto con ellos a Tokyo! - dije.
- ¿Que me estaban buscando para volver? ¡Eso es mentira!
- ¡¿Qué?!
- Hace mucho, incluso antes de que te fueras a ese viaje a lo del Fénix, dejé la manada.
- ?!?!?!
- La dejé por Akane... Habíamos planeado un futuro juntos... lejos de los que dictaban cómo tenían que funcionar nuestras razas... parece una locura ¿no?
- ... Akane-chan no me dijo nada de eso nunca.
- Os enfadasteis.
- Hicimos un viaje a otra dimensión e hicimos las paces.
- Ah.
Hiroito continuó hablando tras un incómodo silencio.
- La manada me tachó de traidor. Cuando me amenazaron de que me iban a sacar las tripas, huí en busca de Akane, que se había ido visitarte a tu nuevo templo. Ya te sabes toda la historia de entonces... Luego cuando después de aquello los vi en Casa de Campo, supe que me tenía que ir de allí lo antes posible. La noche antes de partir, les espié y dijeron que habían mentido a "los otros demonios esos que se creen reyes ", que no querían vengar mi muerte sino conseguir los poderes de la "Phoenix Slayer" cuando viniese a Madrid, y que con su poder gobernarían todas las dimensiones y serían los verdaderos señores del Pandemonio.
- Gilipollas... - murmuró Nura.
- ¿Cómo sabían que íbamos a venir? - pregunté.
- "Es lo que dijo la Bruja del Sol" dijeron - respondió Hiroito. - Yo... no sabía qué hacer ¿vale? asique
supuse que si esa bruja tenía algún poder de verdad, podría ayudarme. Asique me fui a "Sol" (por el nombre supuse que estaría allí) y pregunté a la gente. Me miraban raro... y no me extraña porque solo iba con mis pantalones  de Tokyo y una camisa vieja que encontré por Casa de Campo. Nadie sabía dónde estaba la bruja esa... Ya cuando me rendí, a la noche, me fui por una calle repleta de... bueno, prostitutas. Fue entonces cuando... una mujer morena de piel y rizos castaños se acercó y me dijo "Yo puedo ayudarte". Al principio pensé que era una prostituta debido a su forma de vestir y su maquillaje, asique al principio la rechacé hasta que me susurró al oído... "Tú no no eres de este mundo". Me giré sorprendido y me hizo un gesto para que la acompañase. La seguí y entramos en un sitio que parecía ser... bueno... unos apartamentos para que las putas hicieran su labor. Entramos en un apartamento que... su decorado interior me llamó la atención. Todo estaba lleno de amuletos con símbolos y telas doradas y de colores chillones. Un espectáculo. Al fondo había una cama y me temía lo peor, pero se sentó en una silla frente a una mesa redonda. Me senté en la del extremo y...
- Ahora viene la superparte - dijo Nura.
- ¡Nura-kun! - le rependrí.
- Aquella mujer era la Bruja del Sol. Lo supe en cuanto empezó a hacer gestos con una bola de cristal y comenzó... bueno, a haber magia. Me dijo que podía darme un apartamento y una tarjeta de crédito con montón de dinero de un tío rico que acababa de morir. Nadie sospecharía nada... pensarían que sería su heredero. Asique acepté.
- Pero... ¿no te pidió nada a cambio?
- Sí...
- ...
- Que matase al verdadero heredero de esa propiedad. Me dijo su nombre y la calle donde vivía junto con una foto para reconocerle.
- ...!!
- Y... mierda... Lo hice.
- Por Buda...
- ...
- ...
- ...
- ... ¿Por qué te pidió la Bruja del Sol que matases a aquel chico?
- Dijo que quería vengarse de aquella familia, que la arruinó. No me dijo nada más.
Pasamos un rato de silencio hasta que Hiroito dejó la colilla del cigarro en un cenicero de la mesa y dijo que iba a por una lata de "Monster". Se fue a la cocina. Nura me ayudó a incorporarme en el sofá donde estaba tumbada. Una vez sentada, vi todo el salón... Moderno, de paredes grises, muebles negros y blancos, cuadros abstractos de fondo blanco y manchas negras... Me fijé en mi ropa. Llevaba la misma camiseta negra pero estaba rasgada y remangada, supuse que tuvieron que ponerla así para ponerme la venda de mi tripa, la falda... más de lo mismo. Tenía el pelo suelto y estaba descalza.
- Creí que nada podía sorprenderme ya - comenté.
- Opino lo mismo - dijo Nura.
Me fijé en que Nura llevaba una camiseta diferente. Azul con unos ojos saltones y una boca sonriendo dibujados.
- Dijo Criis-sama que era el Monstruo de las Galletas -U- - comentó él al ver mis ojos posados en la camiseta.
Le quedaba un poco justa, pero estaba bien. Sonreí.
- Tengo una idea... - dije - no sé si...
- ¿Una idea?
- Para volver a Tokyo.
Nura se acercó más a mí, como si no quisiera que nadie más se enterara.
- ¿Sí?
- Hiroito-kun ha dicho que Dante-kun fue quien le envió aquí. Eso quiere decir que él puede venir a rescatarnos.
-  Posiblemente... es verdad... La pregunta es que cómo le avisamos de que estamos aquí.
- Debe estar buscándonos... junto con Rei-kun. Lo mínimo que podemos hacer es avisarles de que estamos aquí.
- ¿Cómo?
- Con la magia de la Bruja del Sol.
- ¡¿Estás loca?! ¿Has visto lo que ella pide a cambio luego? ¡A saber que nos pediría para pagar!
- Es la única persona en Madrid que sabemos que tiene magia.
- Escucha, Akame-chan. Sé que dijimos que en Madrid no hay magia, pero al parecer está escondida. Solo hay que encontrar...
- Si Hiroito-kun la encontró fue de casualidad y porque también ella se dejó ver. Pero no tendremos otra vez esa suerte...
- ...
- No tenemos otra opción... y cuanto antes nos vayamos mejor. Teniendo a Sesshomaru, Hagoromo Gitsune, Kasuki y Koga persiguiéndonos...
- Lo pensaremos - concluyó Nura.
Llamaron al timbre y pegamos un saltito en el sofá. Hiroito se acercó a la puerta sigilosamente hasta que desde fuera gritaron:
- ¡Somos nosotros!
Hiroito abrió. Eran Criis, Vero y Alberto.
- Konnichiwa, minna ^D^~
- Holaa~
- Buenas <_<
Pasaron al salón y, cuando me vieron, Criis pegó un salto:
- ¡AKAME! ¡ESTÁS DESPIERTA! *O*
- Por fiin, gracias a Dios... - dijo Vero.
Había un chico junto a ellas. No le había visto antes, pero supe que era el "amigo" de Vero, Alberto. Tenía el pelo castaño peinado hacia delante con flequillo y ojos marrones. Vestía con un polo azul cyan con un pequeño cocodrilo bordado a un lado del pecho, bermudas de color blanco hueso y zapatillas azules.
- Nos habías dado un susto - dijo Criis - No teníais que haber salido de casa así... ya convencí a mi hermana y...
- Sí... muy a mi pesar ~~ - dijo ella.
- Está un poco molesta de haber metido a Alberto en esto ¡pero no pasa nada!
- ¡Y-Yo no dije eso! - aclaró ella.
Alberto sonrió. Se acercó y preguntó.
- Soy Aberto, Akame ¿Que tal eso?
- Bueno... he estado mejor, gracias.
- Para todos nosotros es increíble esto - comentó Criis - ¡Y no sabíamos de que ya teníais un amigo por aquí!
- Tampoco lo sabíamos nosotros - dijo Nura.
- Bueno... debes de tener hambre ¿no? Después de una semana... - dijo Criis.
- Sí... espero.... que pueda comer algo - dije viendo mi tripa vendada.
- Obviamente - dijo Hiroito - Ahora preparo algo.
- Mmm... no hace falta... - dije.
- Si queréis vamos al Starbucks - sugirió Vero.
- Noooo, tíiiio.... odio ese sitio.... - se quejó Criis.
- ¿Y al Vips? - preguntó Alberto.
- ¡Vale! *^*
- Bueno... vale~
Vero abrió un bolso grande que llevaba y sacó ropa.
- Akame, puedes usar esto. No quiero que Criis haga otro de sus experimentos.
- ¡No son experimentos! ¡Le quedaba bien el modelo gótico!
- Pues ahora ya no está - dijo señalando mi ropa rasgada.
- L-Lo sé T____T pero bueno :3
- Puedes cambiarte en la habitación del fondo del pasillo - dijo Hiroito.
Vero dejó la ropa en la mesa.
- Cuando termines avísanos




No hay comentarios:

Publicar un comentario