domingo, 31 de enero de 2016

Aishiteru

Nura y yo estuvimos juntos dos días enteros en mi casa. Nos los pasamos paseando por el bosque, tumbados en el césped, en casa jugando con Kumato, viendo los peces del río... fueron los días más bonitos desde hacía mucho. A cada cosa que hacíamos, nos dábamos besos; en su defecto, abrazos muy fuertes... Definitivamente Nura era mi novio .///.
Al tercer día las cosas parecían ir mucho más lejos. Aquellos besos se hacían más intensos y las caricias comenzaban a derretirnos más de la cuenta. Cuando nos mirábamos, nos daba más vergüenza, pero a la vez nos gustaba cada vez más... cada vez me enamoraba más de él.
- Me gustas mucho .//. - le dije en aquella primera hora de la tarde.
- .////. ! Tú a mí, Ohime-sama </////<
- !!!! ¡No soy una ohime! >///<
Nura se acercó a mi oído y susurró en él mientras me daba calor.
- Eres MI Ohime~
- O/////O
Justo entonces alguien llamó a la puerta. Era un aldeano del pueblo vecino.
- !!! ¡Rápido! ¡Escóndete! >^<
Nura usó su Miedo y desapareció. Me arreglé rápidamente el pelo y corrí a la puerta principal.
- ¡Yamada-san! - dije nada más abrir la puerta - ¡Cuánto tiempo!
- ¡Sacerdotisa! ¡Qué alegría de que por fin haya vuelto de su viaje! - dijo con un tono sin mucha confianza, algo que me llamó la atención.
- ¿Qué le ocurre?
Miró al edificio y a los lados. Se acercó a mí y me susurró:
- Dicen que en este Templo hay un demonio viviendo con usted... ¡y de los poderosos!
- ! ¿Un demonio? ¿Qué dice, señor? ¡Aquí no hay demonios! ¡Esto es un lugar sagrado!
- ... ¿Ah sí?
- ¡Claro!
- Dicen que han visto sombras extrañas conviviendo con usted, y que usted ya no vive los días en silencio orando a Buda.
- ¡No dude usted de mí! ¡Lo que pasa es que Kumato-chin es de otra dimensión y es fácil de confundir con un youkai! ¡Y vaya ruido que hace, sí! ¡Lo solucionaré!
Mentir no es de las cosas que mejor se me dan... pero pareció que coló.
- Ya... Entiendo... - dijo Yamada.
- ¿Ha venido solo por eso?
- ¡Oh, no! ¡Necesitamos su ayuda! Un grupo de demonios pájaro está en el Santuario Mayor y otros se han hecho con el control del almacén de recursos ¡Nos moriremos de hambre antes de que acabe el invierno si no podemos alimentarnos ni rezar!
- Uff... ¡Tranquilo! Os ayudaré. Iré con usted enseguida. Espéreme aquí en la entrada, que iré a por mis armas.
Le invité a pasar y se quedó en la entrada mientras subía a la habitación. Nura apareció justo cuando iba a coger mi arco.
- ¿Te vas? - dijo.
- Sí. El pueblo de por aquí me necesita.
- Ungh... ¿Y cuándo volverás?
- Depende de cómo de fuertes sean los demonios que les están acosando. Pero, si solo han ido a fastidiarles el santuario y el almacén, no creo que me lleve mucho.
- Entiendo...
- Tú... deberías volver al Clan. Te deben de necesitar.
- Quiero estar aquí. Además, Gyuki...
- ¿Gyuki-san se encargará? A este paso se levantará contra ti.
- No lo hará una segunda vez...
- O sí... Además, los de por aquí te han visto y empiezan a tener miedo del templo. Tenemos que tener cuidado.
- ... Ungh... De acuerdo. Volveré a Ukiyo-e.
- ^//////^
Nos dimos un último beso de despedida y nos fuimos cada uno por su lado.
Fui con el aldeano al pueblo y vi que los demonios ya se estaban motivando a aterrorizar a la gente de las casas. Muchos aldeanos estaban corriendo presos del pánico. Varios me vieron y pusieron una cara de alivio y alegría, pero luego se les pasó cuando se quedaron pensativos. Al parecer, quien fuera quien nos espió a Nura y a mí, había corrido la voz en el pueblo y todos estaban al tanto, lo más seguro pensando en que el templo estaba bajo una maldición.
Vi a uno de los demonios pájaro salir del almacén y chillando con una gran fuerza que destrozaba los tímpanos. A pesar de que mis oídos emitiesen un molesto pitido, saqué una flecha del carcaj y la disparé directa al demonio. Esta impactó en él y lo redujo a cenizas.
Muchos más demonios salieron de sus escondites y se lanzaron contra mí. Puse dos flechas y grité:
- ¡FLECHAS DEL YIN YANG!
Una de las flechas se tornó blanca y la otra negra. Las disparé y ambas persiguieron a los demonios pájaro más cercanos. Así hice hasta acabar con todos. Después de eso, me paseé por el almacén y el santuario para acabar con los que quedaban. Sentí que el resto habían huido.
- Eran bastantes - dije.
- Gracias por salvarnos, sacerdotisa - agradeció un joven albañil.
- ¡No es nada! - dije.
Varias mujeres recolectoras murmuraron y cuchichearon entre ellas.
- ¡Y a ver si os entra en la cabeza! - gritó el albañil a los demás - ¡Akame-sama no está endemoniada! ¿Quedó claro?
Las señoras se callaron... y decidí intervenir.
- Oye...
Todos me miraron y no supe bien qué decir. Más bien no sabía cómo decirlo de la manera más suave posible.
- Gente, yo... Quería deciros que entiendo que estéis algo alarmados por cómo me he comportado últimamente, además de mis largos viajes por ahí fuera... Lo entiendo, la verdad.
- ...
- ... pero esos viajes me han hecho pensar, pensar mucho en mí y en lo que realmente quiero... y quiero deciros la verdad... de que ya no voy a ser exactamente una sacerdotisa tal y como las conocéis, no seré como las demás.
- ¿A qué te refieres? - dijo un señor.
- Te lo dije - su mujer, que estaba al lado.
- ¡No me malinterpretéis, os lo pido! ¡Seguiré ayudándoos y matando a todos los demonios necesarios! Pero... mi vida va mucho más allá de lo que pueda hacer una sacerdotisa. Sabéis quién soy... que el poder del Gran Fénix Legendario vive dentro de mí, y que además esos viajes que he tenido han llegado más allá de este mundo, incluso de esta dimensión. Después de ese año fuera no puedo ver las cosas de la misma forma que antes...
Varios aldeanos parecieron comprenderme... otros seguían confusos.
- Pero... responde, ¿a caso usted se relaciona con youkais?
- .... Algunos han vivido lo que yo.
- ¡Está endemoniada! - chilló una señora.
Le miré frunciendo el ceño.
- Por muy difícil que parezca, hay demonios (no tienen porqué ser youkais que conozcáis) que se han hecho buenos compañeros de viaje. Las demás dimensiones son completamente distintas a la nuestra y hay cosas que se nos están escapado, cosas que nuestra cultura no llega a contener... Miradme a la cara y decidme que soy un demonio que os estoy mintiendo, en serio.
Muchos parecieron echar mano de su mente y seguirme, otros decidieron desconfiar. Supongo que no se puede convencer a todo el mundo.
- Sois libres de pensar como queráis - dije. - Pero si os vuelven a atacar, no dudéis en contar conmigo.
Me colgué el arco a la espalda y me marché. Los aldeanos comenzaron a hablar entre ellos a las espaldas. Mientras unos decían que era imposible lo que había dicho y que había escogido el camino del pecado y de la oscuridad, otros afirmaban que aquello que había dicho había coincidido con los últimos descubrimientos que habían hallado los grandes científicos de la capital, que existían mundos paralelos al nuestro igual de grandiosos que este pero a veces totalmente contrarios a nosotros. Un grupo pequeño gritó:
- ¡DOMO ARIGATOU GOZAIMASU, AKAME-SAMA!
- ¡LARGA VIDA!
Sonreí sin voltear. Al menos había gente que sí confiaba en mí... Tal vez ese fuese el primer paso para lograr la vida con la que me sintiese más yo, es decir, tener MI vida, la que quería para mí. Sin preceptos de sacerdotisa, sino nakamas; da igual de qué naturaleza fuesen... Estar con Nura sin que los demás se aterroricen a diferencia de mi infancia en China, donde los humanos de la aldea de al lado de nuestra cabaña nos marginaban solo porque mi madre era una elfa.
Caminé sin problema hasta que volví al Templo del Dragón Rojo (o a mi casa xDx lo que fuese ya) después de aquella tarde agotadora. Era de noche y Kumato el gatomate estaba mirando contento la Luna.
- Konbawa Kumato-chin~ nDn
- Miiiiau >D< - maulló mientras movía la cola contento.
Sentí entonces una presencia... ¿otra vez? Entré al edificio y subí a mi habitación. Le vi a él... Nurarihyon.
- ¡¿Otra vez aquí?! - le espeté.
- Haaai~ -D- - dijo mientras fumaba de su pipa.
- Ksó...
Dejé las cosas contra la pared y me acerqué a él.
- ¡Te dije que deberías estar más atento a tu Clan! òºó
- Funciona de maravilla incluso cuando no estoy~ Lo he comprobado mientras estabas fuera -Dâ
- U-Ungh...
- ¡AY!
Nura dejó bruscamente su pipa y se llevó una mano al pecho.
- Me duele... ¡me duele!
- Eso ya no cuela e3e
- >O<... >Oe .... eOe...
Nura me miró y se quedó un rato en silencio. Entonces desapareció y reapareció justo a pocos centímetros de mí.
- Baka~ - dijo con los ojos medio cerrados.
- Baka, tú... - le respondí....
Me lancé a besarle, sin embargo él pareció estar pensando en lo mismo y nos besamos a la vez. Acaricié su cara y su pelo mientras me cogía de la cintura y me acercaba más a él. Cada vez nos fuimos besando más y más... casi sin control. Nura me empujó hacia atrás y me pegó a la pared.
- Te estaba esperando... porque te quiero mucho, Akame-chan.
- A-Ayakashi-sama...
No había pensado en decir eso... por alguna razón me había salido del corazón. Vi a Nura morderse el labio.
- Me encanta cuando me llamas así...
Miré abajo sonrojada. Nura se pegó más a mí.
- Dímelo otra vez.
Le miré sobresaltada.
- ¿Eh? ¿Eh? ¡¿P-Por qué?!
Nura acarició mi mejilla con su nariz mientras sus manos recorrían mi espalda. Se acercó a mi oreja y susurró:
- Dilo~
- U-Um... A... A... Ayakashi-sama~
Nura comenzó a lamerme la oreja. Yo gemí muerta de la vergüenza, pero me sentí increíblemente genial. Acaricié su cuerpo con cariño. Acerqué mi cabeza a su cuello y le mordisqueé... aunque no se lo esperaba, pareció gustarle bastante... hasta que empezó a tocarme y a acariciarme debajo de la espalda. No, nunca nadie me había tocado las nalgas... y me estaba gustando demasiado *red*
- ¡N-Nura! - exclamé.
- ¿N-No te gusta? - dijo con tono preocupado.
Miré un poco a sus ojos y luego abajo.
- B-Bueno...
Nura me apretó y gemí sobresaltada. Me acurruqué en su pecho.
- Me siento demasiado bien... Nura-kun.
- Yo también... Estás tan preciosa, Akame...
Me llamó la atención que no usase el honorífico.
- ¡N-Nura! N-No me mires...  Me da mucha vergüenza.
Estaba bajando la mirada. Nura me cogió de la barbilla y subió mi cabeza con delicadeza. Me quedé embobada mirando su rostro. Era tan guapo... y me estaba mirando profundamente con esos ojos tan brillantes y bonitos... Le confesé:
- Estoy... Estoy enamorada de ti, Nura-kun.
Las mejillas de Nura se colorearon aún más de lo que ya estaban. 
- Aishiteru... Watashi no... Ohime-sama...
¡Será posible que me encantase que me llamase "ohime"! Me cogió en brazos y exclamé un "kya~" tan agudo que Nura me miró sonriente soltando una risita... ¡En qué estaría pensando! Me tumbó sobre la cama. Él se quedó de pie y me dio vergüenza que me mirase así.
- ¡A-Ayakashi-sama!
Él se tumbó conmigo y comenzó a besarme más apasionadamente que antes, mientras fue quitándome el kosode, la parte de arriba de la chihaya. Mi corazón latía con mayor fuerza que antes.
- Mmm... Akame-chan...
- Yo... No debería estar haciendo esto... y menos con...
- ... con un demonio... Lo sé... Lo siento... pero es que... me encantas tanto...
- Me encanta... - acaricié su cuerpo y le fui desatando el obi de su yukata. - Me está encantando esto, mi youkai~♥
- Mmm... t-tuyo...
Nunca pensé que iría a hacer algo así en mi vida... y menos con un demonio... y mucho menos con el Señor del Pandemonio. Le di un beso y le quité la ropa. Hicimos la croqueta hasta quedar él debajo y yo encima de él. 
- T-Tú también - dijo.
- ¿Y-yo?
- Quítate... l-la ropa.
- !!!
Me dio muchísima vergüenza pero le hice caso, aunque ya la parte de arriba estuviese al descubierto. Me desaté el obi y me quité lentamente el kosode y los hakama. Una vez desnuda y ruborizada, vi que Nura me miraba fijamente. Le dije en bajito:
- Me encantas... Ayakashi-sama... ¡KYA!
Me tumbó en la cama y él se puso encima de mí. Me acarició las piernas y me comenzó a dar besitos en ellas mientras me mimaba los pies.
- Mmmm... Mi Cebolla...
- ¡N-No soy una cebolla! ¡Youkai! D//x
Nura rió y se acercó a mi tripa.
- Entonces deberé comerme tu hígado~ ¬//U//¬
- ¡¿Eh?! ¡EH! ¡N-NURA! ¿CÓMO...? MI HÍGADO ES MÍO... NO...
Nura mordió mi tripa, justo en la zona del hígado.
- K-Kya~
Nos miramos y nos pegamos más el uno contra el otro... pensando en lo mismo mientras nos mordíamos los labios.
- Tranquila... - dijo Nura.
Fue el beso más suave que me dio... hasta luego volverse más intenso. Aquella noche Nura y yo nunca habíamos estado más juntos... hicimos el amor. Nos sentimos muy bien... Nos dijimos todo lo que sentíamos, y las palabras no eran las protagonistas... Nos queríamos, y nos comenzamos a amar.
Una vez acabamos, me tumbé de lado cansada pero sintiéndome como nunca y Nura hizo lo mismo. Me miró y me dio un beso en la mejilla.
- ¿A-akame-chan?
- M-Me ha encantado...
- !! A-A... a mi también... Mucho.
- Aishiteru, Ayakashi-sama~
Nura cogió la sábana y nos arropamos. Me acurruqué en su pecho notando cómo su corazón, que palpitaba fuertemente, se iba relajando, y nos dimos un precioso beso en los labios.
- Aishiteru, Ohime-sama♥
Al rato, nos quedamos dormidos.


jueves, 28 de enero de 2016

La Casa del Dragón Rojo

- Fíjate, Akame-chan. Aunque estemos a varios pies del suelo, las estrellas siguen siendo pequeñas.
- Baaka~ Para que se vean más grandes necesitaríamos estar en el espacio ¬O¬
- Jijiji~
Nura pasó su brazo por encima de mi hombro y me acercó a él. Nos quedamos uno acurrucado al otro en la proa del barco mientras contemplábamos las estrellas. Sonreí como una imbésil~
- N-Nura-kun...
- Dime~
- Yo... etto... Arigato~
- ¿Por qué?
- Por venir, salvarnos y eso...
- Eso no fue nada, baka... Solo... quiero que me digas una cosa
- ??
- ¿Cómo te sientes después de lo del emperador?
- Ungh... N-No sé... La verdad es que no pienso mucho en ello...
- No quiero que ahora estés rara por él...
- ¡No! ¡No! Te digo que no pienso en eso...
- ¿Entonces en qué piensas?
Le miré a los ojos sonrojada.
- P-Pues...
- Vas a coger frío.
Nura se quitó su capa roja y me la puso. Estaba muy calentita y olía a él~
- .///.
Acto seguido, cuando menos me lo esperé, me dio un beso en la mejilla.
- Siempre me estás prestando tu ropa... - comenté.
Nura rió. Las risas de aquella noche eran tan diferentes a las que solía oír en él... eran tan monas~
- Oye, Akame-chan...
- ¿Sí?
- ¿Puedo...? - se acercó a mi cara y chocó su nariz contra la mía - ¿Podemos hacer lo de antes?
- !!!?! ¡Y-yo...!
Me besó. Fue más largo que el primero, muy suave y cálido... Me sentí genial. Separamos nuestros labios y le miré a los ojos. Los dos estábamos rojos como gatomates.
- o////o
- o//_//o
Hablando de gatomates...
- ¿Dónde está Kumato? - pregunté.
- Está durmiendo en su camarote (y el tuyo~). Aún no sabe que estás aquí.
- ¡Oh! ¡Tenemos que ir a verle!
- Espera...
Me cogió la mano y se la acercó a su pecho. Su corazón latía nervioso.
- T-te quiero.
- !!!! N-Nura-k...?
- Yo... Quería saber si... osea... Ksó... ¿Me quieres?
- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! O///////////O - me corazón latió aún más rápido y morí de vergüenza hasta conseguir contestarle, intentando expresar mis sentimientos - D-Daisuki, Nura-kun. Hontoni daisuki.
Me acerqué a él y nos dimos otro beso. Ksó... ¿Por qué me estaba gustando tanto eso? ¿Por qué me sentía tan feliz de estar así con él?
- ¡UUUUUUYUUUHH! se oyó a lo lejos.
Nos separamos alarmados y miramos a todos lados. Blue y Rei se acercaron corriendo.
- ¡Vayaaaaaaa, ya era huraaa! - dijo Blue.
- Jjeé~ Por fin, tortolitos~ - añadió Rei codeando a Nura.
- P-PERO... ¡YA VALEEE! - grité echando fuego por la boca.
- QUÉ DICES X____________________X - añadió Nura.
- Tranquilos D8 Me alegro mucho 8D - dijo Rei subiéndose a la barandilla- Os queréis y hacéis buena pareja ^^
- X///////////////////D///////////////X
- x///////////////////////////////X
Los cuatro miramos a las estrellas.
- Veréis cuándo se lo cuente a Dante-kun - dijo Rei.
- ¿Qué pasa con Dante-kun? - preguntó Nura arqueando la ceja.
- ¡No, nada!
- Rei-kun D8 cuándu me lo cuntaste parecía seriu... - dijo Blue.
- No quiero sacarles el tema, Blue-chan... Tú no sabes lo que es pasar por los 7 Pecados Capitales como lo hicieron ellos. Muy pocos lograron salir cuerdos de eso...
- ¿A qué te refieres, Rei-kun? - dije mosqueada.
Rei suspiró mirando al cielo.
- ... Dante-kun tiene problemas. Tiene un caos dentro de sí que no puede... Y eso es debido a una guerra.
- ¿Guerra ka?
- Ha habido una revolución en el Infierno. Cuando os fuisteis dejasteis a vuestro paso a la Juez y al rey del Reino de la Noche reducidos a la nada, y... Némesis está encabezando la rebelión. Antiguamente, la Soberbia de Riliane y Lucifer reinaban el Infierno... ahora, la Ira de Némesis y Cerberus pueden dar origen a un nuevo Inframundo. Muchos demonios y algunos Pecados Capitales se han posicionado a favor o en contra y... hay una guerra. El Reino de la Noche y el Mundo de las Sombras también participan en la guerra. Y... bueno, el caso es que Dante ya no es bien recibido al Infierno, y menos siendo que es hijo de Drácula a la vez que es también hijo de un ángel. En el Cielo tampoco le aceptan, a pesar de que Abbadon le defienda... por ahora está en el Purgatorio, confuso por todo: la guerra, su naturaleza de vampiro-ángel.... todo. Y... bueno, a eso añádele que te tiene cariño, Akame-chan.
Nura frunció el ceño.
- ¿Qué clase de car...?
- Peru dice que está bien.Que está cuntentu de ver a esa humana de la que nos hicimus amigos.
- Criis-chan - dije.
- ¿Y qué dice Hades de todo esto? - preguntó Nura - ¿O los demás dioses relacionados con el mundo del Inframundo?
- Los reyes permanentes nunca piensan en las guerras entre sus súbditos. Solo Hades o Anubis se preocuparán en el caso de que Némesis llegue a sus mansiones, en la parte más externa del Infierno.
- ¿Y tú qué opinas de todo esto, Rei-kun? Tú también perteneces a ese mundo... - dije.
Rei permaneció en silencio pensando en cómo decir lo que opinaba
- Sinceramente dudo mucho que Némesis vaya a llegar muy lejos... Su poder es solo un pecado, solo se mueve por la ira; Hades es un dios... Aunque me gustaría que la revolución ganase. Las cosas mejorarían para el Infierno y cambiaría la monotonía de ese mundo...
- ¿Por qué no participas en la guerra? - preguntó Nura.
- Si interviniese, no quedaría nada del Infierno.
- Ungh...
Después de aquello, nos acercamos a la fiesta del Clan Nura a saludar a los youkais. En cuanto Yuuki-Onna nos vio a Nura y a mí tan juntos hizo una mueca de rabia. Nos sentamos en un sofá y poco a poco me fui quedando dormida sobre el hombro de Nura.
- U-Ungh...
- Te estás muriendo del sueño. Ve a acostarte - me dijo Nura.
- N-nu... -O-
- Engaaaa~ -3- ¿Te tengo que llevar yo?
- No me lleves a ningún sitio...~
Nura suspiró y se levantó. Nura me cogió en brazos y puse los ojos como platos.
- ¡N-NURA-KUN!
- Solo por esta vez, nee~?
Todos nos estaban mirando y me puse roja.
- NO ME RIDICULISEEEESHSHHSSKHNKL.DJLASD
Nura corrió y desapareció ante los ojos de la gente de lo rápido que fue con su velocidad youkai~
- Vaya dos - oí con la voz de Rei.
Salimos y Nura me dejó frente la puerta de una habitación.
- Te mato - le dije.
- Jiji~ ^//_//^ Cebolla~
Nos quedamos mirando al otro en silencio, hasta que la puerta de la habitación se abrió.
- NYA MEOW~
Kumato salió disparado hacia mí y se puso a lamerme la cara.
- AAAHHHH XDX KUMATOOO-CHININDNSDNND
- MYA MYA *D*
- Yo también me alegro de verte xDx
- Bueno Kumato~, enseña a Akame-chan la habitación~ Yo tengo que irme a dormir también...
- Arigato, Nura-kun~
Nura me besó la mejilla.
- Oyasuminassai~
- .///.
Le besé en los labios y miré abajo. Él se sorprendió tanto con ese beso que se quedó sonrojado sin decir nada.
- Oyasumi~
Entré a la habitación achuchando a Kumato contra mi pecho. Cuando le separé de ahí y le miré, parecía un tomate seco. Me miraba boquiatbierto con las manos en la cara.
- ¡N-NO ME MIRES ASÍ, KUMATO-CHIN!
- Miau OoO
- ¡Y NO ESTOY LOCA!
Le dejé en el suelo. Noté que seguía sonrojada.
- Yo... creo que entendí... que le quiero.
Me tumbé en la cama. La habitación no era muy grande, pero era increíblemente cómoda. Al lado de la cama había una mesita de noche con una vela que iluminaba la estancia y al lado un incienso quemándose con olor a rosas.
- Mmmmm... Qué día...
Cerré los ojos y me quedé dormida.
A la mañana siguiente, el barco llegó a Japón. Lo que cualquier barco mundano tardaba (casi un mes), el barco volador del Clan Nura lo hizo en una noche. Nura y su Clan nos dejaron a Rei, Blue, Aika, Miku y a mí frente al Templo del Dragón Rojo.
- Iré a verte pronto - dijo Nura.
Asentí.
- N-Nura-kun...
- AISHITERU >//_//<
- O///////////////////////////////O
Me quedé mirándole sin decir nada. El barco zarpó y se fue alejando.
- jijijii - reía Blue.
- Kya~ - dije en bajo.
- A-kame...
Miré a Aika y a Miku.
- Me alegro de lo tuyo con Nurarihyon n.n - dijo Miku.
- <///<
- Bueno Akame-chan~ Creo que tenemos poco que hacer aquí ya - dijo Rei.
- ¿Os vais otra vez?
- ¡Fuimus a la Tierra a buscarte! Ahura que estás en casa a salvu pudemus vulver n.n
- Pero en China hemos dejado las cosas en muy mal estado - dije. - China las pagará con Japón.
- Eso ya lo veremos - dijo Rei. - Por ahora... estaremos un tiempo en nuestros mundos, a no ser que un día os apetezca tomaros un batido en el Purgatorio como los viejos tiempos.
- Me encantaría - dije.
Dos mariposas azules aparecieron volando y Blue y Rei comenzaron a seguirlas.
- Matta aimashou, Akame-chan - dijo Rei.
- Hasta pronto - dije.
Rei y Blue desaparecieron. Me dirigí a mis primas.
- ¿Venís a casa?
- S-Sí - dijo Aika.
Nos vestimos de mikos una vez llegamos y pasamos el día juntas en el Templo. Al día siguiente, Aika y Miku se acercaron a mí diciendo:
- Prima... hemos decidido una cosa... y es que nos gustaría hacerte caso y ayudar a los que están en nuestro Templo, la Lágrima de Cerezo - dijo Aika.
- Nos gustaría empezar una nueva vida como sacerdotisas - añadió Miku.
- Eso está muy bien - dije. - Me alegro... Solo que os recomiendo que visitéis a mi Maestro, el Maestro Kuro del Templo del Gato Negro. Os ayudará bastante.
- D-De acuerdo - dijo Miku.
Nos dimos un abrazo. Antes de irse, Aika se volvió hacia mí.
- Las sacerdotisas se supone que no pueden estar con un hombre, y menos con un demonio... ¿Qué vas a hacer?
- Supongo que ya no soy realmente una sacerdotisa. Estaré aquí como siempre ayudando en lo que pueda, pero... ahora seré solo Akame.
- ¿Le amas?
Me sonrojé.
- B-bueno... Hemos estado muy unidos...
- Oh ya o.o
- ... <//_//<
- Bueno n.n espero que vaya todo bien, Akame-chan. Recibirás noticias nuestras.
- Sí~ n_n ¡Nos veremos!
Aika y Miku, la única familia que me quedaba, se fue por el nuevo camino que les esperaba en Japón como sacerdotisas... no sé a que historia se puede parecer~ Pero desde luego mi vida como miko había acabado... ahora era una mujer libre (de las pocas en la Tierra...), supongo... aunque enamorada del Señor del Pandemonio, que era el jefe del Clan al que sin querer ahora pertenecía.
Sabía que, además, muchos demonios iban a ir a por mí por ser la Phoenix Slayer, pero me daba igual... todos iban a acabar cortados por la mitad con Guesshoku o reducidos a cenizas por una flecha del Yin Yang.
- Pronto veré por fin los cerezos en flor... - murmuré, - aunque ya los vi hace semanas en el Clan... .... .... !!!
Sentí su presencia cerca de mí... Entré a mi Templo, o tal vez debería llamarlo mi CASA... sí... la Casa del Dragón Rojo.


martes, 19 de enero de 2016

Quiero volver a Japón

El día siguiente lo pasé en los jardines de palacio hablando con Aika y Miku sobre lo que me había dicho FaZhou. Era el último día en China, es decir, el último día que iba a estar con ellas... y por sus ánimos vi que no querían que fuese así.
- Nos alegra que hayas podido investigar más sobre lo que pasó con nuestra familia - dijo Miku.
- Aunque casi el emperador se entera de que te fuiste >~< - añadió Aika.
- Gomene, chicas~
Se hizo un rato se silencio. Aika rompió el hielo.
- Akame... ya sabes que hoy es nuestra última cena juntas y la última vez que verás al emperador... ¿Estás segura de que no prefieres quedarte aquí... con nosotras?
- Sería estupendo... Vivirías con nosotras en la Ciudad Prohibida y nuestra familia no volvería a deshacerse - comentó Miku - De verdad que nos encantaría un montón.
- ...
Me imaginé una vida con ellas. Sin duda sería algo que había deseado desde hace años; vivir con mi familia, y aunque ellas no fueran mis padres, contaban como familia. Además, era agradable estar con ellas... pero... no podía; más bien NO QUERÍA.. Tal vez a quien sea que se lo dijese no me entendería, o tal vez me tacharía de loca... pero mi corazón no estaba en China... estaba al otro lado del mar. Dentro de mí oía estas palabras: "No quiero dejarle solo... ni a ÉL ni a Kumato... tampoco a las demás sacerdotisas... pero... yo... no quiero alejarme de él nunca más."
- Lo siento, chicas - me limité a decir. - Mi sitio está en Japón. Este no es el sitio que quiero para mí y... Japón es muy importante para mí... - ""Japón", sí" - De todas formas, me gustaría veros de vez en cuando, aunque sea visitando al Templo de la Lágrima de Cerezo.
Aika y Miku lagrimearon y nos dimos un abrazo. Me daban lástima pero... era lo que quería. Además, seguía sin fiarme de ese maldito emperador. Quién sabe si esa misma noche respondería de manera hostil a mi negativa de residir en China... tenía la sensación de que el tirano se iba a molestar por quedarse sin su trofeo: una chica con poderes de una bestia que está dentro de ella. Yupi. Lo que me daba miedo es que hiciera algo a mis primas... Buda no lo quiera así.
Por fin llegó la última noche... y la más complicada de todas. Última noche en China, última cena con mis primas y última entrevista con el emperador.
Nos vistieron con qipaos de distintos colores. El mío era rojo con bordados dorados, el de Aika era rosa y el de Miku azul. Me peinaron con una coleta con adornos dorados mientras que a Aika le hicieron un moño alto y a Miku dos. Estábamos preparadas para la cena cuando oí hablar en una esquina del corredor al general Shang con un soldado. Oí la palabra "demonio" y me escondí para escuchar qué decían. Me llamaba la atención oír hablar de esas cosas después de tantas fiestas con gente mundana normal y corriente (bueno, suponiendo que una noble pija y mimada sea una mundana normal y corriente).
- En el frente del este, General. Los monjes estaban en lo cierto.
- ¡No puede ser verdad! Esas cosas no pasan desde hace muchos años ¿Y por qué ahora?
- No lo sé, General. Puede ser cosa del emperador japonés.
- ¿Con almas demoníacas? Los japoneses son ruines, pero no siervos del Infierno... ¿Cuántos dices que son?
- Muchos, General... Unos 100.
- Por los dioses... No puedo decírselo al emperador. Tenemos una cena con la Phoenix Slayer.
- ¿Y si ella estuviese implicada, General?
- ¡NO OSES SOSPECHAR DE ELLA, SOLDADO! No te lo permito.
- .... S-Sí, General.
- Conozco a Scarlet. Ha estado de fiestas estos días y no he visto señales de traición ¡ASIQUE VUELVE A HABLAR ASÍ DE ELLA Y TE MANDO A LA SALA DE TORTURA!
"Vaya... sí que le importo x_x."
- General... s-solo he dicho... - El soldado comenzó a temblar. - Lo siento, General.
- ¡Ahora ve al frente y controla la situación! Iré a informar al heredero.
Se separaron. El soldado se fue hacia donde estaba yo y le oí murmurar:
- El General Shang está hechizado por esa bestia con forma de chica adolescente... Será bruja...
- Yo no soy una bruja... - murmuré.
Salí de entre las sombras con mirada amenazadora y el soldado dio un salto del susto.
- ¡¡¡¡¡AAAAAGHH!!!!!! NONONONO!!! LO SIENTOOOO!! AAAAAAAAAAAAAAAHHHH
Salió corriendo cuán cobarde. Hizo tal alboroto que el General me vio.
- ¡Akame! - dijo.
"El sigilo no lo llevo bien..." - Hola~
- ¿No deberías estar en tu habitación con las embajadoras y prepararte para la cena?
Achiné los ojos (¿más que los chinos?) y señalé mi qipao.
- ¿A caso no ves que ya estoy lista?
- Oh... sí. Aunque los qipaos quedan mejor con un moño.
- Si por mi fuera llevaría el pelo suelto.
- Dicen que el emperador tiene un fetiche con las chicas con qipao y el pelo suelto.
- ...
- ...
- ...
- Es broma.
- Ya.
- Oye, Akame, no quiero llevarme mal contigo. Sé que mañana volverás a tu..."hogar", pero espero que nos volvamos a ver pronto.
- Tal vez...
- No me odies por servir al emperador. Al fin y al cabo tus primas lo hacen también. Además, ya ves que no es tan malvado como lo parecía.
- O puede que no sea tan bueno como lo está aparentando.
Shang suspiró.
- Esta noche sabré si es tan bueno o tan malo - añadí. - Lo mismo hoy se enfada porque no me quiero quedar aquí.
- Estás exagerando. El emperador no te va a llevar a la sala de tortura por decir que no vas a quedarte. Solo entiendo que puede que se sienta molesto. Naciste en China y tu deber es servir al imperio, y más con esos poderes.
Le lancé mi mirada fulminante.
- Aunque supongo que no te gusta luchar por el honor de tu país -añadió él.
- Por muy mal que te parezca, Ann, me siento más japonesa que china. Y no intentéis convencerme con argumentos de honor.
- Entiendo... Supongo que ahora tenemos dos puntos de vista completamente diferentes. Yo por mi honor y tu por... no sé el qué.
- Yo sé el qué.
- Sí, eso espero. Aunque me da pena... antes coincidíamos en todo.
- Queríamos sobrevivir.
- Cierto.
Me giré para volver a mi habitación cuando se me ocurrió preguntar.
- Oye, ¿Fa sabe sobre tu pasado? ¿Tu verdadero nombre y nuestro año viajando a Shangai? ¿Lo de tu aldea y el Abuelo Fu?
- No. No sabe nada... No fui capaz de decírselo nunca.
- ... Deberías decírselo. Pero bueno, no me meteré en vuestros asuntos.
- Gracias. Yo tampoco me meteré en los tuyos...
- ... excepto si el emperador te lo pide.
- ... ... ... Gracias Akame. Has sido alguien muy importante en mi vida.
- Igualmente, Ann.
Me fui y estuve con Aika y Miku hasta que llegó la hora de la cena.
Iba a ser un gran banquete en el salón principal con muy pocos invitados como el general Shang, Mulán Fa y los hijos del emperador exceptuando al heredero. Aika y Miku iban a estar a mi lado en todo momento.
- La invitada de esta noche: Akame Scarlet Targaryen y sus primas y embajadoras de Japón: Aika Tagaryen Nanami y Miku Targaryen Nanami.
Entramos y vimos que estaban ya todos presentes, incluido el emperador, que estaba sentado en su trono con una bandeja de oro llena de comida. Nos llenaron nuestros platos y nos sentamos frente a él.
- Espero que lo haya pasado bien estos días y que la cena sea de su gusto, Scarlet - dijo el emperador.
- Sí.
Aika y Miku me miraron esperando a que dijera algo más.
- ¿Dónde está su primogénito? - decidí preguntar.
- Oh, jojo. Discúlpale. Ha tenido que ausentarse esta noche por motivos sobrevenidos. Al parecer hay un frente que necesitaba su atención.
"El frente oriental del que hablaban el general y su soldado."
- Oh, vaya... ¿Y qué pasó?
- No hay de qué preocuparse. Está todo bajo control.
Pasaban enfrente mío montones de platos enormes de los cuales solo podía coger un poco. Quise pensar que conservarían lo que sobraba, pero no era verdad... La comida sobrante de la Ciudad Prohibida acababa en la basura, mientras el resto de los habitantes del Imperio se buscaban la vida como podían si es que no querían morir de hambre.
Tras varios platos de sopa de aleta de tiburón, pan de gambas, arroz tres delicias, verduras con tempura, wan tun, ternera asada, pato agridulce y helado frito, llegó el turno de hablar.
- ¿Ha sido una cena fabulosa, no lo cree usted, Scarlet? - dijo el emperador.
- Sí, claro.
- Me gustaría pedirle algo...
Dentro de mi cabeza empecé a temblar pero no lo demostré físicamente, aunque mi rostro expresaba lo que sentía: entre pánico e ira. Mis primas me observaron preocupadas, pero volvieron a dirigir la mirada al emperador cuando este continuó:
- Sé que usted me dijo al principio de la semana que regresaría a la isla de Honshu mañana por la mañana, ya que allí tenía su Templo y su vida... Sin embargo... hay asuntos que tratar aquí.
- Así es, pero no entiendo... ¿Qué asuntos?
- Nuestro Imperio está en peligro constantemente. Tenemos enemigos por todos lados, incluidos esos japoneses con los que convive. Mis ejércitos son espléndidos sin duda, teniendo al general Shang y a Mulán Fa no tengo nada de qué quejarme... Sin embargo, usted es la Phoenix Slayer. Tiene unos grandes poderes que necesitamos aquí, en nuestras tierras.
- ...
- Dado que usted tiene la nacionalidad china por nacimiento, pido que se quede a proteger el Imperio y, además, seguir conquistando tierras junto con el ejército imperial. Tendrá el hogar aquí, en la Ciudad Prohibida, con todos los privilegios y competencias de los nobles de más alto rango.
- Eee... Etto...
- Por el honor de su país y de su familia.
Me puse en pie.
- No mencione a mi familia, señor >:(
Escuché varios murmullos de los invitados de atrás. Aika me susurró:
- ¡Akame, no le hables así!
- Mi familia y la de Aika y Miku fue asesinada por usted, emperador. No hay honor familiar en esta propuesta que me ofreces. Me voy a Japón como acordamos en su momento.
- ...
- ...
- Es usted valiente, Scarlet. Me habla como si estuviese hablándole a un aldeano de esos que protege de los demonios. Pero entiende que yo no soy eso, soy EL EMPERADOR DE CHINA, y no pertenezco a este mundo de mortales.
- Ya... claro...
- ¿Cómo dice?
- Emperador, me alegro de que haya dejado de perseguir a las criaturas mágicas y haya ayudado a mis primas a conseguir una vida digna, pero ya le digo que mi sitio está en Japón. Me alegro también de que esté de tregua con el emperador japonés, pero lo perfecto sería acabar las guerras.
- ¡Los japoneses intentan aniquilar nuestro imperio y robar nuestras tierras! ¡No hable de asuntos de política cuando no sabe nada!
- ¿Robar tierras? - murmuró Miku - ¿No estaba con una política expansionista de robarle las tierras a los coreanos y las islas a los japoneses?
Aika la miró alarmada.
- Siento esta pequeña discusión, Scarlet. Pero lo fácil y conveniente es que me obedezca y luche por la gloria de China.
- No lo haré, he dicho.
Los murmullos fueron en aumento y el emperador se inclinó hacia delante.
- ... China le necesita, Phoenix Slayer.
- No participaré en ninguna guerra, y menos con la gente del país al que quiero, y mucho menos por TI.
- !!!!! ¡Le ha tuteado! - exclamó una mujer de atrás.
El emperador se limitó a mirarme enfadado... pero cambió su expresión por una más relajada.
- ¡Gente de las altas cunas de Pekín! ¡Esta es la demostración de la rebeldía de los elfos y de las bestias legendarias! ¡La soberbia les corrompe y solo quieren el caos! ¡Los elfos en verdad no son leales a ningún soberano, solo entre ellos mismos! ¡El alma de la Phoenix Slayer tiene una parte humana, pero se lo ha comido la parte de elfo que tiene, y la bestia a la que se enfrentó en Hokkaido la ha maldecido y profanado! ¡Lo que decían los sabios se ha cumplido y yo bien lo sabía desde el principio gracias a los dioses! ¡Lo que tenéis aquí delante es mi prueba ante vuestros ojos de la rebeldía de estas elfas y de la famosa Phoenix Slayer! Ahora... ¡ARRESTADLAS!
- No puede ser... - dijo Aika.
- Grrrrrr - gruñí. Saqué a Guesshoku pero, para mi sorpresa, encontré que el filo era de madera.
- !!!!!!!!!!! ¿Nani? ¿Una réplica?
Varios soldados nos agarraron.
- Mientras dormía, señorita ;) - dijo el que me agarraba a mí.
- ¡KSÓ!
- ¡Espere! ¡Yo no he ordenado esto! - dijo Shang.
- Se lo he ordenado yo - dijo el emperador.
- ¡Pero tienen derecho a un juicio justo!
El emperador le miró enfadado.
- Decreto la nueva ley. Se perseguirán a todos los elfos de China y a todos aquellos quienes les ayuden ¿No será usted un traidor, General?
- ... No, por supuesto que no...
- ¡No me rendiré....! - exclamé - ¡RAYOS YIN!
Los rayos Yin son bastante buenos contra los soldados debido a sus armaduras de metal, pero vinieron más soldados a por nosotras, muchos más... Aika y Miku usaron sus poderes de la naturaleza para librarse de los soldados que las inmovilizaban.
- ¡NO PUEDE SER! ¡ NO PUEDE SER! - chilló Aika.
- ¡NO PODEMOS CONFIAR EN NADIE! - exclamó Miku.
- ¡Tenemos que salir de aquí en cuanto antes! - las dije - ¡Volvamos a Japón!
- ¡Es imposible! ¡El puerto está muy lejos y hay montones de guardias y soldados! - dijo Aika.
"Y mis poderes de Yang no funcionan bien contra los humanos... Estoy en desventaja a no ser que use al Fénix..."
Comencé a invocarlo cuando la puerta se abrió y el hijo mayor del emperador, el heredero, vino corriendo junto a varios soldados. Gritó a su padre sin ningún tipo de cortesía y uso de modales. Parecía cansado y herido.
- ¡NOS ATACAN! ¡EL PALACIO ESTÁ EN PELIGRO! AHHHHHHHHHHHH
Aquello me alarmó tanto que dejé de transformarme en Akame Phoenix. El heredero se había quedado atrapado en hielo. Parecía que le hubiesen congelado desde atrás. Una sombra comenzó a pasearse por el salón a toda prisa y sacó las tripas a los guardias que acompañaban al heredero.
- Jajajajaja - se rió una voz conocida - Bien, hecho gatita.
Allí estaban... mis nakamas.
- ¡REI! ¡BLUE! - dije.
- ¡¡¡¡IIIIIIIIIIIIAAAAAAAAA!!!
El marco de la puerta se rompió, así como la pared de alrededor. De pronto se oyeron decenas de voces maliciosas y ruidosas. Montones de auténticos youkais entraron en la sala.
- Konbawa, mortales de mierda~ Permitid que el Desfile Nocturno de los Cien Demonios os haga una visita~
Cuando le vi a los ojos entre la multitud casi no me lo creía... Mis ojos lagrimearon y dije:
- ¡N-Nura...!
Los soldados y los demonios comenzaron a luchar mientras los nobles salían corriendo. Mulán y Shang se quedaron sin saber qué hacer, ya que no tenían espada (como yo -3-'')
Blue congeló a todos los que encontraba a su paso y les clavaba a Korimizu, Rei descuartizaba con su guadaña Kamui y el Clan Nura luchaba codo con codo con una gran fuerza demoníaca. Blue consiguió llegar hasta mí corriendo.
- ¡BLUE-CHAN CUÁNTO TIEMPO!
- Shiíííí >3< ¡Me alegru muchísimu de verte!
Rei se acercó también. Hizo aparecer a Guesshoku (la verdadera), mi arco y mi carcaj lleno de flechas.
- ¡Necesitarás esto, primi!
- ¡G-Gracias Rei-kun! :')
- ¡Me alegro de verte! ^^ - cambió su expresión alegre por una terrorífica - Ahora... mataré a todos estos mortales.
- ¡No mates a esos dos de ahí, por favor! - dije señalando a Mulán y a Shang.
- Como quieras -3-
Un soldado venía hacia nosotros y Rei le lanzó un estaca de Amateratsu helado. Aika, Miku y yo decidimos ponernos manos a la obra y atacar. Tras matar a muchos soldados con Guesshoku, vi cómo Rei descongelaba el hielo de Blue que había invadido al hijo primogénito del emperador.
- Maldito demonio - dijo en cuanto recuperó la consciencia.
Rei le miraba con imponencia.
- No te mataré, sucio mortal. Pero tu padre ha hecho daño a mi nakama... y no se lo perdonaré jamás. Dado que tú eres el futuro de su estúpido Imperio, tú sufrirás las consecuencias... peores que la muerte.
- Qué pret... aaa... AAAAAAAA... AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!
Rei le había quitado un brazo y una pierna con sus propias manos...
Después de eso logré acercarme a Nura, que había conseguido ponerse junto al emperador amenazándole con Nenekirimaru.
- No permitiré que escapes.
- Ajj... Tú debes de ser el famoso Nurarihyon... el rey de los demonios...
- ¡Nura-kun!
- ¡Akame-chan!
En seguida me acomplejé por mi aspecto, con el qipao medio roto y el pelo suelto y despeinado con los adornos medio caídos. El emperador aprovechó el momento de distracción para sacar su cuchillo de la manga y lanzárselo a Nura. Cuando me horroricé pensando en que se iba a clavar en la cintura de Nura, vi cómo salieron manchas negras de su cuerpo.
- Miedo - escuché.
Nura apareció detrás del emperador inmovilizándole por el cuello.
- !!! N-Nura...
- ¿Cómo estás Akame-chan? ¿Te hizo algo este viejo?
- Daijobu~
Saqué una flecha del carcaj y apunté al emperador.
- ...
- NO PUEDES HACER ESO - gritó Shang desde lejos. Mulán estaba a su lado desconcertada pero sin decir nada.
- Tú elijes si hacerlo o no - me dijo Nura.
BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM
- Justo ahora... -3- - añadió él.
Miré arriba y vi un gran agujero que daba al exterior. Encima de nosotros habían un gran barco VOLANDO.
- ¿N-Nani?
- Es el barco del Clan Nura. Karasu Tengu nos está esperando.
- ¿Retirada, Supremo Comandante? - preguntó Kubinashi, el demonio de los hilos.
- Sí, retirada.
Todos los demonios del Clan subieron abordo a través de unas escaleras. Blue acompañó a Aika y Miku al barco mientras Rei se acercó a mí.
- Si lo haces, no lo hagas por ira, sino por el honor ese del que se habla tanto en estas tierras. No peques en ira como lo hizo Némesis Sudou con su padre.
- ... Gracias, primi - dije.
Bajé el arco sin hacer nada.
- Vámonos.
- !! - Nura soltó al emperador.
Rei y Nura me acompañaron hacia las escaleras cuando de pronto escuché exclamar:
- MATARÉ A TODOS LOS QUE QUIERES, FALSA SACERDOTISA. ERES UN MONSTRUO DE FUEGO QUE SE JUNTA CON DEMONIOS.
Volví a cargar el arco, me giré, apunté y disparé. La flecha atravesó el cuerpo del emperador y este cayó muerto sobre tu trono.
- ...
Nura me cogió de la cintura rápidamente.
- ¡CORRE, AKAME!
- MALDITOOOOOSS - gritó Shang.
Conseguimos subir a bordo y y el barco comenzó a moverse. Nos alejamos entonces del palacio y de las catapultas del ejército.
- Lo hemos conseguido, chicos ¡Hemos salvado a Akame-chan! - dijo Rei.
- ¡BIEEENN! - gritaron los demás.
Aika y Miku se acercaron.
- Prima... tenías razón... Ese anciano era una muy mala persona... - dijo Aika.
Sin hacer caso de los demás, miraba a Nura a los ojos mientras este seguía cogido de mi cintura.
- Arigato por venir... - le dije.
- Akame-chan... Yo...
Le abracé todo lo fuerte que pude. Ahora que el emperador había muerto en mis manos había una parte de mí que se había quedado satisfecha, aunque sentía que ya no era una verdadera sacerdotisa, ya que no podía matar nunca a un humano... Aquel abrazo había conseguido que dejase de sentirme ALGO: sacerdotisa, Phoenix Slayer, bruja, bestia, elfa, mortal... ;y me sintiese ALGUIEN, Akame, que tiene unos nakamas estupendos.
Mientras todos celebraban la fiesta a la vez que estábamos yendo rumbo a Japón, miré a Nura a los ojos.
- Lo cierto es que... - dijo Nura con las mejillas coloradas - Te he echado de menos...
- Y-Yo también... y... y...
Estábamos tan cerca que estábamos respirando el aire del otro... quise acercarme más a él al igual él a mí... y chocamos nuestros labios. Nos besamos.









lunes, 18 de enero de 2016

El Domador del Dragón de la Tierra

Se me deshizo el moño de lo rápido que íbamos, aunque nada como el pelo suelto -D-)/
Llegamos a la casa de la familia Fa más rápido de lo que me imaginaba. Los dragones del Yin Yang se habían esforzado mucho aquella vez, aunque esperaba que luego volviesen a aparecer cuando tuviésemos que irnos.
Lo cierto es que nunca había visto la casa de una familia china bien asentada. Había visto pequeñas casas o cabañas como en la que vivía con mis padres o las mansiones de los nobles esos días, pero no un término medio. Una vez entramos Mulán, Mushuy yo, vi que a los lados había unos grandes jardines con su pequeño templo y todo. A este último se acercó Mushu, el dragón, a saludar a los espíritus, pero nosotras nos dirigimos directamente al interior de la casa. Una mujer que estaba en el salón alzó la vista y puso cara de sorpresa.
- Ni hao, Mamá - dijo Mulán.
- ¡Mulán, cariño! ¡Has venido! - la abrazó - ¿No deberías estar en Pekín? - se dirigió a mí - ¡Uh! ¡Ni hao!
- Ni hao~ -saludé
- Mamá, esta es Akame Scarlet, la Phoenix Slayer y, Scarlet, esta es mi madre.
- ¡Ooooooh! Vaya...
- Venimos ahora de Pekín porque Scarlet quería hablar de un pequeño asunto con papá... ¿Cómo se encuentra él?
- ... Bueno... sigue bastante enfermo, cariño...
- Vaya... - dije.
- ¿Quién hay ahí? - dijo una voz.
- ¡C-Cariño, vuelve a la cama!
Un señor mayor salió del pasillo de las habitaciones.
- ¡Mulán!
El padre cojeó a paso ligero y la abrazó.
- ¿Oh... y una amiga? n_n .... O_O - dijo al verme. Su sonrisa se cambió por una cara de sorpresa.
- Etto... Soy Akame Scarlet Targaryen. Vengo de Japón para estar unos días en el palacio imperial y...
- Sí... sí... La conozco...
El padre de Mulán miró a mi cintura, donde estaba Guesshoku.
- Cariño, deberías irte a la cama - dijo la madre.
- No. Hablaremos...
La madre miró abajo y se fue del salón.
- Papá... - dijo Mulán - Scarlet me contó cosas... y...
- No pretendía molestar... solo... quería conocerle... - dije.
El padre miró a los jardines, donde había un dragón esculpido en piedra.
- Yo fui el Domador del Dragón de la Tierra. Supongo que de alguna forma usted supo de la historia en su momento.
- Sí. Y también sé que usted conoció a mis padres... y...
- Claro... Usted se quedó huérfana muy pronto... - se giró y nos miró a su hija y a mí. - Yo le explicaré lo que quiera. Yo conocía a Shaoran desde siempre. Era el pequeño de los cuatro hijos de los Scarlet. Sus tres hermanos mayores eran Fo, Sia y Xiong. La familia vivía en una cabaña del bosque apartada de la aldea. Recuerdo que los demás niños, cuando veían que me iba a jugar con Shaoran, me llamaban raro... pero él y yo éramos los mejores mejores amigos.
- No sabía eso... ni siquiera lo de que tuviese tíos.
- Sí. Y unos buenos tíos, por cierto. Fo estuvo unos años en el ejército y luego se fue de viaje a otros países, aunque se le viese poco, era muy considerado con la familia. Sia era una damisela muy curiosa, aunque tuviese cierto complejo de princesa sabía cazar... y sobre todo hacer de rabiar a los demás aunque sin demostrarlo les tuviese mucho aprecio en el fondo.
-... Una tsundere - murmuré.
- Xiong se volvió un magnífico comerciante y... Shaoran un buen campesino, pero increíble luchador. Todos los días quedábamos temprano para jugar a las espadas... hasta que entramos en el ejército para luchar en el frente contra los mongoles. Fuimos de los mejores, sin duda, aunque el emperador no lo apreciase ~~ Después de aquello... volvimos a nuestro hogar... hasta que un día Shaoran se acercó a mí diciendo que se le había aparecido un auténtico dragón de escamas rojas que le había cambiado la apariencia a su katana. Yo me reí de él sin creérmelo, diciendo que dejase de comprarle sables a los japoneses, que le habían trastornado... hasta que, tras la discusión, me fui lejos y apareció frente a mí el Dragón Verde de la Tierra, más conocido como el Gran Dragón Chino.
- ¿El famoso Dragón Chino? - preguntó Mulán - ¿Pero ese no es rojo?
- El que existió de verdad era verde y era el señor de la Tierra. - FaZhou prosiguió, - me convertí en domador... y Shaoran y yo nos unimos al equipo de domadores... donde Shaoran y Yuuki se conocieron por ser esta hermana del Domador del Rey de los Dragones, Targaryen. Se enamoraron... Yuuki era un cielo... sí... jaja... Dicen que podría haber sido la Domadora del Dragón del Cielo... Algunos me contaron que aquello era real, que Yuuki pasaba los días con un dragón blanco... pero por alguna razón murió justo antes de que los elfos partasen de Occidente a Oriente... Nunca me lo confirmaron.
- ... "Un Dragón que murió mucho antes que los demás... El Dragón Blanco del Cielo"
- Vivimos muy buenas aventuras en aquellos tiempos. Éramos un gran equipo... y cada uno era más peculiar que el otro.
- ¿Quiénes eran los demás que estaban en el equipo? - quise saber.
- A parte de de Shaoran, el Domador del Dragón Rojo de Fuego; Yuuki y yo; estaba el Domador del Dragón Amarillo de la Luz, Zhao Targaryen, el rey de los elfos y de los dragones, un auténtico líder, que estaba casado con la Domadora del Dragón Gris de Agua, Shui Nanami... ¡qué chica era aquella...! parecía un demonio con esos ojos rojos que tenía, pero para mi sorpresa no era un ser demoníaco... Provenía de otra dimensión y nunca dijo cuál. Después estaba Alice Light, la Domadora del Dragón Azul de Hielo, era una chica joven con orejas de felino... afirmaba que provenía de Caetoneko.
" Qué extraña esa Shui.... !!!! ¡Alice... tiene que ver con Blue...!"
- Y por último estaba el Domador del Dragón Oscuro de las Sombras, Shadow. Era un demonio que nunca nos atacó y de hecho parecía más sereno que los demonios mundanos que hay por aquí, pero había una increíble maldad en él... decía que venía del mismísimo Inframundo.
" ¿Rei...?"
- O_O Papá... - murmuró Mulán.
- Después de un tiempo... yo me enamoré de una chica de la aldea, la madre de Mulán, y me casé. Tuvimos a nuestra hija y el equipo me dijo que iban a ir a matar a la gran amenaza de todas las formas de vida... el Gran Fénix Legendario de Hokkaido. Yo decidí no ir... no quería dejar a mi hija y a mi esposa solas... renuncié a mi honor por ellas... no quería alejarme de ellas de esa forma... El Dragón Verde se enfadó y decidió ir solo por su cuenta con los demás del grupo. El Dragón Verde... fue el único dragón que fue sin domador a la batalla.
- ...
- Después de una larga temporada, Shadow vino a mi casa. Me dijo que el Fénix había ganado y todos los dragones habían perecido. Zhao y Shui habían muerto. Alice estaba gravemente herida y volvió a su mundo... Sin embargo, Shaoran fue interrumpido por Yuuki en la batalla y se retiraron... Él, Shadow, regresaría al mundo de las sombras... No logré contactar con Shaoran, estaba seguro de que había vuelto a China... pero lo más seguro es que estuviese viviendo en mitad de un bosque perdido con Yuuki y posiblemente con algún hijo. Los Scarlet tal vez estuvieran con ellos, ya que desaparecieron y dejaron su cabaña abandonada... hasta que años más tarde comenzó la persecución de los ellfos y oí hablar de que mataron a muchas criaturas mágicas y quemaron diversos bosques. También dijeron que estaban buscando a una niña de apenas 3 años con el cabello castaño con reflejos escarlatas... solo un Scarlet tiene ese color de pelo, maldita sea.... Unos días después vino Xiong Scaret, el comerciante, diciendo que Shaoran y su esposa habían muerto, al igual que había muerto Fo defendiendo a su hermano. Sia había desaparecido, al igual que la hija de Shaoran. Todos los Scarlet y los Targaryen estaba siendo perseguidos y yo no hice nada... me lavé las manos. No ayudé a mi amigo en ningún momento...
- Papá... No sabías dónde estaba viviendo... - dijo Mulán.
- ...
- ... Después de aquella conversación... Arrestaron a Xiong y le condenaron a muerte por gota... y... bueno, aquí estoy... viejo y enfermo... Siento mucho todo lo que pasó, hija de Shaoran.
- ... No se preocupe, señor Fa. Me alegro al menos de que aquellos días con el equipo de domadores fuesen increíbles.
FaZhou asintió.Hice el saludo oriental y este me lo devolvió.
- Espero que se recupere pronto - le deseé.
Después de aquello, Mulán y yo salimos al exterior y nos encontramos con Mushu.
- No sabía nada de esto - dijo Mulán.
- Lo sé...
- Al menos sabes el motivo por el que fue... por la forma en que acabó - dijo Mushu.
Mulán asintió.
- ¿Volvemos a palacio?
- Sí ¡FUEGO Y SANGRE!
Los dragones del Yin Yang aparecieron y nos subimos a ellos. Surcamos el cielo en dirección a la Ciudad Prohibida.



martes, 12 de enero de 2016

En los jardines del emperador

Recuerdo que esa misma noche me llevaron al salón oficial de la corte que estaba en un edificio anexo al palacio del emperador. Aika, Miku y yo disfrutamos de los fuegos artificiales, que realmente eran espectaculares tal y como había oído hablar. Hubiera estado mejor si las damas de la corte no se hubieran reunido en corrito y se pusiesen a criticar lo mal que vestíamos. Viniendo de ellas no me extrañó. A esa clase de tipas nos les gusta las ropas japonesas, y mucho menos si estaban sucias o un poco rotas después de tantos viajes y batallas.
- Pijas... - murmuré algo harta.
- Tranquila, Akame -D- - dijo Aika - ¡La sastre vendrá a primera hora de la mañana para hacerte un hanfu para estos días y un qipao para la última cena con el emperador!
Suspiré. No me apetecían para nada las fiestas.
Una vez acabados los fuegos artificiales, varias sirvientas nos llevaron a nuestra habitación. En efecto era lujosa, espaciosa y decorada con plantas aromáticas. Pensé en no dormir, pero la cama era tan suave y cómoda que me quedé dormida en seguida.
Al día siguiente vino la sastre tal y como había dicho Aika. Tuve mi primer hanfu rosado. Me maquilaron un poco (qué remedio -3- al menos logré que fuese discreto y no me pusiesen esa cosa blanca de la cara), me arreglaron el pelo con un moño y una flor de un color parecido al hanfu. También Aika y Miku tuvieron sus propios hanfus, de hecho Aika decidió soltarse el pelo y ponerse una flor. A partir de aquel día, las aristócratas nos aprobaron, pero los días fueron siendo cada vez más aburridos, yendo a casas de nobles y de altos cargos del ejército.
Al sexto día, el día justo antes de mi cena de despedida y de mi último encuentro con el emperador, tocó por fin visitar los jardines del palacio. Estaban llenos de árboles y plantas con flores que solo salían en invierno. Estaba segura de que en primavera aquello iría a estar aún más precioso. Aika y Miku se quedaron junto a una planta jugando con ella. Al parecer tenían poderes de la naturaleza: Miku controlaba el agua y Aika las plantas. Al otro lado estaban Shang y Mulán dando un paseo. Me pregunté si Mulán sabía quién era en realidad el general.
Caminé hacia un puente para ver el pequeño riachuelo del jardín. Necesitaba hablar con Mulán e intentar saber más sobre los dragones... Aika y Miku me explicaron que todos los dragones murieron contra el Fénix, incluidos los domadores del los dragones Amarillo (Luz) y Gris (Agua), Zhou y Shui, mis tíos ¿Qué pasó entonces con los otros domadores? ¿Por qué Rei y Blue tienen también armas de ese tipo?
Fijándome más en mi reflejo en el agua del río, me deprimí...
- Tendría las repuestas a todo... si mi padre estuviera aquí... Si las cosas hubieran sido de otra forma... Si no hubiera sido una cría débil... ... ... ... ...
Una lágrima cayó al río justo cuando Aika y Miku se acercaron.
- ¿Has visto que bonito es esto? - dijo Aika - ¡Es el mejor sitio que hemos visto estos días!
- Sí... Aunque era más bonito el bosque de los elfos... - comentó Miku bajando el tono.
- Ungh... sí :S
Me sequé los ojos.
- ¿Cómo era el bosque de los elfos? - pregunté.
- O-Oh... - Aika se alarmó al ver mis ojos rojos.
- Era muy verde de día - dijo Miku - Aika muchas veces hacía que crecieran flores de muchos colores. De noche se llenaba todo de luciérnagas y no hacía falta encender fuego... además no teníamos frío. Y como no había bestias que pudiesen atacarnos, era un lugar seguro.
- ... ¿Y ya no existe?
- El ejército lo quemó durante la persecución... - respondió Aika.
- ... Apenas tengo recuerdos de mi madre... Vosotras la tuvisteis que conocer mucho más.
- Sí... vivía en el bosque como todos nosotros - dijo Aika.
- Nuestro padre la mantenía al margen de todo el tema de los dragones por su seguridad - añadió Miku. - Era muy educada y amable... En un principio iba a estar a cargo de todos los elfos si nuestros padres no regresaban de Hokkaido.
- ¿"En un principio"...?
- Bueno... - añadió Miku.  - se enamoró de tu padre y... bueno... prefirió apartarse de todos nosotros y empezar una nueva vida con él... y contigo.
- Mmm...
- ¡No te preocupes! - dijo Aika. - Te quería mucho y eras muy monaaa >D< Miku y yo nos pusimos al mando de los elfos. Fallo nuestro que se quemase el bosque... ¡pero conseguimos la paz con el emperador!
- Y abrimos el Templo de la Lágrima de Cerezo en Japón para que los elfos sobreviviesen.
- Eso está bien - comenté. - Aunque no he detectado ningún alma de elfo en ese templo.
- Los que se quedaron allí decidieron renunciar a su inmortalidad y volverse humanos - dijo Miku. - La mayoría zarparon a las islas del sur y a Occidente.
- ... ... ... Aún no sé cómo puedo seguir aquí... Debería haberme encargado del emperador...
- Akame... - dijeron Aika y Miku mientras sollozaba.
- Y lo siento... siento tener que mantener con vida a esta bestia que mató a vuestros padres dentro de mí...
- !!!!!!! ¡Akame, no es culpa tuya! - exclamó Aika.
- !!! ¡Prima, no digas eso! ¡Tu te enfrentaste al Fénix y saliste viva! ¡Y tienes poderes! - dijo Miku.
- ....
Aika me abrazó y nos quedamos así un rato mientras empapaba su hombro. Poco a poco me fui tranquilizando.
- G-Gracias... - dije.
- Te cuidaremos, prima... - prometió Aika. - No puedes volver a pasarlo mal...
- No estás sola. Ahora tienes a gente que te quiere de verdad - dijo Miku con una dulce sonrisa.
La sonreí y me sequé las lágrimas de nuevo.
- Gracias~ n_n
- Y nada de venganzas~ Dx ¡La ira es muy mala...! - dijo Aika.
- Ira... - repetí. - No haré nada al emperador, tranquilas.
Miré un rato a la derecha y vi que a un par de metros de distancia Shang y Mulán se estaban despidiendo y Mulán se quedó sola.
- !! Primas, os tengo que dejar un rato. Me gustaría hablar con Mulán un rato ¿Os parece bien?
- ¡Sí, claro! - dijo Aika.
- Ve n.n - dijo Miku.
Me despedí de ellas con una sonrisa y me fui acercando a Mulán. Ella me vio venir y se dirgió a mí.
- Mulán Fa, me gustaría hablar contigo ¿Te importa?
- o_O ... En absoluto.
- Me han hablado de ti~ <.<
- Supongo X_X El tema del ejército y el ataque de los mongoles...
- Puede que esta pregunta te resulte curiosa... pero dicen que te ayudó... un dragón.
Mulán se alarmó... ¿tal vez más de la cuenta?
- ¿D-Dragón? ¿Un dragón de verdad dices? Pero... je... Si los dragones no existen~
- Entiendo... - me descolgué a Guesshoku de la cintura y se la mostré - ¿No te llama la atención esto?
- !!! ... Es... una katana... El diseño de la funda es muy parecida a la de mi espada... Pero... ¿qué haces yendo por el palacio tan tranquila con un arma encima? ¡Está prohibido!
- Es una de mis condiciones con el emperador para quedarme en este sitio.
- Oh... Mi espada está en la armería de aquí.... Y... OHH no me fijé en esto... x___x
- ¡Un momento! - gritó una voz.
Mulán se alarmó.
- ¿Qué fue eso? - pregunté extrañada. La voz provenía de Mulán... y sentía un aura extraña.
De la nuca de Mulán salió un bicho rojo.
- ¿Esa es Guesshoku?
- ¡¡Mushu!! ¡¿Qué haces saliendo de ahí?! - espetó Mulán.
- !!! ¿Eeeeh? ¡¿Un lagarto?! - dije.
- ¡Soy un dragón! ¡DRA-GÓN!
Mulán se llevó la mano a la cabeza.
- O.O ¡¿Un dragoóoón?! ¿¿De verdad?? Pero... eres muy pequeño... - comenté.
- ¿¡Y qué!? ¡Soy el único aquí que sabe que ese sable japonés lo tuvo el Dragón Rojo?
- !!! ¿El Dragón Rojo...? - dijo Mulán.
- ¿No conoces la historia de los Dragones? - le pregunté.
- Bueno... mi padre me contaba historias de dragones y domadores cuando era pequeña... Y Mushu... es un protector de la familia.
- ¡Tú debes de ser Scarlet! - exclamó Mushu.
- Eeeh... ¿sabes algo que no sepa, Mushu? - preguntó Mulán arqueando la ceja.
- Bueno... Como fue algo de hace tiempo... jeje... Pensé que esto no sería necesario.... entre los mongoles, Shang y...
- Mushuu...
- AJJJ Está bien... Yo nací de la relación entre el Dragón Rojo y el Dragón Verde.
- ¿R-Relación? X____X - dije.
- ¡Siiií! ¡Y NO ES LA CLASE DE RELACIÓN QUE ESTÁS PENSANDO! Los dragones funcionan diferente a veces... Cuando dos dragones de los grandes mueren y ambos tenían una poderosa amistad, nace un dragón más pequeño... COMO YO.
- El dragón de mi espada es verde... Y el de Scarlet rojo... ¿Quiere decir...?
- Tu padre era el domador del Dragón Verde, Mulán -3- - aclaró Mushu.
- ¿MI PADRE? PERO... ... ...
Se quedó un rato asimilándolo en silencio. Entendía su desconcierto. Hasta hace poco creía que los cuentos de su padre eran solo cuentos. Di por sentado que ella no sabía nada sobre el tema... asique decidí echarle imaginación al asunto.
- Oye... No sé si es mucha molestia pero... ¿podría ir a ver a tu padre y hablar con él?
- ¿Qué? ¿Cuándo?
- Ahora.
- !! ¡Pero mi padre está en casa y está en un aldea lejos de aquí!
- ¿Dónde?
- Está al sureste de aquí...
- Ungh... Ningún problema... ¡FUEGO Y SANGRE!
Invoqué a los dragones del Yin Yang y aparecieron. Mulán y Mushu se asustaron. Aika y Miku vinieron corriendo al verlos.
- ¡Akame! ¿Qué haces? - dijo Aika.
- Necesito ver al padre de Mulán Fa. Volveré antes de la hora de la cena.
- ¡P-PERO NO PUEDES! ¡SI SE ENTERA ALGUIEN...!
- Decid que estoy indispuesta~o~
Me subí al blanco.
- ¿Pretendes que me suba en eso? - preguntó Mulán asustada.
- Es el medio más rápido~
- Grrr... - gruñó Mushu - Tiene razón.
- Si no hace falta que traiga a Lóng (Dragón), mi espada... De acuerdo.
Mushu se subió al hombro de Mulán y esta se subió al dragón oscuro.
Los dragones salieron volando hacia arriba rumbo a la casa de la familia Fa.



viernes, 8 de enero de 2016

Entrada a la Ciudad Prohibida

Cada vez que miraba el rostro de los soldados imperiales me daban ganas de salir corriendo.
Desde que el barco donde navegábamos llegó a Tianjin, nos juntamos con un considerable número de soldados que nos acompañaría en nuestra ruta por tierra hasta llegar a Pekín. 
Los días eran tensos. Mientras caminábamos, siempre tenía la mano sujeta a la empuñadura de Guesshoku. No me sentía relajada en absoluto disfrutando del paseo. Tal vez debería haberme sentido mejor que en el barco... pero mi mente no me dejó en paz. Cada noche tenía pesadillas, soñaba que volvía a ser pequeña y me perseguían... Soñaba lo que viví hacía muchos años. Estar allí hizo que una herida que cicatrizó hace tiempo... se abriese.
Aika y Miku trataron de enseñarme lo bonito que era aquel paisaje: La nieve sobre los árboles, los campos de arroz... en parte me distrajo. Hubiera sido más eficaz si el general Shang no me hubiese... "stalkeado".
A pesar de las complicaciones con el clima (a veces pensé que el emperador quería matarme en una nevada), conseguimos llegar a la capital del Imperio Chino: Pekín.
La ciudad del emperador, denominada la Ciudad Prohibida, era incomparable con cualquier otra ciudad. Estaba anocheciendo, por lo que las personas que allí vivían, estaban encendiendo los faroles. Algunos eran de tantos colores que parecía un especie de festival de luces. Los edificios eran enormes pintados de rojo y con el techo anaranjado.
Muchos chinos estaban reunidos en una gran plaza frente al edificio más grande todos lo que había allí: el palacio del emperador.
Había muchos que iban sujetando a un dragón verde, rojo y dorado hecho de papel... pero solo había uno. Me llamó la atención que las demás estatuas, marionetas de papel, y demás, fuesen de grandes pájaros dorados.
- No sabía que los chinos le tuviesen cariño al Gran Fénix - comenté.
- Es tu fiesta especial de bienvenida ¡Están celebrando tu victoria frente a esa bestia! - dijo Aika.
- Recuerda que "esa bestia" soy yo ahora.
- ...
Aika permaneció en silencio el resto de la celebración. 
En el centro de la plaza hicieron un camino libre de gente para que pudiésemos pasar hacia las escaleras del palacio. Fue entonces cuando el emperador salió a recibirnos. Allí estaba... el causante de tantos sufrimientos. El causante de que yo... bueno, fuese yo.
Sus ropas doradas lo hacían parecer alguien superior al resto de mortales. Para los ciudadanos, los soldados, la corte y lo que reflejaban las estatuas de su propio palacio, el emperador parecía un verdadero soberano, un "héroe"... según tengo entendido hasta casi era considerado un dios... pero su rostro y vitalidad reflejaban lo contrario, la verdadera realidad de aquel hombre. Era un anciano. Un débil mortal educado para la gobernanza de un enorme imperio y que no se cortaba la barba desde hacía muuuuchos años, desde luego. El entorno de aquel señor lo hacía alguien majestuoso, sin embargo, era el ser más vulnerable físicamente que podía haber. 
Sus ojos rasgados coincidieron con los míos mientras subía las escaleras con las embajadoras, Shang y los demás soldados. Dicen que los ojos son el espejo del alma... y lo que nos reflejábamos mutuamente era una escondida enemistad alimentada por el paso del tiempo. Sin embargo, este sonrió con cierto carisma y dijo con los brazos abiertos:
- ¡Akame Scarlet Targaryen, la hija pródiga de China, ha vuelto!
Se oyeron vítores y gritos de aprobación detrás mío. "¿Hija pro...? Pero qué narices..."
- ¡Y no ha vuelto de cualquier forma! Ha vuelto como una heroína que ha luchado por su honor en la isla japonesa de Hokkaido enfrentándose ella misma a la bestia milenaria más temida de todos los tiempos: El Gran Fénix Legendario!
Y se oyeron otros vítores. Preferí no darme la vuelta, ya que supuse que se estarían arrodillando o algo por el estilo. Eché un vistazo a los compañeros del emperador, aparte de los soldados. 
Había un chico a mano derecha del emperador medianamente joven que también vestía de dorado, pero llevaba una coraza y una capa hecha de piel de lobo. Su pelo estaba recogido por una pequeña coletilla que me recordó a la típica de los samuráis que veía pasar cerca de mi Templo en Japón de vez en cuando. Dado por sus ojos rasgados y su cara, supuse que sería el heredero al trono imperial, el hijo del actual emperador.
Por otro lado me llamó la atención una chica que estaba a la izquierda. Llevaba un vestido verde típico chino, pero no iba maquillada como las otras mujeres. Su pelo moreno y lacio llegaba hasta los hombros por poco, en vez de ser largo como el de las típicas damas de la corte. Fue cuando vi que iba armada, cuando supe que no era de la corte, sino del ejército... ¿Una mujer en el ejército? Eso no era para nada usual... Me sorprendí cuando de pronto me fijé en su espada. Era la típica espada del ejército chino, con una decoración de un dragón... pero la funda fue la que verdaderamente me alarmó. Era negra como la funda de Guesshoku, con un dragón verde en vez de rojo.
"¿N-nani...?" Me di cuenta de que el general Shang, cuando me "stalkeaba", estaba mirando más bien a mi katana, no a mí exactamente. Tal vez fuese porque le llamó la atención el parecido entre las dos espadas. 
"Tendré que hablar con ella después de este circo" pensé.
- Como emperador del Imperio, le deseo una cálida bienvenida aquí en Pekín. Haremos fiestas por su llegada a China. Será la invitada de honor en los bailes, banquetes, paseos y demás, Phoenix Slayer.
No reaccioné.
- ¿No dice nada?
- Oh, sí... Ehhh... - "¿Y ahora qué digo yo? X___X" - Vale...~ Y... espero tener... muchos ratos para hablar.... con usted y... ver los jardines y demás.
- Ohhh, por supuesto que hablaremos. Será bien recibida. Venga conmigo y... ¡qué siga la fiesta!
Tras varios vítores de la gente, seguimos al emperador hasta entrar en el palacio, más lujoso de lo que podía imaginarme...
La chica giró la cabeza hacia atrás y miró a Shang. Se sonrieron con ternura y volvió a girarse.
- ¿Es a mí o acaban de hacerse ojitos? - susurré a Miku.
- ¿No sabes quién es? ¡Es la esposa del general Shang! - dijo Miku en bajito.
- !!!! ¿Nanii? ... Ahora recuerdo que me dijo que estaba casado...
- Se llama Mulán, y es la primera y única mujer del ejército. Su historia es de leyenda... Entró al ejército disfrazada de mujer reemplazando a su padre y se enfrentó al líder de los mongoles que quería asesinar al emperador. Se casó con el general que la instruyó y ahora entrena a niñas de su aldea para aprender a luchar... ¡Tal vez en un futuro haya más chicas en el ejército!
- Por Buda... O_O ... Y... oye... ¿Sabes si está relacionada con un dragón o algo así?
- Mmmm... Los dragones hace tiempo que se extinguieron, Akame. De todas formas... su familia estuvo bastante aparentada con un dragón... De hecho algunos rumorean que el espíritu de este la ayudó.
- ¿Sí...? Mmm...
- Podéis dejarnos solos a la Phoenix Slayer y a mí. Mulán Fa, supongo que tiene ganas de hablar con el general.
- Sí, emperador.
- Y gracias a vosotras, embajadoras. Habéis cumplido bien vuestra tarea.
- Gracias, emperador ^D^ - dijo Aika.
- Ven conmigo - me dijo.
Le seguí hasta una habitación y hablamos...
- ¿Cómo se siente, Akame Scarlet?
- Bueno... Nostálgica.
- Debió haber tenido una vida complicada allí en Japón... y sé que fue culpa mía.
- ... - fruncí el ceño. Notaba el tono persuasivo del emperador.
- Siento mucho lo que pasó hace años, Scarlet. Me arrepiento de veras...
- ... - noté cierta falsedad.
- Su padre fue un gran soldado. No andaba en los altos cargos, siempre fue... el "pequeño lobo" de la familia, por eso se llamaba Shaoran, jeje. Por lo que me contaron fue un gran hombre, sí... El pequeño de los cuatro hermanos, pero el mejor espadachín.
- ... - Nunca conoció personalmente a mi padre... y no tenía derecho a hablar de él.
- Según me dijo el padre de mi soldada Fa, Zhou Fa, le conoció muy cercanamente. Es curioso ¿no es así?
- !! - Si el padre de Mulán y mi padre se conocían y tanto ella como yo tenemos dos espadas de Domadores de Dragones... significa que Mulán no solo está relacionada con un dragón, sino que puede ser la hija del Domador del Dragón Verde. Nadie me había hablado de aquel dragón, pero después de que me hablaran de que existió el Dragón Gris del Agua, seguro que el Verde también existió. Decidí seguir la conversación. - Lloré mucho la pérdida de mis padres.
- Me imagino. Usted era muy pequeña... Pero le aseguro que nada así volverá a ocurrir. Ahora elfos y humanos pueden convivir en paz en mi Imperio... lo he comprendido.
 "¿Seguro?"
- Sería un placer que volviese a tener residencia aquí en China. Le ofrezco un sitio aquí en la Ciudad Prohibida. Puede estar en la corte, si lo desea, como símbolo de la paz entre criaturas mágicas y mortales y de valentía y honor por su gran hazaña con el Fénix.
- ... ... Verá... Ya se lo dije a sus embajadoras... He conseguido una buena vida en Japón y tengo allí todo lo que quiero. Ahora que usted y Japón han dejado las armas puede haber paz entre los dos imperios.
- ... Sí......... Tal vez pueda ser así...... De todas formas, le agradecería que disfrutase de unos días aquí. Le hemos preparado montones de cosas. Si cambia de opinión siempre podrá decírmelo.
- Cuanto antes vuelva, mejor... Tengo varios asuntos...
- ¿Asuntos? Ah... Me dijeron que es usted sacerdotisa...
- Así es.
- ¿No cree usted en los dioses?
Me quedé un rato en silencio pensando en el Cielo.
- ... Sigo las enseñanzas de Buda y la naturaleza del Yin Yang.
- Ya veo... - dijo mirando mi colgante. Preciosa joya ¿Es japonesa?
- Herencia familiar - "antes de que usted matase a mi madre, maldito".
- Jeje... de todas formas... Entiendo que sea complicado tener fe. Tenemos unos tiempos complicados con el tema de posibles dimensiones paralelas a la nuestra, criaturas majestuosas que se escapan del símbolo de Lu... Los criaturas demoníacas están algo alteradas además.... Me dijeron que allí en Japón hay serios problemas con los "youkais".
- ... Sí.... La verdad es que sí. 
- Sí... Usted debe saberlo bien siendo una sacerdotisa...
- De hecho es curioso como algunos se comportan de manera distinta - dije pensando en el Clan Nura - y que haya demonios que me temo que no son de este mundo - añadí pensando en Rei.
- ¿Comportamiento distinto entre demonios? Jajaja... Curioso... Siempre me pareció que lo único que se diferencian los demonios son sus familias, razas y tipos... pero... ¿comportamiento? Todos desean el mal a los humanos.
- Algunos están desarrollando cierto aprecio a los humanos. De hecho hay casos de mestizaje...
- Vaaaaaya.... Me sorprende que una sacerdotisa como usted confíe en esas habladurías de amor entre demonios y humanos... Jajaja No es usted una sacerdotisa normal... Supongo que es porque accediste a la profesión por necesidad más que por vocación...
- No subestime mi cariño hacia mis labores.
- No, claro que no. Si no le tuviera cariño a eso de ayudar a los mortales con poderes celestiales, hubiera ya sido una líder en la corte japonesa y aquí... como Phoenix Slayer... Ese título le solucionaría la vida.
- Tengo otros intereses.
- ¿Mucho más importantes que ser una grande de Oriente?
- ... Sí.
El emperador sonrió y asintió emitiendo una pequeña risa.
- Estaré aquí un par de días hasta que acaben las fiestas - decidí.
- De acuerdo :) Puede ir con sus primas, las embajadoras Aika y Miku Targaryen. Estarán con varias sirvientas que os llevarán a su habitación.
- Ariga... digo...... Gracias.
Di media vuelta.
- No se olvide de mi oferta de residir aquí, Scarlet.
Me paré pero decidí no girar la cabeza para volver a verle. Seguí caminando y cerré la puerta antes de salir.