sábado, 3 de septiembre de 2016

Dentro del Caos

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Ay.
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Habré estado cayendo días y días...
Aquel oscuro y ruinoso espacio olía a cerrado. Estaba sola metida en una habitación de cuatro paredes de roca. Supuse que en cuanto llegué a parar allí, el techo se cubrió con otro bloque de rocas. No había modo de escapar de allí. Entonces comenzó a sonar una voz.
- Akame Scarlet, Nurarihyon, Blue Light, Alejandra Nanami, Rei Minamoto, Némesis Sudou, Dante Sparda, Sateriasis Venomania, Cristina García y Abbadon Azrael... bienvenidos a mi mundo.
"¿Todas esas personas somos lo que estamos aquí...? ¿Hasta Criis? Al menos ha habido gente que se ha salvado, como Kikyo". La voz de bienvenida era femenina y de algún modo me resultaba familiar...
- Habéis sido invitados a unos Juegos Mágicos que no son los de la Tierra... sino que se encuentran aquí, en el Caos. Este es mi mundo, a donde fui desterrada por los humanos. Para volver a la Tierra, necesitaré el cuerpo del más fuerte de vosotros y así vengarme. Algunos se han quedado en la Tierra y otros os habéis colado por aquí, pero no importa... todos jugáis un importante papel. Lucharéis entre vosotros como en los Juegos de estos días... pero esta vez será a muerte. Las puertas solo pueden dejar pasar a un ganador dejando atrás a su vez la sangre derramada de un perdedor.
- ...
- Que comiencen los Juegos.
Entonces una puerta apareció enfrente de mí y se abrió. No quería luchar hasta la muerte, no quería estar allí ¿Por qué siempre tenían que tocarnos estas cosas a nosotros? ¿Y si me tocaba luchar contra Nura? ... Debía haber una forma de salir de allí... ¿pero de qué forma se puede salir del Caos? Y además de todo eso, no podía quitarme de la cabeza la imagen de Akane muriendo... no podía.
Me fijé en que seguía con mis poderes Scarlet fusionados de la batalla contra Alejandra y Némesis. Al menos si me atacaban no les iba a ser tan sencillo. Pasé por la puerta esperando encontrar alguna respuesta... y encontré más dudas. En esa sala estaba Alejandra Nanami. Nos sorprendimos y fuimos a irnos de esa sala, pero las puertas ya habían desaparecido.
- Akame...
- Alejandra...
- ¿Tú sabes lo que es todo esto?
- No... Me siento perdida.
- .... .... Me temo que no tenemos otra opción.
- No voy a matarte.
- ... Yo tampoco. Pero luchemos. Nuestra batalla aún no ha acabado.
Entonces desenvainé mi katana y me defendí de las flechas que disparaba Alejandra. Ya sea con ataques a distancia o cuerpo a cuerpo, desprendimos ella su energía azul y yo mi energía roja hasta agotarnos. Entonces mis poderes fusionados desaparecieron, mi ropa de sacerdotisa volvió y mis ojos volvieron a ser marrones.
- Qué  mal... ¿no Akame? Tú ibas a estar por fin con tu youkai y yo a casarme...
- No dejaremos que nos arrebaten eso.
Alejandra rió. Sacó una flecha y se la clavó.
- QUÉ HACEEES!!!!!!
Corrí hacia ella, que se tiró al suelo.
- NO DEBISTE HACER ESO!!! - añadí.
- No puedo matarte y tú no puedes matarme. Nos quedaríamos aquí eternamente y ninguna de las dos podríamos cumplir nuestros sueños. Esto es lo mejor que podemos hacer por el momento.
- ¡NO ES LO MEJOR! ¡PARA NADA LO ES! ¡BAKA!
- Eres una gran amiga, Akame n_n Gracias por preocuparte por mí.
La puerta apareció y se abrió.
- Tienes que irte - dijo Alejandra.
- ¡No puedo dejarte aquí sola!
Entonces me fijé en su herida. Para mi sorpresa, no era una herida terminal. Se había clavado la flecha en un costado, y para una hija de Poseidón que se regenera con agua, se iba a curar pronto.
- Pero si no vas a morir...
- "Las puertas solo pueden dejar pasar a un ganador dejando atrás a su vez la sangre derramada de un perdedor." ¿recuerdas? Eso y que algo malo debió haber salido durante el sacrificio de esa chica virgen.
- Akane-chan... - Recuerdo que me había sonreído, pero ¿qué era lo que había pasado exactamente - Un momento... es posible que no haga falta morir, sino simplemente derramar sangre del perdedor... porque Akane-chan no valía para ese sacrificio?
- Esa chica no era virgen, me temo.
Por un lado no me lo podía creer y por otro... había salido con Hiroito, el demonio lobo, tal vez sí que fueran hasta esa situación.
- Ve por esa puerta, Akame-chan, y diles a todos que no hace falta morir. Antes de que alguien acabe en desgracia.
Asentí y salí corriendo. Pasé por la puerta y desapareció en cuanto entré a la siguiente habitación.


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