La batalla final estaba cerca y el Hada Blanca (Amaia) aún era inconsciente
de su identidad. A pesar de ello, con la magia de su vara, quitó la maldición de los ojos rojos a Alejandra y su colorio se volvió de color azul y redondo, estaba purificada y sus poderes habían aumentado.
Decidieron, pues, patrullar en cada portal. Romeo y Carolina patrullaron el
portal feudal, Breanna y Julia el oriental; Alejandra, Marcos y Alonso, el
egipcio; y el grecorromano, Alejandro y Amaia. Mientras tanto, Sandra, Laila y
Lluna vigilaban el Internado.
La tensión entre ellos se notaba. Carolina estaba harta de ver que Romeo la
mentía cada vez que quería visitar a Julia, aunque le seguía queriendo...
Romeo, por otra parte, no sabía a quién elegir aún.
En el portal egipcio, la tensión entre Marcos y Alonso era enfermiza.
Alejandra estaba harta de que discutiesen... en gran parte por su culpa ¿A
quién de ellos le quería como algo más que un amigo?
Mientras tanto, en el portal grecorromano, Amaia notaba la tensión de sus
amigos que estaban en los otros portales. Alejandro le explicó por qué
pasaba eso, que estaban en triángulos amorosos. Acto seguido, Amaia decidió
darle un beso, pues se había dado cuenta de que, en todo el tiempo que habían estado
luchando contra monstruos de Romtenas, se había ido dando cuenta de que estaba
enamorada de él. Con el beso, Alejandro se dio cuenta de que amaba a Amaia.
Sandra logró pasar mucho más tiempo con Fernando, tanto, que incluso confesaron lo que sentían a pesar de que Sandra tendría que volver a Venus el próximo año. Fue entonces cuando... los demonios del ejército de Jadra venían.
Los demonios lograron hacerse paso entre los distintos portales y los que patrullaban volvieron al Internado. Los cuatro portales se rompieron. Tokin trajo a distintos youkais de la mitología oriental; Camelot del Rhin, a dragones, gigantes, ogros y duendes; Nilo del Cairo, serpientes, escarabajos gigantes y momias; y Rometenas, cíclopes, hidras, mantícoras, gorgonas y minotauros. Jadra iba subida sobre un gigante.
La batalla comenzó. Distintos magos, tanto del colegio como del gobierno, se unieron a la lucha.
La primera en caer... fue Julia, que la mató un cíclope. Romeo lloró y, con la rabia, fue el que más monstruos venció con sus poderes de dhampiro.
En medio de la batalla, Alejandra, Marcos, Alonso, Alejandro y Amaia estaban atacando a Jadra, pero era casi imposible acabar con ella. Entonces Jadra subió al cielo y estos la siguieron... con magia de transporte, llegaron a la Luna; y vieron que allí, también se estaba librando una gran batalla entre demonios oscuros y lunáticos.
Jadra mató a Marcos y Alejandra, Alejandro y Alonso consiguieron acabar con ella en el palacio, pero aún así, la guerra continuaba.
Amaia, sin poder aguantar más aquel ambiente, se iluminó. Con su cetro, invocó el hechizo más poderoso del Hada Blanca e hizo desaparecer a todos los demonios de la Luna. Tras eso volvieron a la Tierra y vieron que la guerra se había complicado aún más. John, Ecus y Bella habían salido de la cárcel y habían tomado el mando para destruir el Internado.
Tras duras batallas... consiguieron vencerles (Ecus se suicidó tras confesar su amor a Alejandra, esta lo lamentó mucho, pues en el fondo quería que su alma se salvase y su Oscuridad se transformase en Luz) y aparecieron los dioses grandes: Zeus, Poseidón y Hades.
Explicaron lo sucedido, que todas aquellas guerras en el mundo mágico habían sido consecuencia de sus discusiones y sus caprichos, aunque Poseidón aseguró que nunca perdonaría que Hades matase a Irina, a quien de verdad amó.
Hades prometió no volver a interferir en la vida de los mortales, aunque las vidas de Alejandra, Alejandro y Alonso estaban ya manchadas por el dios de Inframundo, sobretodo Alonso, que Hades afirmó que con los poderes que le había entregado cuando la muerte de su madre, eran su herencia, por lo que su magia nunca llegaría a transformarse en Luz, ni siquiera con el poder del Hada Blanca. Alonso era el Herdero de Hades.
Alonso lo lamentó mucho pero Alejandra le besó... diciéndole: Los poderes, sean de Yin o sean de Yang, no son en sí mismos buenos ni en sí mismos malos. Lo importante es quién los posee y cómo los utiliza, cuán bueno o malo sea su corazón.
Así pues, todo acabó.
Romeo y Carolina estuvieron hablando sobre el destino de Romeo. Todos tenían un hogar, un lugar a donde ir, pero Romeo ni siquiera era de ese mundo y algo se debía hacer. Alejandra le ofreció un puesto en la Asamblea Lunática, pero lo rechazó... ya que eso significaba estar lejos de Carolina. Por ello, Romeo y Carol decidieron vivir juntos lejos de la gente en la Tierra, lejos de la fama de la familia de Carolina, lejos de todo... solo él y ella, disfrutando de ese amor tan entorpecido y complicado en los pasados años.
Por otro lado, Sandra debía despedirse de Fernando... pero tenía la certeza de que pronto volverían a estar juntos. Breanna y Laila volvieron a Saturno y Lluna a Alfa Centauro...
Alejandra y Alejandro hablaron entre ellos sobre quién ocuparía el trono de la Luna. Alejandra quería quedarse con Alonso en la Tierra, viajar juntos por toda Asia y buscar otros portales a otros mundos, además de proteger al Ministerio de Magia y al Internado Samaría. En cambio Alejandro le daba igual donde estuviese mientras estuviese con Amaia... y también quería conocer más a su hermana, habían estado demasiado tiempo separados y si se volvían a despedir, el hecho de que se hubiesen encontrado sería en vano. Alejandra reconoció que también quería conocer más a Alejandro, por lo que el acuerdo resultó ser así: Establecerían una nueva forma de gobierno en la Luna formada por la Asamblea, el Tribunal Lunático y el Consulado, al estilo romano, donde los dos cónsules serían él y ella, pero todo el poder no sería para ellos sino que se repartiría entre las distintas instituciones; así tendrían tiempo para su vida personal, viajar a la Tierra y conocerse mejor, además de visitar a sus amigos de otros planetas.
Alonso y Amaia se fueron con Alejandra y Alejandro a la Luna tras despedirse de las tumbas de Julia, Marcos y las demás víctimas de la Batalla Mágica.
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