jueves, 18 de junio de 2015

Hello and good-bye

El castillo era una mezcla de arte románico y gótico, pues a pesar de que los muros fuesen muy gruesos, eran altos y en ellos había vidrieras de colores azules, rojos y morados, acentuando aún más su ambiente tenebroso.
Nos habían llevado a una gran sala y nos dejaron encadenados a la pared del fondo de la sala. Además de eso, se llevaron nuestras espadas lejos de nosotros. Nura intentó forcejear pero no sirvió para nada.
- Ni lo vuelvas a intentar - dijo la juez de la muerte - Están hechas con hierro del Tártaro, son imposibles de romper.
- Vaya~ conque ahí hay también metales - se interesó Nura.
- Sí~ y los hay peores.
Sacó de su manga una máscara blanca con motivos decorativos rojos que parecían ramas de árbol. Enseguida me recordó otra vez a Némesis. Clavé tan fijamente mi mirada en ella que se dirigió a mí diciendo:
- ¿Qué pasa? ¿Nunca has visto una máscara?
- N-Nada... solo... me recuerdas a alguien...
Sonrió.
- Me lo suelen decir... jiji... tranquila~ esta máscara es para que me reconozcan, no para lo contrario ¿sabes?
No me importaba el porqué llevaba esa cosa tan hortera, pero pregunté:
- ¿Tienen que reconocerte?
- El mundo de los vampiros y los señores de la noche no es un lugar al que se deba ir sin identificación.
Hilbert se acercó. Daba aún más miedo que en el Purgatorio, pues ahora tenía los ojos rojos y luminosos, su piel era pálida e incluso sobre ella se le notaban marcas totalmente negras, estas parecían ser... sus venas.
- Por fin... tendremos el poder... - dijo mirándome.
- Oye~ espero que no te olvides de mi recompensa~ - recordó la juez.
- Descuida~ Serás la nueva Señora del Pandemonio~
- ¿Nani? - intervino Nura.
La juez sonrió con malicia, pero ni siquiera se giró para mirarle y hablarle. Se limitó a seguir su extraña conversación con Hilbert.
- Nadie dijo para qué le quiero, Lord Drácula. Y a nadie le importa ¿A caso yo te pregunto por tu Fénix?
- !!!!!
"¿Lord Drácula... ka?"
Me alarmé viendo cómo, ante mis ojos, el rechonchito vampiro-vaquero se iba transformando en un un señor alto de los mismos rasgos que Hilbert pero mucho más fuerte, como si hubiese ido a entrenarse con los samurais de Japón durante nueve meses. Por si eso fuera poco, su ropa me recordó a la de Sateriasis Venomania, pero combinando los colores negro, rojo y blanco.
- Es obvio para qué quiero a la Phoenix Slayer, pero yo no soy el villano ese de las pelis que hay en el cine del Purgatorio. No os voy a contar todo lo que quiero hacer. Eso sí... jeje... lo necesario sí que os lo diré... - se acercó a nosotros - No seguiréis vivos por mucho más tiempo.
La juez hizo otra risita y se dirigió a Drácula.
- ¿Podemos dejarles aquí y hablar de los últimos preparativos?
El vampiro se acercó a mí y me acaricio la mejilla. Por un segundo pensé que me iba a hacer un "ara ara", pero en cuanto noté su piel sentí un escalofrío. Su piel era como un cubito de hielo, helado, como si estuviese muerto.
Acto seguido, le escupí fuego. Le quemé un poco el pañuelo de su cuello, por lo que Drácula se echó hacia atrás asustado (bastante, además). Una vez consumido el fuego se relajó, pero no tardó en dirigirme una mirada de odio y darme una bofetada.
- MALDITO - soltó Nura.
Me limité a llamear más los ojos.
Drácula se dio la vuelta y le siguió la juez. El vampiro llamó a dos guardias de su misma especie, que se pusieron delante nuestra para, efectivamente, vigilarnos.
Se me hizo eterno el rato ahí colgada. Nura y yo nos manteníamos callados... pero me preocupaba que no alzase la vista en ningún momento.
- ¡Nura-kun! - acabé diciendo.
- ¡Eh! ¡Silencio! - dijo un guardia.
Le hice caso. Nura permaneció cabizbajo. Y esperamos... esperamos hasta la hora de nuestra muerte...
Pasaron minutos, horas o días, no sé, pero ya cansada cerré los ojos para echarme una pequeña siesta ¿Y qué clase de persona se echaría a dormir en un momento así? Después de pasar por los 7 Pecados Capitales, mi cuerpo ya se encontraba cansado... supongo que era de esperar...
Y, cómo no, tuve una pesadilla. Estaban los 7 guardianes: Némesis Sudou, Margarita Blankenheim, Gallerian Marlon, Sateriasis Venomania, Kayo Sudou, Banika Conchita y la antigua Rilianne Lucifen D'Autriche; que repetían una y otra vez: "Únete a nosotros. Únete a nosotros. Únete a nosotros". Nada funcionaba, ni el Yin Yang, ni las llamas; por lo que me giré y corrí sentido contrario. Sin embargo, me topé con Lucifer, el nuevo guardián de Soberbia. Me dijo: "No saldrás nunca de aquí... NUNCA" Me empujó y me caí por un oscuro y profundo agujero.
Cuando desperté, apenas veía mi alrededor. Todo estaba lleno de sombras, pero vi una pistola que se reflejaba con sutileza con las luces de las macabras vidrieras. Escuché una frase en inglés.
- Hello and good-bye.






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