lunes, 8 de junio de 2015

El árbol de la comida

- Ksoooó~! Me harta esto ¡No hacen más que manipularnos! maldecía Nura mientras andábamos con paso ligero.
- Ni me había dado cuenta en Envidia de que mi colgante me sigue pesando... Yo ya no sé porqué pasa eso... - comenté.
- Ungh... a lo mejor es que tu colgante no es apto para estar aquí... No sé... ¿Quieres que lo lleve yo un rato?
- ¡No! No... Gomen... No quiero dejar de llevarlo nunca...
- Entiendo...
Sin embargo le sonreí agradecida.
- Por cierto ¿tú sabes dónde estamos ahora?
Nura puso cara pensativa.
- Llevamos cinco pecados... Si Némesis-san estaba en lo cierto de que en el último nivel está Soberbia, debemos estar en Gula.
- ... Entonces debemos evitar el sushi, el arroz, el pescado frito, los okonomiyakis... los t-takoyakis...
- ...y el sake 3':
Suspiramos a la vez. Nura añadió:
- Lo cierto es que llevamos sin comer nada desde hace... no sé... mucho.
- Puff... es que... ¿cuánto tiempo llevamos aquí? ¿Semanas? ¿Meses? ¿... Años?
Confié en que eso era imposible. Incluso Nura no podría haber sido capaz de sobrevivir tanto tiempo sin comer, ni probar una sola gota de agua, ni dormir. Pensé que allí el tiempo debía transcurrir de forma diferente, lo que no sabía es cómo de diferente. Tal vez en el Infierno hayamos estado dos semanas pero en la Tierra hayan pasado dos meses o al revés.
En cualquier caso estábamos más animados que de costumbre por encontrar la puerta de salida y eso se notaba por lo rápido que íbamos al andar. Nos sentíamos seguros por saber el pecado al que nos enfrentábamos. Fue entonces cuando, en un segundo (o en 24 horas terrestres) divisamos un gran árbol. De sus hojas estaban colgados distintos tipos de comida, platos conocidos y no tan conocidos (¿Qué son las "Lays campesinas?), algo totalmente contrario a la naturaleza de nuestro mundo.
Mis ojos estaban ardiendo desde el problemilla que tuvimos en Avaricia, pero al ver una gigantesca onza de chocolate del tamaño de mi brazo, mis ojos se llenaron aún más de llamas.
- Choco... late... - dije embobada.
Salí corriendo hacia el árbol. Nura se alarmó y me siguió.
- ¡Oye, espera! ¡Dijiste que nada de comer!
- ¡CHOCO DESUNE! *^*
Llegamos al tronco del árbol del cual estaba amontonada una muchedumbre cuya gente tenía bastantes kilos de más. Todas y cada una de esas personas estaban intentando alcanzar la comida de la copa del árbol pero ninguno llegaba. Estiré mis brazos hacia arriba para coger la tableta de chocolate, pero estaba demasiado arriba. Nura posó sus manos en mis hombros y prometió:
- Eh~ cuando quieras chocolate avisamos a Dante-kun para que nos lleve al Tommy Mel's o a algún lado donde haya chocolate, pero ahora no es el momento.
- ;3; - sollocé.
Nura me acarició los hombros mientras contemplaba la copa del árbol. Alcé la vista hacia lo alto de la copa  y vimos algo aún más extraño: había una mujer vestida de rojo sentada con un tenedor y un cuchillo en las manos que estaba comiendo una montaña de alimentos de todo tipo.
- Sake... - murmuró Nura. Se había quedado hipnotizado al ver una botella de sake en una rama del árbol. Se mordió los labios y le sacudí del brazo.
- No comer e.ê
- ¡Ay! Cierto~
Volvimos a mirar a la mujer. Esta dejó de comer, se limpió sus labios pintados de rojo (no sé si era pintura o manchas de tanto comer). Se colocó un poco su pelo castaño y corto y nos miró. Habló:
- Qué raro que no estéis intentando coger algo~
- Me gustaría... -
reconocí, - pero nos gustaría más salir de aquí.
- Mmmm... asique estáis vivos....
- Sí - afirmó Nura. - Buscamos la puerta de Soberbia.
- Oh~ Mi amiga Riliane está por allí... Ella también tiene el título de Hija del Mal ¬.¬''
- ¿Título de "Hija del Mal"...ka? Un bonito título... sin duda (ironía) - dije.
- El nombre es lo de menos... lo importante es cuánta comida te dan por ello -//D//- - Dio un trago a un calpis de kumquat - Ay~ Parecéis chinos ¡Estoy comiendo comida asiática, ¿sabéis?!
- Somos japoneses... - murmuró Nura a regañadientes, - y ese calpis también...
- Bueno - susurré - yo más o menos...
- ¡Qué más da! - exclamó la mujer - ¿Desde cuando a la epicúrea Hija del Mal, Banika Conchita le interesan los nombres absurdos? ¡Solo le interesa el menú de hoy!
- ¿Y... usted es Banika Conchita-san? - me atreví a preguntar.
- Así me llamaba en la dimensión... ¡cómo se llame!
Se puso a comer con las manos unos takoyakis. Casi se me caía la baba al ver la buena pinta que tenían.
- ¿Por casualidad no será usted la guardiana de Gula? - preguntó Nura.
- ¿Guardiana de Gula? ¡Es la Gula mi guardiana! - corrigió mientras tenía la boca llena de pulpo - La tengo toda para mí♥ para mí solita~♥
Observamos la gente que babeaba por la comida del árbol.
- No debería ser tan egoísta a_a - dijo Nura - Esta gente también quiere...
- Ellos estás castigados por coger MI comida sin mi permiso.
- ...
- ... B-Bueno... ¿nos puede decir dónde está la puerta de salida? n_n'' - pregunté.
Banika Conchita se comió otro takoyaki y, después de un rato, dijo señalando al oeste:
- Por ahí~ No me molestéis más.
Siguió comiendo.
Nos dirigimos al oeste... pero Nura miró hacia atrás y vio a toda esa pobre gente intentando coger alimentos. El youkai achinó los ojos y miró a Banika Conchita.
- Miedo.
Sus ojos pasaron de ser amarillos a rojos... mientras Banika Conchita chillaba y se retorcía de espanto. Me pregunté en qué estaría pensando aquella mujer, pero me limité a preguntar a Nura.
- ¿Por qué haces...?
- Quema ese árbol. Esa gente quiere chocolate.
No tardé mucho en entender lo que quería hacer. "Hagamos justicia" pensé. Invoqué llamas en mis manos y las lancé contra el árbol. Este empezó a quemarse y los alimentos empezaron a caerse de él mientras Banika Conchita se retorcía sin salir del fuego. En poco tiempo se alzaron otros siete árboles alrededor de nosotros. Comenzaron a dar frutos como salchichas, chucherías, magdalenas, "Lays a punto de sal"...
La gente gritó contenta, se abalanzó a esos árboles y, por fin, llegaron a coger los productos que querían. Una señora con muchas galletas de chocolate se nos acercó. Me sonaba mucho su cara.
- Etto... a usted... la vimos en el Juicio... - dijo Nura.
- Sí... Soy Margarita Belarús. Gracias por... bueno... por ayudarnos...
- Te condenaron de muchas cosas - dije - ¿Cómo es que solo la hemos visto aquí?
- Voy cambiando... es todo muy raro... no tiene sentido - de sus ojos le salieron lágrimas, supuse que no era agradable estar allí para siempre.
La dijimos adiós y nos dirigimos hacia el oeste, pero ella nos paró.
- Etto... tenéis que ir al norte. La guardiana se confundió...
- Ksó~ - maldijo Nura - Arigatou gozaimasu~
Y en efecto, tras andar como 5 minutos (o una semana o 5 segundos terrestres) nos encontramos con la puerta.
- Será prostifruta la Conchita-gitsune esa... En fin, hay que prepararse para lo peor, Akame-chan. Ya falta poco.
Asentí y traspasamos la puerta.



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