Desde el primer momento supe que esas chicas no eran normales, pero en la vida me hubiera imaginado que fueran mis supuestas "primas".
Invité a Aika y a Miku a pasar al Templo y a prepararles un té. Nura insistió en quedarse y le dejé sentarse con nosotras. Una vez se sentaron todos en el salón, serví las tazas de té y me senté en mi sitio.
- Bien... A ver... ¿Cómo es que sois mis primas?
- Akame... entendemos que no entiendas esto. Tú... no te preocupes. Te lo explicaremos todo - dijo Aika.
- Además, es normal que no te acuerdes de nosotras - añadió Miku. - En la última vez que te vimos no eras más que un bebé. Al ser elfas, era peligroso estar contigo y con tus padres por la caza de criaturas mágicas que hubo en aquellos tiempos, por eso no nos vimos tanto.
- Venimos de la familia de Yuuki Targaryen, tu madre. - explicó Aika. - Yuuki tenía un hermano mayor, que era el Domador del Dragón Amarillo, Zhao Targaryen. Este es nuestro padre, que se casó con Shui Nanami, nuestra madre, que fue la Domadora del Dragón Gris.
- ¿Dragón Gris?
- El Dragón del Agua - respondió Miku.
"Uno más para la lista". Miré a Nura que estaba acariciando a Kumato. Se notaba que él era el "demonio maligno" de ese lugar, sin duda.
- Vaya... - dije - Pues... ¿Hola, primas? ¿Sois elfas entonces?
- Jijiji, qué graciosa~ Sí - afirmó entre risas dulces Aika.
- Y si sois elfas chinas ¿cómo es que sois "embajadoras de China"? ¿A caso la persecución de elfos acabó?
- Sí - dijo Miku alegre. - Las cosas eran horribles durante la persecución. Los elfos no sabíamos qué hacer. Los bosques eran una carnicería... De hecho tuvimos que arreglárnoslas y viajar al norte de esta isla hace tiempo a visitar nuestro Templo.
- ¿Tenéis un Templo al norte del país? - preguntó extrañado Nura.
- Sí. Lo fundamos hace más de 60 años más o menos~ Está precioso - contestó Aika.
- !!! ¡¿Pero cuántos años tenéis vosotras?!
- 53 - respondió Miku.
Nura escupió el té.
- Si no sois demonios...
- Los elfos viven mucho - informé.
- ¿Entonces tú vivirás... bastante?
Subí los hombros sin saber qué responder. Volví a dirigirme a las invitadas.
- Curioso que tengáis un Templo al norte del país.
- ¿Y lo de la edad no es curioso? ¬O¬ - murmuró Nura. Le ignoré.
- Nuestros fieles humanos a veces llevan difícil eso de ser el único templo que no tiene un Maestro verdadero - dijo Aika.
- !!! Esperad. El único Templo en toda Japón cuyo Maestro no es el verdadero Maestro es... el Templo de la Lágrima de Cerezo, en Aomori.
- En ese estuvimos con Blue-chan en nuestro viaje a Hokkaido - recordó Nura.
- Para lo del Fénix, sí - afirmé.
- ¡Vaya~! ¡Somos conocidas! - exclamó Miku. - La lágrima soy yo y Aika es el cerezo ¿a que es cookie?~
- ¿Y en estos viajes a Japón no aprendisteis honoríficos? xDx - dijo Nura.
- Deberíais prestarle más atención a vuestro Templo - comenté. - Conlleva mucha responsabilidad.
- Pero si tú estuviste un año fuera sin...
- Nura... cállate.
- Lo tendremos en cuenta, prima~ - dijo Aika. Se me hizo raro que me llamase así.
- ¿Sabéis por qué el emperador cambió de opinión? - pregunté.
- Mmm... No... ¡Supongo que le habrá parecido sensato! ¡Dijo en sus discursos que era por la paz, la estabilidad, la fraternidad...!
- Esos discursos no se los cree nadie x_x - dijo Nura. - Debió haber tenido algún interés en concreto.
Aika infló sus mofletes.
- Tu novio es malo...
- !!!!!! ¿EH?
- !!!!!! ¿NANI?
- E-Él no es.... no es mi n-n....
- Oh ya veo <.< Perdón~
- Meeeeow~ - maulló Kumato.
- ¡Pues no sabemos por qué! - reconoció Miku - ¡Pero lo importante es que podemos ser libres! ¡De hecho, a nosotras dos nos ha nombrado embajadoras de Japón para rescatarte! Al parecer ha insistido en que vuelvas a China.
- ?!?!?! ¿Yo...? ¿Volver a China...?
- ¡Claro! ¡Seremos una familia! - dijo Aika.
- ...
- Aunque ya no tenemos a nadie...
Dentro mi cabeza se amontonaron los pequeños recuerdos que tengo de mi infancia. Cuando mis padres murieron, la forma de sobrevivir que tuve huyendo del ejército, el Barco, el Templo del Gato Negro... No podía renunciar ahora al Templo del Dragón Rojo y a todos aquellos japoneses que habían confiado en mí desde entonces. Sin mencionar las aventuras que había tenido desde que me convertí en una sacerdotisa.
- ... No puedo.
- ¿QUÉÉ? - exclamaron al unísono.
- Espero que lo entendáis. Pero Japón me ha dado lo que China nunca logró darme, de hecho, me quitó lo que nunca podré recuperar. China mató a nuestra familia, mató mis ilusiones. Japón, en cambio, me dio una nueva oportunidad, he conocido a gente, me ha enseñado muchas cosas y no tengo que huir de un maldito soberano egoísta que hace lo que le da la gana con las vidas de los demás. No pienso volver.
- Akame...
A juzgar por su expresión, Aika y Miku parecieron entenderlo. Tal vez a ellas les hubiera gustado tener una verdadera oportunidad...
- El... el emperador ha insistido en que te trajéramos a China - dijo Miku. Dijo que, como segunda opción, te vinieses con nosotras unos días de viaje a Pekín. El emperador está dispuesto a hablar contigo sobre ciertos asuntos y a invitarte a cenas, bailes, paseos y... bueno, a que disfrutes de unas vacaciones de ensueño.
Nura frunció el ceño y dejó de acariciar a Kumato, pero permaneció en silencio.
- ¿Por qué tantos privilegios conmigo? - pregunté yo.
Miku sacudió la cabeza.
- No sabemos... Desde hace poco más de un año está cambiando...
Nura se levantó de su sitio.
- ¿Has dicho un año?
- S-Sí...
- ¿Sabe vuestro emperador que Akame-chan es la Phoenix Slayer?
- Oh, ¡por supuesto! ¿Cómo no iba a saberlo?
- ¡Esa es la razón por la que se interesa en ella! Quiere tener a alguien poderoso de su lado ¡Por eso también está de tregua con el Imperio Japonés!
- Oooh... - se sorprendió Aika - ¡Pero el emperador ha cambiado! ¡Ahora es bueno y honesto!
- Eso quieren parecer todos... Lo sé bien , que soy el Señor del Pandemonio y ODIO a los emperadores humanos.
En cierto modo me pareció lógica y más realista la versión de Nura, aunque tal vez su naturaleza youkai estuviese viendo demasiada negatividad. Aika frunció el entrecejo.
- ¡No estamos hablando contigo! ¡Es nuestra prima Akame quien debe hablar, no tú!
Nura gruñó.
- Akame-chan no se va a ir a ningún lado. Bastante tuvimos con desaparecer en el mismo Infierno un año. Y vuestro emperador la ha inculcado un espantoso MIEDO con sus estúpidas persecuciones.
Aika se levantó.
- ¡Deja de hablar por ella, demonio!
Miku se levantó.
- Calmaos, por favor.
- Iré - decidí.
Todos me miraron.
- ¡¡Miaaaaauu!! D8
- ¿QUÉ? Akame-chan, no deberías...
Nura fue interrumpido por el grito de mis primas.
- ¡BIEEENN! 8D - gritaron Aika y Miku felices. Se pusieron a cantar y a bailar, Aika lo hizo con cierta burla hacia Nura.
- Ksó - maldijo él.
- Nura-kun, ¿podemos hablar? - dije.
Nura y yo nos fuimos al pasillo. Aika y Miku siguieron felices en el salón.
- Sé lo que me vas a decir - le dije, una vez me aseguré de que no nos escuchaban.
- Akame-chan... Puede ser perfectamente una trampa. Si el emperador te coge, yo...
- Nura-kun... Llevo toda mi vida huyendo de China y del emperador. Soy la primera que tiene miedo y la que sabe lo arriesgado que es esto. Pero tengo que acabar con este miedo yo de una vez por todas. No sé cómo... pero tengo que encararle.
- China es el enemigo de Japón desde hace siglos. Los chinos no son de fiar nunca, y siempre tienen algo que no gusta un pelo. Piensa en mis padres. Tuvieron que huir de allí conmigo después de acabar atrapados tras la guerra de los demonios chinos y japoneses, por eso tú y yo nos conocimos en el Barco.
- Recuerda que yo soy china. Mi familia está en China. No puedo darles más la espada. Nunca más. Confía en mí, por favor. Además, será muy poco tiempo. No pienso quedarme allí a vivir, aquí en Japón es donde lo tengo todo y tú lo sabes.
- ... No te voy a obligar a quedarte si lo que prefieres es...
- Combatir contra el miedo. Y si para ello tengo que viajar hacia él, lo haré.
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