sábado, 26 de diciembre de 2015

El general

Al día siguiente; Aika, Miku y yo nos dirigimos al puerto de Tokyo para coger un barco a China. Creo que más que nunca echaba de menos a Kumato y a sus maullidos tan monos, pero lo conveniente era que se quedase un tiempo con Nura, al menos hasta que volviese del viaje.
En cuanto vi el barco en el que íbamos a estar me sorprendí. Era el barco más lujoso que había visto en mi vida: rojo con decorados de oro con forma de dragón y de plantas. Varios guardias nos estaban esperando, vigilando, a su vez, a los japoneses que pasaban cerca. Unos cuantos soldados de Japón estaban también allí por si acaso. Se notaba que, a pesar de la tregua, había una grave tensión y desconfianza entre los dos bandos.
Aika y Miku Targaryen me caían bien. Eran dulces y amigables con todos los pasajeros del barco, sobretodo conmigo. Durante las horas de viaje a la capital estuvieron hablándome de lo bien que lo íbamos a pasar dando paseos por los jardines imperiales y yendo a las fiestas, además de cómo iba a ser el diseño del traje cuando viese al emperador. Aun estando con ellas sabiendo que eran mis primas, se me hizo extraño. Hacía tiempo que me había concienciado de que no volvería a ver a mi familia de sangre.
Pensé en Nura. No le había gustado la idea de que me fuese unos días a China y la verdad es que le entendía, pero sentía la obligación de volver después de tanto tiempo... y darle la cara a la persona responsable de miles de muertes de elfos y de quienes les ayudaron, incluidos mis padres. Nura se había ido algo decaído el día anterior a mi viaje y me prometió que estaría atento al Clan hasta que regresase, además de que apaciguaría los ataques hacia humanos que organizaban los demonios por las noches y que cuidaría de Kumato el gatomate.
"Ayakashi-sama..." pensé. Aquella vez iba a ser la quinta vez que viajase en barco, pero también la primera en la que no iba a estar Nura.
El barco era infinitamente más lujoso que cualquiera de los barcos anteriores... el de China a Japón, el de Honshu a Hokkaido para enfrentarnos al Fénix, el de Japón a Siberia con Rei, Blue y Sesshomaru y el de la barca de Caronte en el Infierno.
- En nombre del Imperio Chino se les desea muy buen viaje, Akame Scarlet Targaryen y embajadoras Aika Targaryen Nanami y Miku Targaryen Nanami - dijo el capitán del barco. A su lado estaba el afamado general del ejército, Shang Li.
- Igualmente, Señor Capitán ºDº ^D^ - dijeron Aika y Miku.
El capitán, los marineros y los soldados se rieron. Tal vez mis primas fuesen demasiado amables y sobre todo inocentes. No descartaba entonces la posibilidad de que aquel viaje fuese realmente algún tipo de trampa en caso de que me negase a cualquier trato con el emperador chino.
No dormí bien aquellos días en el barco. Desconfiaba de cualquier persona que no fuese Aika y Miku. De hecho llevaba todo el rato en mi cintura mi katana.
Habían pasado ya tres semanas y pronto llegaríamos al puerto de Tianjin. A diferencia de los primeros días en los que me alimenté solo con comida que tenía a mano en el Templo y me la había llevado, había empezado a probar la comida que nos servían. Había llegado a la conclusión de que, si el emperador chino tenía ciertos intereses, aquellos soldados marinos no los conocían, y desde luego no recibieron órdenes de matarnos.
Sin embargo, tres días antes de desembarcar, iba caminando por el pasillo de los camarotes sola cuando de pronto alguien me agarró desde atrás y me tapó la boca. Mientras forcejeaba, el hombre me estaba arrastrando a la habitación donde estaban los trastos de la limpieza ¿Qué quería?
Cuando pareció distraerse por asegurarse de que había cerrado bien la puerta, le electrocuté con rayos Yin. Estos hicieron que me soltase. Saqué a Guesshoku y le amenacé. Él estaba aún paralizado por los rayos oscuros. Le observé y traté de reconocerle.
- ¿General Shang Li? - pregunté con el ceño fruncido.
- Agh... A-Akame...
- ¿De qué va todo esto? ¿Qué pretendías hacerme?
- Agh... Akame... N-No... - se reincorporó. - No quiero hacerte daño, ni pretendía... Tranquila ¿vale? Agh... Cómo has crecido y qué fuerza tienes...
Esa manera de hablar me resultó extraña.
- ... Ya, claro ¡HABLA!
- Agh... ¿No me reconoces...?
- ??? ... .... !??!!?
- Soy yo... Ann.
- !!!! ¡¿Ann?!
Ann fue el chico con el que estuve un año escapando del ejército chino cuando era muy pequeña. Gracias a él pude viajar hasta el puerto de Shangai y coger el único Barco que zarpaba hacia Japón. Fijándome más en Shang, después de que me dijese que era Ann, sí le reconocí, pero ahora era un hombre de casi 30 años.
- Sí, bueno, después de 13 años~ jeje...
- Pero... ¿Shaaaang Liii? ¿Y eres soldadooooo?
- Sí... puf... Han pasado muchas cosas... Además de hombre casado x_x
- Casado O_O ... o-oh... ¡¡Pero...!!
- Lo sé, lo sé... Es extraño. Verás... cuando te dejé en aquel Barco, el general del ejército me encontró y me cogió como sospechoso por ayudar a los elfos en cuanto le dije que conocía al Abuelo Fu. Al parecer, aquel Templo y la aldea en donde me crié desaparecieron... es decir, los jueces y los militares los acusaron de traidores y los aniquilaron. El general Li me propuso que hiciese una serie de pruebas, y si las superaba, sería su hijo adoptivo. Al superarlas bien... conseguí ser su hijo y cambié mi nombre por el de Shang. En cuanto a lo de mi mujer...
- Pero... Wow... wow... en serio... Esto sí que no me lo esperaba.... ¿Y sirves al emperador después de... todo?
- Al principio me parecía imposible, de verdad. Pero... tras los estudios de preparación y mi talento innato por la lucha - "qué chulo le quedó eso..." - ... me di cuenta de que servir al imperio es lo mejor que puedo hacer por mi honor. No es tan malo como lo pintan los elfos, en parte lo entiendo porque el emperador creyó oportuno su... exterminio, pero era porque muchos elfos son peligrosos para el imperio. Mira el lado positivo, Akame, los tiempos de persecución ya son historia y esas chicas que son tus primas son hasta embajadoras de Japón.
- No me creo que estés hablando de esa manera, Ann-kun... ("kun"... la costumbre) Los elfos no son peligrosos, la mitad de mi sangre es de elfo, mis padres eran inofensivos y la sociedad humana nos marginó... ¡Y muchas familias enteras de elfos fueron destruidas mientras eran inocentes! ¡El Abuelo Fu siempre lo dijo!
- El Abuelo Fu se equivocó, Akame. Y tú también lo estás haciendo "ajaponizándote" de esa forma. Recuerda que más allá de ser tan importante, eres parte del pueblo de China.
- No perdonaré al emperador, Ann... Nunca.
Enfundé a Guesshoku. Por alguna razón Ann se quedó en silencio mirando la funda de mi katana, como pensando en algo. Iba a salir de la habitación cuando él añadió:
- Soy Shang, no Ann; y mucho menos "Ann-kun"... Mira, no me arrepiento de haberte salvado cuando tenías tres años... El emperador se equivocó contigo y tu familia mágica. En el fondo lo sé... pero ahora las cosas han cambiado. No le tengas rencor...
Le miré.
- ¿Tan fácil olvidaste al Abuelo Fu y a tu aldea?
- ...
De mis ojos saltaron chispas. Ann/Shang se sorprendió.
- Me alegro de verte, Akame. Me alegro de que además hayas tenido el valor de matar a aquella bestia de Hokkaido. Me alegro de que hayas crecido a gusto a pesar de... todo...
- Si supieras...
Abrí la puerta y me fui. Desde aquel día no volví a hablar con el General Shang Li. Supongo que era lógico que pensase de esa forma después de esos años de entrenamiento y de adoctrinamiento... Oh, los mayores adoctrinan a los jóvenes cómo quieren. Los emperadores a sus soldados, los Maestros a sus sacerdotisas, los maestros de los clanes de demonios a los demás youkais... Aj.
Pasé la última noche en vela mirando la Luna. Pensaba en Kikyo e Inuyasha, en Akane con sus poderes de ninfa, en el Templo del Gato Negro, en el Clan Nura y el Señor del Pandemonio, en Hiroito en América, en Tsubaki donde sea que estuviese... Tal vez estuviesen contemplando la Luna también, incluso Rei, Blue, Dante y Abbadon... o Criis, Vero y Alberto.
- ¡Akame! ¡Akame! ^D^ ^D^ - exclamaron Aika y Miku.
Se acercaron a mí.
- Mañana estaremos por fin en tierra firme - dijo Aika.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó Miku.
- ... Bueno~
Aika y Miku se miraron preocupadas, y a la vez se mostraron comprensivas. Miku alzó la vista y sonrió.
- Qué Luna tan bonita ¿no?
Suspiré y miré atrás del fondo. Allí estaba Ann, Shang o cómo sea que se llamase, montando la guardia. Presentía que me miraba preocupado.
- Mañana desembarcaremos en Tianjin - dije. - Y después continuaremos el viaje hasta el palacio del emperador en Pekín.


lunes, 21 de diciembre de 2015

Viaje hacia el miedo

Desde el primer momento supe que esas chicas no eran normales, pero en la vida me hubiera imaginado que fueran mis supuestas "primas".
Invité a Aika y a Miku a pasar al Templo y a prepararles un té. Nura insistió en quedarse y le dejé sentarse con nosotras. Una vez se sentaron todos en el salón, serví las tazas de té y me senté en mi sitio.
- Bien... A ver... ¿Cómo es que sois mis primas?
- Akame... entendemos que no entiendas esto. Tú... no te preocupes. Te lo explicaremos todo - dijo Aika.
- Además, es normal que no te acuerdes de nosotras - añadió Miku. - En la última vez que te vimos no eras más que un bebé. Al ser elfas, era peligroso estar contigo y con tus padres por la caza de criaturas mágicas que hubo en aquellos tiempos, por eso no nos vimos tanto.
- Venimos de la familia de Yuuki Targaryen, tu madre. - explicó Aika. - Yuuki tenía un hermano mayor, que era el Domador del Dragón Amarillo, Zhao Targaryen. Este es nuestro padre, que se casó con Shui Nanami, nuestra madre, que fue la Domadora del Dragón Gris.
- ¿Dragón Gris?
- El Dragón del Agua - respondió Miku.
"Uno más para la lista". Miré a Nura que estaba acariciando a Kumato. Se notaba que él era el "demonio maligno" de ese lugar, sin duda.
- Vaya... - dije - Pues... ¿Hola, primas? ¿Sois elfas entonces?
- Jijiji, qué graciosa~ Sí - afirmó entre risas dulces Aika.
- Y si sois elfas chinas ¿cómo es que sois "embajadoras de China"? ¿A caso la persecución de elfos acabó?
- Sí - dijo Miku alegre. - Las cosas eran horribles durante la persecución. Los elfos no sabíamos qué hacer. Los bosques eran una carnicería... De hecho tuvimos que arreglárnoslas y viajar al norte de esta isla hace tiempo a visitar nuestro Templo.
- ¿Tenéis un Templo al norte del país? - preguntó extrañado Nura.
- Sí. Lo fundamos hace más de 60 años más o menos~ Está precioso - contestó Aika.
- !!! ¡¿Pero cuántos años tenéis vosotras?!
- 53 - respondió Miku.
Nura escupió el té.
- Si no sois demonios...
- Los elfos viven mucho - informé.
- ¿Entonces tú vivirás... bastante?
Subí los hombros sin saber qué responder. Volví a dirigirme a las invitadas.
- Curioso que tengáis un Templo al norte del país.
- ¿Y lo de la edad no es curioso? ¬O¬ - murmuró Nura. Le ignoré.
- Nuestros fieles humanos a veces llevan difícil eso de ser el único templo que no tiene un Maestro verdadero - dijo Aika.
- !!! Esperad. El único Templo en toda Japón cuyo Maestro no es el verdadero Maestro es... el Templo de la Lágrima de Cerezo, en Aomori.
- En ese estuvimos con Blue-chan en nuestro viaje a Hokkaido - recordó Nura.
- Para lo del Fénix, sí - afirmé.
- ¡Vaya~! ¡Somos conocidas! - exclamó Miku. - La lágrima soy yo y Aika es el cerezo ¿a que es cookie?~
- ¿Y en estos viajes a Japón no aprendisteis honoríficos? xDx - dijo Nura.
- Deberíais prestarle más atención a vuestro Templo - comenté. - Conlleva mucha responsabilidad.
- Pero si tú estuviste un año fuera sin...
- Nura... cállate.
- Lo tendremos en cuenta, prima~ - dijo Aika. Se me hizo raro que me llamase así.
- ¿Sabéis por qué el emperador cambió de opinión? - pregunté.
- Mmm... No... ¡Supongo que le habrá parecido sensato! ¡Dijo en sus discursos que era por la paz, la estabilidad, la fraternidad...!
- Esos discursos no se los cree nadie x_x - dijo Nura. - Debió haber tenido algún interés en concreto.
Aika infló sus mofletes.
- Tu novio es malo...
- !!!!!! ¿EH?
- !!!!!! ¿NANI?
- E-Él no es.... no es mi n-n....
- Oh ya veo <.< Perdón~
- Meeeeow~ - maulló Kumato.
- ¡Pues no sabemos por qué! - reconoció Miku - ¡Pero lo importante es que podemos ser libres! ¡De hecho, a nosotras dos nos ha nombrado embajadoras de Japón para rescatarte! Al parecer ha insistido en que vuelvas a China.
- ?!?!?! ¿Yo...? ¿Volver a China...?
- ¡Claro! ¡Seremos una familia! - dijo Aika.
- ...
- Aunque ya no tenemos a nadie...
Dentro mi cabeza se amontonaron los pequeños recuerdos que tengo de mi infancia. Cuando mis padres murieron, la forma de sobrevivir que tuve huyendo del ejército, el Barco, el Templo del Gato Negro... No podía renunciar ahora al Templo del Dragón Rojo y a todos aquellos japoneses que habían confiado en mí desde entonces. Sin mencionar las aventuras que había tenido desde que me convertí en una sacerdotisa.
- ... No puedo.
- ¿QUÉÉ? - exclamaron al unísono.
- Espero que lo entendáis. Pero Japón me ha dado lo que China nunca logró darme, de hecho, me quitó lo que nunca podré recuperar. China mató a nuestra familia, mató mis ilusiones. Japón, en cambio, me dio una nueva oportunidad, he conocido a gente, me ha enseñado muchas cosas y no tengo que huir de un maldito soberano egoísta que hace lo que le da la gana con las vidas de los demás. No pienso volver.
- Akame...
A juzgar por su expresión, Aika y Miku parecieron entenderlo. Tal vez a ellas les hubiera gustado tener una verdadera oportunidad...
- El... el emperador ha insistido en que te trajéramos a China - dijo Miku. Dijo que, como segunda opción, te vinieses con nosotras unos días de viaje a Pekín. El emperador está dispuesto a hablar contigo sobre ciertos asuntos y a invitarte a cenas, bailes, paseos y... bueno, a que disfrutes de unas vacaciones de ensueño.
Nura frunció el ceño y dejó de acariciar a Kumato, pero permaneció en silencio.
- ¿Por qué tantos privilegios conmigo? - pregunté yo.
Miku sacudió la cabeza.
- No sabemos... Desde hace poco más de un año está cambiando...
Nura se levantó de su sitio.
- ¿Has dicho un año?
- S-Sí...
- ¿Sabe vuestro emperador que Akame-chan es la Phoenix Slayer?
- Oh, ¡por supuesto! ¿Cómo no iba a saberlo?
- ¡Esa es la razón por la que se interesa en ella! Quiere tener a alguien poderoso de su lado ¡Por eso también está de tregua con el Imperio Japonés!
- Oooh... - se sorprendió Aika - ¡Pero el emperador ha cambiado! ¡Ahora es bueno y honesto!
- Eso quieren parecer todos... Lo sé bien , que soy el Señor del Pandemonio y ODIO a los emperadores humanos.
En cierto modo me pareció lógica y más realista la versión de Nura, aunque tal vez su naturaleza youkai estuviese viendo demasiada negatividad. Aika frunció el entrecejo.
- ¡No estamos hablando contigo! ¡Es nuestra prima Akame quien debe hablar, no tú!
Nura gruñó.
- Akame-chan no se va a ir a ningún lado. Bastante tuvimos con desaparecer en el mismo Infierno un año. Y vuestro emperador la ha inculcado un espantoso MIEDO con sus estúpidas persecuciones.
Aika se levantó.
- ¡Deja de hablar por ella, demonio!
Miku se levantó.
- Calmaos, por favor.
- Iré - decidí.
Todos me miraron.
- ¡¡Miaaaaauu!! D8
- ¿QUÉ? Akame-chan, no deberías...
Nura fue interrumpido por el grito de mis primas.
- ¡BIEEENN! 8D - gritaron Aika y Miku felices. Se pusieron a cantar y a bailar, Aika lo hizo con cierta burla hacia Nura.
- Ksó - maldijo él.
- Nura-kun, ¿podemos hablar? - dije.
Nura y yo nos fuimos al pasillo. Aika y Miku siguieron felices en el salón.
- Sé lo que me vas a decir - le dije, una vez me aseguré de que no nos escuchaban.
- Akame-chan... Puede ser perfectamente una trampa. Si el emperador te coge, yo...
- Nura-kun... Llevo toda mi vida huyendo de China y del emperador. Soy la primera que tiene miedo y la que sabe lo arriesgado que es esto. Pero tengo que acabar con este miedo yo de una vez por todas. No sé cómo... pero tengo que encararle.
- China es el enemigo de Japón desde hace siglos. Los chinos no son de fiar nunca, y siempre tienen algo que no gusta un pelo. Piensa en mis padres. Tuvieron que huir de allí conmigo después de acabar atrapados tras la guerra de los demonios chinos y japoneses, por eso tú y yo nos conocimos en el Barco.
- Recuerda que yo soy china. Mi familia está en China. No puedo darles más la espada. Nunca más. Confía en mí, por favor. Además, será muy poco tiempo. No pienso quedarme allí a vivir, aquí en Japón es donde lo tengo todo y tú lo sabes.
- ... No te voy a obligar a quedarte si lo que prefieres es...
- Combatir contra el miedo. Y si para ello tengo que viajar hacia él, lo haré.




viernes, 18 de diciembre de 2015

Akame VS Gyuki



- ¿Cómo te atreves a traicionar a Ayakashi-sama?
- No le estoy traicionando. Le estoy abriendo los ojos. No estarías aquí si nunca se hubiera enamorado de ti.
- ¡¡¡¡¿Qué?!!!! ¡¿Enamorado?! Ò//o//Ó
Miré a Guesshoku, que estaba a casi tres metros de mí.
- Yo que tú no haría eso - alertó el demonio.
Gyuki me amenazó con su katana. Podía ir todo lo rápido que quisiese para agarrar un arma, pero no sabía cómo de rápido era él. Su aura demoníaca era muy poderosa, lo seguro me adelantaría y me mataría a la primera de cambio ¿Qué podía hacer?
- No puedes hablar de esa forma - le reproché. - Debes respetar las decisiones del Jefe.
- Deja de preocuparte tanto por lo que debo o no hacer y preocúpate por ti misma. Porque no vivirás después de esta noche.
- Eso ya lo veremos...
Kumato se lanzó contra Gyuki y le mordió en la pierna. Al segundo, Gyuki cogió al gatomate y lo tiró contra la pared. Maldición... me había dado una rabia terrible, pero había tenido el tiempo justo para correr y desenvainar a Guesshoku.
- Vaya... - dijo Gyuki.
Corrió hacia mí y le frené chocando nuestras katanas. Invoqué rayos Yin en mi espada y Gyuki se fue hacia atrás. Le amenacé con pegarle una estocada.
- Si te rindes no diré nada de esto a Nura-kun.
- Cómo te atreves a llamarle así...
Se movió increíblemente rápido  y me pegó un tajo en el brazo. Por poco no me quedaba sin él si no fuera porque me moví a un lado. Cuando iba a atacarle a la cintura, Gyuki me cogió del pelo y tiró.
- AAAAAAAAAAH - grité.
Caí al suelo. NUNCA me habían tirado del pelo en una pelea. Me daban ganas de pegarle una paliza, pero no podía moverme del suelo. La hoja de la katana de Gyuki estaba a escasos centímetros de mi rostro.
- ¿Ese es todo tu poder, Phoenix Slayer?
- Jugar con el pelo te hace una persona horrible. (Tenía doble sentido ewe ¡esos mechones que tenía en la cara no eran normales!)
- Akame Scarlet... te condeno por mentir diciendo ser la Phoenix Slayer y por embrujar al Señor del Pandemonio.
- Oye D8< ¡Que no soy una bruja! Y... - le miré con toda la ira que sentía - ... ¿yo... no soy la Phoenix Slayer?
Gyuki quedó frenado por cómo le estaba mirando, pero siguió con su misma expresión dura.
- Eres una farsante. Si fueras la verdadera, no estarías en esta situación.
Mis ojos ardieron.
- ¿No soy... la verdadera? ¿Quieres entonces a la verdadera?
- !?!?!
Montones de llamas me rodearon y Gyuki retrocedió varios pasos atrás sorprendido. Me levanté del suelo mientras una llamas me hacían una coleta y otras se incrustaban en el yukata. Cuando el colgante se transformó en dos dragones, miré a Gyuki, luego eché un vistazo al yukata y abrí más la falda.
- ¡OYE! ¡QUE SIGO SIENDO UN HOMBRE! - espetó Gyuki pensando que se me iría a ver la ropa interior.
- Apenas puedo moverme con este traje e_e ¿Tienes algún problema más conmigo?
- Tú... te pareces más a la que vino aquí hace tiempo a atacar al Supremo Comandante.
- Sí... Posiblemente allí era más fénix. Ahora la conciencia de Akame ha aprendido manejarme... aunque tal vez ahora se le esté yendo de las manos... - Akame Phoenix sacó a Nisshoku y le rodearon llamas - Si quemo la mansión del Clan, será por culpa tuya, por llamarme.
Gyuki gruñó y alzó su espada de nuevo.
- Reconozco que me has sorprendido... pero no permitiré que destruyas el Clan.
- No pretendo destruir el Clan... pretendo destruirte a ti.
Me lancé contra él como una bola de fuego y conseguí cortarle en la cintura con Nisshoku. Estaba detrás de él cuando gemía de dolor con una voz muy baja. Había conseguido herirle de gravedad en la cintura y le había quemado en los alrededores.
Justo en ese momento, alguien abrió la puerta.
- ¿Akame-chan? ....... ¡GYUKI-SAMA!
Nura nos miraba sorprendido y corrió a ayudar a su subordinado. Yo quedé paralizada en una esquina en la oscura habitación.
- ¡KEJORO-SAMA! ¡YUKI-ONNA!
Después de un rato, Kejoro y Tsurara aparecieron en pijama. Se percataron de la escena.
- ¡AAHH! ¡GYUKI-SAMA! - exclamó Kejoro
- ¡Llevadle a la enfermería! ¡Vamos! - dijo Nura.
- ¡Sí, Joven Amo! - dijo Tsurara.
Una vez se lo llevaron, Nura corrió a ver cómo estaba Kumato. Este pareció seguir de una pieza. Le acarició y se dieron un abrazo.
- Antes de que me grites, creas o no me creas, empezó él - dije.
- Lo sé.
- !
- Es su forma de ponernos a prueba~~
- ¿"Ponernos"?
- Sí. Yo también tuve que luchar contra él después de que sucediese a mi padre como Supremo Comandante del Clan.
- Dùh~
- Te has integrado muy bien hoy. Les has caído muy bien a todos. Sea lo que sea que él te dijese no le des importancia.
- ...
- Puedes volver a la cama. Te aseguro que no te pasará nada.
- Sí...
Me quedé inmóvil.
- Akame-chan, puedes volver a tu estado normal.
- No puedo.
- ¿Por qué?
"Por embrujar al Señor del Pandemonio."
- Por nada. Me voy.
- Ehhh - se acercó a mí - Oyee... No puedes irte a estas horas, es muy peligroso. Nos iremos a primera hora de la mañana si quieres.
- No hace falta...
- ... No te vayas. En serio... No sé qué te dijo Gyuki pero...
Me dirigí a la ventana pero Nura me cogió de la mano.
- ...
- Nura-kun, tengo que irme antes de que prenda fuego a tu casa.
Me miró a los ojos... con una mirada muy muy profunda ¿Qué intentaba decirme?
- Me gusta más la verdadera Akame. La que es dulce, amable, mona... con la que me río siempre.
- ¿N-Nani?
Nura se acercó más a mi, chocó mi nariz contra la mía. El corazón me iba a mil... Se agachó y me abrazó.
- Te quiero.
- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! - me sonrojé mucho. Al rato, las llamas se apagaron y volví a ser Akame... con unas mejillas muy coloradas.
Le achuché contra mi y le acaricié el pelo.
- Daisuki.
Nos quedamos un rato abrazados. Después, me fui a la cama con Kumato y Nura nos arropó. Al rato me quedé dormida, sin saber si Nura se quedó allí mucho más tiempo.
Tuve un sueño. Estaba en la cabaña donde vivía con mis padres en China. Ellos reían juntos mientras estaban preparando la comida. Mi padre le dio un abrazo por detrás a mi madre y, cuando esta volteó la cabeza, se dieron un largo y hermoso beso. Fue extraño... porque hacía tiempo que no pensaba en ellos de esa manera. Cuando me quedé mirándoles, estos me miraron y sonrieron diciendo "Buenos días, Akame ¿Cómo estás? ^_^".
Cuando desperté por la mañana no vi a nadie diciéndome eso. Aparté las sábanas y me quedé sentada en la cama. Me percaté de que la puerta estaba abierta. Nura entró con una bandeja, me miró y dio un suspiró.
- Ksooooó... Te despertaste justo ahora...
- Etto .3. Ohayou? xDX
- Jeje~ Ohayo~
Se sentó conmigo y dejó la bandeja sobre mis piernas. Llevaba dos cuencos de arroz, miso, edamame, dos lomos de salmón a la plancha y un kumquat-nashi.
- ¿Y esto? ODO
- E-El desayuno <///< El nashi es para Kumato-chin xDx
Kumato se levantó, nos sonrió, cogió su fruta y empezó a mordisquearla.
- Ohhh suugoiii desune >D< Pero... ¿aquí solos?
Nura cogió su bol de arroz, sus palillos, un poco de edamame y comenzó a comer. Sonreí, cogí la sopa y bebí. Aquel desayuno fue genial. No había desayunado tanto en mi vida >O<
Con la tripa llena, fuimos abajo al salón. Kejoro me dio mi chihaya ya limpia. No dijo nada sobre lo que pasó por la noche, de hecho se portó igual que durante la comida y la fiesta.
Kumato se subió a mi hombro y fuimos a mi habitación mientras Nura hablaba con Gyuki, que seguía en la enfermería. Me cambié, cogí mis cosas y bajé a la planta de abajo para irnos ya de vuelta a mi Templo. En las escaleras me encontré con Tsurara.
- ¡Oh! ¡Ohayo gozaimasu Yuuki-Onna!
- Ohayo~ -3-
- Ha sido un placer conocerte. Tendré que volver a mi Templo ahora... asique ya nos veremos. :3
- ¿Ah sí? O.O - parece que se alegró en cuanto supo que me iba.
- Hai~ Espero que para la próxima podamos conocernos más.
- Hai Hai~ <.< ¿Dónde está el Joven Amo?
- Abajo. Ahora iba a verle.
Fuimos juntas a la planta de abajo. Nura estaba ayudando a Gyuki a caminar. El demonio me vio y dijo:
- Oh... Hola... Buenos días.
- Ohayo.
Gyuki se fue lentamente solo por un pasillo a reunirse con sus amigos.
- ¿Lista? - preguntó Nura con una sonrisa.
- ¡Hai!
- ¿Lista? ¿Para qué, Nurarihyon-sama? - preguntó Tsurara.
- La voy a acompañar a su Templo. Volveré en cuanto la deje allí.
- ¿NANIIIIIIIIIIIIIIII? - chilló Tsurara - ¿T-TE VAS A...? ¿CON...? ¡PERO....! D8
Kejoro se acercó a Tsurara.
- ¡Tsurara-chan! ¡Dijiste que me ayudarías con esto de tender la ropa!
- VOYYY ;____; GR, BAKA~!
- OEE X___X Bueno, hasta pronto Akame-sama. Y vuelva pronto, Joven Amo.
- Sí n_n
- Itterashaaaai!~
- Itekimassu~
Nos fuimos de la mansión del Clan Nura. Cuando iba a sacar a mis dragones, Nura me paró.
- No, no~ Demos un paseo por este bosque de aquí a la izquierda, que es muy bonito~. Luego podemos usar a tus dragones.
- De acuerdo~

Así lo hicimos y dimos un paseo. Los árboles de ese bosque sí estaban de color rojo debido al otoño, a diferencia de los jardines del Clan. Pasamos por una zona de flores kiku (crisantemos) y Nura cogió una de color rosa.
- Estas flores son de las pocas que viven en otoño... - comentó él. Me miró, se acercó a mí, y me la
colocó en el pelo - Ahora eres una ohime (princesa)~ -/////-
- o/////o ! B-Baka... .///.
Seguí con la flor el resto del viaje. Una vez invocamos los dragones, fuimos volando hacia mi Templo. Les pedí que nos dejasen justo en el puente del río. Caminamos, pues, hasta la puerta.
- ¿Entonces al final lo pasaste bien, Ohime-sama? -////- - preguntó Nura.
- ¡¡B-BAKA!! ¡No soy una ohime!
- MYAAAA! 8D - afirmó Kumato.
- Mientras tengas la flor lo serás <.<
- DUUUUÙH X///X
Miramos al frente y nos fijamos que justo en la puerta de entrada había dos jóvenes muy extrañas. Una tenía el pelo rosa recogido por una única coleta a su izquierda y los ojos azules, vestía con yukata rosa con obi azul, mientras que la otra tenía un largo pelo azul recogido por dos coletas, los ojos azules mar y vestía con un yukata azul y obi rosa. Muy combinadas una con la otra... irradiaban un aura celestial que no había visto antes.
- ¿Las conoces? - preguntó Nura - No parecen ser muy humanas...
Sacudí la cabeza y nos acercamos a ellas.
- ¡O-Oh! - dijo la de azul en cuanto me vio - ¡E-Es ella...!
- ???
- ¿Sí...? - la chica de rosa me miró más detenidamente y se levantó del suelo - ¡Síí! OoO
- Etto... Ohayo gozaimasu! ¿Qué os trae por aquí?
- Nunca te había imaginado así... Qué grande te has vuelto... - comentó la de rosa.
- ¡Aika, tenemos que responder! - reprochó la de azul.
- No se tratan con honoríficos. No deben de ser de por aquí - me susurró Nura.
- Perdón, perdón... - dijo sonriente la de rosa - Ni Hao, Akame Scarlet Targaryen. Ella es Miku y yo soy Aika. Somos embajadoras de China... y  tus primas.



miércoles, 16 de diciembre de 2015

Yukata azul

Salí de la bañera y me sequé. Nura me había llevado a uno de los baños de su mansión para quitarme el barro que había cogido en el jardín.
- Ksó~ Me tiene que pasar todo a mí.
Me tapé con una toalla y usé fuego de Fénix para secar el pelo (¡procurando no quemarlo! D8).
La preocupación que tenía en ese momento era que no tenía ropa de repuesto. Me acerqué a la puerta, que estaba cerrada.
- ¡¿Nura-kun?!
- Estoy aquí - dijo la voz de Nura detrás de la puerta. - Pero hay varios youkais por aquí, deberías llamarme como te dije~
Ignoré si eso era cierto o era una escusa para llamarle de ESA~ forma.
- Ayakashi-sama~ Verás... solo traje mi chihaya, nada más.
- ¿Por qué no te transformas en Akame Phoenix?
- ¡Aunque lo hiciera seguiría sin.... ropa...!
- Mmm... Espera un momento.
Esperé ese ratito en silencio. Después, Nura volvió a hablar:
- Abre.
- ¡Estarás de broma!
- ¡BAKA! ¡Es para darte ropa!
-Ungh...
Entreabrí un poco la puerta procurando esconder cualquier zona del cuerpo que no fuese la cabeza. Miré abajo y vi algo de ropa.
- Póntelo~ - dijo Nura.
Lo cogí
- Domo Arigato.
Cerré y vi lo que era. Había traído mis cintas del pelo, mi obi que por fortuna no se manchó, calcetines tabi y sandalias geta nuevos... y su yukata azul.
- NANIIIII X////x PERO..PERO...
- No seas baka y póntelo~ No hay otra cosa.
Olía a él.
- N-No pasa nada... Está bien.
Me fui vistiendo. Cuando me miré al espejo me sentí diferente. Nunca había vestido de ese color tan azul... Sin embargo, me gustó muchísimo. Cogí el arco y el carcaj y me los puse a las espalda, así como colgué de mi cintura a Gesshoku.
Abrí la puerta y vi a Nura esperándome vestido con el yukata negro. Se me quedó mirando.
- ¿Y bien? - le pregunté.
- Mmmm... mgh.... Muy guapa...
Miré abajo .
- Gracias~
- ¿Pero es necesario que lleves todo eso a una fiesta?
- ¡Tú también llevas a Nenekirimaru! D8<
- Porque es solo mi Nenekirimaru Dx< Además, no dejo de ser el Supremo Comandante.
- ¡Y yo una sacerdotisa!
- MEEEH
- ...
- ...
- ...
Nos descolgamos a la vez nuestras armas.
- !!!
- !!!....
- P-Pues eso... - se acercó a mí y cogió mis cosas, - las dejaré en mi habitación. Allí nadie las cogerá seguro.
- V-Vale...
Mientras Nura se iba a su cuarto, yo me fui a esperarle en la entrada principal de la mansión. Reconozco haber sentido algo de miedo allí sola viendo a varios demonios entrar y salir... no iba a a poder defenderme con las armas de siempre en el caso de que ocurriese algo. Una bola roja se acurrucó a mis pies.
- Kumato... yo te mato¬_¬
- Meow <////<
- Ara Ara~ x_x
Kejoro y un youkai rubio sin cuello con la cabeza volando aparecieron. Kejoro me saludó.
- Qué guapa, Akame-sama.
- Arigato, Kejoro-sana.
- Este es Kubinashi.
- Hola~
- Konbawa~
- Kubinashi~ Kejoro~ - dijo Nura cuando vino.
- Konbawa, Joven Amo.
- ¿Vamos a la fiesta?
Junto con Kejoro y Kubinashi, Nura, Kumato y yo fuimos juntos a la fiesta que había organizado al otro lado del jardín. Había música, bailes, comida, juegos... y estaba muy decorado de farolillos.
Nos acercamos al grupo de youkais mayores... entre ellos estaba Gyuki.
- Buenas noches, Supremo Comandante... y compañía - dijo.
- Konbawa, Gyuki-sama. Le presentó a Akame-sama.
"-sama x_x"
- Encantada, Gyuki-san.
- Interesante... La que mató al Gran Fénix Legendario.
- Bueno, en realidad no lo maté.
- ¿Ah, nooo?
Nura me miró. En su mirada vi que mejor no alargar más la conversación.
- Lo absorbí - expliqué.
- Anda... Con que eres TÚ el Fénix.
- Lo hace de maravilla, Gyuki-san - dijo Nura. - Ha aprendido a controlar sus poderes.
- ... Bien. Espero que pronto pueda ver cómo funcionan.
- H-Hai.
Nos despedimos del grupo de mayores. Bebimos un par de sodas ramune, comimos unos pinchos de pulpo y vimos los bailes. Nos reímos mucho cuando salió Natto Kozzo vestido de princesa >//D//<.
- ¡Oh! ¡Tsurara-chan! ¡Ven! 8D - dijo Nura.
- ¿Are?
Yuuki Onna, la youkai de las nieves, se acercó rápidamente en cuanto Nura la vio y la llamó, aunque puso mala cara al verme.
- ¿Sí, Joven Amo?
- ¿Qué tal la fiesta? Has estado desaparecida todo el día.
- ¡Muy bien, Joven Amo! Siento que no nos hayamos visto mucho, estaba preparando las cosas para la fiesta.
- Sugoi~ Los helados te han salido muy buenos.
Tsurara se sentó a su derecha, mientras yo estaba a su izquierda.
- Arigatoooo n//U//n
Un kappa se acercó a mí y me tiró del brazo.
- GGGGG
- ¿Eh? ¿Qué quieres? D8
- GGG GG >~< - siguió tirando más.
- P-Per.. ¡EEHH!
- Jijijiji - rió Nura. Se quedó hablando con Tsurara.
Kappa me arrastró con él hasta un juego de tirar el abanico. El juego consistía en lanzar uno a una pequeña portería. Kappa me ofreció un abanico.
- ¿Y-Yo? XDX
Varios youkais pequeñitos se pusieron a saltar contentos esperando a que tirase el abanico. Kumato se unió a ellos... maldito gatomate x__X
- B-Bueno...
Apunté y lancé. El abanico cayó perfecto en la portería.
- ¡BIEEENN! - celebré. (Lo que tiene tirar con arco...)
Los demás youkais gritaron aún más eufóricos.
- ¡OOOOHHH! ¡QUÉ BIEEN! ¡SE TE DA MUY BIENN! - gritó un Ko-Oni.
Sannokuchi era tan pequeño que solo podía arrastrar el abanico. Tofu Kozo se adelantó, tiró él, y varios se enfadaron.
- No te cueleeess, Tofu D8<
- Eso Eso!!! ÑAAAH
- ÑAAÑAAA
- PERO BUEEEENO X___x - me llevé la manga a la boca - jijijiji.
Volví la mirada a Nura. Me di cuenta de que me estaba mirando con una sonrisa rara y me volteé para mirar al primer lado que se me ocurrió.
- ¿Nura-sama? ¡Nura-sama! ¿Me estás escuchando? - repetía Tsurara.
Vale, eso fue extraño, pero me sentí muy contenta.
Tras una pequeña obra de teatro Noh y una partida de Go, se me hizo muy tarde. En cuanto Nura me ofreció cama esa noche, me sorprendió ver a la mayoría de youkais gritando que aceptase. Los pequeñitos me hicieron gracia porque fueron los primeros en ser voluntarios para traerme las sábanas x_X Me alegró saber que ya no tuviesen miedo de mí.
Me prepararon una habitación y trajeron mis armas. Kumato corrió contento a su montón de mantas que le prepararon a él y se acurrucó. Caí sobre mi cama justo cuando me di cuenta de que Nura me miraba desde la puerta. Me incorporé y quedé sentada.
- ¡No! Baka... Estás muy bo... .... contenta así - dijo él.
- ¿S-Sí? Tú... tú también pareces estar contento.
Se agachó de cuclillas.
- Lo estoy.
Le sonreí.
- ¿Te lo has pasado bien entonces? - me preguntó.
Asentí y me sonrió.
- Descansa todo lo que quieras. Cuando quieras volver a tu Templo avísame y te acompañaré.
- ¿Me acompañarás? .///. V-Vale.
Acarició un poco mi flequillo y me dio un beso en la frente.
- Mih .///.
- .////. H-Hasta mañana.
- Hasta mañana .///.
En cuanto se fue, me tiré a la cama; me arropé y, tras pensar en el día, quedé dormida...
...
...
...
...
...
- MYAAAAAAAAAAAAA
- Dulces sueños, Phoenix Slayer.
Me fui a un lado rápidamente. Aquella katana casi me cortaba la cabeza. Habrían pasado como unas dos horas desde que me acosté. En medio de la oscuridad de la noche, reconocí perpleja el rostro tapado por un mechón de cabello oscuro y largo mientras que el otro tenía varios mechones pequeños cogidos de la oreja.
- ¿Gyuki-san...?
Alzó su katana.
- Vamos a ver qué tan merecedora eres de pertenecer al Clan Nura.





domingo, 13 de diciembre de 2015

Ayakashi-sama

La comida estaba de miedo. Kejoro, la youkai de la cortesana del cabello había preparado una comida especial para Nura y para mí: Takoyakis (bolitas de pulpo al estilo Kyoto) y calpis con sabor a uva.
Kumato se acurrucaba con Nura y a veces este le acariciaba el lomo.
- Bueno, ¿y qué tal por el Templo? ¿Los humanos son pesados contigo?
- No son pesados, solo necesitan un poco de ayuda. En el Templo... bien. He estado haciendo limpieza y tal. Casi parece que mi vida es normal después de todo.
- Eso está bien.
- ¿Tú qué tal por aquí?
- Bastante liado... He tenido que ponerme al día con los asuntos del Clan. Después de varios días poniendo orden pensé que lo mejor sería dar una fiesta para despejar a la gente y divertirnos un poco. Eso sí, he tenido muuuuuchas conversaciones con Gyuki...
- ¿Gyuki-san? ¿Es el demonio que te sustituyó?
- Sí. La verdad es que lo ha hecho bastante bien, no esperaba menos de él. Aunque cuando se enteró de lo que tú estás dentro del Clan, me echó un poco la bronca... Es de los pocos que se atreven a reprocharme.
- Ya... Entiendo... Yo... siento si molesto...
- Baka~ Si me molestases no te hubiera invitado. Quería que vinieses. Esto no es tan malo como pintan los de tu sector y los del mío.
- ¿Los omnyoujis y tus youkais?
- Nee~ - Nura cogió un takoyaki y se lo metió en la boca - Oye, ¿y por qué no viniste antes? Karasu Tengu te tuvo que buscar por media Japón y casi te pierdes mi discurso~ ¬.¬
- Gomene~ Tenía una urgencia en el pueblo de Kikyo-chan. Ayer por la noche, después de cenar en la Escuela de Sacerdotisas, me encontré con un bandido herido que fue atacado por varios demonios y le salvé. Estaba muy mal... se lo llevé a Kikyo-chan para que lo cuidase.
- Oh... ¿Un bandido?
Me pareció curioso que Kurotabo no le hubiese dicho nada sobre lo que pasó. Pensé que podría estar haciéndose el tonto, que tal vez se le había olvidado o que podría no haberse enterado. Recordé que, al fin y al cabo, fue orden suya eso de patrullar Japón para controlar a los youkais salvajes y que no era importante que los que se encargaban de eso lo hablasen con su comandante. Decidí seguir la conversación como si nada.
- Sí, bueno... En realidad es un saqueador de ciudades. Kikyo-chan dijo que era muy conocido. Se llama Onigumo.
- !!! ¿Onigumo ka?
- ¿Lo conoces?
- Gyuki me habló de él. Al parecer en este último año se ha hecho muy famoso. Varios demonios del Clan fueron a por él pero siempre lograba escaparse.
- Ungh...
- No sabía que ahora rescatases a ese tipo de gente <.<
- Yo no lo sabía ¬_¬ De todas formas Kikyo-chan dijo que hice bien. Las sacerdotisas no somos quienes para juzgar a los delincuentes.
- Mmmm... Cebolla~
- Grr...
- NURAAAAA
De pronto alguien abrió la puerta y vi a un youkai malhumorado con forma humana. Era un youkai de ave venosa. Al verme se alarmó y dijo a Nura con un intento de tono más relajado:
- ¿Puedes salir un momento, Supremo Comandante?
- H-Hai x_x - dijo Nura - En seguida vuelvo, Akame-chan.
Asentí. Kumato le dejó levantarse y se fue con el youkai.
En poco rato escuché voces que provenían de la habitación de al lado. Kejoro, la youkai del cabello, vino de la cocina y reparó en lo sucedido.
- Vaya~ Esos dos discutiendo otra vez - se dirigió a mí con una sonrisa - Hola Akame-sama.
- H-Hola Kejoro-san.
Kumato, al ver que no íbamos a comer más y Kejoro se lo iba a llevar todo, comenzó a comer los takoyakis que sobraron. Viva el gumio~ xDx
- Una cosa... ¿quién es el que ha venido a por Nura-kun?
- ¿Nura-kun? ¿Qué forma de llamar al Joven Amo es esa?
- Gomenassai. Al... ¿Supremo Comandante?
- Ay... Es Zen-sama, del Clan Yakushi, un clan adscrito al nuestro. El Joven Amo y él son bastante cercanos.
- ¿Y por qué vino tan alterado Zen-san?
- Bueno... - Kejoro fue recogiendo los platos y los vasos. - Muchos de aquí no les hace gracia que... estés aquí.
- Dúh~ Me imagino...
- Zen -sama y el Clan Yakushi pertenecen al grupo de youkais que más tiempo lleva en el Clan Nura sirviendo a la familia del Joven Amo. Son el sector más conservador y, por lo tanto, ven a las omnyoujis como tú un peligro, más bien un enemigo.
- Los demonios y las sacerdotisas son dos polos opuestos. Siempre estuvieron enfrentados.
- ¡Pero tranquila! Otros piensan que, aunque reconozcan sentir miedo, si el Joven Amo te ha elegido a ti, es porque realmente eres de fiar. Mientras Nurarihyon-sama confíe en ti, no estarás en peligro aquí.
- Ungh...
- ¡Yo soy de ese sector! 8D No pareces mala cría~
Me guiñó un ojo.
- Arigatou~ - dije.
- Por si acaso intenta no separarte mucho del Joven Amo ¡o de mí si quieres! ¡Te puedo presentar a varios compañeros en la fiesta de esta tarde-noche!
- Arigatou gozaimasu, Kejoro-sama x_x
Abrieron la puerta y Nura y Zen entraron.
- Perdón por irnos así - dijo Nura. - Akame-chan, quería presentarte a Zen-kun, del Clan Yakushi.
Zen no parecía muy contento, pero pareció ser que al menos Nura le tranquilizó.
- Encantada~ - dije.
- Dozo~ - dijo Zen.
- ¿Quieres un té Zen-kun? -U- - ofreció Nura.
- No, gracias. Quiero ver cómo están los demás y cómo va la fiesta.
- ¡Sugoi!
- Nos vemos.
Zen se fue. Nura se volvió hacia mí.
- ¿Qué te apetece hacer?
- Pues... no sé...
Kumato ronroneó.
- ¿Te apetece que tomemos un té y luego demos un paseo para enseñarte la casa? ^D^ - propuso Nura.
- ¡Oh! ¡Vale! :)
Kejoro nos preparó un té verde con galletas de té matcha y nos lo tomamos tranquilamente.
- ¿Qué te parece el nuevo miembro, Kejoro-sama? - preguntó Nura.
- Muy diferente e interesante, Joven Amo. Espero que le guste este sitio - dijo Kejoro.
- Aunque sea para vernos de vez en cuando, espero que nos visites~ - añadió Nura.
- C-Claro, Nura-kun x//_//x
- ¿O-Otra vez con "-kun"? - reprochó Kejoro.
- Gomenasai x_x Supremo Comandante - rectifiqué.
- Baaaaka~ - dijo Nura. - No pasa nada si me tratas de "-kun". Nos tratamos así desde siempre. Pero, si quieres, para que los demás no se alteren, puedes llamarme... Ayakashi-sama~
- ¿A-Ayakashi-sama? O/_/O
- Si prefieres Joven Amo <.< ...
- Brbrbrrber~~!!...
- ¿"Ayakashi-sama" no llama también la atención? X_X - comentó Kejoro.
- Mi... Me gustaría e//3//ê - dijo Nura.
- U-Ungh... B-Bueno... S-Solo delante de los demás youkais ¬////¬  - decidí.
- *D* !!!
Tras esa conversación. Nura y yo nos fuimos a dar un paseo. Primero vi algunas partes de su mansión, llena de objetos y pinturas muy antiguas y de gran valor. Para ser una casa habitada por montones de caóticos demonios, estaba muy limpia y ordenada.
Luego dimos un paseo por los jardines de sakuras. Parecía que allí no existía el  otoño y había una primavera constante.
Pronto se fue yendo el sol y varias luciérnagas comenzaron a iluminar la parte del lago. Al lado estaba el sakura más grande de aquellos jardines.
- Me gusta mucho subirme a ese y pensar en mis cosas mientras miro el paisaje.
- Woo~
- ¿Te apetece subirte?
- N-No sé si es buena idea...
- ¡MYAAA MYAAAAAAA!
Kumato saltaba de un lado para otro felizmente. Le miramos y nos reímos.
- Te vas a matar, Gatomate xDx - dijo Nura.
Kumato le sacó la lengua.
- PERO BUEEENO X___X - dije.
Kumato se lanzó contra mí, me golpeó como si fuese una pelota y me desequilibró.
- AYAYAYYY ME CAIGOO!
- ¡AKAME-CHAN! X____x
Me cogió de la mano pero Nura también se desequilibró y caímos al césped. Kumato soltó una risita maliciosa y se fue corriendo.
- ¿N-Nani?
¿El césped era cálido y tenía un corazón que latía? No.
- AA-AAAH x//D//X
- Ssshhhh - dijo Nura.
Cuando iba a levantarme, Nura me apretó más contra su pecho.
- Quédate un ratito así... - dijo.
Me sonrojé y estuvimos tumbados un rato. Me gustó bastante estar así con él... me sentía tan relajada y... miau. >/////< No podía alejarme de Nura como querían que hiciese el Maestro o los demás omnyoujis. Nura... es demasiado especial para mí.
Tras estar poco más de cinco minutos así, nos levantamos.
- AHHHHHHHHHH
Sin embargo me tropecé hacia atrás por una piedra y... caí en un charco de barro x___X
- AYYY KSÓÓÓÓÓÓ´!
- ¡KSÓÓÓ! ¿ESTÁS BIEN, AKAME-CHAN? ¡Eres muy torpeeee! D8<
- AAAYYY ÑAAAA DDDDDD8<
Me levanté. Estaba completamente manchada.
-AAAAAHHHH SUSIAAAA X___X - dijo Nura.
Invoqué un poco de luz del Yang.
- QUÉ DICES - dije.
Nura levantó las manos y apagué la luz.
- Eres una cebolla tonta~ mmmmm... Ven~ Vamos a arreglar esto.
- Grrrrrr e3e
- ¡Deja de gruñir y corre! ¡Si no te lavas, nos perderemos la cena!
Nura cogió de mi mano y corrimos hacia su mansión. .////.



martes, 8 de diciembre de 2015

3. Saga del Purgatorio

Tras la batalla en la guarida del Fénix, aparecí en un lugar completamente distinto. Dante, el cazademonios, nos había llevado a Nura y a mí al Purgatorio, ya que ahora tenía al propio Fénix Legendario dentro de mí y podía descontrolarse si volvía inmediatamente a mi vida normal en la Tierra. Además, en aquel mundo apocalíptico, nos encontramos con Rei y Blue.
Decidimos ir a merendar al restaurante Tommy Mel's y después, Nura y yo decidimos alojarnos en una casa de alquiler que nos proporcionó un señor llamado Hilbert mientras Rei y Blue disfrutaban de su estancia en el Love's Hotel y Dante se iba a trabajar como cazademonios. Compartiendo casa con Nura, nos hicimos bastante más cercanos.
Al día siguiente, Rei, Blue y Dante decidieron llevarnos de compras y nos invitaron a su piscina. Era un lugar muy diferente a Japón y me dio cierta vergüenza ir en bikini, pero lo pasamos bien... hasta que apareció Cerberus.
El demonio del cerbero raptó a Blue, y Rei y Nura decidieron perseguirle mientras Dante y yo nos quedamos en la piscina luchando contra un francotirador que empezó a atacarnos mientras Cerberus se iba con Blue. Una vez le vencimos, Dante y yo perseguimos a los demás hasta un edificio. A esas alturas, según todos, mi alma estaba comenzando a corromperse por reacción al Fénix que habitaba dentro de mí.
Luchamos contra varios hombres que intentaban matarnos y quedarse con el poder del Fénix. Ahí fue cuando Nura vino a ayudarnos y los vencimos. Bajamos al sótano del edificio y vimos que Rei estaba luchando muy seriamente con Cerberus. Ambos demonios manifestaron sus verdaderas formas: Rei, una sombra; y Cerberus, un hombre-perro. Rei logró vencer y Dante se llevó a Cerberus al Infierno.
Tras la batalla, Nura y yo nos fuimos a casa. Rei y Blue vinieron a cenar pizza con nosotros y hablamos de nuestras vidas. Nurarihyon era el rey de los demonios y líder del Clan Nura, Rei era un demonio sombra del Tártaro que decidió dedicar su vida a viajar entre mundos a diferencia de los otros demonios como él y Blue era la princesa de una dimensión llamada Caetoneko.
Cuando nos fuimos a dormir aquella noche, un grupo de vampiros entró a casa y nos atacó. Hilbert nos había engañado pues era un vampiro que, junto sus amigos, querían matarme y conseguir el poder del Fénix para viajar entre las dimensiones que quisiesen y ser libres sembrando el caos.
Reconocieron a Nurarihyon y no comprendieron como podía estar conmigo y no intentar conseguir mi poderes, pero Nura no cambió de padecer y, junto a Rei, me protegieron. Los vampiros supieron que no podrían contra dos demonios fuertes, por lo que se marcharon. Blue aseguró junto a Rei y a Nura que no me iban a dejar sola... Ahora tenía un grupo de nakamas (amigos).
Tras quedarnos un rato hablando, volvimos a nuestras habitaciones. Sin embargo, en cierto momento de la noche quise ir al baño y Blue me siguió... cuando de pronto apareció Dante con grandes alas de plumas blancas, ojos rojos y colmillos.
Cuando iba a convertirme en la cena de Dante, Rei apareció y nos separó y Nura me protegió. Blue reconoció el tipo de poder que tenía: Dante era una mezcla entre ángel y vampiro que despertaba su verdadera forma las noches de Luna Llena y se descontrolaba.
Una vez lograron apaciguar a su amigo, Dante se lamentó y decidió llevarnos de regreso a la Tierra con dos mariposas azules que nos trasladaban a las dimensiones.
Nura y yo las seguimos... y volvimos a la Tierra.
Era de día y un miembro del Clan Nura, Natto Kozzo, vino a buscar a su jefe. Me despedí de Nura e intenté regresar a casa.
Pensaba que mi alma entonces estaba libre de que pudiese caer a la oscuridad por culpa del Fénix, pero en el bosque cerca de mi Templo me crucé con Hiroito y mi sangre comenzó a arder de ira. Mis ojos ardieron y mi ropa y colgante cambiaron hasta que me convertí en Akame Phoenix. Saqué mi katana Guesshoku (Eclipse lunar), que en ese momento era Nisshoku (Eclipse solar) y atravesé con ella a Hiroito. Después de eso, volé hacia Nura para matarle. El alma del Fénix me estaba poseyendo.


1. El Purgatorio
2. Los verdaderos hombres comen helado de fresa
3. En busca de un hogar
4. Ataque en la piscina
5. Rescate. El Cazademonios, la Sombra, la Princesa de Hielo, el Señor del Pandemonio y la Sacerdotisa de Fuego
6. Los señores de la noche
7. Vuelta a casa

Fiesta en el Clan Nura

El viaje fue un tanto incómodo. Se notaba que a Karasu Tengu, el demonio cuervo del Clan Nura, no le hacía ninguna gracia que me pusiese la capa del Clan Nura y tuviese que ser él quien me llevase a la mansión del Clan. Notaba que me tenía cierto desprecio por ser una omnyouji, y más siendo la culpable de que su jefe haya desaparecido un año entero; pero también sentía que me tenía miedo, parecía que iba a exterminarle en cualquier momento.
Kumato y yo estábamos subidos a un youkai volador que, con Karasu Tengu al lado, nos estaba llevando a Ukiyo-e, un pueblo poco conocido entre Osaka y Kyoto. Siempre pensé que la mansión del Señor del Pandemonio estaba un poco más al este, más cerca de Tokyo, pero al parecer las fuentes que afirmaban eso estaban equivocadas, como es más propio de intentar localizar a un youkai de magia ilusoria muy poderosa como es la de Nurarihyon.
El youkai sobre el que íbamos subidos comenzó a descender y nos dejó justo delante de la puerta de una mansión enorme un poco alejada del pueblo (como es propio de los demonios que intentan vivir civilizadamente <_<)
- Pero... - pensé en alto - este sitio me resulta familiar.
- Hace tiempo estuvo aquí, pero usted era diferente, señorita - dijo Karasu Tengu. - El Joven Amo nos explicó que sus poderes estaban descontrolados, Phoenix Slayer.
- Oh, ya veo. Aquella vez...
Aquella vez que se me fue la pinza días después de volver del Purgatorio. Apenas recuerdo lo que pasó, de hecho la mayoría de las cosas las sé por lo que me contaron Nura, Rei y Akane. Casi mataba a Hiroito y casi me mataban por intentar ser la "Señora del Pandemonio" y querer vengarme de China y su emperador.
- Qué locura... No volverá a ocurrir - aseguré.
Karasu Tengu hizo una mueca de aprobación pero depositando una confianza nula en mí.
Se abrieron las puertas de la mansión. Vi que había un enorme jardín lleno de cerezos en flor (en otoño, sí.... ¡magia youkai anti-otoño(?)! x_x) repleto de demonios esperándonos.
Demonios de todo tipo: pequeños, grandes, antropomórficos, animalizados, cosificados... No entendía como una cantidad así de youkais podían vivir clandestinamente en aquel lugar.
Todos me miraban con caras de muchos tipos: rabia, miedo, sin expresión...


- Konnichiwa, Akame Scarlet Targaryen ^_^
Kurotabo, el demonio-monje con el que me topé el día anterior, se acercó a mí. Él era el único con buena cara. Detrás de él había un kishin (dios demonio) y una yuki onna.
- Konnichiwa - dije.
Yuki-onna me miraba con mala cara mientras el dios demonio se presentó:
- Soy Aotabo. Esta es Tsurara-chan.
- Hajimemashite~ - dijo Tsurara Yuuki-Onna sin cambiar de expresión.
- Dozo yoroshiku~
- Bien~ ^_^ - dijo Kurotabo - Vamos a ver a Nurarihyon-sama. Le encantará verte.
- S-Sí...
Todos fuimos a la parte de la izquierda. Los youkais estaban esperando con sus capas del Clan Nura como la mía a que Nura empezase el día de fiesta (o lo que sea que fuese). Muchos de ellos me miraban preocupados, como si fuese un peligro; sobretodo el grupo de demonios mayores que no paraba de mirarme de reojo. Era un tanto incómodo pero no dije nada.
Aotabo y Tsurara se quedaron atrás hablando. No tenía pinta de que les cayese muy bien. Al menos Kurotabo estaba conmigo, tal vez estaba siendo amable porque una parte de él es de monje. Se supone que entre sacerdotisas y monjes nos entendemos de alguna forma... ¿no?
Por fin, las puertas de la mansión se abrieron y Nura salió al exterior. Todos los demonios le recibieron con aplausos y gritos de alegría. Los demonios más pequeños pegaban saltitos. Kumato el gatomate les imitó.
- ¡Buenas a todos, Desfile Nocturno de los Cien Demonios! - dijo Nura con una sonrisa carismática - ¡Como ya sabéis, hoy celebraremos mi vuelta al Clan y acogeremos a un nuevo miembro! ¡Será un día de celebración con música, bailes y muuuuuucha comida y sake!
- WIIIIIIIIIIIIIIJFDISDJFKLSFKS 8DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
"Estos youkais están locos..."
- Ven~ Akame-chan~
Nura extendió su brazo hacia mí y me sobresalté. No sabía que me había visto entre la multitud. Todos me miraron recordando que estaba allí y me volvieron a mirar... a su manera~ Un demonio no supo disimular y su ojo volador se acercó hasta quedarse a pocos centímetros de mí.
- K-Ksó... - murmuré.
Me acerqué a Nura.
-Konnichiwa~ - dijo sonriente.
- H-Holark~
Nura me cogió de la mano, la elevó y se dirgió a la multitud:
- ¡Akame Scarlet Targaryen, la Cebolla Slayer, la Phoenix del Clan!
- ¡¿NANI?! - pregunté mirándole furiosamente.
Todos aplaudieron y Nura sonreía hasta que murmuró alarmado.
- Ups... Tengo la sensación de haberme confundido en algo...
- Baka da...
Me espachurró contra él y escondí mi cara que se estaba poniendo como la de un gatomate.
- Sé que muchos pensáis que puede ser un peligro por eso de que estudió en una escuela de sacerdotisas y que sus poderes no son del todo estables y nos atacó... ¡Pero eso ha quedado en el pasado! ¡Ahora es una fantástica guerrera que luchará por el bien de nuestro Clan! ^D^
"¿P-PERO QUIÉN DIJO ESO? x//_//X"
A bastantes les convenció aquello, pero el grupo de demonios mayores no parecía tragárselo del todo.
Así pues, Nura dio por comenzada la fiesta y varios demonios se pusieron a tocar música con instrumentos japoneses como el shamisen (como una guitarra o un laud), kagura-bue (flauta), koto (como un arpa que se pone sobre el suelo), incluso trajeron un taiko (tambor grande).
- ¿Te apetece un calpis y unos takoyakis? - preguntó Nura.
- !!! ... Oh... hai~
No es que tuviese mono de calpis y takoyakis ni nada por el estilo.



viernes, 4 de diciembre de 2015

Las nuevas compañías de Kikyo: El saqueador y el hanyo

- Le cuesta despertarse - dije.
- Yo diría más bien que le duele - dijo Kikyo.
Al menos en el Templo de Kikyo hacía más calor. Estaba a punto de acabar noviembre y, aunque no hacía mal tiempo, las temperaturas estaban comenzando a bajar. Supongo que no lo iba a notar mucho, pues dentro de mí tenía nada más ni nada menos que un pájaro de fuego. Sin embargo, aquel hombre estaba en una situación completamente contraria a la mía. Las heridas le hacían más sensible a todo, incluido al frío, por lo que, tal y como había dicho Kikyo, le dolía hacer cualquier cosa.
El Templo estaba siendo calentado por una pequeña hoguera en el centro. En efecto, aquel lugar no era nada comparado con el enorme Templo del Gato Negro o el del Dragón Rojo. El Templo de la Shikon No Tama, como así lo había llamado Kikyo, era el típico templo de pueblo con el color de la madera al descubierto sin ningún tipo de decoración más allá de los talismanes de papel, los pequeños grabados y los pergaminos de caligrafía para espantar a los demonios. Al fondo del pequeño Templo había un altar con la Esfera de los Cuatro Espíritus, brillante y purificada gracias a la magia de Kikyo.
Kaede, la hermana menor de Kikyo, había crecido bastante desde la última vez que la vi. Era, por así decirlo, la aprendiz de Kikyo. En un futuro iba a ser una fantástica sacerdotisa. Además, cuando Kikyo se ausentó para ir a Caetoneko y a Madrid, Kaede fue quien llamó a varias amigas mikos de cuando Kikyo y yo estudiábamos para que vinieran a proteger al pueblo de los youkais.
Al parecer lo que mejor se le daba era el uso de las plantas medicinales.
- ¿Esta puede servir, Kikyo-nee-sama? - preguntó.
- ... No lo creo... Su cuerpo está horrible... A todo esto, - se dirigió hacia mí - ¿Sabes quién es?
- No... Le salvé de unos youkais del bosque del suroeste de la ciudad. No pude saber nada más de él.
- Ehrgh.... rergh...
- !!!! ¡Está despertando! - exclamó Kikyo volviéndose hacia él.
- Lleva intentando despertar desde que salimos de casa -O-''
Kikyo me mandó callar y preguntó al hombre:
- ¿Cómo se encuentra? ¿Quién es usted?
El herido fue abriendo su único ojo visible poco a poco, como si en verdad ese pequeño gesto le doliese a horrores.
- S.. s... s...
- ...
- ...
- ...
- ... meow
- S-Soy Onn..Oni...Onigumo.
Kikyo se alarmó.
- ¿Onigumo ka?
El hombre se la quedó mirando sin decir nada.
- ¿D-d-Dónde estoy...? D-Doko...?
- Está en un pueblo cerca de Tokyo. Mi amiga me dijo que le atacaron unos demonios del bosque por la noche.
- O... a... s-sí... creo que... sí.
- Has salido vivo por muy poco - dije.
- Agh... m... argh... ksó... ¿c-cuándo me pondr´ré b-bien?
Miré a Kikyo. Esta no supo qué decir durante un rato (o más bien quería evitar responder) hasta que decidió:
- Le llevaré a otro sitio y ahí comprobaré cómo evoluciona su estado ¿de acuerdo?
- Aergh...
- ¿A dónde? - le susurré a Kikyo.
Esta se levantó.
- Acompáñame, Akame-chan.
Salimos afuera y nos distanciamos varios metros del Templo. La gente nos miraba pero no se acercaron a nosotras.
- Supongo que no sabes quién es porque estuviste un año fuera.
- No, no lo conozco ¿Tú sí?
- Es Onigumo. Uno de los saqueadores más sanguinarios de los últimos tiempos. Se hizo bastante conocido por toda Japón en este último año. Ha saqueado montones de poblados y ha matado a mucha gente...
- ...!!! Por Buda... Y voy y le salvo yo x_x
- Has hecho lo que debías, Akame-chan.
- ¿Y qué harás tú? ¿Has dicho de llevarle a otro sitio?
- Hay una cueva cerca de por aquí que nadie visita. Le llevaré allí y veré qué tal van sus heridas. Si lo cuidase aquí, la gente del pueblo terminaría averiguando quién es y habría problemas, por no mencionar que estoy casi segura de que también está interesado por la Shikon No Tama.
- No se merece ni eso de la cueva ¡Te puedes meter en un buen lío!
- No te preocupes... sé lo que me hago. No tiene a nadie, no puede moverse... tal vez así pueda arrepentirse.
- ...
En aquel momento estaba segura de que Kikyo se estaba equivocando, pero tuve que aceptar su decisión. Kikyo, Kaede, Kumato y yo sacamos a Onigumo del Templo y lo pusimos sobre un carro. Los aldeanos del pueblo se acercaban y nos preguntaban que qué estábamos haciendo, que por qué no cuidaban ellos del herido, pero Kikyo les aseguró que lo mejor era que se recuperase en un lugar mejor. Aquello no convenció a algunos aldeanos, pero supuse que pronto se olvidarían del tema.
Marchamos en el carro hasta que llegamos a una cueva alejada del pueblo. Kaede y yo cogimos un par de escobas y dejamos un hueco del suelo sin hojas. Kikyo depositó heno en aquel hueco y dejó a Onigumo encima, junto con una manta para que no pasase frío.
- ¿Estás segura de que estará bien...? - preguntó Kaede a su hermana.
- ¿Q-qué .s sitio ee-.e-este? ¿M-me... me has ale...ajahgj...alejado del pueblo? - Onigumo no parecía muy contento con su nuevo hogar.
- Vendré a verte un rato todos los días. Te traeré agua y comida, cuidaré de tus heridas y al menos tendrás algo de mi compañía.
- M-Mentirosa..... Eres una mentirosa, Kikyo....
"Ha averiguado su nombre en cuanto la llamaron los aldeanos antes de venir aquí. Ksó... ¿Sabrá quién es?"
- Eres la sacerdotisa que purifica la Esfera de los Cuatro Espíritus ¿verdad? - dijo Onigumo, me pregunté en qué momento había mejorado en el habla. - Me estás dejando en medio de una cueva para que no robe tu preciada perla... me estás dando de comer a los lobos...
Rió de una forma malvada que no me gustó ni un pelo ¿No le dolía hacer eso? Tosió tras hacerlo.
Saqué a Guesshoku y le amenacé.
- ¿Cómo te atreves a hablar así? - dije. - Si no fuera por nosotras, ahora mismo estarías muerto.
- ¡Akame-chan! ¡Déjalo estar! - exclamó Kikyo.
- ¡No! Puedo tolerar  muchas cosas, pero no soporto que alguien que sea salvado sin merecerlo y encima sea un desagradecido.
Onigumo pareció haberse asustando con mi reacción, pero volvió a esbozar su desagradable sonrisa.
- Vámonos, Akame-chan - pidió Kikyo.
Me volví hacia ella y salimos de la cueva. Kumato maulló contento mientras se rebozaba en el césped.
- ¿Estás segura de esto, Onee-sama? - preguntó Kaede.
- Ya cambiará de actitud y de carácter. Tiene que poder aprovechar la oportunidad de arrepentirse de sus pecados.
Nos subimos al carro y Kikyo mandó marchar a los caballos hacia el pueblo. Yo me quedé pensativa, aún inconforme con el plan de Kikyo.
- Mmmmgh... --3- ¿Y si llamamos a Dante-kun para que se lo lleve al Purgatorio?
Kikyo se lo pensó.
- Mmmm... tal vez sea buena idea pero... Allí no tiene a nadie y es un mundo completamente diferente. Pienso que lo mejor es que se quede aquí, en un lugar más familiar.
- Una cueva no es un lugar familiar, Kikyo-chan. Además en el Purgatorio es probable que pueda volver andar... moverse otra vez... ser humano.
- Eso tú no lo sabes, Akamecita~ Ay... tranquiila~ deja de preocuparte tanto. Estaremos bien por aquí. Has hecho un gran trabajo viniendo aquí con él ¡Y no pienses en tonterías de si se lo merecía o no! El Maestro siempre dijo que el trabajo de una sacerdotisa no es juzgar.
- Sí, pero...
- Sé que tú no eres de las que sigue la tradición de lo que es ser una miko. Pero, por favor, Akame-chan... tienes que mirarte eso. Si saliste de la Escuela de Sacerdotisas es para que tengas el papel de una miko, no de una semielfa, ni de una Phoenix Slayer... ¿Lo has entendido?
- ... Ay... sí...
- ¡Y controla eso de verte con esos demonios con los que te relacionas! No es seguro para ti... Ya viste lo que pasó este último año... Buscándote por todas partes.
- Nura-kun cayó conmigo. Sin él no hubiera sobrevivido, créeme.
- Eso está bien pero... no permitas que vaya a más ¿De acuerdo?
-.... Yo....
- ¡HEY! ¡KIKYO! - oímos desde lejos.
De la izquierda, una figura dio un salto tan grande que cayó justo enfrente nuestra. Yo grité de la sorpresa y Kikyo hizo parar a los caballos del carro.
No había visto en la vida a aquel chico. Era muy raro. Tenía el pelo largo y blanco, ojos amarillos y uñas muy largas. Vestía totalmente de rojo e iba descalzo, pero lo que más llamaba la atención eran sus orejas... de perro. Sentía un aura youkai en él pero diferente, estaba incompleta, había algo de humano en él.
- ¿Es un... mediodemonio? - deduje.
- Grrr... ¡Baaah~! ¡¿Y qué pasa con eso, eh?! Kikyo ¿quién es esa?
- T-Tranquilidad chicos x//___//X N-No os conocéis.
- Esa chica huele raro e3ê - comentó el chico.
- ¡¿Qué quieres decir con eso?! D8< ¡Ni que fueras un....! ... perro?
- B-Bueno~ en parte lo es x/_/x - reconoció Kikyo.
- ¡Eeeh! D8< - se quejó él.
- Se llama Inuyasha. Es un hanyo perro - dijo Kikyo mirándole con una extraña sonrisa.
- Inuyasha... ka?
Las palabras que un día salieron de la boca de Nura resonaron en mi cabeza: "Oí rumores de que Inu No Taisho murió por haberse enamorado de una humana. Dicen que tuvo un hijo bastardo y todo. Un mediodemonio, un hanyo ¿te lo puedes creer?"
- ...
- Inuyasha~ Esta es mi amiga Akame Scarlet. Es una sacerdotisa también.
- Sí... pero huele raro...
- Soy una miko un poco rara -comenté, - pero no es justo que por eso repitas todo el rato que huelo raro e_e
- Ara ara~ - calmó Kikyo - Inuyasha, ven con nosotras al pueblo ^D^
- ¿Yo? ¿Y yo q-qué pinto...? No es buena idea...
- Vaaaamos~ >o<
- MEEH...
- Bueno... como quieras~
Justo cuando Kikyo iba a reanudar el viaje...
- ¡Espera! ¡Vale ! ¡Iré!
- Jiji ~ - rió tontamente Kikyo, luego me susurró - siempre me hace lo mismo >P<
- A-Ah...
Así pues, Inuyasha vino con nosotras (y Kumato) al pueblo. Fue un viaje... un tanto extraño, completamente diferente al que estábamos teniendo antes de que apareciese el hanyo. Kikyo reía inocentemente cuando hablaba con Inuyasha. Parecían dos personas normales hablando de cosas tontas y picándose entre ellos.
Kikyo e Inuyasha parecían conocerse de no hace mucho, pero a la vez parecía que habían ganado una confianza muy especial... tal vez una relación muy estrecha... incluso demasiado. Por un lado me alegré de que Kikyo tuviese a alguien importante para ella que no sean sacerdotisas, aldeanos en apuros y su hermana... pero, por otro lado, me preocupé. Nunca la había visto actuar de esa manera tan natural y... tan poco suya. Parecía que, como mínimo, le atraía aquel semidemonio...
También es cierto que me identificaba con aquel chico. Yo tampoco soy totalmente humana y mi pasado no es que fuese muy brillante... Inuyasha seguro que lo tuvo que pasar muy mal también. Además, seguramente estuvo solo mucho más tiempo que yo.
Kikyo e Inuyasha eran dos personas solitarias que se habían encontrado y habían establecido un vínculo entre ellos ¿Cómo no me iba a alegrar por ellos? ... La Profecía.
- ¿Qué te pasa? - me preguntó Inuyasha.
- ¿¿Akame-chan?? ¿Te comió la lengua Kumato? - añadió Kikyo - Etto... Hemos llegado y hay algo que...
Salí de mi trance.
- ¡Uy~! Gomenasai ^D^'' Yo...
- Casi matamos a tu amigo el cuervo~ - dijo Kikyo.
- Mi amigo... ¿qué?!
Miré a mi alrededor y vi enfrente de mí a un demonio cuervo.
- Ay madre...
- Omnyouji Akame Scarlet. Soy Karasu Tengu, del Clan Nura. Según vi cuando pasé a buscarla a su templo, leyó la invitación...
- Hai Hai.... la leí x_x
- Debe venir conmigo, señorita <_< ...
- Hai Hai x__X''
Kikyo preguntó:
- ¿Ha pasado algo?
- Ya decía yo... - dijo Inuyasha. - Tu amiga es amiguita del rey de los demonios~
- Hai Hai... Solo... Nurarihyon me ha invitado a la fiesta de su Clan.



domingo, 29 de noviembre de 2015

Me invitan a una fiesta y le traigo una momia a Kikyo

No solía despertar a los dragones del Yin Yang tantas veces seguidas, pero estaba claro que aquello era una excepción.
Poco después de que amaneciese, cogí arco y katana, y Kumato y yo llevamos al herido a la entrada. Una vez salimos afuera, Kumato maulló.
- ¿Qué pasa, Kumato-chin? - le pregunté.
Miré al suelo y vi un paquete con un mensaje. Alguien lo había dejado ahí.
- Um... vaya... ¿qué es eso?
Dejamos al hombre-momia en el suelo y cogí el paquete. Lo abrí y abrí mucho los ojos. Era otra vez el cansino símbolo del Clan Nura bordado en blanco sobre una tela azul oscura. La saqué y comprobé que era una capa.
- Qué demonios...
- ¡Mya! ºDº
Abrí la nota y leí:
"Ohayou gozaimasu, Cebolla-sama:
Me gustaría que, como miembro del Clan Nura, acudieses a la fiesta de bienvenida que se celebrará hoy mismo, ya sabes, por mi vuelta al Clan y, por supuesto, para que los demás te conozcan como nuevo miembro.
Si tienes algún problema con el viaje, llamaré a Karasu Tengu para que te lleve. Iría a buscarte al mediodía.
Es muy importante que vengas. A los demás les encantará conocerte, aunque no te hagas mucho la cebolla~~ cuanto más youkai parezcas, más fácil será para todos.
Daisuki,
Nurarihyon, Supremo Comandante del Clan Nura."
- AAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!! - chillé. Se oyó eco por toda la zona.
- Maaaaaau ~3~
- ME H INVITADO A SU CASASMALKSMAMSLK XDXDX ¡¡A UNA FIESTA CON MONTONES DE YOUKAIS!! ¡Y DE LOS FUEERTES!! Y ME PIDE QUE SEA MÁS YOUKAI Y MENOS CEBEOBOOOOLALA`PKSOOKDKSFKSFK Y ME EMEMEME DISEEE DAIIIISUUKIKIKJIKIKI ay... ¡¿Qué hago?! ¡¡Un demonio cuervo vendrá a buscarme si no voy!!
- Miau D8
El gatomate señaló al hombre tirado en el suelo. Estaba gruñendo y me alarmé.
- Parece que se va a despertar en cualquier momento... - invoqué a los dragones de mi colgante, - ¡ayúdame a ponerlo sobre el dragón negro, Kumato-chin! Esto es más urgente, asique Nura-kun va a tener que esperar.
Así lo hicimos y Kumato se quedó junto al hombre en el dragón oscuro y yo me subí al blanco. Pusimos rumbo al pueblo de Kikyo. Era la primera vez que pasaba por aquella zona.
No tardamos mucho en avistar el pueblo, o más bien que la gente de allí nos avistase a nosotros. Muchos de aquellos aldeanos pusieron un rostro de pánico al ver a una sacerdotisa montada en un dragón y un gatomate y una momia en otro. Varios incluso amenazaron con sus rastrillos y palas.
- ¡Sacerdotisa Kikyo-sama! ¡Hay algo que se está acercando! - gritó uno de ellos.
Kikyo salió de su pequeño Templo. Iba armada con su arco. Se acercó a los aldeanos y me miró dudando de si estaba viendo bien.
- ¿Akame-chan? - preguntó.
Mis dragones comenzaron a volar más abajo para dejarnos en tierra firme. Al parecer estaban ya muy cansados.
- ¡Ohayouuu Kikyo-chan! nDn
- Se tratan de "-chan"... - comentó un aldeano.
- ¿La conoce, Kikyo-sama? ¿No es ninguna amenaza? - preguntó el de antes.
- Es una vieja amiga. No tenéis porqué temerla - aseguró Kikyo.
Los dragones descansaron en mi colgante y anduve hacia mi amiga.
- ¿Cómo va todo? ^D^ ~ - dije.
- No deberías ir volando por ahí con esos dragones. Cualquiera pensaría que eres un youkai.
- ¡B-Baka! ¡Me las apaño perfectamente! x_X
- Jiji... Como siempre tan tú~ ^.^
- Lo mismo digo de ti~
Nos dimos un abrazo.
- Hacía tiempo que no te veía... - dije.
- Sí... Es cierto... Es lo que tiene mi trabajo...
Asentí. Kumato maulló y miramos hacia atrás. El hombre estaba despertándose.
- !! ¡Por Buda! ¿Quién es ese? - dijo Kikyo.
- ¡Ya te lo explicaré en otro momento! ¡Está gravemente herido!
- Llevémoslo al Templo.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

2. Saga del Fénix

Tras terminar mis estudios en el Templo del Gato Negro, creé mi propio Templo cerca del Monte Fuji, el Templo del Dragón Rojo. Estaba contenta de que por fin Kikyo, Akane, Tsubaki y yo fuéramos sacerdotisas independientes ahora, aunque las noches en mi nuevo Templo eran raras porque sentía una presencia cerca.
Una noche me desperté para ver qué era eso que sentía. Al adentrarme en el bosque, vi por primera vez a Blue. Es una nekogirl con poderes de hielo que viene de otra dimensión llamada Caetoneko. Había venido a la Tierra en busca de su novio. Decidí que durmiese en el Templo por esa noche, pero a la mañana siguiente desapareció. Cuando salí en su busca, me encontré con el novio perdido: era Rei Minamoto, el Shadow Of Silver, un poderoso demonio sombra del Tártaro, la parte más profunda del Infierno.
Después de pelearme con él, ya que este pensaba que había hecho algo malo a su novia, aparecieron Blue, Nura, Akane y Hiroito a la vez.
Reuní a todos en el Templo. Rei y Blue estaban contentos de estar juntos otra vez y pronto iban a volver a sus dimensiones. Nura pasaba por ahí para informarme sobre el Gran Fénix Legendario, que fuese con él a acabar con él, algo que en un principio me negué... Sin embargo, vi que Hiroito y Akane estaban enamorados y yo... acepté el viaje con Nura. Rei y Blue decidieron unirse al viaje.
Nura y Rei nos llevaron a Blue y a mí con su velocidad youkai, pero un demonio infernal, Cerberus, se interpuso en nuestro camino. Rei peleó con él hasta que una nube carmesí descendió de los cielos y pidió que nos fuéramos sin él.
Seguimos el viaje hasta Aomori donde nos hospedamos en el Templo de la Lágrima de Cerezo, aunque Blue se sentía fatal sin Rei, por lo que decidió ir a buscarlo antes de coger el barco hacia la isla de Hokkaido, donde estaba el Gran Fénix. Antes de eso nos había hablado de la nube carmesí que apareció: era Dante, el cazademonios, que lleva las almas de la gente al Purgatorio.
Esa misma noche, Nura y yo estuvimos subidos a la rama del cerezo del Templo hablando sobre el poder de invocación. Cerberus podía invocar a un cerbero con su colgante y Nura estaba seguro de que yo también podía usar esa técnica con mi Yin Yang.
A la mañana siguiente, solo Nura y yo estábamos siguiendo con el viaje, aunque nos encontramos a Kikyo, a su hermana Kaede y a Tsubaki. Había cierta tensión entre Kikyo y Tsubaki, lo más seguro era por la Profecía de las Sacerdotisas de la que me habló el Maestro antes de que me fuera del Templo del Gato Negro.
Cogimos el barco y Nura y yo llegamos a Hokkaido. Subimos al monte Asashi y nos metimos en una cueva. Nura se sentía débil a medida que se acercaba más al Fénix, ya que era una criatura ni buena ni mala... pero destructora. Llegamos al final de la cueva y vimos una sala enorme. Estábamos en el nido del Fénix y mi batalla contra él había comenzado.
En esa batalla usé todas las técnicas que me sabía. Pensaba que nunca iba a vencer, pero me acordé de la conversación con Nura y logré invocar a los dragones Yin y Yang. Gracias a estos pude lidiar más contra el Fénix, pero estaba agotada y pronto caí. Sin embargo, algo pasó fuera de lo común y mi cuerpo absorbió el Fénix, fusionándose mi alma con la de aquel ser...
Cuando acabó todo, vi dos mariposas azules revolotear y el rostro de un hombre que me llevaría a otra dimensión...


1. El Templo del Dragón Rojo
2. Hielo y sombras
3. Amor ardiente
4. El comienzo de un gran viaje
5. Rei VS Cerberus
6. El Templo de la Lágrima de Cerezo ¿Quién es Dante?
7. Hacia la guarida del Fénix
8. Akame VS El Gran Fénix Legendario