martes, 5 de mayo de 2015

Especial: Rei nos envía a una misión a Siberia

Me desperté inquieta en cuanto percibí un aura demoníaca.
- Ohayo, cebollatisama~ -U- - dijo Nura tumbado al otro lado de mi cama solo con el yukata negro puesto. La capa azul que solía llevar estaba tirada en el suelo.
- YOUKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAI!!!
Invoqué luz celestial y se la lancé pero, por primera vez, Nura la consiguió esquivar saltando encima de mi cama.
- Jajaja - rió.
Inflé mis mofletes y pregunté:
- ¿Se puede saber qué haces aquí?
- Vine a visitarte ^D^ El Clan Nura lleva tranquilo varios días y pensé en tomarme unas vacaciones como Supremo Comandante.
- Pero si te pasas el día conmigo a_a Ayer viniste a regalarme un saco de cebollas.
- Sííí xD JAJAJAJAJA!! Bueno... ¿Qué tienes para desayunar? -D-
"Aiiiishh~ qué chico~" pensé. De todas formas me alegraba de ver a alguien que no fuese un aldeano en apuros o una mujer con una hija poseída por un malvado demonio.
Kumato, que estaba hecho una bolita a una esquinita de la habitación, se despertó y ronroneó. Al ver a Nura, se abalanzó sobre él a lamerle la cara.
Cuando iba a responderle que tenía unas galletas que me mandó Esme la semana pasada desde Caetoneko, sentí un aura oscura muy fuerte. Según deduje por su expresión, Nura también lo había notado. El Señor del Pandemonio cogió su katana, Nenekirimaru, que estaba apoyada a la pared, mientras que yo me hice con mi arco y mi carcaj lleno de flechas.
Nura salió por la ventana con Kumato encima de su hombro izquierdo y yo bajé las escaleras. Salí del Templo del Dragón Rojo por la entrada principal y apunté a una figura oscura que se se estaba haciendo humana. Sin pensarlo disparé una flecha justamente cuando la sombra se materializó en carne y hueso y esta paró la flecha cogiéndola con una sola mano. La pulverizó, y el demonio sombra sonrió.
- Deberías ser amable con tus invitados, primi.
Era Rei Minamoto, también llamado el "Shadow Of Silver", un demonio sombra del mismísimo Tártaro. Era el ser más poderoso que había conocido en mi vida.
Nura se lanzó contra él dispuesto a cortarle en dos con Nenekirimaru, pero Rei invocó el fuego negro, el Amateratsu, y Nura retrocedió.
- Oh~ ¡eres tú!¡Pero si hasta hace poco eras una cosa negra sin forma!
- Lo sé~ ni naturaleza es un poco extraña... ¡Pero soy yo!
Me acerqué a ellos.
- Gomenassai~ Rei-kun. Este mundo vive en una época un poco complicada y hay que prevenir...
- Sí... - dijo Rei mirando al suelo.
- Miau~ - maulló Kumato.
- ¿Todo va bien? - añadí - No sueles venir por aquí sin Blue-chan a no ser que pase algo grave.
- Blue-chan está con un amigo al norte del país. Tenemos una misión importante.
- ¿Una misión? - preguntó Nura.
- Sí... Y, nakamas, necesito vuestra ayuda.
Le miramos con expresión de extrañeza. El demonio más poderoso nos estaba pidiendo ayuda. Si bien es cierto que algo así estaba ocurriendo, el problema debía ser bastante grave.
- ¿Qué ocurre?
Rei nos miró y nos lanzó una sustancia pegajosa y oscura. Esta se pegó a nosotros en el pecho y nos envolvió. Yo grité del susto mientras dejaba de ver la cálida luz de sol. De repente me sentí ágil, y noté cómo aquella sustancia me estaba transportando a la velocidad... de las sombras.
Nos movíamos a una velocidad increíble hasta que frenamos y la sustancia se hizo líquida. Nos liberó y por fin volví a ver el exterior, pero completamente cambiado. Estábamos en un puerto de Akita, la región del suroeste de la isla de Honshu. Me recordó al puerto de Tokyo, pero desde luego en Akita no había tantas personas como en la capital.
En medio de todas las embarcaciones que había anclados, había uno que desde luego llamaba la atención.
No parecía ser un barco ni japonés, ni chino, ni coreano, ni ruso. Parecía un navío de esos que tenían los occidentales, pero era incluso más grande que esos. Sus maderas eran de árboles gruesos y grandes como los que había en la Europa Septentrional. Sus altos y fuertes mástiles sostenían unas grandes velas que ondeaban al viento al igual que la bandera que había arriba del palo mayor, una bandera negra decorada con una calavera y dos huesos cruzados.
Rei se dirigió a aquel gran navío y le seguimos. En cuanto llegamos al muelle, subimos una rampa de madera que conectaba la orilla con el barco. A pesar de su gran tamaño, la cubierta del barco estaba desierta... hasta que oímos el ronroneo de una gata.
- Nyaaa~? ¡Rei-kun!
Blue salió de detrás del mástil y se lanzó a abrazar a Rei y darle un beso en la mejilla.
- ¡Por fin vinisteis! Os estábamus esperandu n3n
- ¿Sesshomaru-kun está en su camarote? - preguntó Rei a su novia.
- Nuu~ Está en la sala del mapa.
- ¡Pues vamos!
Blue y Rei nos abrieron la puerta de la zona cubierta del barco. Entramos y había escaleras que conducían a abajo y una gran sala con una mesa pintada con un mapamundi. Aquella cartografía era, sin duda, espectacular. Nunca había visto un planisferio tan exacto. De las paredes colgaban emblemas relacionado con el mar, flotadores, esqueletos de peces muy interesantes... y al fondo había cinco sillones puestos alrededor de una mesita de té. Kumato se acercó como un cohete a aquella zona, y fue cuando descubrimos que uno de los sillones estaba ocupado.
El individuo giró la cabeza, y al vernos sonrió y se levantó.  Tenía el pelo completamente blanco, con ojos amarillos y con un tatuaje de media luna morada en la frente y otros que eran rayas situadas en las mejillas.
Iba vestido con un kimono blanco y rojo extraño con una armadura de pinchos, una bufanda de pelo blanco y unos sashinukis blancos. Y lo más importante... era un demonio.
- Amigos~ ¡ya estáis aquí!
Este dio la mano a Rei, se las estrecharon y se dieron un abrazo. El pelo-blanco nos miró.
- Asique vosotros sois los nuevos grumetes... :) Me llamo Shesshomaru, soy del Clan Taisho e hijo legítimo de Inu No Taisho, el guardián del viento del este, e Irasue.
Nura puso los ojos como platos.
- ¿Vosotros? - añadió Sesshomaru.
- Yo soy Akame Scarlet Targaryen, sacerdotisa semielfa del Templo del Dragón Rojo, Domadora del
Dragón Rojo y Phoenix Slayer.
Supuse que decirlo así quedaría igual de cool que el de Sesshomaru.
- Conque vienes de la región de Catay (China) eh... - comentó Sesshomaru como si no fuese algo de su agrado - Excelente - se dirigió a Nura y puso casi los mismos ojos que él, con cierto snob preguntó - Y... ¿tú eres...?
- Nurarihyon. Supremo Comandante del Clan Nura y Señor del Pandemonio.
"¿Se conocerán de algo? No parecen tener cara de buenos amigos" pensé. Kumato gruñó a Sesshomru.
- Será curioso disponer de los servicios del líder del Clan Nura - consideró el youkai del Clan Taisho.
- También de los del Clan Taisho - añadió Nura - Además de un demonio sombra, una nekogirl de hielo y una cebolla.
- ¡NURA-KUN! - me quejé.
Rei se interpuso para calmar el ambiente y sugirió:
- ¿Qué tal si les explicamos la situación, Sesshomaru-kun?
Sesshomaru accedió y se dirigió al mapa. Nos invitó a que nos uniéramos y nos dispusimos en círculo alrededor de la mesa del mapamundi.
- Mañana debemos zarpar a unas playas que dan al mar Ojotsk y caminar varios kilómetros por la zona noreste de Siberia para recuperar... un objeto muy importante.
- ¿De qué objeto estamos hablando? - preguntó Nura.
- De la piedra de la resurrección - contestó Rei.
Volteé la cabeza hacia él.
- ¿Una piedra que resucita a los muertos?
- Exacto. Y un objeto de una malicia extrema que viene del Tártaro. Hace semanas que se perdió y debo recuperarla antes de que caiga en malas manos... si se usase de forma errónea podría acabar con el planeta entero.
- ¿Y cómo sabéis que está en Siberia? - pregunté.
- Porque un fiel sirviente mío fue a buscarla para nosotros y al final la encontró - respondió Sesshomaru - El problema es que cuando la vio, la tenía un monstruo salvaje que habita por allí - hizo una pausa y continuó - No parece muy inteligente pues, si lo fuera, ya habría usado dicha piedra. Pero no lo ha hecho, asique tenemos una oportunidad.
- Entunces... mañana por la mañana ponemus rumbu a Siberia n3n
- Por mí de acuerdo - acepté.
- Por mí también - añadió Nura.
- Bien~ pues disfrutad de la vida en el barco y por si queréis dar un último paseo por Akita.
Así lo hicimos. Pasamos el mediodía y la tarde dando paseos por la aldea del puerto y tomamos diferentes tipos de sushi con calpis de todos los sabores en diferentes antros (aunque casi se asuntan al ver a Kumato abalanzándose hacia una sepia cruda) Al anochecer, volvimos todos al barco.
Estaba en la parte delantera de la cubierta contemplando el sol escondiéndose. Kumato estaba a mis pies jugueteando con mi hakama. Nura salió de la parte trasera y se acercó a mí. Se apoyó en la barandilla.
- Los camarotes no están mal - dijo, - aunque me los esperaba un poco más grandes.
- No sé de quién es este barco exactamente, pero nunca me imaginé uno así... - comenté.
- Yo tampoco...
- ...
- ...
- ...
- Hacía tanto tiempo que no me subía a uno...
- No me digas que no has vuelto a embarcar desde que... bueno, desde que nos conocimos.
- Pues no. Nunca he salido de Japón desde que llegué al puerto de Tokyo.
- ...Ya veo
- ... ... ... Oye, Nura-kun.
- ???
- Tengo la sensación de que Sesshomaru-sama y tú os conocéis de algo.
 - ¿Ah, sí?
- ¿Me equivoco?
- No~ O sea... es decir...
- Nya~ -D- - intervino Kumato.
- (MARDITO GATOMATE X^X) - maldijo Nura muy bajito. Continuó - Que... Sesshomaru-sama, como ya dijo él, es el hijo del líder del Clan Taisho, el Clan que controla el este. Es, junto al Clan Nura, que es del oeste, uno de los clanes más importantes, y son controlados por demonios perro.
- ¿Demonios perro? Mmm ¿Sesshomaru-sama es un demonio perro?
- Igual que Inu No Taisho, su padre. Es un demonio increíblemente fuerte... casi como el Viejo Nurarihyon.
- ¿Tu padre?
- Hai... Un día estalló una guerra entre Japón y China. Los demonios chinos querían invadir Japón y los clanes japoneses nos unimos. Mi padre, el Viejo Nurarihyon, que fue nombrado Rey de los Youkais antes que Inu No Taisho, dedició hacer una avanzadilla hacia Catay (la antigua China) y derrocarles desde su propio país. Y lo hizo bien, entre el Clan Nura y el Clan Taisho conseguimos ganar la guerra. Pero los demonios chinos que se fueron a Japón regresaron tan rápidamente a su país que el Viejo Nurarihyon no pudo volver. Pidió ayuda a Inu no Taisho pero... le abandonó.
- ...!!! Por eso estabáis tú y tu familia en el Barco. Estabais regresando a Japón de forma clandestina. Todos cogíamos el Barco así.
Nura asintió.
- Ahora yo he conseguido heredar el puesto de Supremo Comandante del Clan Nura así como el título de Señor del Pandemonio. Y Sesshomaru... supongo que ahora es el líder del Clan Taisho... oí rumores de que Inu No Taisho murió por haberse enamorado de una humana. Dicen que tuvo un hijo bastardo y todo. Un mediodemonio, un hanyo ¿te lo puedes creer?
- Ungh... Esas cosas no suelen ocurrir... Es raro porque nunca he oído hablar de ese tal Inu No taisho, y en el Templo del Gato Negro me especialicé en cazademonios.
- El Clan Taisho ya no es lo que era. Están escondidos desde hace bastantes años antes de que yo consiguiese ser líder del Clan Nura.
Se hizo silencio. Era increíble lo poco que sabía sobre la vida (demonios, dimensiones, barcos pirata...) a pesar de haber estudiado casi toda mi vida en un Templo.
El sol se escondió, la noche llegó. Cenamos un par de gambas y langostinos y nos fuimos a la cama. Había solo cuatro camarotes, pero Rei y Blue decidieron dormir en el mismo. Me lancé sobre la cama de mi camarote y me pude el pijama que usé en el Purgatorio (no me preguntéis qué hacía debajo de la cama) y Kumato se acurrucó conmigo. Dormimos juntos hasta que llegó la luz del día siguiente.
Nada más despertarme, corrí a la cubierta y ayudé a poner el barco en marcha. Partimos hacia el norte sin ningún problema. Tenía un poco de miedo... la primera y última vez que había subido en un barco casi me moría del hambre.
- No sabía que tu familia tuviese un barco pirata occidental, Sesshomaru-sama - dijo Nura mientras Sesshomaru manejaba el timón.
- Todos los clanes tenemos nuestros secretos - respondió él con una sonrisa pícara.
No navegamos más de tres días hasta que sufrimos aquella tormenta feroz. Si el barco hubiese sido japonés, desde luego nos hubiéramos hundido. El furioso mar sacudía nuestro barco muy de mala leche, como si el mismísimo dios Poseidón quisiese vengarse de nosotros.
Blue se acercó a la barandilla y se puso a congelar el mar. Al principio parecía funcionar, pero los rayos la amenazaban y tuvo que apartarse rápidamente.
- KSÓ! - maldijo Rei.
Este se subió al mástil y lanzó Amateratsu al cielo como si fuese un misil. La lluvia comenzó a calmarse, los truenos cesaron y el mar se tranquilizó. El barco pudo seguir su curso normal.
- Eso ha sido una pasada o_o - comenté a Rei.
- Controlo los elementos~ es lo mínimo que podía hacer.
- Espero que no nos hayamos desviado del rumbo mucho - añadió Sesshonaru saliendo de debajo del timón.
Parecía todo tranquilo pero noté algo raro. No era un aura demoníaca ni tampoco celestial.
- Qué raro... - dije.
Arqueé la ceja. No era la primera vez que notaba algo así. La primera y última vez que lo sentí fue... en Hokkaido... era una esencia parecida al Gran Fénix Legendario.
- Akame-chan - me llamó Nura. Él sabía lo que pensaba porque también lo notó. Pero llegué a una conclusión.
- No. No es el Fénix. Es otra cosa diferente.
- ¿El Fénix? - preguntó Sesshomaru indeciso - Eso no puede ser... - de repente le cambió la cara por completo, ahora estaba pálido - Oh no... ¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ!
Seshomaru giró el timón tanto como pudo pero ya era tarde. Un tentáculo gigante salió del mar y se agarró con fuerza a la barandilla del barco. A esto le sucedieron otros dos tentáculos, y tres, y cuatro y cinco y seis... Estábamos rodeados. Un monstruo se había pegado al nuestro barco y estaba tratando de hundirlo con sacudidas.
- ES EL KRAKEN - anunció Rei.
- ¿EHHH? - me agarré a uno de los palos del barco.
- ES UN MONSTRUO CASI DEL MISMO TIPO QUE EL FÉNIX ESE - dijo Sesshomaru - SOLO QUE ESTE HUNDE BARCOS.
- Y ahuura qué hacemuus!? - preguntó Blue.
- ¡ACABAR CON ÉL, POR SUPUESTO! - sentenció Rei.
Rei se lanzó contra un tentáculo y lo empezó a quemar con fuego negro. El tentáculo se tensó y apartó a Rei. El Kraken se había enfadado.
- ¡Te ayudu!
Blue sopló una ventisca helada y congeló el tentáculo. Rei se volvió a abalanzar, sacó su guadaña y cortó el tentáculo. Uno menos. Solo quedaban cinco, y al ritmo que llevábamos de lo seguro íbamos a acabar tocados y hundidos.
Otro tentáculo se lanzó contra el timón, donde estaba Sesshomaru, y el youkai perro hizo salir de sus uñas unos látigos luminosos de color verdes que, al chocar contra el tentáculo, lo cortaron en trocitos. Los cachos de Kraken cayeron a la cubierta.
- Creo que ya tenemos la comida para acabar con el hambre del mundo - comentó.
Nura miró al frente, donde había tres tentáculos amenazándonos. El Señor del Pandemonio sacó a Nenekirimaru.
- Akame-chan, respáldame.
- Hai.
Preparé una flecha sobre mi arco y esperé a ver cómo Nura se desenvolvía con los tentáculos. El youkai saltaba ágilmente pegando tajos al un tentáculo hasta que consiguió partirlo. Si el Kraken hubiese sido un demonio normal, Nura habría podido acabar con él de un solo tajo pero al ser una especie extraña no pudo privilegiarse de las ventajas de su katana.
Ahora fue para el segundo, usó el Miedo para desaparecer y reaparecer, pero el tentñaculo fue más rápido y le iba atrasar desde la espalda. Fue entonces cuando disparé una flecha de rayos Yin y el pico del tentáculo sufrió el impacto.
Saqué otra flecha y apunté más abajo del tentáculo, pero el tercero se lanzó contra mí. Se enroscó sobre mi cintura e hizo que se me cayese el arco. Forcejeé disparándole rayos Yin pero no funcionaron. Mis brazos estaban inmovilizados y no podía hacer nada.
- ¡¡AKAME-CHAN!! - gritó Nura mirándome mientras partía con rabia el tentáculo que le estaba atacando.
Lancé un grito y la sangre me ardió. Mi cuerpo se cubrió de llamas, mis ojos se volvieron de fuego, el pelo se me recogió y mi colgante del Yin Yang se transformó en un colgante de dos dragones. Ahoara era "la otra Akame".
"No te preocupes" me dije "Ahora lo controlas mucho mejor".
Quemé el tentáculo y me liberé de mi prisión. Ahora era el Fénix contra el Kraken.
Caí al suelo, recogí mi arco y este ardió en llamas. Me colgué el carcaj y me fui a la otra parte de la cubierta donde quedaba el último tentáculo. Disparé y el Kraken lanzó un grito desde la profundidad del mar, pero el tentáculo siguió moviéndose.
- ¡Ataquémosle a la vez, Akame-chan! - sugirió Rei corriendo hacia el tentáculo. Se lanzó contra este.
Asentí, saqué otra flecha y la coloqué en el arco. Concentré todo el poder que pude en aquel disparo y dejé la flecha. Cuando fue a impactar, Rei invocó un montón de Amateratsu que quemó al tentáculo.
Rei se echó hacia atrás y observamos como el tentáculo se iba haciendo cenizas con fuego negro y "escarlata".

El barco dejó de ser amenazado, el cuerpo del Kraken se retiró de nuevo a las pronfundidades del océano.
- Ha sido increíble - admitió Sesshomaru - Asique este es famoso grupo que tanto hablabas, Rei-kun. El grupo "más fuerte de todas las dimensiones".
Rei sonrió, pero tanto él como y mis otros amigos estaban preocupados. Yo seguía estando en mi forma peligrosa. Nura corrió hacia mí.
- Akame-chan... has estado genial ¿puedes volver a tu forma normal...?
Le miré.. no sé con qué expresión, pero por su cara deduje que no una muy bonita. Sin embargo, sin avisar y sin que yo me lo pudiese imaginar, soltó su katana, me rodeó con los brazos y me achuchó fuertemente. Me morí de la vergüenza (tanto el Fénix como yo) y poco a poco volví a mi estado normal... excepto mi cara que se puso roja como Kumato, que por cierto, se estaba riendo (desde cuando los gatos ríen?!)
- UyUy~ - intervino Blue con una sonrisa pícara.
Nura y yo nos soltamos.
"ESTABAN MIRNADO TOOOODOSODOSODSODSOS" pensé.
Cuando se les pasó la tontería de meterse con nosotros (excepto Sesshomaru, que permaneció ocupado volviendo a trazar la ruta, aunque de vez en cuando miraba de reojo con una cara muy seria... me dio mala espina), volvimos a nuestro viaje normal. Fui a mi camarote, tiré mi arco y mi carcaj me abalancé de la cama. Seguía un poco colorada pero abracé mi Guesshoku, que estaba al lado. Acaricié el relieve de dragón rojo que había en la funda.
"Mardito Nura~"
Pasaron los días imos que ya habíamos pasado el Estrecho de Tartaria llegamos a la costa de Siberia. Anclamos el barco y pisamos tierra firme después de una semana y media. Nos pusimos en camino hacia los Montes Verjolansk.
Llegamos. El paisaje era igual que el del trayecto a pie... todo nevado, casi como el paisaje de Caetoneko, pero el viento era fuerte y molesto. El cielo comenzó a nublarse mucho más y la nieve caía furiosamente. Apenas veíamos cuando de pronto, un hombre gigante apareció ante nosotros. No era un hombre cualquiera... su frondoso pelo blanco cubría todo su cuerpo excepto sus dedos y su cara. Vestía con un taparrabos gris y colgado a su cuello tenía una cuerda que sostenía una piedra negra fácilmente confundible con el azabache.
- Es él - nos informó Rei.
- Ksoooó~ con el frío que hace y esta ventisca va a ser difícil derrotarle - maldijo Nura.
Sesshomaru sonrió.
- ¿Qué pasa, Nura-sama? ¿Te da miedo un montón de pelo blanco?
Nura frunció el ceño y desenvainó su katana.
- Sugiero que Rei-kun, Sesshomaru-sama y yo distraigamos a esa criatura mientras Akame-chan y Blue-chan cogen la piedra. Si es necesario, acabamos todos con él.
- Antes de eso reduciré la ventisca - dijo Blue, - mientras id a por él y luego vamos Akame-chan y yo a por la piedra como ha dicho Nura-kun.
Blue hizo un movimiento con sus brazos como si fuese a empezar a bailar y, con su magia de Aisu, la ventisca se nos hizo más pequeña. Como acordamos, Nura, Rei y Sesshomaru se lanzaron contra el Hombre de las Nieves. Rei le inmovilizó con Amateratsu de hielo, Sesshomaru le lanzó cortes con sus uñas convertidas en látigos venenosos y Nura invocó el Miedo haciendo que el monstruo adoptase una expresión de estar pasando por la mayor de sus desgracias.
Sonreí satisfecha por la acción de mis amigos y grité "¡Fuego y Sangre!", mis dragones salieron de mi colgante. Invité a Blue-chan a que se subiese al blanco y me subí al negro.
Intentamos llegar al pecho de la criatura lo más rápido que pudimos, sin embargo este lanzó un grito atronador. Casi me quedaba sin tímpanos si no fuera porque mi dragón retrocedió también dolorido por le sonido. Miré otra vez la lucha de mis amigos y vi que todos habían hecho lo mismo y pero el hielo de Rei siguió inmovilizando a nuestro enemigo.
El Hombre de las Nieves se había librado del Miedo de Nura y lanzó gruñidos. Toqueteó la piedra de la resurrección y, las cosas de complicaron. La piedra estaba brillando mientras salían del suelo esqueletos de seres parecidos a él; y tenían cara de pocos amigos igual que él.
- ¡Cambio de planes! - gritó Sesshomaru - ¡Todos a por todos!
Todos estuvimos de acuerdo. Saqué a Guesshoku y mandé a mi dragón que me acercase a un montón de esqueletos de la derecha. Él y yo nos abrimos paso repartiendo rebanadas a los esqueletos y los huesos que rompí cayeron, pero no tardaron en volver a incrustarse en su dueño.
- ¡¿NANI?! - me pregunté sorprendida.
Nura trató de cortar otro esqueleto con su katana mata-youkais Nenekirimaru, pero obtuvo el mismo el resultado.
- No es magia demoníaca...
- Es algo peor. - Rei dio tres pasos hacia el Hombre de las Nieves. - Es magia infernal. Es magia que solo se puede romper cuando otro consigue la piedra de la resurrección... Y ESE SERÉ YO.
Rei hizo hizo que apareciese fuego negro de su mano derecha y se lanzó contra el Hombre de las Nieves. Los esqueletos le bloquearon el paso.
- ¡Nakamas, necesito que los distraigáis!
"Uno para cada uno. Perfecto." pensé.
Sesshomaru, Nura, Blue y yo hicimos caso a Rei. Mientras luchábamos, Rei se acercaba cada vez más a la criatura y comenzó a lanzarle llamaradas de Amateratsu. El Hombre de las Nieves gritó otra vez con impotencia pero Rei hizo un movimiento que no había visto antes. Llevó sus codos hacia atrás y el sonido se dispersó. Alrededor del demonio sombra, cada vez más se estaba concentrando aire que acariciaba su ropas y su pelo. Luego alzó los brazos hacia el Hombre de las Nieves y todo ese aire le golpeó en la cara haciendo que este cayese de espaldas hacia atrás.
Después de aquello no pude fijarme mucho en lo que hacía mi primi, el esqueleto con el que estaba luchando se estaba poniendo serio conmigo y me defendí con Guesshoku, pero de reojo veía un cúmulo de aire negro acumulándose en el pecho del monstro. Rei estaba ahí, mientras sus globos oculares se volvían de un rojo brillante y maligno. Gruñó, se volvieron más grandes y se acercó a la cabeza del enemigo. Le dobló el cuello por la izquierda, luego por la derecha, luego para atrás y por último para el frente. Después... vi que la cabeza había salido de su sitio. La sostenía Rei con una sola mano en medio de un mar de sangre, por ello, los esqueletos dejaron de moverse y se desplomaron contra el suelo haciendo que los huesos de estos se esparciesen.
Dejamos de luchar, pues, y nos acercamos a Rei. Sesshomaru apremió:
- ¡Muy bien, hermano!
Yo no era muy partidaria de quella forma de solucionar el problema, pero al menos nos había salvado la vida. El demonio sombra tiró la cabeza del Hombre de las Nieves y se agachó a su pecho para coger la piedra de la resurrección.
- Al final sí que era un problema tener esa cosa aquí - comenté.
- Resucitar a los muertos está mal de por sí - dijo Rei, - pero si encima los usas a tu antojo estás ocasionando uno de los mayores problemas que puedas crear. Perfectamente este ser podría haber sido
capaz de destruiros a todos los terrestres.
Me limité a mover los labios de izquierda a derecha. Rei guardó la piedra en el bolsillo de su pantalón.
- Iré al Tártaro. Tengo que devolverla al sitio que le corresponde estar.
- ¿Ahora? - pregunté.
- ¡Por supuesto! - Se separó de nosotros y nos dio la espalda. - Muchas gracias por ayudarme, nakamas~ ¡Nos veremos!
Luego de despedirnos, nuestro nakama se disolvió entre las sombras y se hizo un rato de silencio hasta que la ventisca volvió a azotarnos.
- ¡Todos al barco! - espetó Sesshomaru.
Y es que hay pocas cosas más reconfortantes que ponerse delante de una estufa después de una batalla en medio de la nieve. Y muchas menos cuando Blue te prepara chocolate caliente de Caetoneko.
Kumato el gatomate no parecía estar acostumbrado al frío terrestre por lo que en cuanto me tumbé en el sofá de la Sala del Mapa se acurrucó en mi tripa emitiendo unos ruidos tan kawaiis que me dediqué a rascarle y acariciarle en cuanto terminé el chocolate.
Entró en la sala un aura demoníaca, era Nura.
- Blue-chan también se ha ido. Una mariposa de esas azules del espacio-tiempo se ha acercado volando hasta la cubierta y Blue-chan la ha seguido.
- Ay~  x_x bueno, la volveremos a ver pronto.
Nura se sentó a mi lado y pasó el brazo por encima de mi hombro.
- S-Sí~ Pronto volveremos a estar juntos en otra misión, tal vez en otro mundo luchando contra monstruos malvados y toda la historia esa~
Me acercó a su pecho y me sonrojé. Tuve la sensación de que Kumato estaba aguantando una risita. No fui capaz de decir nada, ni de apartarme ni nada. Se estaba agustito...
- Mañana tomémonos un calpis por Tokyo antes de que otro aldeano en apuros u otra mujer con una hija endemoniada venga a verte al Templo del Dragón Rojo.
- Me parece perfecto~ -//U//-
Esbocé una sonrisa muy rara y poco usual en mí, pero reconozco que muy pocas veces me sentí tan bien que estar acurrucada a aquel youkai.


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