A pesar de todos los deslices que pudo haber con Nura y los ayudantes del Maestro del Templo de la Lágrima de Cerezo, pasamos una noche agradable. Nos sirvieron bien la cena y los tres estuvimos hablando en una pequeña habitación bebiendo una especie de jugo de cerezas... estaba delicioso.
- Pienso que está mejor la Coca Cola Cherry del Purgatorio nyuuu - comentó Blue, cosa que no entendí una sola palabra.
Bebimos tranquilamente. Noté a Nura muy incómodo. No bebió ni comió nada. Tal vez pensaba que le iban a envenenar los malvados monjes. Se percató de que le estaba mirando y este soltó:
- Llegaremos a Hokkaido mañana a la tarde-noche. Si dormimos en el barco podremos tener todas nuestras energías para la noche. Al luchar a esas horas el Fénix es cuando menos poderes tiene porque está rodeado de la oscuridad nocturna.
- Eso contando en que lleguemos a la montaña donde está el Fénix antes del amanecer.
- Os llevo yo y esperamos una hora hasta que recobre mis fuerzas. No hay problema.
- Yo... u3u
Blue había acabado su vaso y lo dejó en la bandeja que había frente a ella. Parecía deprimida.
- No puedo irme sin Rei-kun... necesito estar cun él.
- ¡Por favor, si le vas a ver! - dijo Nura.
- Ya... pero no puedo luchar sin él. Me siento débil si él nu está, nyuu~ Además... el hielo se derrite con el fuego de Fénix. No pintaría nada allí... Nu hemos vuelto a saber nada de Rei desde esa lucha y temo pur él. Necesitu ir a burcarle... u3u
Estuvimos un buen rato en silencio. Blue tenía razón, no sabíamos nada de Rei desde hace unos días, cuando apareció esa nube de color carmesí en el cielo descendiendo sobre la batalla contra Cerberus. Estaba preocupada por él, lo habíamos dejado allí en esa situación y no tuvimos más remedio que huir. Tuvimos que irnos no sólo por Cerberus, si no por aquella tercera fuerza demoníaca que descendió a la Tierra. Recordé su nombre.
- ¿Quién es Dante? - pregunté.
Nura cerró los ojos para evitar ponerse pálido como cuando tuvimos que huir.
- He oído hablar de él entre los yokais... Dicen que es una leyenda pero al ver eso estaba convencido...
- Es amigu de Rei-kun - explicó Blue - Nació en el Infierno como él y Cerberus, pero su sangre no es del todo demoníaca, por lo que se fue a vivir al Purgatorio.
- Purgatorio - repetí.
- Shíí~ Allí es donde van las almas cuyo destino es la lucha. El Purgatorio es... la prueba definitiva el cual tu destino puede cambiar o no ¡¡y tiene comida muy deliciooosha!! n3n
- Are Are... ¿Y el destino de ese tal Dante es la lucha?
- Nu exactamente. Él es el encargadu de sentenciar a los demonios de todas las dimensiones. Depende de sus comportamientos y su sangre, se enfrentará al demonio o no. Eso sí, el combate siempre es hasta la muerte de uno de los dus. Pur eso Dante es tan poderoso... ¡Nunca ha perdidu! ¡NUNCA!
- Y dices que Rei-sama es amigo suyo, un demonio sombra...
- Si, bueno... son de toda la vida. Además ambos poseen las dos armas de fuego más poderosas del Infierno, del Purgatorio, de Caetoneko, de La Tierra, y de todas las demás dimensiones existentes: Rei posee la pistola negra, la Dark Rose; y Dante, la roja, la Bloody Rose. Estas sólo funcionan conjuntamente y en un ataque combinado entre ellas... Extremadamente mortal.
- Y si cualquier otro demonio que no sea Rei-sama se topa con Dante-sama ¿lo mataría? - aventuré a decir.
- Lo más probable - respondió Blue. - Por eso tuvimos que irnos de allí. Si Dante-kun veía a Nura-kun podría haber ido a por él y tú, Akame-chan, habrías estado al borde de la muerte al ver tal carnicería entre demonios.
-K-Kun... - murmuró Nura.
Al parecer Blue sabía sobre mi poder de sensación. Tal vez si veía toda esa escena me habría vuelto loca. Definitivamente, aquella gata de hielo me entendía perfectamente. No sabía lo que era un arma de fuego pero lo dejé pasar.
- Entonces... ¿qué tienes pensado hacer, Blue-chan? - dije. Decidí tratarla de -chan a partir de ese momento.
- Quiero ir a buscar a Rei-kun...
- De acuerdo pues - dijo Nura poniéndose en pie. - Al fin y al cabo el viaje oficial era entre Akame-sama y yo. Por lo tanto, me retiraré a mi habitación y mañana por la mañana nos pondremos en marcha.
Me levanté yo también.
- Será un día complicado. Vamos, Blue-chan.
- ¡HAI! n3n
Nos retiramos cada uno a nuestros dormitorios. Me puse mi yukata rosa para dormir y Blue el suyo de color azul y se fue a la cama; yo en cambio, decidí salir al jardín a tomar el aire. Era extraño pero, después de pasear un rato, vi un cerezo en flor. No tenía sentido. Los cerezos en flor sólo aparecen a principios de la primavera y nosotros estábamos a mediados se septiembre. De pronto me fijé en que Nura estaba subido a una rama de ese árbol. Me estaba sonriendo.
- ¿Qué haces tú ahí? - le pregunté.
- Lo mismo que tú. No dormir.
- Tsk...
Aparté la mirada enfurruñada.
- ¿No te subes aquí conmigo?
- Gomene, mi pasión no es subirme a los árboles con demonios -.-
De repente se bajó corriendo y me cogió.
- ¡¡EH!!
Me subió a la rama donde estaba y me dejó al lado del tronco. Él se sentó al lado mío. Creí que me iba a caer pero luego contemplé que desde ahí había buenas vistas.
- ¿Te gusta ver el paisaje, eh? ¬U¬
- ¡AJ! ¡Qué remedio! ù_ú
Estuvimos un rato en silencio observando el horizonte.
- Sabes del poder de invocación de Cerberus ¿no? - comentó Nura.
- Sí, lo recuerdo. Sacaba a un cerbero de su colgante.
- Sí... Ese poder... también lo tienes tú.
- ¿Yo? Pero si nunca he...
- Porque ningún sacerdote de esos controla esa magia xD Nadie te enseña eso, sólo tu inconsciente.
- ¿Cómo sabes que yo puedo sacar a un animal feo e infernal de mi colgante?
- Todos los que lleváis vuestra fuente de poder en un colgante lo tenéis. Son como los guardianes del amuleto... Su misión es protegeros. Y no tiene porqué ser un animal feo e infernal, más que nada porque no te pega... aquello que salga de tu colgante es fruto de tu propia alma... ¿Puedo ver tu amuleto?
Me sobresalté. No sabía nada acerca de esa magia hasta hace unos días y menos de que yo pudiese controlarla. Además, nadie me había pedido que le enseñase mi colgante.
- No me lo quiero quitar.
Le miré de frente y Nura se conformó con mirarlo cuidadosamente. Estuvo un buen rato pensativo clavando su mirada en el mismo sitio. Me empezaba a sentir incómoda. No quitaba el ojo de encima ¿Y si...?
- ¿YA VALE NO? - grité dándole la espalda.
- ¡OYE QUE NO SÉ QUÉ PUEDE SER, LOCA!
- YA, CLARO... ¡BÁJAME DE AQUÍ AHORA MISMO!
Me hizo caso por fin y cuando estaba dispuesta a volver a mi habitación preguntó:
- ¿Porqué tenemos que tratarnos de -sama?
- ¿Mm?
- A una gata de hielo la tratas de -chan... ¿por qué nosotros tenemos que tener esas formalidades?
- Yo no soy amiga cercana de un demonio - dije con cara ensombrecida.
- ...
- Aunque bueno, - añadí levantando la cabeza lentamente para verle - me estás empezando a caer hasta bien y todo...
- !!! ¿En serio? :D
Solté una maldición y con mi mejor sonrisa logré decir:
- Onegaisimasu~ Lo hablamos mañana ¿vale? nDn
- ¡Sí! Etto... ¡Oyasumi~!
- Oyasuminasai -3-)/
A la mañana siguiente, como me imaginaba, Blue ya no estaba en el Templo de la Lágrima de Cerezo. Al menos esta vez me dejó una nota diciendo "Suerte con PájaroDeFuego-san :3 Firmado: Blue Sky of Ice."
Me puse mi kimono y desayuné a solas con Nura. Después de un buen rato, le dimos las gracias al Maestro Haruka y nos dirigimos hacia el puerto.
Para mi sorpresa, en un puente al lado de un río, vi a Kikyo, Kaede, Tsubaki y un señor lo más parecido un Maestro pero era... extraño. Tsubaki estaba andando detrás del hombre y en cuanto me miró me sonrió pero no me saludó. Se fue. Había algo en ese ambiente que no me convencía.
- Akame-chan - me llamó Kikyo.
- ¡Kikyo-chan! ¡Kaede-chan! ¡Ohayo!
Kikyo miró con una mirada asesina a Nura.
- ¿Ya te has hecho más amiguitos demonios?
Ignoré la pregunta y recordé:
- Me voy de misión. Te mandé un...
- Lo sé. Pero no puedo ir a tu Templo en un mes aproximadamente. Iré lo más rápido que pueda. Gomen nassai.
- No pasa nada.
- ¿Por qué no le pides el favor a Akane-chan? Sois buenas amigas...
- Etto...
Me había olvidado completamente de Hiroito y Akane. A saber qué estarían haciendo en esos instantes. Prefería no imaginármelo.
- Ella... Ella no podía estar allí mucho tiempo. Ya sabes... Mucho trabajo en el Templo del Gato Negro y tal...
- Entiendo. Bueno. Iré lo más rápidamente que pueda, no te preocupes. Lo importante es que te salga bien esa misión tuya... Solo espero eso. Y cuidado de quién te fías.
- Arigato por los consejos, Kikyo-chan.
Kikyo comenzó a andar en dirección contraria al puerto.
- ¡Hasta pronto, Akame-sama! - dijo Kaede. Después corrió junto a su hermana y anduvieron juntas.
Nura y yo llegamos al puerto y nos subimos a Kasai Shinju (Perla de Fuego), el barco cuyo destino era la isla de Hokkaido.
Estuvimos contemplando el horizonte.
- Qué recuerdos me da a mí esto, cebolla...
Asentí con una sonrisa nostálgica. Nunca pensé que sentiría esa emoción sobre aquel recuerdo en el Barco... el momento en el que Nura y yo nos conocimos.
- Vamos a potenciar nuestras habilidades y luego descansar - dijo Nura con una sonrisa sacando a Nenekirimaru - ¿Te parece?
- Perfecto - respondí con otra sonrisa sacando a Gesshoku.
En ese momento nos entrenamos toda la mañana. Sable contra sable. Demonio contra sacerdotisa. Desde Honshu hasta Hokkaido. El destino... cuyo final era un pájaro de fuego.
- Quiero ir a buscar a Rei-kun...
- De acuerdo pues - dijo Nura poniéndose en pie. - Al fin y al cabo el viaje oficial era entre Akame-sama y yo. Por lo tanto, me retiraré a mi habitación y mañana por la mañana nos pondremos en marcha.
Me levanté yo también.
- Será un día complicado. Vamos, Blue-chan.
- ¡HAI! n3n
Nos retiramos cada uno a nuestros dormitorios. Me puse mi yukata rosa para dormir y Blue el suyo de color azul y se fue a la cama; yo en cambio, decidí salir al jardín a tomar el aire. Era extraño pero, después de pasear un rato, vi un cerezo en flor. No tenía sentido. Los cerezos en flor sólo aparecen a principios de la primavera y nosotros estábamos a mediados se septiembre. De pronto me fijé en que Nura estaba subido a una rama de ese árbol. Me estaba sonriendo.
- ¿Qué haces tú ahí? - le pregunté.
- Lo mismo que tú. No dormir.
- Tsk...
Aparté la mirada enfurruñada.
- ¿No te subes aquí conmigo?
- Gomene, mi pasión no es subirme a los árboles con demonios -.-
De repente se bajó corriendo y me cogió.
- ¡¡EH!!
Me subió a la rama donde estaba y me dejó al lado del tronco. Él se sentó al lado mío. Creí que me iba a caer pero luego contemplé que desde ahí había buenas vistas.
- ¿Te gusta ver el paisaje, eh? ¬U¬
- ¡AJ! ¡Qué remedio! ù_ú
Estuvimos un rato en silencio observando el horizonte.
- Sabes del poder de invocación de Cerberus ¿no? - comentó Nura.
- Sí, lo recuerdo. Sacaba a un cerbero de su colgante.
- Sí... Ese poder... también lo tienes tú.
- ¿Yo? Pero si nunca he...
- Porque ningún sacerdote de esos controla esa magia xD Nadie te enseña eso, sólo tu inconsciente.
- ¿Cómo sabes que yo puedo sacar a un animal feo e infernal de mi colgante?
- Todos los que lleváis vuestra fuente de poder en un colgante lo tenéis. Son como los guardianes del amuleto... Su misión es protegeros. Y no tiene porqué ser un animal feo e infernal, más que nada porque no te pega... aquello que salga de tu colgante es fruto de tu propia alma... ¿Puedo ver tu amuleto?
Me sobresalté. No sabía nada acerca de esa magia hasta hace unos días y menos de que yo pudiese controlarla. Además, nadie me había pedido que le enseñase mi colgante.
- No me lo quiero quitar.
Le miré de frente y Nura se conformó con mirarlo cuidadosamente. Estuvo un buen rato pensativo clavando su mirada en el mismo sitio. Me empezaba a sentir incómoda. No quitaba el ojo de encima ¿Y si...?
- ¿YA VALE NO? - grité dándole la espalda.
- ¡OYE QUE NO SÉ QUÉ PUEDE SER, LOCA!
- YA, CLARO... ¡BÁJAME DE AQUÍ AHORA MISMO!
Me hizo caso por fin y cuando estaba dispuesta a volver a mi habitación preguntó:
- ¿Porqué tenemos que tratarnos de -sama?
- ¿Mm?
- A una gata de hielo la tratas de -chan... ¿por qué nosotros tenemos que tener esas formalidades?
- Yo no soy amiga cercana de un demonio - dije con cara ensombrecida.
- ...
- Aunque bueno, - añadí levantando la cabeza lentamente para verle - me estás empezando a caer hasta bien y todo...
- !!! ¿En serio? :D
Solté una maldición y con mi mejor sonrisa logré decir:
- Onegaisimasu~ Lo hablamos mañana ¿vale? nDn
- ¡Sí! Etto... ¡Oyasumi~!
- Oyasuminasai -3-)/
A la mañana siguiente, como me imaginaba, Blue ya no estaba en el Templo de la Lágrima de Cerezo. Al menos esta vez me dejó una nota diciendo "Suerte con PájaroDeFuego-san :3 Firmado: Blue Sky of Ice."
Me puse mi kimono y desayuné a solas con Nura. Después de un buen rato, le dimos las gracias al Maestro Haruka y nos dirigimos hacia el puerto.
Para mi sorpresa, en un puente al lado de un río, vi a Kikyo, Kaede, Tsubaki y un señor lo más parecido un Maestro pero era... extraño. Tsubaki estaba andando detrás del hombre y en cuanto me miró me sonrió pero no me saludó. Se fue. Había algo en ese ambiente que no me convencía.
- Akame-chan - me llamó Kikyo.
- ¡Kikyo-chan! ¡Kaede-chan! ¡Ohayo!
Kikyo miró con una mirada asesina a Nura.
- ¿Ya te has hecho más amiguitos demonios?
Ignoré la pregunta y recordé:
- Me voy de misión. Te mandé un...
- Lo sé. Pero no puedo ir a tu Templo en un mes aproximadamente. Iré lo más rápido que pueda. Gomen nassai.
- No pasa nada.
- ¿Por qué no le pides el favor a Akane-chan? Sois buenas amigas...
- Etto...
Me había olvidado completamente de Hiroito y Akane. A saber qué estarían haciendo en esos instantes. Prefería no imaginármelo.
- Ella... Ella no podía estar allí mucho tiempo. Ya sabes... Mucho trabajo en el Templo del Gato Negro y tal...
- Entiendo. Bueno. Iré lo más rápidamente que pueda, no te preocupes. Lo importante es que te salga bien esa misión tuya... Solo espero eso. Y cuidado de quién te fías.
- Arigato por los consejos, Kikyo-chan.
Kikyo comenzó a andar en dirección contraria al puerto.
- ¡Hasta pronto, Akame-sama! - dijo Kaede. Después corrió junto a su hermana y anduvieron juntas.
Nura y yo llegamos al puerto y nos subimos a Kasai Shinju (Perla de Fuego), el barco cuyo destino era la isla de Hokkaido.
Estuvimos contemplando el horizonte.
- Qué recuerdos me da a mí esto, cebolla...
Asentí con una sonrisa nostálgica. Nunca pensé que sentiría esa emoción sobre aquel recuerdo en el Barco... el momento en el que Nura y yo nos conocimos.
- Vamos a potenciar nuestras habilidades y luego descansar - dijo Nura con una sonrisa sacando a Nenekirimaru - ¿Te parece?
- Perfecto - respondí con otra sonrisa sacando a Gesshoku.
En ese momento nos entrenamos toda la mañana. Sable contra sable. Demonio contra sacerdotisa. Desde Honshu hasta Hokkaido. El destino... cuyo final era un pájaro de fuego.
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