miércoles, 3 de septiembre de 2014

Rei VS Cerberus


Era la primera vez que veía a dos demonios luchar entre sí. Viendo aquella escena se me paraba el corazón durante un segundo en intervalos de un minuto. Era... asombroso.
El perro infernal se lanzó sobre Rei dispuesto a arrancarle la cabeza de un mordisco, pero este se movió tan rápido que en tan sólo una fracción de segundo estaba detrás suyo congelando su cola con su hielo.
- Tu novio es un tipo muy extraño - le comenté a Blue - puede crear hielo y llamas oscuras.
- Rei Shadow of Silver. Demonio sombra. Control de los elementos. Tiene muchos ataques pero sus favoritos son esos dos - dijo Blue mientras escaneaba los poderes de Rei mediante sus ojos azules.
- Es realmente fuerte... - añadí.
Blue volvió a tener los ojos morados y puso una cara ensombrecida.
- No estoy segura si Rei-kun ganará esta batalla...
Me entristecía ver a aquella pobre chica preocupada de esa manera. Tal vez era algo triste saber los poderes de cada individuo ya que tal vez podría volverse loca... al igual que me pasaba a mí con mi magia de sensación.
Rei dio un puñetazo al lomo del cerbero y este se tambaleó pero el propio Cerberus se abalanzó sobre él desde atrás. Rei se dio cuenta y se dio la vuelta. Los puños de ambos demonios chocaron y de esto salieron rayos oscuros. Estaban dando todo de sí mismos. Esa sensación de choque y esos rayos... me recordaron a los que yo controlaba... el rayo Yin ¿Aquella era la procedencia de mi magia? ¿A caso yo era una sacerdotisa pura que poseía poderes demoníacos en su colgante? Miré mi amuleto, el Yin Yang estaba soltando chispas negras. Mi deducción era cierta, ¿a caso iba a ser yo la sacerdotisa de la Profecía de las Tres Grandes que caería en el lado oscuro?
Levanté la vista y vi como Rei y Cerberus luchaban entre sí con una velocidad inimaginable. Casi no les podía ver. El cerbero estaba intentando ir a por Rei pero fracasaba, el cerbero no era tan rápido. No era ningún rival para mi amigo, mi primi...
Decidí seguir mi impulso. Aún sentada con Nura alcé mi arco y saqué una flecha de mi carcaj. Apunté y me concreté.
- ¿Se puede saber que pretendes, loca? - preguntó Nura.
Blue me miró, esta vez con sus ojos azules de modo escáner:
- Combinación de magia. Destreza con el arco y... oh.
- ¡AHORA, AKAME-CHAN! - me gritó Rei. Este dio un puñetazo al suelo y provocó un terremoto para hacer caer a Cerberus.
No sabía cómo aquel chico sabía de mis intenciones pero esa era mi oportunidad. Rayos del Yin poseían mi flecha sagrada. Disparé y la flecha se clavó en el cerbero. El perro gruñó. Sentía el dolor que le he había provocado la flecha. Era horrible, un sufrimiento devastador.
- ¡MI CERBERO! ¡MALDITOS! - gritaba Cerberus.
- No contaba con esa información - dijo Blue - esto ha sido una perturbación en el universo... ¡AH! ¡REI!
Rei la ignoró. Con llamas en las dos manos golpeó al cerbero gritando:
- ¡TERREMOTO DE LLAMAS OSCURAS!
Era otra combinación de los elementos agua y tierra.
- Increíble - dije inconscientemente.
El cerbero gemía de increíble dolor. Este se tiró al suelo inconsciente. Comenzó a desaparecer entre un humo morado que desprendía y se volvía hacia el colgante de la calavera de Cerberus.
- Lo pagaréis...
- ¡REEEEI-KUN! - gritaba Blue histérica.
Rei se dio cuenta de algo. Miró a Blue con los ojos como platos ¿Qué estaba pasando? De pronto lo noté. Algo oscuro estaba aterrizando en la Tierra. Algo oscuro pero a la vez... ¿nuestra salvación? Una tormenta estaba apareciendo justo encima de nosotros... una tormenta de color carmesí. Justo en ese mismo momento, Cerberus estaba sacando su espada.
- Probaréis de mi Inferno.
Era un gran filo de acero oscuro decorado con esqueletos. Justo cuando lo hizo se convirtió en un hombre perro ¿Es que ese chico era tan terrorífico? Su pelo era negro y, sus ojos, amarillos llenos de odio.  Al parecer, si Cerberus sacaba a Inferno, él desataba su sangre demoníaca de cerbero. Una barbaridad de poder.
Pero me fijé en una cosa más allá: la magia de la tormenta y la de Cerberus eran diferentes. Había alguien más aparte de nosotros que quería meterse en el juego.
Había tres sensaciones extrañas de una gran fuerza demoníaca. Rei, Cerberus... me estaba volviendo loca por la tercera ¿quién era? Blue me miró como si me hubiese leído el pensamiento. Sus ojos azul cielo me miraban asustada:
- Dante Spada Storm Red, el cazademonios.
Rei seguía pálido pero habló:
- Es un colega ¡pero ahora no os puede ver! Es demasiado peligroso... ¡¡iros!! Ya os alcanzaré. Dante y yo daremos su merecido a Cerberus.
- De sobra... Espero - dijo Blue mientras sus ojos cambiaban de color otra vez.
Nura me cogió a mí y a Blue. Me fijé en su rostro y estaba realmente pálido también. Nunca había visto esa expresión en él. Corrió como nunca. Miré hacia atrás y comprobé que el nubarrón carmesí había descendido. Escuchaba ruidos... ruidos que en esta dimensión nunca debieron sonar.


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